Discursos dados por Sai Baba​ -05.13/02/97 El valor trascendental de Sathya y Dharma

Discursos dados por Sai Baba

{SB 30} (33 discursos 1997)

Traduccion

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 30 cap. 5 )

El valor trascendental de Sathya y Dharma

13 de Febrero de 1997

A las personas que han llegado hasta aquí de todas partes del mundo, para regocijarse con una gran celebración, se las llama “extranjeros”, y a los residentes de Prashanti Nilayam, “nativos”.
¿Quiénes son los nativos y quiénes, los extranjeros? Al analizar esta pregunta, se verá que dondequiera que la Verdad y la Rectitud sean respetadas y practicadas, las personas de allí han de ser consideradas bharatiyas. Las personas no se vuelven bharatiyas simplemente por haber nacido en Bharat.
La cultura bharatiya proclama las dos virtudes: hablen la verdad; sigan la rectitud (Sathyam vada; Dharmam chara).
El mundo entero es una vasta mansión. Contiene muchas habitaciones.
Cada país constituye una habitación de esta gran casa.
Por lo tanto, el mundo entero sería como un hogar. Al considerar a todos los miembros partes de un cuerpo, deberían reparar en la función del corazón. Este órgano es el que proporciona sangre a cada parte del cuerpo. Del mismo modo, la verdad y la rectitud (Sathya y Dharma) constituyen la sangre que sustenta a todos los países.
Cultiven la idea de la unidad de las personas Se considera a Dios el Creador y se lo adora como tal. Dios creó a las criaturas vivientes, pero estos seres están “creando” a Dios.
El devoto supremo, Prahlada, gracias a la intensidad y sinceridad de su devoción, logró que Dios se manifestara en una columna.
El niño Dhruva pudo hacer que Narayana se manifestara en un bosque. De esto se desprende que cada ser es un creador. Cada ser humano es Divino. Sin embargo, debido a la identificación con el cuerpo, el hombre se considera a sí mismo un ser ordinario. La diferencia entre la creación y el Creador sólo se relaciona con la forma externa: Upadhi. Cuando se ignora la forma física, lo que permanece es la Realidad Espiritual.
En diferentes países, la gente observa sus respectivas festividades.
Los chinos consideran al día de hoy el comienzo de su año nuevo. No hay diferencia entre Bharat y la China con respecto al calendario. Los chinos tienen fechas que representan Uttarayana y Dakshinayana (el movimiento aparente del sol hacia el norte y hacia el sur). En Bharat tenemos meses lunares y solares. En la China también existe esta división en dos. En algunas partes de Bharat, el comienzo de Uttarayana marca el principio del año nuevo. Ellos basan su calendario en el ciclo lunar: chandramasa. En otras partes del país, se rigen por el tiempo solar: suryamasa. Para los chinos, existe un año lunar y un año solar. Desde el punto de vista bharatiya, hay una conexión íntima entre la luna y la mente, y entre el sol y el ojo.
Desde esta perspectiva, podemos ver que, básicamente, no hay diferencias entre los distintos países en cuestiones tales como el almanaque y la celebración de festividades. Para todo, la causa fundamental es el corazón humano. Cuando la idea de unidad se arraigue en el corazón humano, el ideal de la unidad humana será una realidad.
Sarva-rupa-dharam Shantam Sarva-nama-dharam Shivam Sat-chit-ananda Rupam Advaitam Sathyam Shivam Sundaram (El Uno Absoluto, que es Ser, Conciencia y Bienaventuranza, es la encarnación de la paz en todas Sus formas. Todos Sus nombres son auspiciosos, y Él manifiesta los atributos trinos de Verdad, Auspiciosidad y Belleza.) La Verdad, la Bondad y la Belleza constituyen la condición humana La Verdad, la Bondad y la Belleza (Sathyam, Shivam, Sundaram) forman la naturaleza esencial de la condición humana.
Antiguamente, esta era la descripción que daba Platón, el filósofo griego. Los griegos podían ver la unidad subyacente en estos tres atributos. Platón se explayó sobre “La Verdad, la Bondad y la Belleza”. Los bharatiyas expresaron lo mismo con los términos Sathyam, Shivam, Sundaram. Aunque hay una diferencia en el idioma, su significado esencial es el mismo. Tal correspondencia entre los conceptos de la metafísica india y las doctrinas de la cristiandad y otros credos existe con respecto a ideas sobre la relación entre el hombre, la Naturaleza y Dios.
