Discursos dados por Sai Baba​ – 05. 25/02/98 El poder del nombre del Señor

Discursos dados por Sai Baba

{SB 31} (18 de 45 discursos 1998)

05. 25/02/98 El poder del nombre del Señor

( Impreso en castellano en COMUNIDAD SAI BABA AVATAR cap. 976 )

EL PODER DEL NOMBRE DEL SEÑOR

25 de Febrero de 1998

Sai Kulwant Hall – Prasanthi Nilayam

Shivarathri

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Ya sea que se Le describa como Conciencia Cósmica (Chaithanya)

o como el Conocedor Interior (Kshetrajna)

o como la Sabiduría Suprema (Jnaana)

o como el Yo o Señor Supremo (Easwara)

o como Vishnu o Brahma

o como la Energía Primordial (Parashakthi)

o como la Bienaventuranza Divina (Aananda)

o como Morada de lo Divino (Parmapadam)

o como el Atma o Existencia-Conciencia-Dicha (Sath-Chith-Aananda),

todos no son sino variados Nombres y Formas

del Sí Mismo Supremo que no tiene nombre.

El Cosmos está saturado de Hari,

nada se puede encontrar en el Universo

que no lleve lo Divino en sí.

¡Encarnaciones del Amor!

Cada ser humano busca gozar de la dicha. Aspira a una vida dichosa. Se trate ya sea de un estudioso o un artista, una autoridad dominante o un hombre de posición, todos anhelarán la dicha. Del amanecer hasta la noche, cada hombre se empeña por lograr la dicha.

La cultura y la tradición Bharathiya (india) ha proclamado la grandeza de la dicha (aananda), mas el hombre está envuelto en dos velos – lo fenoménico y lo espiritual. Su visión es afectada por estas dos ópticas, la material y la espiritual. Al ser incapaz de armonizarlas, las considera como diferentes la una de la otra. La unidad de ambas es lo que representa el verdadero principio Atmico.

Al considerar como única realidad al mundo material de objetos físicos, el hombre se pierde en su persecusión. Mas, si fuera explorada plenamente la verdad acerca de estos objetos materiales, se descubriría que no tienen realidad en absoluto – no poseen sino una realidad momentánea y temporal y no el sello de la realidad permanente. Ellos no confieren una dicha duradera. Para realizar la dicha duradera, el hombre habrá de hacer los esfuerzos que se requieren.

La Búsqueda de la Dicha

La existencia-conciencia-dicha (sath-chith-aananda) ocupa el universo entero. No solamente el hombre sino que cada ser viviente, desde la hormiga hacia arriba, busca esta dicha. Para todas las criaturas vivientes, la dicha representa el aliento de vida.

Las escrituras han tratado de variadas maneras con el problema de la dicha. Han proclamado como su principio primordial la existencia-conciencia-dicha. La existencia del Universo como un hecho es afirmada por muchos, aunque un hombre ciego no será consciente de ella. No obstante, oyendo lo que los demás dicen al respecto, también cree en su existencia, aunque no sea consciente de ella por experiencia propia.

Las gentes de hoy hablan de existencia-conciencia-dicha como de una realidad después de oir las declaraciones en los Vedas, los Puranas y otros textos religiosos al respecto. Tales gentes no tienen una experiencia personal del sath-chith-aananda. Hasta los estudiosos que explican este concepto están relatando solamente lo que han aprendido de los libros, aun sin una experiencia directa.

Cada hombre debiera tratar de saber lo que esto significa. Sólo entonces podrá realizar su propio y verdadero sí mismo. Debido a la ilusión causada por el mundo fenoménico, el hombre considera la existencia-conciencia-dicha como algo distinto de sí mismo – sentimiento que nace de su apego al cuerpo. Cada cual debiera descubrir “¿Quién soy yo?” y, cuando haya encontrado la respuesta para esta pregunta, no habrá necesidad ya de que entienda lo que es existencia-conciencia-dicha.

Mientras se identifique con el cuerpo y con sus atributos físicos, el hombre estará buscando la exiistencia-conciencia-dicha. Cuando haya descubierto la verdadera naturaleza del ‘yo’ ya no buscará ninguna otra cosa – se dará cuenta que él mismo es la personificación de existencia-conciencia-dicha.

Cada individuo es una personificación de sath-chith-aananda – Sath = Dios; chith – el sí mismo individual (jeeva). La unidad de sath y de chith es la dicha (aananda).

Dolencias Mentales

El cuerpo humano es presa de muchos achaques. El hombre los considera a todos como dolencias corporales, mas no todos ellos se relacionan por completo con el cuerpo. Las dolencias puramenre corporales se pueden tratar mediante medicamentos. Mas la mayoría de las dolencias en el mundo de hoy tienen su origen en la mente. Las aberraciones de la mente producen reacciones en el cuerpo y causan varias enfermedades – la causa principal para muchas dolencias humanas está enraizada en la mente.

