Discursos dados por Sai Baba – 07. 20/02/93 Sirvan a la Divinidad: canten el Nombre

Discursos dados por Sai Baba

{SB 26} (37 discursos 1993)

07. 20/02/93 Sirvan a la Divinidad: canten el Nombre

Sirvan a la Divinidad: canten el Nombre

20 de Febrero de 1993

Auditorio Purnachandra

¿Qué pueden hacerle Kali o las fuerzas del mal

a aquel cuyo corazón está lleno de compasión,

aquel que lleva la joya de la palabra veraz,

cuyos miembros están dedicados al bienestar de otros?

Si el hombre ha de estar libre del domino de las fuerzas del mal, tiene que lograr la triple pureza de pensamiento, palabra y acción. Sólo cuando el corazón, la lengua y el cuerpo son puros el hombre puede comprender plenamente al Para Tatva (Principio Supremo).

Este mundo habitado por el hombre es llamado Prapancha. Pra implica aquello que brilla o florece. Es un prefijo. Sólo cuando Pra es antepuesto a cada órgano sensorial emerge Prapancha (el mundo).

Prapancha y Paramatma

Hay cinco elementos básicos (espacio, aire, fuego, agua y tierra), cinco órganos sensoriales (relacionados con el oído, el tacto, la vista, el gusto y el olfato), cinco envolturas (Annamaya, Pranamaya, Manomaya, Vijñanamaya y Anandamaya), y cinco aires vitales (Prana, Apana, Vyana, Udana y Samana). Cuando el prefijo Pra es agregado a cada una de estas cinco (Pancha) categorías, emerge Prapancha. Esto significa que el mundo está constituido por los cinco elementos, los cinco sentidos, las cinco envolturas y los cinco aires vitales. En consecuencia, dondequiera que miren, verán diferencias en el mundo: diferencias entre los objetos materiales, una variedad de diferencias entre los individuos, diferencias en las experiencias, etcétera. Dondequiera que existan estas diferencias habrá gustos y aversiones, Raga y dhvesha (apegos y aversiones). Para trascender estas diferencias, el hombre tiene que reconocer el Principio Divino que lo penetra todo. Sólo entonces tanto el apego como el odio podrán ser eliminados totalmente.

Los cinco elementos son manifestaciones del Paramatma (Ser Supremo). También lo son las cinco envolturas y los cinco aires vitales. Por lo tanto, el hombre no puede existir sin estas manifestaciones. Es por eso que las escrituras declaran: “Sus pies y manos están en todas partes; Su cabeza, rostro, ojos y oídos están en todas partes”. La omnipresencia de Dios puede ser experimentada en el Cosmos.

Cuando un hombre emprende alguna actividad, él imagina que nadie lo está observando. Sin embargo, ningún hombre puede hacer algo sin ser visto o notado por Dios. ¿Acaso es posible engañar a la Divinidad, cuyo rostro y ojos están en todas partes? “Sarvam Avritya tishtati” (Abarcándolo todo, Él permanece). La Divinidad brilla en cada objeto. Es una señal de suprema ignorancia imaginar que pueden ocultarle algo a Dios. Eso no es todo. Dios es descrito como “Acharam Charameva Cha” (Él es inmóvil y móvil). Es decir, aunque parece estar moviéndose, Él permanece inmóvil. Dios no tiene manos, pero Él puede asir cualquier cosa. Él no tiene pies pero puede moverse por todas partes. Él no tiene ojos, pero puede verlo todo. Éste es el significado de la declaración “Acharam Charameva Cha”.

He aquí un ejemplo. En el estado de sueño, el hombre siente que se está moviendo de aquí para allá. En dicho estado, él deambula por todas partes. Experimenta muchas acciones hechas por el cuerpo. Sin embargo, a pesar de los movimientos y las actividades en el sueño, su cuerpo está quieto e inmóvil en la cama sobre la que está durmiendo. El mismo cuerpo se está moviendo en el sueño. La Divinidad está en ese cuerpo. Del mismo modo, la Divinidad está en el cuerpo que está inmóvil. Así, Él es tanto lo inmóvil como lo que se mueve. No es fácil reconocer esta Jñana (sabiduría espiritual) sutil.

