Discursos dados por Sai Baba – 06. 30/03/87 ¿Quién soy Yo?

Discursos dados por Sai Baba

{SB 20} (31 discursos 1987)

06. 30/03/87 ¿Quién soy Yo?

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 20 cap. 6 )

Quién soy Yo?

30 de Marzo de 1987

El cosmos es una manifestación de lo Divino. Son tontos los que piensan que Dios no existe a pesar de ver la obra de lo Divino en todas partes. Al no reconocer la omnipresencia de Dios, buscan a Dios aquí o allá. Esto refleja la actitud dualista de las personas que se identifican con el cuerpo y se alejan de Dios. Aunque Dios es omnipresente y puede reconocerse en las manifestaciones divinas de la naturaleza, la conciencia del cuerpo impide a los hombres experimentar la unidad con lo Divino.

¿Cómo debe experimentarse a Dios? El primer requisito es tener pureza de corazón. Todas las religiones han reafirmado la importancia de la pureza. La meta de todas las prácticas espirituales es alcanzar la paz. La compasión por todos los seres es devoción a Dios.

Dios no puede ser experimentado por la ostentosa observancia de rituales y cultos. Donde haya pompa y exhibición, no puede haber divinidad. La bienaventuranza de lo Divino no se puede encontrar allí. Así como una semilla no podrá brotar en el suelo rocoso, la bienaventuranza de lo Divino no puede alcanzarse con una adoración carente de humildad y sinceridad.

No todas las prácticas espirituales son para realizar el Atma, el Ser Divino. No hay ninguna necesidad de buscar al Atma, que penetra en todo y está presente en todas partes. Las prácticas se llevan a cabo para deshacerse de aquello que impide la visión del Atma.

El hombre olvida su verdadera naturaleza y se pierde en la conciencia de lo que no es, olvidando que, en realidad, es el Atma.

En el estado de sueño profundo, uno está totalmente inconsciente de su nombre, forma, posición, etcétera. Pero, al despertar, se da cuenta de que el “Yo” del cual está consciente en la vigilia, estaba presente también en el sueño profundo. El propósito de todas las prácticas espirituales es descubrir la naturaleza del “Yo”, que es experimentada en los diferentes estados de vigilia, ensueño y sueño profundo.

El Atma es la base de todo El hombre se identifica con un nombre y una forma especiales, y desarrolla todas sus relaciones sobre esta base. Pero ¿cuán reales y permanentes son estos nombres y formas? Son todos proyecciones de la mente y tienen existencia solo mientras perduran la mente y el cuerpo. El corazón representa el Atma. Es autorrefulgente.

La luz del corazón o Atma ilumina la mente y le permite ver el mundo externo. Sin esta iluminación, la mente no puede comprender el mundo. La mente es como la luna, que recibe su luz del sol. No tiene luz propia. Brilla gracias a la luz del Atma. Cuando el sol brilla, la luna es apenas visible. De la misma forma, cuando hay conciencia del Atma, la mente no es perceptible. El Atma es la base de todo.

Los hombres son ingenuos al imaginar que el Atma está dentro del cuerpo. La verdad es que el cuerpo, la mente, todo el cosmos están dentro del Atma. El Atma no puede estar dentro de ninguna otra cosa. Es el todo. Es todas las cosas. Aquellos que llevan a cabo la recitación del nombre de Dios, la meditación y los rituales (japa, dhyana o puja), concibiendo a Dios como separado de ellos, son víctimas del dualismo. No importa su erudición, son ignorantes de su propia y verdadera naturaleza cuando separan a Dios de sí mismos. Dios está en el corazón del hombre.

El objetivo esencial de la búsqueda espiritual Todos los ejercicios espirituales del hombre se practican en la mente. Por este medio, no se puede realizar el Atma. Los Vedas han declarado que es: “De donde se vuelven la mente y el habla, incapaces de alcanzarlo” (“yatho vacho nivarthanthe aprapya manasasah”).

Ni la mente ni el habla pueden comprender la naturaleza del Atma. La mente es dirigida hacia lo externo por los órganos de los sentidos. Solo cuando se retira de los objetos perceptibles por los sentidos, es posible hacer que desarrolle una visión interna (antara mukham).

El principio del “Yo” está presente en todas partes. Comienza con lo Divino mismo. La primera palabra fue “Aham” (“Yo”). Incluso el Pranava Om vino después de “Aham”. Antes de toda la creación solo existía el “Aham”. Ese “Aham” se volvió los muchos. Sólo aquel que realiza la unicidad de lo que él considera su propio “Yo” con el cósmico “Aham” conoce su propia realidad. El universal “Yo” aparece con diferentes nombres y formas en distintos cuerpos debido al tiempo y las circunstancias. Hasta la misma persona pasa por muchos cambios en su aspecto y en sus relaciones en la vida.