La mente y el cuerpo están interrelacionados. La influencia de la mente sobre el cuerpo es de carácter negativo – esta negatividad es antagónica a la experiencia de dicha.

Los malos pensamientos y malos sentimientos surgen en la mente. Al mismo tiempo, hay también buenos pensamientos y buenos sentimientos. Sólo cuando cuando los malos pensamientos y sentimientos son arrancados de raíz puede el hombre tener buena salud. Muchas enfermedades tienen su origen en los pensamientos que llenan la mente – los malos pensamientos pueden causar indigestión, afectar al corazón y producir variaciones en la presión sanguínea. Las preocupaciones son causa de muchas enfermedades mentales. La diabetes y las enfermedades pulmonares pueden rastrearse hasta causas mentales.

Aspectos de la Liberación

Cada hombre anda en busca de la liberación (mukthi). ¿Para quién se busca esta liberación? ¿Es para el cuerpo? ¿Es para la mente, el intelecto o los sentidos? Si examinamos estas cuestiones, la respuesta será que, inicialmente, la liberación ha de conseguirse para la mente, el intelecto y los sentidos. El hombre ha de liberarse de los vagabundeos de la mente. El liberarse de dolencias es una clase de redención. El hombre pierde la paz mental debido a una variedad de problemas. El escaparle a esta condición y asegurarse la paz mental será otra clase de liberación. El consumir alimentos para escaparle a la angustia del hambre, es otra clase de liberación. Otro aspecto de la liberación es el evadirse de las pruebas y tribulaciones de la vida diaria. Todas estas clases de liberación habrán de alcanzarse mientras uno esté aún con vida. Es un error el imaginar que la liberación constituye un estado que ha de ser alcanzado después de la muerte.

Los varios tipos de liberación que hay que lograr hoy en día se relacionan con lo físico – es inevitable que estos problemas existan mientras uno esté apegado al cuerpo. Todos ellos surgen de los pensamientos “negativos” en el hombre.

La liberación que los hombres debieran buscar es la paz mental. Si se obtiene la paz, todo lo demás resultará fácilmente alcanzable. ¿Cómo se obtiene la paz mental? Llevando una vida piadosa.

El Poder del Amor

Todas las formas de culto de nada servirán si el corazón de uno estuviera lleno de sentimientos “negativos” y la mente, llena de pensamientos “negativos”. Las acciones llevadas a cabo por los diferentes órganos sensoriales como los ojos, el oído, la lengua etc., se contaminan con estos pensamientos “negativos”. Las seis malas cualidades del hombre (lujuria, ira, codicia, engaño, orgullo y envidia) son sus bien atrincherados enemigos. Para liberarse de estos malvados elementos y para instalar buenas cualidades en su lugar, el único medio consiste en cultivar el principio del Amor (Prema-thathva). Cuando el corazón del hombre está lleno de amor, todo lo que haga será “positivo”. Todas las buenas acciones provienen del amor. Sath-chith-aananda nacen del Amor. La compasión y la bondad nacen del amor. Todos los sublimes valores humanos tienen su o
rigen en el amor. Cuando una persona está llena de amor, no necesita rituales ni otras prácticas espirituales.

El principio Atmico representa la base para el cuerpo. Todas las actividades en la vida debieran estar ligadas al principio Atmico. El hombre debiera descartar el apego a los placeres mundanos transitorios y apuntar a lo que es eterno y perdurable.

Las Cinco Envolturas

Si el hombre recordara constantemente que es la personificación de existencia-conciencia-dicha, llegaría a experimentar esa dicha a su debido tiempo. El hombre está cubierto por cinco envolturas – la del alimento (annamaya-kosa), la envoltura vital (pranamaya-kosa), la envoltura mental (manomaya-kosa), la del intelecto (vijnamaya-kosa) y la envoltura de la dicha (aanandamaya-kosa). La primera es una envoltura densa y cada una de las que la siguen va siendo más sutil que la precedente. El hombre ha de avanzar desde la más densa a la envoltura más sutil de la dicha. La envoltura del alimento es el cuerpo – es perecedera, pero mientras uno viva, habrá de ser conservado en un buen estado de salud. Deben ser cumplidos los deberes correspondientes a lo físico. Lo que mantiene en funciones al cuerpo son las vibraciones de la envoltura vital. Estas vibraciones son controladas por la radiación desde la envoltura mental. Más allá de la mente está la envoltura del intelecto, la que es responsable por la “constante percepción consciente integrada” en el hombre. Cuando se alcanza este estado, el hombre podrá continuar hacia la próxima envoltura, la de la dicha, sin mucho esfuerzo. La experiencia de la dicha será automática.