La percepción del Uno sin segundo es Jñana

¿Qué significa Jñana? Jña significa conocer. Na se refiere a aquello que no puede ser conocido. Por lo tanto, Jñana se refiere a aquello que no puede ser comprendido fácilmente. “Advaita Darshanam Jñanam”, declaran las escrituras. Jñana (el conocimiento superior) es la percepción del Uno sin segundo. Sólo el Uno existe. No hay segundo. En tal situación, no hay nada que conocer. No hay conocimiento, conocer ni conocedor (en ese estado). En la comprensión del Uno, la naturaleza de los muchos ha de ser entendida correctamente. Cada hombre tiene que reconocer la Divinidad presente en todos los seres humanos.

Dios es Uno. Ese Uno es el Morador Interno en todos los seres. ¿Acaso Dios se fragmentó a Sí mismo en un sinnúmero de formas? La respuesta es: sin fragmentarse a Sí mismo, Dios está presente en todos los seres. En su ignorancia, el hombre sólo nota la multiplicidad a su alrededor.

Esto puede ser ilustrado de este modo. La imagen del sol puede ser vista en un océano, un río, un lago, un estanque o un pozo. El sol parece brillar en todas partes. ¿Hay tantos soles diferentes? No. Los objetos que reflejan la imagen del sol son variados y diferentes unos de otros. Del mismo modo, los nombres y las formas pueden ser diferentes, pero en todos los seres, el mismo Dios, sin estar dividido, brilla como el Morador Interno. Así, aunque los cuerpos pueden aparecer con diferentes nombres y formas, la Divinidad en ellos es una.

Desarrollen amor, cercanía y obediencia hacia la Divinidad

Para reconocer a este Dios omnipresente, el hombre tiene que librarse de Raga, Bhaya y Dhvesha (el apego, el temor y el odio). Estas tres son cualidades mundanas. Sin embargo, el hombre no puede alcanzar la realización de Dios o comprender el Principio Divino meramente eliminando estas cualidades. Esta mesa frente a Mí no tiene cualidades. ¿Acaso puede comprender a Dios? La mera ausencia de malas cualidades no es suficiente. Tiene que haber amor. Deben desarrollar amor por Dios. Sin embargo, el amor por sí solo no les servirá para comprender el Principio Átmico. Deben acercarse a Dios. No obstante, una vez más, la cercanía a Dios no es suficiente. Tienen que cumplir con los mandatos de Dios. Sólo cuando el amor, la cercanía y la obediencia a los mandatos de Dios están presentes, uno puede realizar el Principio Átmico. El reconocimiento de la Divinidad inherente en el estado humano requiere de sadhanas (disciplinas) espirituales de diversos tipos.

Hoy el hombre padece una clase de enfermedad. Ésta es Ashanti (falta de paz). Para curar cualquier enfermedad, normalmente hay tres métodos. Uno es tomar la medicina prescripta. Después de tomar la medicina, se ha de seguir la dieta prescripta. Tomar la medicina sin observar las regulaciones de la dieta no ayudará a curar la enfermedad. Adherirse a la dieta prescripta sin tomar la medicina, tampoco servirá. Tanto las medicinas como el control de la dieta son esenciales para asegurar la curación.

Si la enfermedad de la ausencia de paz que aflige al hombre ha de ser curada, él tiene que tomar la medicina del amor y adherirse a la dieta de seguir los mandatos de Dios. Sólo entonces desaparecerá el desasosiego mental.

Tres tipos diferentes de argumento

Es cierto que muchos sienten amor por Dios, pero ellos no viven de acuerdo a los mandatos de Dios. Aquellos que siguen los preceptos Divinos de un modo formal, no actúan con amor por Dios. Sólo cuando hay una unión de amor y obediencia, el hombre puede recuperar la paz mental.