Pero el “Yo” permanece inmutable. Es como un actor que lleva diferentes disfraces, mientras él mismo sigue siendo uno y el mismo.

Reconocer el carácter inmutable y universal del “Yo” (el Atma) es el objetivo esencial de la búsqueda espiritual.

La austeridad debe traer como resultado el ablandamiento del corazón El sentido de dualidad surge cuando el “Yo” (Aham) asume una forma y un nombre específicos. El ahamkara (el sentido del ego o egoísmo) es el resultado de este cambio de forma. Solo cuando uno se disocia del nombre y la forma puede descubrir el verdadero ser divino. Olvidar la propia divinidad esencial e identificarse con una forma cambiante e impermanente es motivo de ataduras y aflicción. La mente es la causa de esta identificación errónea, pues se involucra con el mundo externo y percibe impresiones de este a través de los sentidos. Al comprender cómo opera la mente, la realidad del Atma, que está más allá de la mente, será experimentada como el principio Uno omnipresente e inmutable.

La dualidad es un hecho obvio de la vida diaria. Todos los Shastras (ciencias espirituales), Puranas (epopeyas) e Ithihasas (antiguas leyendas) han reconocido esta dualidad y han buscado regular la vida de los hombres sobre esa base. Mientras los hombres sigan ocupados en actividades del mundo fenoménico, cualquiera sea su actividad, la actitud dualista es inevitable. Todas las instrucciones de las escrituras están orientadas a regular la conducta de los hombres en el mundo fenoménico y temporal. Los Vedas le dan gran importancia al tiempo. Los Shastras prescriben los deberes en relación con el tiempo, la circunstancia y la situación. La ciencia de la astrología prescribe lo que debe hacerse de acuerdo con los cambios del tiempo. El almanaque (panchanga) indica lo que es probable que suceda sobre la base de los datos astrológicos. Durante este nuevo año Prabhava, los pronósticos son alentadores.

De los nueve planetas (grahas), siete están dispuestos favorablemente.

La Luna es el planeta regente para el año. Marte (Kuja) es el ministro. La influencia de ambos será poderosa este año. Saturno (Sani) es débil. No habrá escasez de alimentos y de agua. La producción de alimentos aumentará considerablemente.

No importa lo beneficiosos que puedan ser los cambios en cuanto a las fuerzas naturales; sin un cambio en el punto de vista y la conducta de los hombres, de nada servirán. Muchas personas aparentan observar una rigurosa austeridad. ¿Cuál es el resultado de esta austeridad? Solo si sus corazones se ablandan y muestran compasión hacia los enfermos y los indefensos, sus penurias habrán tenido algún sentido. Un corazón lleno de compasión es el verdadero fruto de la austeridad. Todas las prácticas espirituales realizadas por una persona de corazón duro son absolutamente superficiales.

La meditación está implícita en todas las tareas diarias Muchos recurren a la meditación como un ejercicio espiritual y dedican muchas horas a ello. Pero, de hecho, la meditación está implícita en casi todas las acciones que se llevan a cabo desde la mañana hasta la noche. La meditación (en el sentido de concentración) está implícita en todas las tareas diarias, como comer, ir al trabajo, atender los negocios, etcétera. Uno medita mientras lee, juega o compra algo. Sin concentración, no se puede reali
za ninguna actividad. Cuando uno se concentra en Dios, la meditación pasa a ser espiritual. ¿Exige esa meditación un momento o un lugar específicos? No hay ninguna técnica especial para la meditación.

Cuando le dan nombres especiales a la meditación están olvidando su verdadero significado. Por ejemplo, si las personas no escuchan los discursos de Swami con la atención concentrada en un solo punto (dhyana), no recordarán lo que Swami dijo. Hasta escuchar exige atención. No tiene ninguna forma específica. No es posible concentrar la atención con una mente que vaga sin rumbo.

Vean a Dios en todo lo que hacen Hoy en día, se hacen malabarismos en nombre de la concentración.

En vez de pasar horas en la llamada meditación, con una mente que salta inquieta de un pensamiento a otro como un mono, sería mejor concentrarse en cumplir los propios deberes en el hogar, o los laborales y sociales, con seriedad y dedicación. ¿No es eso meditar? ¿De qué sirve sentarse en actitud de “meditación” durante una hora, si no se puede mantener la mente quieta ni un minuto?

Piensen en Dios mientras llevan a cabo sus tareas cotidianas.

Consideren el trabajo una ofrenda sagrada a lo Divino. Vean a Dios en cada cosa que hagan. En vez de seguir este camino sencillo y fácil, la gente se ocupa en toda clase de gimnasias y se expone a diversos peligros. Dedíquense a sus deberes. La meditación no está limitada a una sola cosa. Debe estar en cada acción que hagan.

