Discursos dados por Sai Baba​ – 35. 30/07/77 Concentración en un solo punto

Discursos dados por Sai Baba

{SB 13} (39 discursos 1975 a 1977)

35. 30/07/77 Concentración en un solo punto

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 10 cap. 18 )

Concentración en un solo punto

30 de Julio de 1977

LA EDUCACIÓN DEBE impartir en el individuo las cualidades que aseguren su paz y que, por lo tanto, contribuyan a la paz universal. Debe limpiar la mente de todo rasgo de estrechez y ayudar a fomentar la unidad y el amor. Éste es el mensaje de Bharat desde hace muchísimo tiempo. Los Vedas lo proclaman como las metas de la educación. Ésta es la Vedabhumi, la tierra que venera a los Vedas, que los sabios aprendieron a través de la revelación divina. Las semillas de este mensaje dieron sus retoños en el jardín de las Upanishads..Estos retoños crecieron y florecieron en los antiguos Shastras, y los vientos llevaron la fragancia de su bendición a los cuatro rumbos del mundo, para animar y despertar a los pueblos de todos los continentes. En esos días, los sabios vivían con sus alumnos en ermitas enclavadas en la selva, en las tranquilas orillas de los ríos. Cada ermita era una universidad, con el sabio actuando como rector. Eran hábiles en todos los campos del conocimiento y tenían el vivo deseo de dar el conocimiento a todo aquél que podía recibirlo y hacer buen uso de él. Tuvieron mucho éxito en su misión como resultado de su propia eficiencia, el entusiasmo de sus alumnos y la magnificencia del ambiente. Todo era tan sencillo y natural, tan puro y tan sincero.

El ambiente que rodea las instituciones educativas de hoy es totalmente opuesto. En aquel entonces los alumnos vivían con su preceptor y absorbían no solamente información sino también inspiración, no sólo buenos modales, también moral. Se levantaban con el amanecer, se bañaban con agua fría y llevaban a cabo un riguroso programa de oración, estudio, meditación y trabajos domésticos. Comían los alimentos que el preceptor les daba. No se hacían distinciones en ninguna de estas disciplinas entre el príncipe y el campesino, el hijo de un sabio o de un analfabeta. No había ninguna oportunidad para desperdiciar el tiempo en inútiles búsquedas, pláticas triviales o en satisfacer caprichos vanos y fantasías.

Todos los alumnos estaban familiarizados con los valores básicos de la cultura india, sus orígenes y desarrollo, y su valor esencial para el progreso de su país. Actualmente, la cantidad de alumnos ha aumentado considerablemente, pero la calidad de la enseñanza y el aprendizaje ha decaído mucho. En esos días, el servicio al maestro era en sí mismo parte de la educación, era sencillo complacerlo y aprenderlo mejor de él mediante el servicio amoroso. ¿Cómo pueden el salario y las dádivas llegar a satisfacer al maestro? Sólo aumentan la codicia para obtener más. Antiguamente la prosperidad y la paz del mundo estaban edificadas sobre el cimiento del dharma (rectitud); ahora dependen de dhana (riquezas).

La creación del Universo debió de haber sucedido cuando aún el tiempo era desconocido. Desde entonces, innumerables seres vivos han habitado en este planeta, y las actuales especies existentes también son innumerables. Se considera que el hombre es la máxima expresión del reino animal; él es la cumbre de los seres vivos. De los mamíferos, se dice, es el más elevado. ¿Por qué? Porque es el único animal que puede indagar en su propio ser y conocer y revelar la divinidad que es su realidad. Otros animales no tienen la sed de indagación básica y ningún anhelo por esta sabiduría que da plenitud. Esta sed ha llevado a muchos a postular que hay un Dios, y a otros, a negar la existencia de Él. En el Gita, a Dios se le describe como «más pequeño que lo más pequeño y más grande que lo más grande». ,

Analicemos esta paradoja. No podemos ver el aire que nos rodea, ese aire que inhalamos y exhalamos cada momento de nuestras vidas. ¿Cómo podemos ver entonces el diminuto átomo y las partículas de energía dentro de él? De igual manera, con una visión nublada, y por lo tanto limitada, ¿cómo podemos visualizar a Brahman, la fuerza divina básica que impulsa aun la sutil energía dentro del átomo invisible? Por supuesto, cuando la visión es purificada hasta llegar a su aspecto más sutil, y estamos equipados con el ojo de la sabiduría como lo estaba Arjuna, entonces podemos identificar la Divinidad que está detrás de la forma o partícula más diminuta.