En este contexto, un aforismo Védico declara: “Vadhah pravadhatam” (Permitan que el argumento sea expuesto). Hay tres formas diferentes de sostener un argumento (Vadha). El hacerlo sin apego ni odio, con el deseo de comprender el Principio Átmico, con un corazón sincero, con un espíritu de indagación, recibe el nombre de discusión, Vadhah (argumento con un propósito). Esto significa que uno conduce el debate con un anhelo sincero de conocer la verdad, con una mente pura, llena de pensamientos nobles.

Si no existe tal actitud, si uno sólo ansía hacer valer sus propias opiniones y derrotar a otros en la discusión por cualquier medio, condenando las creencias de otros y defendiendo el punto de vista propio con un espíri
tu egoísta, este tipo de argumentación se denomina Jalpa (disputa).

El tercer tipo de argumentación es condenarlo todo habitualmente y complacerse en tal condena, sin tener en cuenta los propios defectos, encontrando faltas en los demás perpetuamente, magnificando aquellas faltas y difundiéndolas. Tal actitud se denomina Vitandavadha (argumentación perversa).

De estos tres tipos, desafortunadamente hoy en día sólo notamos que prevalece el tercer tipo de de lógica perversa. Vadha y Jalpa no se manifiestan demasiado. La gente simula saberlo todo en cualquier argumentación. Tales personas entran en un argumento sólo para lograr sus fines egoístas. Ellas jamás podrán realizar el Principio Átmico, ni siquiera después de cualquier número de vidas.

Esfuércense por comprender la Divinidad inherente

El primer requisito es el anhelo de comprender el Principio Átmico. Sólo cuando este anhelo surja en el hombre, su condición humana tendrá mérito. A pesar del nacimiento humano y de la Divinidad inherente en ellos, los hombres no están pudiendo reconocer su naturaleza Divina. El hombre lo está aprendiendo todo acerca de otras cosas, pero no está haciendo esfuerzo alguno por comprenderse a sí mismo.

¿Cuál es el verdadero significado de Jñana? Es conocer la verdad acerca del propio ser mediante un proceso de refinamiento. ¿Qué es la espiritualidad? ¿Qué es el refinamiento de la propia naturaleza? Es descubrir el propio ser verdadero.

Uno está buscando algo en una habitación. Ve todo lo que hay en la habitación excepto a sí mismo. Del mismo modo, en esta vasta habitación del cosmos, el hombre está buscándolo todo y percibe todas las cosas. Sin embargo, no se conoce a sí mismo y no tiene ninguna percepción de lo que él es. Él exclama: “¿Dónde está Dios? ¿Dónde está Dios?” Esta pregunta es como la de un hombre que les pregunta a otros dónde está él. “¿Dónde estoy? ¿Quién soy?” ¿Qué sentido tiene hacerles tales preguntas a otros? Él sabe dónde está. ¿Cómo pueden otros decirle dónde está?

“Así como son sus sentimientos es el resultado”

Del mismo modo, es pura ignorancia buscar a Dios. No hay necesidad de buscar a Dios. Él está en todas partes, lo penetra todo, por dentro y por fuera. Ustedes tienen que conocer a la Divinidad, que está aquí, allá y en todas partes. El Bhagavata dice: “Dhurat dhure antike cha” (Él está más lejos que lo más lejano y más cerca que lo más cercano también). No hay nadie que esté más cerca de ustedes que Él, pero también no hay nadie que esté más lejos que Él. ¿Cuál es la razón de esta cercanía o lejanía? Únicamente los sentimientos de uno son la razón fundamental. Si ustedes sienten que Él está cerca, Él está cerca; si ustedes sienten que Él está lejos, Él está lejos, distante. Es por esto que las escrituras declaran: “Así como son sus sentimientos es el resultado”.