De lo anterior debería ser evidente que la calidad de humano se le ha conferido al hombre con el fin de que pueda ascender hacia su destino divino, en lugar de revolcarse entre placeres y miserias mundanales. Con ello demostraría su superioridad frente a las bestias y las aves.

La Santidad de los Festivales

Todos los festivales bharathiyas (indios) están diseñados para conducir al hombre hacia Dios. Están destinados a hacer que las gentes mediten en Dios. Hoy en día, lamentablemente, en lugar de pensar en Dios, las gentes se complacen en organizar festejos y diversiones en los días sagrados. Los festivales habrían de ser consagrados a contemplar en Dios y a experimentar lo Divino.

Hoy estamos celebrando Shivarathri, lo que significa “oscuridad auspiciosa”. Al menos en este día uno debiera entonar el nombre de Shiva durante toda la noche – una vez al año por lo menos, canten el nombre del Señor. Se espera que los devotos se mantengan en vigilia esta noche cantanto el sagrado nombre de Shiva. El mantenerse despierto por cualquier otra razón carece de propósito. El pasar la noche recitando el nombre del Señor le santifica la vida a uno. En el Gita, el sthitha-prajna, la persona de firme sabiduría espiritual, es descrita como alguien que se mantiene despierta mientras otros duermen y para quien el día, cuando otros están despiertos, hace las veces de noche. El significado interno de esto, es que la persona de firme sabiduría espiritual, la persona realizada que se encuentra en un estado de constante percepción consciente integrada, contempla en Dios, mientras otras no Lo recuerdan.

Lo más importante que debiera concertar la preocupación de todos hoy en día, es el cómo poder desechar los pensamientos negativos de sus mentes. Los seis enemigos capitales del hombre (los seis vicios fundamentales) también han logrado instalarse en el corazón de los seres humanos –ya no queda espacio en ellos para el amor o la bondad. Una tarea primordial es la de llenar los corazones con amor. Entonces, la vida entera será transformada y cada acto estará saturado de amor. Este amor es “positivo” y el hombre debiera esforzarse por fomentar las cualidades positivas. Siendo humanos, los hombres debieran cultivar cualidades positivas como la compasión y la paciencia.

Hoy en día, la vida humana se dilapida en la búsqueda de satisfacción de deseos sensoriales. Todos ellos son de naturaleza negativa. Los hombres debieran albergar, en su lugar, deseos positivos que le son naturales al ser humano. Divinicen cada deseo y cada acción.

Las búsquedas mundanas que han estado con el hombre a lo largo de muchas vidas, deberán abrirle paso a las búsquedas divinas, por lo menos en esta vida. Muchos no han llegado a realizar las potencialidades divinas que hay en ellos. Tienen la capacidad para llevar a cabo buenas o malas acciones – con los buenos actos experimentarán la dicha. Ayuden siempre, nunca dañen.

El Ejemplo de Bhagavan

Cada uno debiera empeñarse por manifestar la dicha que le es natural, mediante el fomento de su naturaleza amorosa. La paz reside en esa dicha. Todos ustedes debieran saber una cosa – aunque tengo ya setenta y dos años en este cuerpo actual, nunca he tenido algún pensamiento negativo. En consecuencia, no he tenido dolencias de nigún tipo. Estoy siempre en un estado de dicha – aunque a veces, para corregir a otros, empleo palabras ásperas. No son palabras “negativas” – están llenas de amor. Si examinaran Mi corazón, encontrarían que se parece a una bola de fierro. Mas desde el punto de vista mundano, es blando como la mantequilla. No hay dolencia alguna que pueda afectar Mi corazón. Estoy contínuamente sumido en trabajo, desde el momento de despertar hasta el momento de descansar por la noche. Me encuentro con los devotos, recojo cartas de ellos, les doy entrevistas y le traspaso alegría, de uno u otro modo, a cada uno y a todos. Cada funcionario, en cualquier lugar, tiene vacaciones semanales. Yo en cambio, no tengo vacaciones . Estoy contínuamente activo, aquí o en otra parte. ¿Podrían indicar a alguien que haya estado contínuamente activo por setenta y dos años? No he deseado un día de descanso en ningún momento – estoy siempre descansado. ¿Cómo es esto posible? Porque no albergo pensamientos negativos. Porque no siento apego por el cuerpo. Este cuerpo existe por el bien de ustedes. Cuando uno está apegado al cuerpo, necesita descanso. Sea lo que sea que Yo haga o diga, todo es por el bien de ustedes, no por el Mío.