En lo que se refiere a «más grande que lo más grande», consideren el sol. Está a más de 150 millones de kilómetros de la Tierra; por lo tanto, si viajáramos hacia el Sol a una velocidad de 850 kilómetros por hora nos tomaría más de 20 años llegar a él. El Sol es tan grande que el globo terrestre puede ser colocado en cualquiera de los miles de hoyos que los astrónomos han descubierto en él. Las estrellas, que parecen ser tan pequeñas y tan diferentes son, cada una, más grandes que el Sol, y las distancias entre ellas frecuentemente son aún mayores que la distancia entre el Sol y la Tierra. ¿Cómo puede la pequeña mente del hombre concebir alguna vez la vastedad de todo el cosmos? Los sabios, mediante su aguzado intelecto y sus mentes llenas de éxtasis, han podido visualizar a Dios, inmanente tanto en el macrocosmos como en el microcosmos e incluso trascendiendo sus límites de espacio y tiempo. Su experiencia los ha llevado a expresar su adoración a través de diferentes nombres, como Dios, Alá, Jehová y Bhagavan. Éstos son las encarnaciones de la gloria y la gracia que probaron, el amor que experimentaron como la esencia del cosmos.

Al Universo creado se le llama prakriti. Antes de la manifestación había oscuridad; después de la manifestación, hubo luz. La oscuridad era el estado tamásico, cuando no había ninguna actividad. La luz fue el estado rajásico, cuando el movimiento, la agitación, la construcción y la destrucción se sucedieron. Entonces se formaron los «cinco elementos», y con el tiempo lograron una calma relativa. Ése fue el estado sátvico, cuando la Divinidad brilló a través de ellos. Estos cinco elementos pueden ser percibidos por los cinco sentidos; en verdad, son las respuestas a las necesidades de los sentidos. El estado sátvico es el estado divino, cuando se arrojó luz sobre la verdad. Esta verdad estaba ahí aun antes de la creación y el cosmos.

La verdad es más fundamental que el átomo. Todo átomo y toda estrella manifiesta la verdad a aquéllos que tienen el ojo de la sabiduría. Cada aspecto de la ciencia tiene un rasgo especial cuando es aplicable a algún grupo de cosas o de seres. ¿Cuál es el rasgo específico del hombre? Si él también vive o muere como cualquier animal, ¿cómo puede justificar su supremacía? Su supremacía está en la capacidad de hacerse consciente de su verdad. Utilizamos la frase «concentración u objetivo en un solo punto» cuando nos referimos al sadhana. El significado que generalmente damos a esa frase no es correcto. Cada órgano de los sentidos o facultad tiene «un objetivo» que lo justifica. ¿No decimos «no tiene ningún caso» (objetivo) cuando condenamos alguna cosa o argumento? Ver es el «objetivo» del ojo; oír es el «objetivo» del oído. Si no hay ningún objetivo, se es ciego o sordo. El sentido, por lo tanto, es afectado por alguna enfermedad o sufre algún defecto. Aunque se tenga un pequeño resfrío, el olfato pierde su «objetivo», porque no puede percibir los olores.

Ahora, ¿cuál es el «objetivo» de la mente? Cuando decimos «concentración u objetivo en un solo punto», damos a entender que la mente debe dirigirse hacia el Uno, al Uno que se considera que no tiene un segundo, el Uno que ha decidido convertirse en muchos. A menos que la mente haga a un lado todas las otras búsquedas y anhele volverse consciente del Uno que se ha vuelto los muchos, se puede decir que la mente también está enferma y que está sufriendo de algún defecto.