A Dios le han dado tres nombres: Om Tat Sat. El hombre siente una fascinación por los nombres. Cuando el nombre de su lugar de origen o su propio nombre es mencionado, él se siente feliz. Sin embargo, en relación a la Divinidad, el nombre no es importante. Si se comprende el significado interno de los diferentes nombres de Dios, se descubrirá que ellos significan sólo una cosa. Om es Parabrahma (el Supremo Absoluto). Tat es ‘Aquello’. Sat es lo Real. “Om Tat Sat” significa “El Supremo Absoluto es esa Realidad”. Al describir al Om como Pranava, compuesto de las tres letras A, U, M y hacer comentarios elaborados al respecto, los expositores pedantes confunden a los aspirantes. Mediante tales exposiciones, la devoción es debilitada. Cada uno explica estas declaraciones a su propio modo. Cuando se preguntan si estos expositores practican alguna de las enseñanzas que predican, la respuesta es negativa. Siendo éste el caso, ¿cómo puede crecer la espiritualidad?

Por ende, la práctica es más esencial que la prédica. Cuando ustedes practiquen las enseñanzas, otros seguirán su ejemplo. Cuando ustedes predican a miles de personas lo que ustedes mismos no practican, todas ellas pierden su fe en las enseñanzas y son indiferentes a ellas.

Tres etapas para alcanzar a Dios

Además, la bienaventuranza Átmica que se obtiene de practicar la verdad espiritual no puede obtenerse por ningún otro medio. La enseñanza de ningún preceptor les será de utilidad alguna. Tampoco les servirá la lectura de las escrituras. Lo que se obtiene del estudio o la lectura es muy poco. Sólo cuando practican lo que han visto y oído pueden experimentar la bienaventuranza Átmica. En el Gita, Krishna declara: “Jñatum, Dhrashtum, Praveshtum” (las tres etapas de conocer, ver y experimentar en la Realización del Ser). Ustedes han oído acerca de algo: eso es Jñatum. Desean ver aquello sobre lo que han oído: eso es Dhrashtum. Y luego desean tener la experiencia de lo que han visto: eso es Praveshtum. Sólo cuando estas tres cosas tengan lugar el ser humano podrá alcanzar a Dios. Ahora, ustedes están meramente estudiando las escrituras o escuchando las exposiciones de los eruditos. Deben comenzar a hacer algo para averiguar si lo que han oído puede ser encontrado y puesto en práctica. Tienen que comenzar la búsqueda. ¿Pero dónde debe realizarse la búsqueda? No fuera de ustedes. Todo está dentro de ustedes. Todo lo que está afuera es un reflejo del Ser Interno.

La experiencia de los sabios en la realización de Dios

En la antigüedad, los grandes sabios llevaron a cabo un riguroso ascetismo para experimentar a Dios. Algunos de ellos abandonaron el intento luego de cierto tiempo, considerando a Dios inalcanzable. Algunos otros persistieron en sus intentos con la determinación de alcanzar la meta. Así, ellos realizaron a Dios. ¿Qué es lo que proclamaron al mundo después de su Realización? “Vedhaham etam Purusham Mahantam Aditya-varnam Tamasah parastat” (Pudimos ver al Señor, el Ser Refulgente, brillante como el Sol). ¿Dónde vieron a Dios? “Tamasah parastat” (Más allá del Tamo-guna), fue la respuesta.

Hoy el hombre está envuelto en una espesa nube de Tamo-guna. El Señor refulgente puede ser visto más allá del Tamo-guna (la cualidad que es la causa de toda la ignorancia y las malas acciones del hombre). Este Tamo-guna, que tiene atrapado a cada hombre, debe ser eliminado. Para este propósito, los hombres deben realizar buenas acciones y prestar servicio.

En el Ramayana, durante un encuentro en Lanka entre Hanuman y Vibhishana, el hermano menor de Ravana, Vibhishana le preguntó a Hanuman por qué él (Vibhishana) no había tenido una visión de Rama a pesar de recitar el nombre de Rama. Hanuman respondió que la mera recitación del nombre de Rama no era suficiente. Vibhishana no se había dedicado a hacer ningún acto de servicio a Rama. Él no había hecho nada para prestar ayuda a Sita, a quien Ravana mantenía cautiva en Lanka.

