Discursos dados por Sai Baba​ – 33. 16/06/77 El camino de la unión

Discursos dados por Sai Baba

{SB 13} (39 discursos 1975 a 1977)

33. 16/06/77 El camino de la unión

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 10 cap. 16 )

El camino de la unión

16 de Junio de 1977

¿PUEDE CALMARSE LA SED con unas gotas de agua o alejar el hambre con granos de arroz? La realización de la verdad de la creación y del creador implica una ardua disciplina y una firme fe en los caminos prescritos por los sabios. Estos caminos llevan a los hombres a la meta mediante la indagación, la devoción, el trabajo dedicado, la meditación, la adoración y otras disciplinas parecidas.

También existe el proceso del yoga, que en la actualidad está siendo ampliamente recomendado como un medio para el autoconocimiento. Se enseña y se propaga este proceso como un medio sencillo y seguro de liberación. Los principiantes y la gente común están siendo llevados a conclusiones erróneas por las grandes promesas, y deben ser advertidos a tiempo sobre los límites y las posibilidades del yoga según como se enseña y ofrece ahora.

El primer axioma del yoga como disciplina espiritual es «controlar las agitaciones de la mente». Sin embargo, esto es algo más fácil de decir que de hacer, porque la mente tiene que ser muerta, no sólo inactiva. Por supuesto, hay personas que han logrado esta victoria, pero ninguna de ellas está a la mano para guiarlos en el control o dominio de la mente. Ellos estarán tan inmersos en bienaventuranza que las exigencias del cuerpo, el tiempo, la cadena causal, etcétera, nunca los podrán alcanzar.

Lo que se puede esperar de un maestro de yoga es solamente un tipo de darsan yoga, diluido, limitado, falso, porque solamente los que se han detenido a medio camino en el sendero del yoga se ofrecen como instructores y guías. Cuando uno ha recorrido todo el camino, forzosamente tiene que dejar atrás el mundo y sus necesidades.

Yoga significa unión o acoplamiento, y el alma individual tiene que ser acoplada con el Alma Universal, uno tiene que encontrar su realización en el todo del cual es parte. Al igual que los ríos llevan las aguas del mar de regreso al mar mismo, felices de perder la limitación de su nombre, su tamaño, etcétera, en esa consumación, así también el individuo se pierde en lo universal. Eso es yoga. Yoga es lo que le sucede a la muñeca de sal que se lanza a las profundidades del mar para calcular la profundidad del agua. La sal también viene del mar y la muñeca se vuelve una con el mar.

El hombre tiene cinco envolturas que cubren su individualidad: la material, la vital, la mental, la intelectual y la de la bienaventuranza. Cuando el hombre va del mundo objetivo al mundo subjetivo dentro de él, puede descubrir su individualidad y llegar a la bienaventuranza que es su naturaleza, pero la mayoría de los hombres se solazan en la primera cobertura, la material, y perri ianecen absortos y atrapados en la búsqueda de placeres materiales. El hombre no se da cuenta de que sólo ve lo que quiere ver; no puede ver más allá de sus necesidades. Por ello, a no ser que purifique y aclare sus deseos, no puede penetrar en los reinos de la dicha interna.

Si le preguntan a cualquier persona el origen de las palabras que pronuncia, contestará que provienen de las cuerdas vocales. No. Las cuerdas vocales producen la voz, pero no las palabras. La médula espinal, desde su punto más bajo, el chakra Muladhara, hasta el entrecejo, el chakra Ajna, es como un instrumento de cuerdas en el cual, cuando se pulsan y se tocan, producen resonancia. En estas regiones están implicadas las envolturas vital y mental. Cuando los dedos que están tocando el instrumento se detienen y presionan sobre los trastes fijados a intervalos irregulares, se producen notas diferentes y así sobreviene el deleite. Cuando la mente decide comunicar una idea, el aire toca las cuerdas y salen las palabras.

El Muladhara, el inferior de los chakras, localizado en la base de la espina dorsal, es la encarnación del principio de la naturaleza, prakriti. Por lo tanto, está relacionado con el anamaya kosha, la faceta material del hombre. Es el principio de la tierra.

El chakra Svadhistana, localizado al nivel del ombligo, es el guardián del pranamaya kosha, la faceta vital de la persona. Es el principio del fuego, la fuente y el origen del calor en el cuerpo, que mantiene los procesos de digestión y de protección contra los cambios ambientales. El chakra Manipura es el que le sigue en nivel ascendente en la escala espinal. Es el principio del agua el que ayuda a la circulación de la sangre, tanto la que va al corazón como la que sale de él.

