Discursos dados por Sai Baba​ – 29. 06/03/77 Calmando la sed

Discursos dados por Sai Baba

{SB 13} (39 discursos 1975 a 1977)

29. 06/03/77 Calmando la sed

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 10 cap. 12 )

Calmando la sed

6 de Marzo de 1977

LAS RESPONSABILIDADES DEL Comité de Servicio son de alto orden. Tiene que guiar a los miembros, y a través de ellos a toda la humanidad, a lo largo del camino del sadhana, lo que lleva al individuo de la posición «yo» a la posición «nosotros». Esto le ha dado al Comité de Servicio la importancia que se merece. Uno puede darse cuenta de esto solamente cuando profundiza en su significado. Ustedes deben sublimar todo el trabajo como adoración y tratar de llenar cada momento de sus vidas con esa visión. Sólo entonces pueden justificar su membresía en esta Organización.

A través de la actividad, el hombre logra la pureza de la conciencia. En verdad tienen que acoger la actividad con este propósito como objetivo. Pero, ¿por qué luchar por una conciencia pura? Imagínense un pozo con agua turbia y contaminada, cuyo fondo no se puede ver. Cuando se limpia el agua y se vuelve clara, entonces se puede ver bien el fondo. De igual forma, dentro del corazón del hombre, en lo profundo de su conciencia, está el Alma, que sólo puede ser vista cuando la conciencia está clara. Lo que se imaginan, sus deducciones, sus juicios y prejuicios, sus pasiones, emociones y deseos egoístas enturbian la conciencia y la opacan. ¿Cómo, entonces, pueden volverse conscientes del Alma que está en la base misma? Sólo a través del servicio prestado sin ningún deseo de apaciguar al ego, y con la única finalidad del bienestar de los demás, es posible limpiar la conciencia y hacer que se revele el Alma.

Por lo tanto, ¿para el bien de quién están ustedes haciendo servicio? Lo están haciendo para su propio bien. Están haciendo servicio para que se vuelvan conscientes del Alma en ustedes, para que puedan descartar la atracción de su ego, para conocerse ustedes mismos y obtener la respuesta a la pregunta que los atormenta: °¿Quién soy yo?» Ustedes no sirven a los demás, se sirven a sí mismos: no sirven al mundo, sirven a sus propios intereses.

Podrían preguntar: ¿cómo es posible trascender el ego mediante el servicio? El trabajo puede transformarse en adoración saturando el servicio con amor. Cuando el trabajo se ofrece a Dios, se santifica y se convierte en adoración. Esto lo libera del ego. También lo libera del deseo terrenal del éxito y del temor terrenal del fracaso. Sienten que cuando han hecho el trabajo de la mejor manera posible, han cumplido con su adoración ritual (puja); ahora depende de él, que ha aceptado el puja, otorgar lo que considera mejor. Esta actitud hará que el trabajo sea sin apego. La práctica cotidiana de esta disciplina hará que la conciencia se aclare y se purifique. Promoverá la limpieza de la mente para que la verdad se vea reflejada en ella. Sin este principal requisito de una conciencia pura, ¿cómo puede el hombre alguna vez tenerla esperanza de escalar las alturas espirituales? Casi todos los grandes sabios de la antigüedad, pasaron los primeros años de su vida en sadhana que les aseguraría una conciencia pura. Por muy prometedora que sea su carrera, por mucho que puedan acumular los recursos económicos para una vida cómoda, por altas que sean las alturas de autoridad a las que hayan ascendido mediante el uso de su inteligencia, lo que han logrado será nada, a menos que toda su actividad esté bañada por la pureza divina inherente en la conciencia.

Ilustraré este punto. Tomen un simple sobre de carta. Sobre él, con tinta dorada, escriban con caligrafía artística la dirección de una persona. Metan en él una carta bellamente escrita, llena de grandes sentimientos, y entonces pónganla en un buzón de correo. ¿Qué le sucede? No se alejará de ese buzón ni siquiera un metro. Ahora tomen una simple tarjeta postal, barata y ordinaria. Escriban la dirección sin ningún cuidado especial. Anoten lo que quieren transmitir; pónganle una estampilla y deposítenla en el mismo buzón. Vean lo que sucede. El sobre ornamentado artísticamente es inerte, mientras que la tarjeta postal nada artística, que apenas se puede leer, viaja mil kilómetros hasta llegar a la persona indicada. Por lo tanto, cualquiera que pueda ser la singularidad o importancia, el frenesí o la atracción, el servicio que brindan no puede dar fruto si lo hacen sin una conciencia pura.

Su anhelo por hacer servicio y su entusiasmo mientras lo están haciendo, los está rescatando del mal. Dios es testigo. Dios no tiene ningún deseo de bendecir, ni la ira para castigar. Ustedes reciben bendiciones o castigos como resultado de sus sentimientos y actos. Yad bhavam fhad bhavathi. Sucede según piensan y se comportan.