No basta con recitar el nombre del Señor. Uno tiene que prestar servicio al Señor. Sólo entonces hay una unificación entre el Nombre y la Forma, y la Divinidad es experimentada.

Hoy las personas están recitando el nombre del Señor. Están viviendo en el ashram. ¿Por qué han venido aquí? Para obtener la gracia de Bhagavan y experimentar Atmanandam (bienaventuranza espiritual). Aquellos que han venido pueden estar recitando el nombre del Señor, ¿pero se están dedicando a hacer alguna de las tareas del Señor? ¿Qué papel están desempeñando en la tarea de Swami? Sin participar en el servicio Divino, la estadía de ustedes aquí por cualquier cantidad de años será tan inútil como la presencia de un sapo sobre una flor de loto. Mientras que las abejas que vienen de lejos saborean la dulzura nectarina de la miel en el loto, el sapo no obtiene ningún beneficio de su cercanía con el loto. Esta verdad no es reconocida por los devotos.

El deber de los habitantes del ashram

Por lo tanto, no basta con venir al ashram. Tienen que tomar parte en las actividades del ashram
. Deben prestar servicio de acuerdo a su capacidad. No se les pide más que eso. Swami no les pide sus servicios. Les está diciendo todo esto por el bien de ustedes.

Por ende, a partir de hoy todos los que viven en el ashram, quienesquiera que sean, deben prestar servicio de acuerdo a su capacidad. No sirve de nada meramente consumir alimentos y ocupar su asiento en la Veranda del Mandir o las filas del Darshan (audiencia). Todos deben prestar servicio hasta el límite de su capacidad. Quienes no pueden prestar tal servicio deberían abandonar el Mandir. ¿Por qué han venido aquí? ¿Qué están haciendo? Consulten a su conciencia para obtener las respuestas. Ustedes han venido desde muy lejos, renunciando a todas las cosas. ¿Pero qué están haciendo a pesar de esa renunciación? Están malgastando su tiempo. Ese es un grave error. El tiempo es una manifestación de Dios. El tiempo está consumiendo al hombre. Dios es quien consume el tiempo mismo. Por lo tanto, deben esforzarse por obtener la gracia de Dios. Si malgastan el tiempo, perderán la gracia de Dios.

Dedíquense al trabajo activo

Muchas personas están malgastando su tiempo de este modo. Sea lo que sea que uno les diga, ellas responden: “¡Sai Ram! ¡Sai Ram!” Hasta un grabador puede repetir esto. ¿Qué sentido tiene repetir el nombre? Dedíquense al trabajo activo. Hasta para comer un masala dosa, ustedes tienen que usar las manos y la boca para realizar la acción. Del mismo modo, tienen que usar sus manos para el servicio. Canten el nombre con la lengua y experimenten la bienaventuranza en el corazón. Sólo cuando hagan estas tres cosas merecerán la gracia de Dios.

Por lo tanto, todos los que viven en el ashram deben tomar parte en las actividades de servicio de acuerdo a su propia capacidad. Algunos lo están haciendo. Hay un devoto que tiene 86 años. Está ocupado en alguna actividad u otra hasta las 10 de la noche. ¿La edad es un impedimento para trabajar con ahínco? Él tiene dificultades para subir o bajar escaleras. Sin embargo, continúa realizando su trabajo usando un vehículo. Hay otro devoto que también es una persona de edad avanzada. De acuerdo a su fuerza, él presta servicio en la Cantina sirviendo agua. Hay un tercer devoto. Su energía ha declinado. A pesar de esto, él continúa realizando la tarea editorial que le asignaron.

Hagan servicio de acuerdo a su capacidad

Por lo tanto, cada uno puede hacer lo que esté al alcance de su poder. Sin embargo, hay varias personas jóvenes que no realizan ningún trabajo. Ellas comen varias veces al día. Se sientan en la veranda y no hacen nada. No hay lugar para tales personas en la veranda. Ustedes tienen que trabajar. Quienes no trabajan, deben irse. Éste es el significado de la declaración del Gita: “Karmanyeva Adhikaraste ma phaleshu kadachana” (Sólo tienen derecho a cumplir con su deber, no a recibir los frutos provenientes de él). Practiquen y propaguen este Karma Marga (Senda de la Acción).