El Señor Busca el Amor de los Devotos

Las gentes debieran llevar sus vidas basándose en el reconocimiento de esta verdad. Hay sólo una cosa que espero de todos ustedes. Llenen sus corazones de amor y ofréndenme ese amor a Mí. Yo no le pido nada a nadie – es suficiente si cultivan amor y comparten ese amor con otros. Sólo cuando ustedes son felices, pueden hacer felices a otros. ¿Qué es la felicidad? Es la unión con Dios. Entonando el Nombre de Dios llegarán a experimentar felicidad.

Actos buenos y sagrados como la adoración, la meditación y la concentrada repetición del Nombre (japa), son útiles para santificar el tiempo – mas no constituyen fines en sí mismos. Están teñidos de mundanalidad. Lo que se requiere en una acción “positiva” que sea dedicada a lo Divino. Entonces quedarán libres de dolencias. Estarán saludables y contentos sólo cuando alberguen pensamientos puros.

No le demuestren mala voluntad a nadie. Yo no guardo rencor ni odio hacia nadie, por ende, nadie Me odia a Mí. Para Mí, todos son seres llenos de amor. Deseo que todos sean dichosos. Y se debe a este sentimiento universal dentro de Mí que todos están llegando hasta Mí. Si por el contrario, Yo hubiera sido egocéntrico, ¿habrían venido acá gentes provenientes de todas partes del mundo? Soy absolutamente desinteresado, de la cabeza a los pies. No hay traza de egoísmo en Mí. Y si notaran algún tipo de sentimiento así en Mí, lo estaría exhibiendo sólo por el bien de ustedes. No tengo deseos, salvo el que cada uno de los seres en todos los mundos sea feliz. Todos debieran volverse buenos. Todos debieran ser amorosos y dichosos. ¿Qué más podría necesitar Yo?

Amor y Fe

El hombre merece gozar de paz y de dicha, mas no realiza los esfuerzos necesarios para lograrlas. Si cultivara el amor y la fe, lograría la paz y la dicha. Careciend
o de ellas, su esfuerzo será tan improductivo como una carta que no lleve el sello ni la dirección correcta.

Con amor y fe en Swami pueden llevar a cabo cualquier tarea que emprendan. Observen tres máximas : Amor a Dios; Temor al Pecado; Moralidad en la Sociedad. Para desarrollar el amor por Dios deberán observar si cada acto vuestro le place o no a Dios. Cuando complazcan a Dios, no tendrán por qué temerle al pecado. Y cuando se dan ambas premisas, la moralidad en la sociedad sigue de manera natural.

Todos los males del mundo de hoy se deben a la ausencia de temor al pecado y a la disminución del amor por Dios. Y la disminución del respecto a los valores humanos ha socavado la paz mundial.

Cuando el Nombre del Señor es entonado desde las profundidades del corazón, se transforma en la dulce música de la flauta de Krishna, que hechizaba hasta a las vacas de Brindavan. La melodía que fluye desde el corazón del devoto esparce una dicha inefable.

El Amor por Todos de Bhagavan

Amor y fe son los principios cardinales para redimir la vida humana. Mi vida es Mi mensaje. Siento amor por todos. Siento afecto incluso por aquellos que cometen errores y por aquellos a quienes les disgusto. No siento inquina por nadie, debido a este amor por todos. Es por eso que todo el mundo Me ama a Mí. La causa fundamental de Mi amor es Mi estima por todos (visvaasam).

La base para esta estima radica en la adhesión a la senda de la Verdad. La Divinidad es la base para adherir a la Verdad. Es así que esta Divinidad es la fuente primordial del amor universal. Todos debieran practicar la hermandad universal – de la fraternidad nacerá la Divinidad. Entonces el género humano manifestará su gloria y los hombres se comportarán como seres humanos ideales.

¡Encarnaciones del Amor! Intenten enteder Mi doctrina de Amor. A menudo Me dirijo a ustedes como “encarnaciones del Sí Mismo Divino”. Serán encarnaciones de lo Divino únicamente cuando desarrollen el amor divino. El único ser digno de amor en este mundo es Dios – todos los otros no son sino objetos de apegos transitorios. En este sagrado día de Shivarathri, desarrollen el amor por lo divino y rediman sus vidas. Manifiesten lo Divino dentro de sí mismos. Entonen contínuamente el Nombre Divino. Lleven a cabo cada acción con amor. Este es el más elevado ejercicio espiritual (saadhana). La via del amor va a transformar al mundo, el amor es Dios, la verdad es Dios, la paz es Dios. Este es el mensaje de Shivarathri. Entendiéndolo, dedíquenle todas sus acciones a Dios y préstenle un servicio desinteresado a las gentes para redimir sus vidas.

[Bhagavan terminó Su discurso con el bhajan “Shiva, Shiva, Shiva anaraada”]

Traduccion Herta Pfeifer