Las malas acciones nunca producen bien.

Las buenas acciones nunca producen mal.

Las semillas de nim’ nunca producen mangos.

Las semillas de mango nunca producen nims.

Por lo tanto, una persona puede ser un experto en muchos campos del conocimiento o un maestro con muchas habilidades y logros materiales, pero sin limpieza interna su cerebro es un desierto o una piedra inmensa sin ningún indicio de amor, misericordia o virtud.

De los nueve pasos en el sadhana espiritual que llevan a la realización del ser, según se establece en los Bhakti Sutras, la actitud de servicio, que es el octavo paso, está bastante cerca de la meta final. El estudio de los textos, la renuncia a la riqueza para darla en caridad, la repetición del Nombre Divino y el canto de salmos e himnos pueden ser un buen ejercicio para santificar la mente y para evitar caer en malas costumbres y pasatiempos funestos, pero pocas veces purifican la conciencia del hombre. En su lugar, principalmente sirven para acrecentar el ego e inculcar el orgullo y un ansia competitiva de superioridad. Pueden estar sentados en el salón de bhajans cantando fuertemente en coro, pero su mente puede estar preocupada por las sandalias que han dejado afuera. Siempre detrás de la mente está el temor de la pérdida de las sandalias; esto le resta valor a los bhajans y los convierte en un acto vacío.

El sadhana del servicio es muy diferente. En él ustedes dedican toda su energía y atención a la tarea asignada, porque es una tarea dedicada. Se olvidan del cuerpo e ignoran sus exigencias. Hacen a un lado su individualidad, su prestigio y sus beneficios. Sacan su ego desde la raíz y lo tiran. Renuncian a su posición, a su engreimiento, a su nombre y forma, y todo lo que esto exige de los demás. Este proceso purifica la conciencia. Cualquiera que sea la tarea que están llevando a cabo, renuncien a su personalidad individual y compartan sus dolores y problemas, sus frutos y beneficios, con Dios. No necesitan traer a Dios de algún lugar fuera de ustedes. Él está en ustedes todo el tiempo. Esta verdad debe ser su propio descubrimiento, su propio tesoro, su propia fortaleza. Éste es el gran propósito del Comité de Servicio. Ésa es la razón por la que a los Centros de Servicio se les ha asignado un lugar importante en la Organización Sathya Sai.

Una persona muy piadosa, en una ocasión, iba de Kasi a Ramesvaram, en el otro extremo de este vasto país. Llevaba consigo una cantidad de agua del sagrado Ganges, para mezclarla con el mar de Ramesvaram. Ésa sería la consumación de su larga y ardua peregrinación a través de muchos lugares y ríos sagrados. A mitad del viaje, vio a la vera del camino a un burro moribundo, pues estaba imposibilitado para llegar a algún lugar donde hubiera agua para calmar su sed. Su lengua seca y sus ojos desorbitados indicaban la terrible agonía. El peregrino se conmovió tanto por esta trágica situación, que virtió en el hocico del pobre animal el agua preciosa del Ganges que llevaba consigo. Después, el burro se recuperó y recobró la fuerza suficiente para alejarse de la amenaza de la muerte. Viendo esto, el compañero del peregrino le preguntó: «Amo, el agua sagrada que trajiste de Kasi era para ofrecer
la al océano en Ramesvaram. ¿Por qué hiciste el sacrilegio de verterla en el hocico de ese despreciable animal?» El peregrino contestó: «Pero he derramado el agua sagrada en el océano mismo, ¿no lo ves?»

Cualquier servicio que se hace a un ser que sufre, llega al mismo Señor, y nunca puede ser un sacrilegio, porque seva a un jiva (servicio a un individuo) es Seva Deva (servicio a Dios). Permanezcan siempre firmes en esa creencia.

Millones vienen a Kasi como peregrinos. Se dice que los que ven Kasi no volverán a nacer. Un día, en Kailasa (el cielo), Parvati le preguntó a Shiva: «Señor, he oído decir que todos los que visitan Kasi, donde hay un célebre santuario para tu adoración, alcanzarán Kailasa y se quedarán ahí en tu presencia. Millones acuden a Kasi, pero, ¿es este lugar lo suficientemente grande para acomodarlos a todos?» Shiva contestó: «Todos los millones no pueden venir a Kailasa; diseñaré un drama con el cual te haré ver, quiénes entre tantos millones pueden venir aquí. Tú también tienes un papel que desempeñar. Actúa como yo te indico».

Parvati se convirtió en una anciana de 80 años y Shiva en un hombre viejo y débil de 90. La vieja tenía al viejo sobre su regazo, en la entrada principal del famoso santuario de Shiva de Visvesvara, e imploraba lastimeramente a los peregrinos que pasaban por ahí, camino al templo: «Mi esposo tiene mucha sed. No puedo dejarlo e ir al Ganges a traerle agua. ¿Podría alguno de ustedes derramar un poco de agua en su boca y salvarle la vida?»