Cuando se le dice a alguien que emprenda algún trabajo, él dice: “No seré capaz de hacer esto”. Ahora bien, ¿qué es lo que tal persona puede hacer? Ella al menos debe decir qué es lo que puede hacer. No se le pide que construya paredes o cave pozos. A nadie se le pide que realice trabajos tan arduos en el ashram. Todas las tareas son fáciles. Queremos personas que emprendan tales tareas. No es para el desarrollo del ashram. Es para la realización de sus vidas. El trabajo siempre puede ser hecho por asalariados sin el servicio de ustedes. Sin embargo, si ustedes realizan ese trabajo, se dedican al Karma Yoga, aspiran al Dharma Yoga y se funden en Brahma Yoga (unión con Dios), obtendrán la Realización del Ser. Ésta es la enseñanza de Swami.

El pesar sigue a la felicidad como una sombra

¡Queridos devotos! Todas las acciones deben ser realizadas con el propósito de alcanzar Trikarana shuddhi (la pureza de pensamiento, palabra y acción). Todo está en el corazón del hombre. La Divinidad está instalada en el corazón. Una persona necia se deja llevar por la riqueza y la pompa del mundo externo. El engreimiento que acompaña a la fascinación por estas posesiones no es reconocido. El pesar sigue a la felicidad como una sombra. Bajo la sombra de Adhikara (la autoridad) florece el demonio de Ahamkara (el egoísmo). No se dejen llevar por la seducción del poder. El engreimiento, que viene como secuela de ello, los abrumará. Cuídense de su presencia. Sólo entonces estarán bien. No se regocijen triunfalmente con la riqueza y las posesiones. Hay un ogro que las hundirá. Ese es dhurabhimanam (el engreimiento). Deben advertir tales peligros.

Cuando hay un relámpago, ustedes ven un repentino estallido de refulgencia. Esto es seguido al instante siguiente por una intensa oscuridad. La oscuridad acecha todo el tiempo tras la luz. Por lo tanto, se le aconseja al hombre tratar al placer y al dolor, a la ganancia y la pérdida, a la victoria y la derrota con ecuanimidad. No hay nada en el mundo sin estos opuestos. Esto se denomina Dvaita (dualidad). La oscuridad y la luz, el calor y el frío, lo bueno y lo malo, el pecado y el mérito, la verdad y la falsedad: estos pares están siempre allí. El hombre tiene dos ojos, dos oídos y dos ventanas de la nariz.

Así, el mundo presenta una imagen de dualismo. Y debido a esto, tenemos el fenómeno del cambio constante en Jagat (el mundo). Jagat significa aquello que “viene y va” (Ja + gat). Nada es permanente. Hay sólo una cosa inmutable y eterna: la Divinidad. Para experimentar esa Divinidad, el hombre debe librarse en primer lugar de sus malas cualidades. Él debe dominar su ego y prestar servicio a la Divinidad mientras canta el nombre del Señor. Ese es el camino para redimir la vida humana. Además, tanto la repetición del nombre de Dios como el servicio tienen que ser realizados con un corazón lleno de amor.

————— fin del discurso ———————

Yo estoy siempre dedicado a una actividad u otra para beneficio de ustedes. Las cosas que podría mandar a hacer, no las confío a otros; las hago Yo mismo, para que ellos puedan aprender a confiar en sí mismos y a obtener experiencia de ello. Siempre tengo en mente el progreso, el confort y la felicidad de ustedes. Pueden notar esto en el más pequeño acto Mío. Yo realizo todo el trabajo que Me atañe. Abro todas las cartas dirigidas a Mí y éstas son innumerables.

– BABA

Traduccion Mercedes Wesley