Los sabios de la antigua India habían dominado esta «concentración en un solo punto» y cuando querían, podían transmitir esa conciencia a sus estudiantes. Hoy, ese tipo de personas so
n escasas. Tenemos muchos maestros pero ninguno de ellos se ha propuesto con determinación descubrir su propia identidad. Con la desaparición de los rishis, los rishikuls de aquellos días se han vuelto las escuelas de hoy.

Frecuentemente les he dicho que además de sus padres, maestros y personas mayores, ustedes también tienen que venerar sus propios actos, porque los actos los elevan o los hunden; los encadenan al nacimiento y la muerte o los liberan de esa cadena; se convierten en placer o dolor, prosperidad o pobreza, ganancia o pérdida, gozo o pesar. Deben darse cuenta de que su entusiasmo o desesperación, su éxito o fracaso, no son sino las consecuencias de sus acciones. Mientras están involucrados en la acción, se encuentran con ciertas leyes de la naturaleza que no pueden pasar por alto. Si sueltan algo que tienen en su mano, se caerá; de igual manera, si se resbalan cuando están subiendo una escalera, se caerán, cualquiera que sea su casta, credo o posición. En todo hecho o acción, Dios está presente como el motivador invisible; en toda cosa pequeña que tocan o manipulan, Dios está presente como el núcleo, así que siempre traten de elevarse haciendo el bien, hablando bien, buscando lo bueno y teniendo en mente el bien de los demás.

No pierden mucho si se dañan un dedo de tal manera que hay que cortarlo. El cuerpo todavía puede funcionar y ser un instrumento adecuado. Si pierden un miembro, aún puede funcionar con la ayuda de sus otras facultades, pero si pierden su carácter, entonces todo está perdido. Pueden ser merecedores del nombre «estudiantes» sólo desde el día en que puedan establecer este pensamiento en su mente. No permitan que el odio, la pereza y la ira contaminen sus corazones. El mundo está en espera de su liderazgo para establecer y asegurar la paz; ¿cómo se puede realizar esto si cultivan el odio y la ira? Practiquen la calma y el hábito de la reflexión. No se agiten ni cedan ante el furor de las masas. Ése es un signo de debilidad y rebeldía.

Si alguien los censura, los injuria o los hiere, no le devuelvan lo mismo. Compórtense noblemente y con paciencia. Cuando un perro muerde al hombre, éste no hace lo mismo con el perro. La educación los debe llevar de la oscuridad a la luz. Sólo aquéllos que andan vagando en la oscuridad son los que caen en los hoyos; ¿puede un hombre que va caminando en la luz caerse en un hoyo? Si lo hace, significa que todavía está «en la oscuridad».

Vid significa luz, y un vidyarti debe buscar la luz y obtenerla. ¿De qué sirve un ojo que no les revela los peligros? La educación debe dotarlos con este tipo de ojo que les revelará a tiempo los hoyos que se abren en su camino.

Vidya debe otorgar humildad, desinterés e ideales de servicio. Si un hombre ve a su estómago y a su riqueza material como su cielo, ¿cómo puede ser venerado como un sabio?

El hombre educado debe estar dispuesto y tener la habilidad para servir a sus padres, comunidad, estado, nación, lengua y cultura. El aire en un globo está limitado dentro del tamaño y forma del globo; a menos que reviente el globo y supere sus barreras, ¿cómo se puede fundir con el Universo? De igual manera, a menos que el ser logre la conciencia y derribe las barreras del ego, no se puede fundir con la Divinidad omnipresente, inmanente.

Ustedes nacen en la sociedad; ella ha contribuido a guiarlos, cuidarlos, alimentarlos, educarlos y llenarlos con sueños e ideales. Paguen a la sociedad la deuda que tienen con ella. Proclamen en voz alta que ustedes son bharathiyas, decidan con orgullo y entusiasmo servir a Bharat. La historia y la cultura de Bharat deben ser adoradas como sus padres.

Brindavan

Día de la Universidad,

30 VII 77