Discursos dados por Sai Baba​ – 20. 29/05/92 El mensaje de los Vedas

Discursos dados por Sai Baba

{SB 25} (39 discursos 1992)

20. 29/05/92 El mensaje de los Vedas

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 25 cap. 20 )

El mensaje de los Vedas

29 de Mayo de 1992

¡Qué desdichada es una vida que se vive sin cantar el nombre del Señor! ¿Qué felicidad proporciona reinar sobre los Devas?

¿Cuál es el beneficio de poseer todas las riquezas mundanas?

¿Puede uno liberarse de la esclavitud sin Bhakti?

Aun en el ser humano, existen inclinaciones animales, demoníacas y divinas. Pasar por alto el potencial humano y desarrollar tendencias animales es una gran desgracia para el hombre.

Hay quienes se identifican a sí mismos con el cuerpo. Ellos no comprenden que este cuerpo es transitorio y puede desaparecer en cualquier momento como una burbuja de agua. La muerte sorprende al hombre que se identifica a sí mismo con el cuerpo. El cuerpo está constituido por los cinco elementos (éter, aire, fuego, agua y tierra). Está destinado a perecer. El Morador Interno es permanente, no tiene nacimiento ni muerte y es, en verdad, la Divinidad misma. Al tratar al cuerpo temporal como a sí mismo, el hombre está desperdiciando su vida.

Cinco clases de seres humanos Hay una segunda categoría de personas descaminadas que se identifican a sí mismas con sus mentes y malgastan sus vidas.

Están continuamente atormentadas por los pensamientos y las fantasías. Rumiando acerca del pasado y especulando sobre el futuro, estas personas pasan por alto el presente y se confunden.

Las personas de la tercera categoría glorifican al Budhi (intelecto), se identifican con él, hacen uso de sus poderes y se embarcan en diversos planes. Al glorificar así los poderes de discernimiento del intelecto, estas personas no logran reconocer su verdadera naturaleza (divina). De este modo, el hombre está malgastando la potencialidad divina del Budhi. La vida se desperdicia en interminables indagaciones y experimentos. Sin importar el tiempo que uno pueda dedicar a realizar indagaciones e investigaciones, el intelecto no puede ayudarlo a realizar a Dios.

La cuarta categoría de personas confía en el poder del Antahkarana (el instrumento interno de pensamiento). Al considerar al mundo fenoménico como separado de sí mismas, estas personas procuran realizar a Dios tomando la senda espiritual.

El hombre que pertenece a la quinta categoría declara: “Yo soy todo. No hay nada en el mundo aparte de mí”. Él cree que el mundo mismo es irreal. Es alguien que comprende el principio de Prajña relacionado con el “Yo”. Prajña es conciencia integrada constante.

Si uno busca integrar el cuerpo, la mente, el intelecto y el Antahkarana para realizar la meta trascendental, tiene que ir más allá de la mente, el Budhi y el Antahkarana y trascender los estados de vigilia, sueño y sueño profundo. Solo entonces podrá comprender el principio del “Yo”, de Prajña. El cuerpo, la mente, el intelecto y el Antahkarana están relacionados con Prakritam (los fenómenos de la Naturaleza). Son variantes funcionales de la mente. La Divinidad no puede ser comprendida a través de la mente. Debe realizarse un esfuerzo para controlar la mente.

Cuatro grandes Mahavakyas En este contexto, los Vedas han proclamado cuatro grandes Mahavakyas (aforismos). Uno es “Prajñanam Brahma”. ¿Qué es Prajñanam? Es Chaitanyam (Conciencia). Esta conciencia lo satura todo en la creación: el hombre, el demonio o la deidad, las aves y las bestias. Esta conciencia que lo penetra todo ha sido considerada Brahmán (la Divinidad Absoluta). Brahmán se refiere a aquello que lo satura todo. Trasciende al cuerpo y a la mente y está más allá de los tres estados de vigilia, sueño y sueño profundo.

Como este Brahmán que lo satura todo es idéntico a Aham –el principio universal del “Yo”–, los Vedas dieron el segundo aforismo, “Aham Brahmasmi” (“Yo soy Brahmán”). Éste enfatizó la unidad del “Yo” y Brahmán.

Por lo tanto, Brahmán (la Divinidad), Chaitanya (la Conciencia) y la fuerza que lo penetra todo no son entidades con diferentes nombres y formas. Ellas son idénticas. Sin embargo, Brahmán posee diferentes órganos y miembros. Por ejemplo, está el cuerpo humano. Posee un solo nombre: cuerpo. Sin embargo, dentro del cuerpo, están las manos, los ojos, los oídos, etcétera. Del mismo modo, el principio de Brahmán está asociado con el principio de Prajña, posee los atributos de penetrarlo todo, de Paripurnatvam (totalidad) y de Conciencia. Todos éstos son sus miembros. La Divinidad es la forma integral de todos estos componentes.