Algunos aspirantes buscan la soledad. Pero estar solo no es soledad.

La gente va a Rishikesh, Haridvar o Tapovanam en busca de soledad. Solo aquellos que no han entendido el verdadero significado de la soledad recurrirán a tales cosas. Hay verdadera soledad (estar totalmente solo) únicamente cuando se ha aquietado la mente por completo. Si aun cuando una persona esté sola en la selva, su mente sigue pensando en los asuntos mundanos, ¿cómo puede eso llamarse soledad? Si no se controlan los pensamientos, no se puede encontrar soledad en ninguna parte. O se eliminan los pensamientos o se los dirige todos hacia Dios.

Muchos imaginan que encuentran felicidad al disfrutar de las cosas del mundo. Deben analizar quién está “disfrutando” de quién. En realidad, lejos de estar “disfrutando” de las cosas que poseen, son sus posesiones las que los están disfrutando. El odio, la ira, la envidia y otros males creados por las posesiones llevan solo a la enfermedad y la miseria. ¿Por qué habría de padecer enfermedades el cuerpo si las posesiones fueran realmente fuente de felicidad? El hombre está perdiendo su verdadera felicidad por el apego a cosas que no pueden dársela.

Dirijan la mirada al Supremo Aquellos que tienen fe en el Gita deben notar que ha declarado claramente que este mundo es efímero, que es “un valle de lágrimas”, y que la paz y la bienaventuranza duraderas no se encuentran en el apego a él. La fuente de paz y felicidad duraderas está dentro de nosotros. Es el Atma, el Ser Divino. Es realizándolo como se debe alcanzar la paz y la bienaventuranza. Desarrollen la conciencia permanente de que el Atma lo es todo –el hacedor, la acción y el resultado de esta–. Cuando la conciencia se ha ampliado de esta manera, con el debido tiempo lleva a la autorrealización.

Si se amplía su visión, su destino también será de la misma magnitud.

Un punto de vista estrecho solo puede llevar a una senda angosta.

Si están todo el tiempo inmersos en las mezquinas trivialidades de la existencia mundana, ¿cuándo podrán comprender la Realidad que está más allá de lo físico y de lo mental? Miren hacia el Supremo. La iluminación llegará en un destello.

Cada uno debe desarrollar la conciencia de “Yo soy el Atma, Yo soy Brahmán”. Cuando uno dice: “Yo soy Brahmán”, es evidente que hay un “Yo” en Brahmán. ¿Quién es ese “Yo”? “Brahmán” significa capacidad de penetración. Al declarar “Yo soy Brahmán”, debe desarrollarse la conciencia de que se tiene esta capacidad de penetrar todo. Brahmán todo lo penetra. Está presente por igual en todas partes. Entonces, deben pensar que ustedes lo penetran todo, como el Omni-Ser. Sea lo que fuera que hagan, vean o digan, deben saturarlo de Divinidad para que puedan estar conscientes de su Realidad.

Averigüen qué son en realidad El mundo existe para ustedes mientras tengan el sentimiento de dualidad. En el estado de sueño profundo, disfrutan de verdadera bienaventuranza. En ese momento, no están conscientes de su cuerpo, de su mente, de sus sentimientos, sus cualidades o pensamientos, aunque sí existen. Ese mismo “Yo” puro existe en el estado de vigilia, el estado de ensueño y el estado de sueño profundo.

En los estados denso, sutil y causal, “ustedes” existen. En todos estos estados y etapas, es el principio del Atma el que permanece sin sufrir cambio alguno.

El cuerpo físico que lleva a cabo la repetición del nombre, la meditación o las otras prácticas espirituales no es sino una burbuja de agua. La mente que está basada en este cuerpo físico no es más que un mono loco. Con la ayuda de esta mente de mono y este cuerpo de burbuja de agua, ¿cómo pueden aspirar a alcanzar al permanente Atma? Todas las penurias, los sacrificios y otras prácticas son métodos para controlar la mente en forma temporal. Pero hay una práctica que tendrá un efecto permanente, y es la autoindagación.

Deben indagar constantemente: ¿quién soy Yo?

¿Quién soy Yo?, hasta que lleguen a la etapa en que averigüen quiénes son realmente. La indagación debe hacerse así: “Aquí está mi cuerpo, aquí está mi mente, mi corazón, mis sentimientos, mi intelecto, mi poder de la memoria… pero no soy ninguno de estos.

Alguien me ha alabado. Alguien me ha censurado. Pero ¿a quién pertenece esto? Solo a este cuerpo físico”. De esta manera deben desarrollar el sentido de desapego y una naturaleza dispuesta al sacrificio. ¿Cómo puede un cuerpo físico maltratar a otro cuerpo físico?