Sobre la base de sus diferencias regionales y étnicas, la gente de distintas regiones del mundo desarrolla diferentes credos y culturas.
No obstante, la esencia de todas sus creencias es la misma:
el principio del amor. En el mundo no hay ser humano sin amor. Sin embargo, ese amor se expresa de muchas formas. En un asilo mental hay personas con muchas clases de delirios. En cierto sentido, el mundo entero podría considerarse un asilo mental. Hay en el mundo personas que enloquecen por el dinero. Otras se obsesionan por la salud y la enfermedad. Hay otras que se desesperan por el poder y la posición. De este modo, cada individuo está obsesionado por algún deseo u otro. Hay, además, algunos que están obsesionados por la idea de Dios. De todas estas formas de locura, la locura por Dios es la más loable.
Oren a la Divinidad y rediman sus vidas Desde el nacimiento hasta la muerte, al hombre lo persiguen doce clases de preocupaciones. Preocupándose por Dios, uno puede librarse de todas las demás inquietudes. Deben procurar conocer aquello que posibilita conocer todo lo demás, obtener aquello que permite obtener todo lo demás. Los Upanishads han declarado: “Si golpean, la puerta se abrirá. Si preguntan, Él responderá.
Si buscan, Él les dará lo que quieren”.
Todos golpean a la puerta y piden. ¿Qué piden? No golpean a la puerta correcta, que es la que conduce a la liberación (Mokshadvara).
Hoy el hombre golpea a la puerta que lleva al infierno. El hombre, que debería buscar la Bienaventuranza del Espíritu, ansía los placeres terrenales. En lugar de buscar la presencia del Señor como la bienaventuranza suprema, el hombre se está distanciando de lo Divino.
Deben orarle a la Divinidad y redimir sus vidas. Deben entrar por la puerta que conduce a la liberación espiritual. Hoy la gente no busca la gracia de la Divinidad, sino que le pide favores al diablo.
¿Cómo pueden experimentar la Divinidad tales personas? No necesitan ir a ningún lado en esta búsqueda. Tienen que descubrir qué es lo que les pertenece. Sus palabras o sus escritos no les pertenecen.
Solo las acciones que realizan son suyas. Hoy no hay armonía entre sus acciones y sus palabras. Sus escritos no tienen relación con su experiencia real. Por lo tanto, son incapaces de experimentar la verdadera bienaventuranza.
Es mejor actuar que hablar. Hablar es fácil. Poner en práctica es difícil. Solo hay verdadero sadhana cuando practican lo que profesan.
Debe haber completa armonía entre el pensamiento, la palabra y la acción. Los antiguos proclamaron la cualidad suprema de esta triple armonía y pureza (Trikarana Sudhi). Donde hay divergencia entre el pensamiento, la palabra y la acción, el Vedanta declara que hay maldad. La triple armonía es la característica de los seres de almas elevadas. Los malvados se deleitan en la falta de armonía.
Vean la unidad en la diversidad Las personas deben desarrollar unidad espiritual y la triple pureza. Entonces se manifestará la Divinidad. Lo Divino se halla dentro de ustedes. El pecado y el mérito se relacionan con sus acciones. Por lo tanto, los hombres deberían dedicarse por entero a realizar actos puros y sagrados. Vyasa definió el mérito y el pecado en función del bien o el mal que se les hace a otros:
Paropakaram y Parapidanam. Ha de entenderse que Para se refiere a lo Divino. Cualquier acción conducente a la realización del Ser es meritoria. Toda acción no espiritual, antagónica al Ser, es pecaminosa.
El Ser único está presente en todos los seres. Hacer diferencias entre distintos seres es pecaminoso. Considerar que lo que es uno está separado y dividido es un pecado. Ayudar a otros es meritorio (Paropakarah-punyaya). El verdadero significado de esta declaración es que la “proximidad” (upa) con lo Divino (Para) es meritoria. El mérito consiste en acercarse al Ser (Atma). Este es el significado interno de la declaración de Vyasa.