Así pues, la declaración “Prajñanam Brahma” significa “Brahmán es Conciencia Absoluta”. ¿Dónde se halla esta Conciencia?

En todas partes. No hay lugar sin Conciencia. Sobre esta base, los Vedas proclamaron que la Divinidad es omnipresente, omnipotente y omnisciente.

No hay diferencia entre Aham y Brahma En el segundo gran Mahavakya, “Aham Brahmasmi”, hay tres palabras: Aham, Brahma y Asmi. Aham significa Paripurnatvam (totalidad). No está expuesto al cambio debido al tiempo, el lugar o las circunstancias. Aham posee otro significado:

Sakshi (Testigo). Esto significa que Dios es un testigo de todo:

en el pasado, el presente y el futuro. Sin embargo, no se ve afectado por ninguno de ellos. Brahma se refiere al principio que es la base para akasa (el éter) y los demás Panchabhutas (los cinco elementos básicos). No hay diferencia entre Aham y Brahma. Son interdependientes e inseparables. El principio de Aham también posee el atributo de saturarlo todo. Aham también está presente en los cinco elementos. Asmi unifica a Aham y a Brahma. Ellos no están separados, sino que son uno y lo mismo. Éste es el significado de Aham Brahmasmi.

La siguiente declaración es “Tat Tvam Asi”. Tat es aquello que ha permanecido inmutable antes y después de la creación.

No tiene nombre ni forma. Por eso, se lo llama Tat. El Shuddha- Satva (el principio de la bondad pura) es llamado Tat. Es inmutable.

Por ende, se lo llama “Ser”, aquello que es siempre inmutable y trasciende las categorías de tiempo y espacio.

El lazo común entre lo Sin Forma y la Forma El segundo término, Tvam, se refiere a aquello que posee nombre y forma. Tiene cuerpo, mente, intelecto y Antahkarana.

Pertenece al mundo fenoménico. Hay un lazo común entre lo Sin Forma y el Objeto con Forma. En todos los objetos con forma, Prajña, la conciencia del principio del “Yo”, está presente.

En consecuencia, Tvam también adquiere el atributo de Tat.

Esto puede ilustrarse mediante un ejemplo. Un escultor realizó un ídolo de Krishna utilizando un bloque de piedra cortado de una roca. Mientras cincelaba la piedra para esculpir la figura, él iba descartando las piedras superfluas. Solo le interesaba hacer el ídolo. Una vez terminado, el ídolo fue instalado en un templo, donde era el objeto de adoración diaria. Después del traslado del ídolo, los demás trozos de piedra permanecieron en la colina. Esos pedazos de piedra sin nombre ni suerte proclamaron:

“Somos lo mismo que Tat (el ídolo de Krishna). Una vez estuvimos juntos en la roca. Sin embargo, como se le dio a la otra piedra un nombre y una forma, nosotros nos hemos vuelto diferentes de ella. No obstante, la Divinidad presente en todos nosotros es una y la misma”.

Del mismo modo, el cuerpo, la mente, etcétera, han emanado de Shuddha Tatva, de Tat. Por la separación del elemento Sátvico, el cuerpo y los demás se han vuelto inútiles. ¿Por qué son inútiles? En lo que concierne a la vida mundana ordinaria, todos ellos –el cuerpo, la mente, etcétera– son esenciales. Para llevar a cabo cualquier sadhana, el cuerpo es un requisito previo. Para pensar acerca de algo, se requiere la mente. Para indagar acerca de cualquier asunto, tienen que utilizar el Budhi (intelecto). Por lo tanto, para llevar una vida mundana, el cuerpo, la mente y el intelecto son instrumentos primordiales. No obstante, ellos son solo instrumentos, pero l
a entidad que los hace funcionar es diferente. Ella es Tat, la cual, al residir en el cuerpo, la mente, el intelecto y el Antahkarana, los hace cumplir con sus respectivas funciones. Sin embargo, ninguna diferencia los separa.

El principio de unidad que implica “Tat Tvam Asi” Otro ejemplo lo da el vasto e insondable océano. De él surgen innumerables olas. Las olas parecen ser diferentes entre sí, pero en realidad no lo son. Son expresiones del agua del océano.

Solo la forma parece variar. De las olas surge la espuma. La espuma es inseparable de las olas. La espuma no puede separarse de las olas, y las olas no pueden separarse del agua de mar. El océano está presente tanto en las olas como en la espuma.

La unidad de los tres es llamada Kutashta por el Vedanta.

Kutashta se refiere al Tat que está presente en todas las cosas (que difieren en nombre y forma). Este principio de unidad es proclamado por el Vedanta en “Tat Tvam Asi”.