El chakra Anahata está en la región del corazón. Personifica el principio del aire que está a cargo del proceso de respirar, la inhalación y la exhalación, tan vitales para la vida y la actividad. También vitaliza la fuerza de la espina dorsal, y pasa encima de los trastes de la vina interna.

El chakra Visudha está en la concavidad de la garganta, cerca de la glándula pituitaria. Representa el principio de akasha y promueve el sonido.

El chakra Ajna, en el entrecejo, es la personificación del esplendor de la conciencia, porque cuando se llega a este chakra, el hombre vislumbra la verdad, se transforma y se vuelve translúcido. Se está a sólo un paso de la realización final, cuando se alcanza el chakra Sahasrara sobre la corona de la cabeza. Ésa es la consumación de todo sadhana, de toda búsqueda.

La etapa del deseo opera en los primeros dos chakras, la etapa del esfuerzo opera en los dos siguientes, y la etapa de la conciencia es más evidente en los dos últimos. La conciencia está allí, latente en todos, lista para salir a la superficie cuando se quiten los velos de la ignorancia. La fuerza de la vida individual reside como el destello de un relámpago en el seno de una nube azul, entre los anillos noveno y duodécimo de la columna vertebral. Estará alerta y despierto solamente cuando se haga sadhana de cualquier tipo, después de purificar el carácter y los hábitos.

Sin embargo, si se emprende el camino del yoga cuando los sentidos todavía son potentes y dominantes, los efectos sobre las emociones y las pasiones serán desastrosos. Uno se volverá loco y hablará y describirá cosas absurdas e irreverentes acerca de uno mismo y los demás. He conocido muchos casos de esos aspirantes espirituales que se han extraviado. Es por eso que han sido enfatizados como requisitos para el aspirante, el control de los sentidos, el control de las pasiones y emociones internas, el retiro de la mente de los objetos externos, la adquisición del poder para soportar frío y calor, pesar y alegría, ganancia y pérdida, con ecuanimidad, la fe en las Escrituras y en la experiencia de los sabios y el equilibrio mental y la fortaleza.

El yoga, según se enseña y se aprende en la actualidad, es, en el mejor de los casos, sólo un sistema de ejercicios físicos, un medio para adquirir salud y un sentido de bienestar físico. No puede ser una disciplina espiritual que lleve al autoconocimiento. El cuerpo que está compuesto de los cinco elementos puede ser afectado por estas prácticas de yoga. La mente por sí misma no tiene poder para iluminar, y al igual que la luna, sólo puede reflejar la luz del sol, o del Alma interna. Sólo se puede conocer el Alma a través del amor; proclamar lo contrario es una pretensión falsa y errónea. A través de la energía Kundalini y su ascenso a través de los chakras, es casi imposible realizar al Alma Universal. Aun cuando fuera realizado, la experiencia no se puede comunicar mediante lecciones. La visión que se logra debe ser del Uno sin segundo, y sólo entonces puede ser genuina. El corazón de cada ser debe ser reconocido como el Uno.

Había una vez un gurú que inició a su alumno en el mantra Narayana: Om narro Narayana. Cuando el alumno se alejó de su presencia, lo llamó de vuelta y le dio una instrucción adicional diciendo: «Cuando repitas el mantra visualiza ante el ojo de tu mente la forma de Narayana (el Señor Vishnú)». El alumno se fue, pero el gurú nuevamente
lo llamó y le dijo: «Pero ten cuidado, no pienses en un mono cuando estés recitando el Nombre y contemplando la Forma». El alumno estuvo de acuerdo, pero cada vez que se sentaba a meditar, no podía alejar al mono de su mente. Trataba de concentrarse para no pensar en el mono, pero éste insistía en aparecer en su conciencia, así que se quejó ante el gurú y le pidió su consejo. El gurú dijo que Narayana es omnipresente e inmanente en cada ser y que, por lo tanto, podía meditar sobre Narayana como la realidad de todo ser que apareciera en su visión. ¿Cómo pueden ustedes separar algunas cosas como no Dios y otras como Dios? Todos son miembros, órganos y células de su cuerpo. Si separan todos esos miembros, órganos y células, ¿qué queda del cuerpo?

Por lo tanto, no se dejen llevar al camino del yoga porque está lleno de peligros y puede no haber maestros eficientes, aunque sí pueden practicar posturas yóguicas bajo una guía adecuada, para una mejor salud.

Curso de Verano

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