Discursos dados por Sai Baba​ – 17. 25/07/75 Mi deseo, mi voto

Discursos dados por Sai Baba

{SB 13} (39 discursos 1975 a 1977)

17. 25/07/75 Mi deseo, mi voto

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 09 cap. 50 )

Mi deseo, mi voto

25 de Julio de 1975

Ananfapur, Colegio de Mujeres Sathya Sai

ESTE DfA REPRESENTA un punto de encuentro entre el pasado y el presente, como lo son, por lo demás, todos los días, porque aquí en el colegio estamos deseándoles lo mejor a aquellos que se retiran y dándoles la bienvenida a aquellos que están ingresando a los cursos. Todos los momentos son momentos de crisis en los que se requiere de decisiones cruciales y urgentes. La vida es una lucha entre fas fuerzas del bien y las del mal, de alegrías y pesares, de éxitos y fracasos.

Puede surgir la duda respecto a que si, frente a esta lucha perpetua, el hombre podrá alguna vez escapar de los lazos de la dualidad. ¿Se trata, después de todo, de una esperanza vana, de una perspectiva quimérica, v será el juego de Dios? En verdad constituye el ineludible destino del hombre y es justamente para prepararlos para ese destino que se ha establecido este colegio.

El estudiante que habló hace unos minutos señaló que el sólo hojear toda una montaña de libros no puede llamarse educación. Cierto. Ella tiene que considerar al cuerpo, a la mente y al espíritu, además de la inteligencia. No puede confinarse dentro de las cuatro paredes de un edificio. Para aquellos que se interesan por observar y por aprender, todo el universo es una universidad. La conciencia despierta es vida; de modo que el agricultor, el carpintero, el herrero, el escultor, el comerciante, todos han de tener una clara conciencia de sus deberes y responsabilidades, de sus habilidades y de las normas por las cuales regirse, y todo esto deberá ser fomentado y establecido por la educación.

La educación no es un asunto de ratones de biblioteca; el proceso debe incluir el estudio y el aprecio de todos los oficios, profesiones y gremios. Deberá impulsar la aceptación de lo bueno y el rechazo de lo malo. La educación espiritual no representa una disciplina distinta y aparte; es una parte integrante de todos los tipos y niveles de formación. De hecho, constituye el cimiento sobre el que puede levantarse un edificio que perdure. La educación secular y la espiritual vienen a ser como las dos mitades de las semillas de leguminosas: el germen que brota se encuentra entre ambas y las dos lo alimentan.

Lo femenino representa el cimiento sobre el cual se puede construir un mundo pacifico y feliz. Cuando las mujeres sean genuinas y valientes, tiernas, compasivas y virtuosas, el mundo podrá tener una era de paz y de alegría. Las jóvenes tienen capacidad de desarrollarse en fuertes y rectos aspirantes espirituales, capaces de escalar las alturas de la aventura espiritual, pero carecen de una guía apropiada. Por otra parte, la juventud enfrenta tentaciones dañinas, malos ejemplos y consejos malintencionados que se difunden de manera muy atractiva pordoquier.

Hay dos sirenas que encantan y lo llevan a uno hacia lo fútil y lo frívolo, desviándonos por el camino de la ruina. Una se llama Cine y la otra Novela. La primera contamina y corrompe, manchando las mentes jóvenes e inocentes, enseña crimen, violencia y soberbia; destruye la humanidad básica y degrada hacia la animalidad. Hasta los .monjes y renunciantes son fuertemente arrastrados hacia el pecado por su insidiosa influencia.

La sirena Novela también corrompe del mismo modo con lascivas escenas de bestialidad. Ambas empujan a los jóvenes al torbellino del vicio. No saben ni se esfuerzan por saber cómo se forma a los jóvenes de modo que se conviertan en buenos ciudadanos que dependan de sí mismos, confíen en sí mismos y se conozcan a sí mismos.

Una vez, un estudiante extendió la palma de su mano a una quiromanciana para que la examinara. La mujer escrutó con atención las líneas y le anunció que avanzaría mucho en sus estudios, y el estudiante se sintió feliz. Le predijo que iba a amasar una gran cantidad de dinero y su alegría era desbordante. Le señaló que las lineas no solamente indicaban fortuna, sino también fama; esto hizo que rebosara de felicidad, nada más podía pedir. Luego le anunció que su línea de la vida era bastante corta y que terminaba abruptamente. El estudiante se desmayó.