La cuarta declaración es “Ayam Atma Brahma”. Ayam significa aquello que es autoluminoso y autocreado. Es lo no manifestado:

Paroksha. Su forma es autoelegida. Junto a él está el término Atma. El Atma está presente en todos los seres en la forma de Chaitanya (Conciencia). Esta Conciencia, presente en todos, ha sido llamada Sathyam. La razón de esta denominación es que este Atma es Nitya (eternamente presente). Además, se la llama Sathyam, porque, como señala el Taitiriya Upanishad, el Atma es la base de todos los buenos pensamientos y las buenas acciones.

Los ocho Poderes Majestuosos Divinos La verdad implícita en las cuatro declaraciones Vedánticas es la misma. Es el principio de Aham (“Yo”) expresado por Prajña (la Conciencia Integrada Constante). Aham es el Divino svara (sonido) en todos los seres. Todos los demás sonidos han emergido de Aham. Esa es la razón por la que comenzó a usarse el término Shabdhabrahman.

¿Dónde está Shabdhabrahman? La respuesta proviene del término Characharamayi (aquel que está presente en lo móvil y lo inmóvil). ¿Cómo existe este Characharamayi? Como Jyotirmayi (la Refulgencia Infinita). ¿Cómo sale la palabra Jyotirmayi de la boca del hombre? Como Vangmayi (en la forma de Vak o habla). Incluso después de la muerte de un hombre, sus palabras sobreviven en la forma de ondas eléctricas en el éter. Las transmisiones desde Delhi pueden oírse simultáneamente en lugares distantes. Los sonidos son transportados por las ondas de radio a todas partes.

Debido al poder de Vangmayi, podemos experimentar la bienaventuranza indicada por el atributo Nityanandamayi (siempre bienaventurado). La naturaleza bienaventurada es característica de aquel que es Paratparamayi. Se considera en general que Para se refiere a una morada celestial como Vaikunta. Sin embargo, se refiere a aquello que lo satura todo y está presente como un testigo. También recibe el nombre de Mayamayi. Es el poder que lo hace creer a uno que lo irreal es real y que lo real es irreal. Este poder que produce ilusión es llamado Maya. Un estudiante, por ejemplo, confunde a una soga con una serpiente en la penumbra del crepúsculo. Inmediatamente experimenta temor. Después de acercar una linterna, descubre que no era una serpiente, sino una soga. Su temor desaparece. Solo la soga existía antes de traer la linterna. No hubo serpiente ni antes ni después. La serpiente fue una creación de su mente debido a la ignorancia causada por la oscuridad.

Hoy es preciso disipar la oscuridad de la ignorancia. La ignorancia se debe a Aviveka (ausencia del poder de discernimiento).

Aviveka se debe a Bhranti (la aprehensión imaginaria).

Estos temores imaginarios son causados por el apego y la ira.

Estos últimos son el resultado del Karma, que es una consecuencia de Janma (el nacimiento).

La ignorancia da origen a los temores Existe una estrecha relación entre la ignorancia y el nacimiento.

El nacimiento humano es el resultado del Karma (las acciones pasadas). Las acciones dan por resultado los apegos y las aversiones, que producen temores imaginarios. El origen fundamental de estos temores es la ignorancia, que no tiene ni nacimiento ni muerte. No hay una causa específica para la ignorancia.

Al olvidar su naturaleza divina, el hombre queda atrapado en las redes de Maya (la ilusión) y los temores causados por ella. ¿Cómo liberarse de Maya? La respuesta es: reconociendo a Shrimayi. ¿Quién es Shrimayi? Aquel que brilla siempre con refulgencia, estando completamente despierto y consciente.

Lo no auspicioso le es ajeno. Es siempre auspicioso. Es Sat. Es Prajña. Es el “Yo” (nenu).

La Divinidad posee los ocho atributos –formas de riqueza– anteriormente mencionados. Es necesario unificarlos librándose de la conciencia cuerpo-mente. Entonces, la unidad de lo Divino se vuelve evidente. Hoy los esfuerzos del hombre están regidos por deseos egoístas, sentimientos estrechos y objetivos mundanos. Como resultado, el significado de la Divinidad elude al hombre.

El supremo sadhana que el hombre ha de practicar hoy es concentrar todos sus sentidos en Dios. Esto tal vez no parezca fácil, pero con fuerza de voluntad es muy posible. Es más fácil renunciar a las cosas que aferrarse a ellas. Aquellos que declaran que Samsara (la vida familiar) los mantiene atados están utilizando mal el lenguaje. Son ellos quienes se atan a la familia y a las posesiones.

El hombre debe desarrollar fe en Dios. Solo entonces será capaz de experimentar felicidad perdurable.

Discurso pronunciado en Brindavan el 29-5-1992.

Cambien su visión, y el mundo también cambiará.

Permitan que el ojo se cargue con lo Divino y verá todo como a Dios.

BABA