Por lo tanto, no deberían considerar a los países como diferentes ni a los idiomas como barreras. La unidad subyacente ha de ser comprendida. Diferentes personas usan distintas palabras para describir lo mismo, por ejemplo, el agua. Cualquiera sea la palabra utilizada, la sustancia es la misma.
Es esencial ver la unidad que subyace tras la aparente diversidad.
Cuando un número creciente de personas reconozca esta unidad, la mayoría de los problemas del mundo se solucionarán.
Todos los conflictos sociales terminarán cuando la gente aprenda a ver a la Divinidad única en todos los seres. El odio nacido de los sentimientos divisorios es la causa de la discordia devastadora en la sociedad. El Principio Átmico es el medio para alcanzar la liberación.
El control de sí mismos es el medio para asegurar la gracia divina.
Desarrollen confianza en sí mismos con fe en Dios ¡Encarnaciones del Amor!, no es necesario celebrar el año nuevo. Cada segundo es el comienzo de un nuevo año. Las personas lo celebran año tras año, pero no hay ningún cambio en sus vidas. El cuerpo crece de un año al otro, pero el tiempo de vida se va consumiendo. La gente debería prestarle mucha atención a esto. El tiempo es sumamente precioso. Dios es el Señor supremo del tiempo. El tiempo perdido es vida perdida. Jamás desperdicien el tiempo, porque el tiempo perdido no puede recuperarse. No pierdan el tiempo en chismorreo vano. Hoy ustedes están celebrando el año nuevo en lugar de pensar en Dios, que preside el paso de los años.
Dios es la base de todo lo que existe. Confíen en Dios más que en las cosas que dependen de Él. Desarrollen confianza en sí mismos sobre la base de la fe en Dios. Esa fue la lección que Jesús le enseñó a un hombre que se estaba muriendo de hambre. El primer día le dio algo de pescado para que comiera. Al día siguiente Jesús se encontró con el hombre y le preguntó: “Comiste el pescado que te di ayer. ¿Cómo obtendrás tu comida hoy? ¿Por cuánto tiempo he de aliviar tu hambre dándote pescado día tras día? Debes aprender a pescar para aplacar tu hambre. Entonces no necesitarás depender de otros”. Lo que todos tienen que aprender hoy es a confiar en sí mismos y a no depender de otros. ¿Cómo confiar en uno mismo? Desarrollando confianza en el Ser (Atma-Vishvasa).
Desde el momento en que los bharatiyas perdieron la confianza en el Ser, todas las instituciones del país comenzaron a declinar. Las personas han de desarrollar confianza en el Ser. Deben adherirse a la Verdad y la Rectitud. Quien tiene confianza en el Ser y sigue la Verdad y la Rectitud es un bharatiya, sea quien fuere. El accidente del nacimiento no es lo que convierte a uno en bharatiya. Las tres verdades básicas han de ser practicadas. Términos como “nativos” y “extranjeros” no deben ser utilizados por motivos territoriales.
Las palabras deben aplicarse según las creencias y las costumbres de las personas.
Comprendan que la Divinidad está dentro de ustedes Las personas deberían comprender, como dijo Shankara, que solo la Verdad y la Rectitud son perdurables y que todo lo demás –incluso este cuerpo, la riqueza y los parientes– es transitorio.
Manifiesten la verdad dentro de ustedes y pongan en práctica esa verdad. Para el progreso espiritual necesitan tres cosas: un corazón libre de apego y de odio, una lengua no manchada por la falsedad, un cuerpo no contaminado por la violencia. Quien posee estas tres cosas ha tenido un nacimiento sagrado. Sin ellas, todas las penitencias y las prácticas religiosas son inútiles. Tienen que orar incesantemente para que la gracia Divina les confiera estas cualidades. Comprendan que la Divinidad está dentro de ustedes.
La vida les es otorgada para obtener bienaventuranza perdurable mediante el uso correcto del cuerpo, la mente, el intelecto y el motivador interno, Antakarana. Tienen que adquirir la sabiduría que les permita llevar una vida basada en el amor a Dios.
Discurso pronunciado en el Auditorio Purnachandra, la tarde del 13 de febrero de 1997.