Los peregrinos estaban regresando después de su baño ceremonial en el río sagrado, sus ropas todavía mojadas y pegadas a sus cuerpos. Algunos de ellos se lamentaban de que su paz había sido afectada por haber visto a esta lastimosa pareja. «Hemos venido a tomar darshan del Señor, y vean con lo que nos encontramos». Algunos de ellos ignoraron totalmente los lamentos de la vieja y se comportaron con altivez. Algunos dijeron: «Esperen. Terminaremos la adoración dentro del templo y después les traeremos el agua del Ganges». Nadie ofreció darle al viejo la ayuda que necesitaba.

En ese momento, un ladrón profesional que entraba en el templo para robar algunos bolsillos, oyó la voz lastimera de la vieja y se detuvo cerca de ellos. Le preguntó: «Madre, ¿qué sucede?» Ella contestó: «Hijo, hemos venido a este lugar para recibir darshan del Señor Visvesvara de Kasi, pero mi esposo se ha desmayado por el agotamiento. Él podría sobrevivir si alguien le trajera un poco de agua del Ganges y la derramara en su boca.

No lo puedo dejar aquí e ir por el agua. Ayúdame por piedad y obtendrás el mérito». El ladrón se sintió conmovido por la compasión. Tenía un poco de agua del Ganges en una calabaza hueca. Se arrodilló cerca del moribundo que estaba sobre el regazo de la vieja, pero la mujer lo detuvo diciéndole: «Mi esposo puede morir en el momento en que el agua del Ganges humedezca su garganta; está en la última etapa de su vida. Por lo tanto dile una palabra de verdad y vierte el agua». El ladrón no podía comprender lo que ella quería decir, así que le preguntó: «¿Qué quiere decir?» Ella explicó: «Háblale a su oído y cuéntale alguna buena obra que hayas hecho en tu vida, y entonces vierte el agua en su boca». Eso le creó un problema al ladrón. No sabía qué hacer. No podía cumplir del todo y dijo: «Madre, en verdad no he hecho ninguna buena obra hasta ahora. Darle agua a este hombre sediento es la primera que yo hago», y diciendo esto colocó la calabaza en los labios del viejo y le dio el agua.

Justo en ese momento, la pareja desapareció y en su lugar aparecieron Shiva y Parvati, quienes bendijeron al ladrón. Shiva dijo: «Hijo, la vida debe ser dedicada al servicio de los demás y no a los exclusivos intereses de uno mismo. Así que, cualesquiera que hayan sido los malos actos que hayas cometido hasta ahora, por tu ofrecimiento libre de egoísmo del agua del Ganges, con la verdad en tu boca, te bendecimos con esta visión. Recuerda que no hay moralidad más elevada que la verdad; no hay plegaria que dé más fruto que el servicio».

En el camino real hacia la realización espiritual, según las Escrituras, hay tres etapas: karmajijtfasa, dharmajijñasa y brahmajijñasa. Jijliasa significa indagación. Una persona se vuelve capaz de indagar sobre Brahman y triunfar en esa pesquisa, solamente cuando su conciencia ha sido disciplinada mediante la indagación en las formas de actividad y de conducta el karma y el dharma que clarifican y purifican. El que discierne bien antes de involucrarse en alguna actividad, naturalmente se conducirá en forma correcta.

El buen karma automáticamente llevará al buen dharma. Tomen el ejemplo del chutney de coco hecho en casa. Solamente se le prueba después de que ha sido molido y preparado, y cuando se come se sabe si tiene sal o no. Entonces, si descubren que no tiene la suficiente sal o nada de ella, le tienen que echar la cantidad necesaria para que les sepa sabroso; pero no le agregan sal antes de haber comido una pequeña cantidad. Así que las tres etapas son: a) moler y preparar el chutney, b) comerlo y c) añadir la sal necesaria. La preparación es el karma, comerlo es el dharma y agregar la sal para hacerlo sabroso y sustentador es Brahman. Actúen, consagren y adoren, ése es el camino para adquirir una conciencia pura.

Un acto consagrado como el ofrecimiento al Dios residente en todos se vuelve tan sagrado como el más elevado servicio.

Dedíquense a este servicio. Los avatares de Dios están dedicados al servicio; por ello ocurren las encarnaciones. Así, cuando ofrecen servicio a la humanidad, el avatar naturalmente estará complacido y ustedes pueden ganar gracia. Ésta es una gran oportunidad que ustedes tienen como miembros del Comité de Servicio Sathya Sai. Espero que hagan el mejor uso de esta oportunidad. Los bendigo para que lo puedan lograr.

Brindavan

6 1II 77