También la educación actual no tiene una línea de la vida: no asegura las habilidades ni las actitudes que son esenciales para vivir una vida de paz y de contento. No es «plena» ni funciona de manera tan amplia que llegue a abarcar en su órbita todas las necesidades y metas. Se siente satisfecha con atiborrar de libros, con repetir de memoria, con investigar trivialidades y con entregar diplomas que no significan nada en especial. Y sus «productos» exhiben en todas partes su carencia de propósito, gritando que Dios ha muerto y que la virtud no es más que una superstición. ¿Cómo podría existir el hombre sin Dios o Dios separado del hombre? No puede haber una guirnalda sin un hilo que una todas las flores, ni pueden haber hombres sin el parentesco íntimo que Dios le asegura a cada uno. Él es el brahmasutra, la cuerda de Brahman, invisible pero inevitable.

Se han invertido millones de rupias en este colegio, no con el deseo de agregar uno más a los cientos de colegios distribuidos por todo el país, sino para formar a una generación de mujeres que sepan cómo vivir los ideales atesorados en la cultura bharatiya y que mantengan en alto la dignidad y el destino de su calidad de mujeres.

La razón que impulsó el establecimiento de este colegio es la necesidad de contar con mujeres que, al ser madres, promuevan la expansión del amor hasta abarcar a sus semejantes de todas partes. El primer paso para esta expansión se da en el hogar, en donde deben reverenciar y complacer a los padres que les brindaron esta oportunidad de vivir y de aprender. Si los tratan con rudeza o llenan sus mentes de sufrimiento, ¿cómo podrían alegrar a otros por medio del servicio y la comprensión? La expansión es la clave para la educación. Saben que cuando se infla un globo, llegará a reventar y el aire de su interior se fundirá con la ilimitada expansión de afuera. Así también, su amor deberá llenar el hogar y la sociedad y, finalmente, rebasar también esos límites y hacerse mundial. Una gota de agua que se tenga en la palma de la mano se evaporará muy pronto, estará demasiado sola. Déjenla caer en el mar y sobrevivirá como parte de él. ¡Asumirá el mismo nombre y sabor, la grandeza y el poder del mar!

Cultiven el amor, siembren las semillas del amor en todos los corazones. Derramen amor sobre las arenas de los desiertos y hagan que los verdes brotes, las hermosas flores, los exquisitos frutos y la dulce cosecha del néctar llegue a todo el género humano. Éste es mi deseo, mi misión, mi voto. Cuando obtengan un diploma y salgan del colegio, no pregunten: «¿Qué me está dando el país?», sino más bien: «Y ahora, ¿qué puedo darle a mi país?»

Ahora, cuando los estudiantes se encuentran por todas partes con aflicción o desesperación, no la enfrentan para ver si la reducen. ¡No hacen sino echar combustible a las llamas y se solazan en el daño que causan! Mi objetivo al iniciar y dirigir este colegio es el formar aquí a la madre ideal, a la hermana ideal y a la esposa ideal, en suma, a la mujer ideal. Las materias que se imparten para prepararlas para las pruebas de la universidad, no son más que un señuelo para atraerlas hacia la materia superior de la formación del carácter y el desarrollo del amor universal. La adquisición de algunas informaciones fragmentarias, sin la transformación necesaria, constituye para ustedes un motivo de orgullo, aunque éste no se justifique mucho.

La tierra no es más que un puntito en el vasto cosmos; la India no es más que una minúscula porción de ese puntito; Anantapur es una partícula microscópica en él y ustedes no son más que unos cuantos de los millones de seres humanos que viven aquí. ¿Qué derecho tienen de imponerles a otros su org
ullo para sentirse superiores?

Las estudiantes y profesoras habrán de mantenerse siempre alertas y vigilantes para no atraer los ojos ni las lenguas de los jóvenes, ya sea por su vestido, sus movimientos, su risa o su conducta. Quédense un poco atrás de los tiempos, eso no tiene importancia. Es mucho mejor que adoptar modas que afrentan a las tradiciones y costumbres de este país y su cultura.

No deshonren a sus padres ni los decepcionen actuando de manera que contraríen sus planes más acariciados. La reverencia que ofrezcan a los pies de sus padres es una reverencia que, les aseguro, (lega hasta mí. Hay algunas lecciones y temas especiales establecidos en este colegio para inculcarles fe y disciplina espiritual. Tanto maestras como estudiantes habrán de mostrar un especial interés por ellos, porque constituyen características únicas de este colegio, diseñadas para su bien y para bien del país. También las maestras deberán ser ejemplo de sinceridad, de sencillez y cooperación mutua y amor; también ellas deberán mostrar interés en las oraciones y otros aspectos de importancia espiritual.

Ananfapur, Colegio de Mujeres Sathya Sai

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