Aquel es inerte, y este también lo es. ¿Cómo pueden cosas inertes criticar o amonestar? No pueden. ¿Cómo pueden, entonces, adorar algo? Tampoco pueden. Pero ¿puede un Atma criticar a otro Atma? Eso es absurdo.

Una persona que ha visto a Dios dice: “Dios existe”. Otra persona que no lo ha visto declara: “Dios no existe”. Si una persona no ha visto a Dios, entonces, ¿cómo puede afirmar que Dios no existe?

Tenemos aquí un ejemplo en Nanjundayya. El que ve a Nanjundayya afirma que este es Nanjundayya. Si señalan a Chakravarti a alguien que conoce a Nanjundayya, y le dicen: “Este es Nanjundayya”, la respuesta será: “No, él no es Nanjundayya”. Una persona que nunca ha visto a Nanjundayya, no puede decir si este está aquí o no. Sólo alguien que ha visto a otra persona es capaz de declarar si esa persona está presente o no. De la misma forma, solo aquella persona que ha visto a Dios y conoce a Dios tiene la autoridad para declarar que Dios existe. El uno puede afirmar y el otro negar, pero el objeto mismo permanece igual. Para ambos, Dios existe porque todo lo que hay es solo este único Atma, este único Brahmán.

Brahmán es el Atma, y más allá de esto nada existe.

La fe y Dios son uno y lo mismo Muchas personas aspiran a la gracia, el amor, la devoción y la humildad. Todas estas son formas del Atma, del Divino Ser. Dios no es diferente de la fe. La fe y Dios son uno y lo mismo. El amor es Dios, la devoción es Dios; no son entidades diferentes. ¿Cuál es el significado de la devoción? Devoción es aquello que le permite al principio divino inmanifestado manifestarse en la visión interna del devoto. Entonces, para ese devoto no existirá otra cosa fuera de Él. Para llegar a esta etapa, deben cumplir con sus deberes manteniendo la entidad permanente siempre en la mente. Pueden cruzar el vasto y profundo océano de la existencia mundana y disfrutar de la Divinidad infinita que es su realidad con la ayuda de un pequeño bote. Ese bote es el nombr
e de Dios. Al comienzo del viaje espiritual, el nombre es la base para avanzar; pero no debe volverse un apoyo para toda la vida, dependiendo entera y únicamente de él.

Cualquiera sea el servicio que presten, no deben sentir que prestan servicio a otros, sino que están sirviendo al mismo Dios.

Mientras toman un baño o les dan uno a los niños, piensen que están haciendo el ritual de purificación lavando al mismo Dios. Mientras sirven el alimento, piensen que están ofreciéndolo al mismo Dios. Cuando le den comida a un mendigo, piensen que Dios ha venido en esta forma y que lo sirven a Él. Parece que es un mendigo el que está pidiendo, pero es el Atma en él el que está disfrutando el alimento que le dan. Cuando cortan algunos vegetales para cocinar, piensen que están cortando sus deseos y su ego con el cuchillo de la sabiduría. Cuando barren el piso, no se quejen diciendo “¡Ah, se vuelve a ensuciar una y otra vez!”. Piensen más bien que están limpiando su propio corazón. Si están extendiendo la masa para preparar chapatis* en su casa, sientan la alegría de amasar y extender la masa, y expandan su corazón. De esta manera, pueden pensar que cada actividad que emprendan se realiza para Dios. Entonces, ¿qué necesidad habrá de dedicar un tiempo por separado a la meditación, la penitencia o el culto?

El amor puede lograr cualquier cosa Piensen que su corazón es el Atma. Ablándenlo y llénenlo de compasión. Ese es el único ejercicio espiritual que necesitan realizar.

Narasimhan les ha contado que a Prashanti Nilayam acuden muchas personas de diferentes partes del mundo. ¿Qué es lo que las trae aquí? ¿Se les envían invitaciones? ¿Les pide alguien que vengan? Es solo debido al amor que está aquí y que se siente de corazón a corazón. Por medio del amor pueden lograr cualquier cosa en el mundo. Piensen que el amor es el Atma mismo. No importa cuántas escrituras lean y cuántos ejercicios espirituales realicen; si no permiten que su corazón se derrita de compasión, su vida será un desperdicio. Todas las prácticas deben estar dirigidas a ablandar su corazón para que la compasión fluya con bondad y amor. Desarrollen este sentimiento de compasión y permitan que fluya plenamente y llegue a todas las personas del mundo.

Discurso pronunciado en el Mandir de Prashanti el 30 de marzo de 1987.

* Especie de tortillas de trigo integral.