Discursos dados por Sai Baba – 08. 29/04/90 Sathyam Vada; Dharmam Chara

Discursos dados por Sai Baba

{SB 23} (36 discursos 1990)

08. 29/04/90 Sathyam Vada; Dharmam Chara

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 23 cap. 8 )

Sathyam Vada; Dharmam Chara

29 de Abril de 1990

¿Qué mayor desgracia puede haber que el hecho de que los Bharatiyas no hagan esfuerzos por comprender su gran cultura Divina, basada en los ideales más sublimes?

El Amor es la forma de Brahmán. Brahmán está lleno de Amor. El Amor sólo puede obtenerse a través del Amor. Sólo cuando uno está firmemente establecido en el Amor puede estar calificado para experimentar el Uno sin segundo.

¡Encarnaciones del Amor Divino! “Sathyam vada; Dharmam chara” (Digan la Verdad, practiquen la Rectitud). Ésta es la gran declaración de los antiguos Upanishads y las escrituras de los Bharatiyas. La Verdad y la Rectitud son los escalones que conducen a la grandeza humana. Los Puranas también han declarado:

“Sathyameva Jayate” (Sólo la Verdad triunfa). La victoria adora a la Verdad, “Sathyanasti Paro Dharma” (No hay Dharma más grande que la Verdad), declaran los Puranas.

La Verdad es Dios. Es una locura suprema olvidar este hecho y tratar de obtener la gracia de Dios mediante todo tipo de prácticas. El Bhagavata ha indicado una senda más ardua. El emperador Bali le dijo a su gurú Sukracharya: “¿Puede haber mayor pecado que faltar a la palabra dada?” Bhudevi (la Diosa de la Tierra) reveló la misma verdad en otro contexto en el Bhagavata. Bhudevi se lamentó así: “¡Oh Señor! Puedo soportar la carga de un sinnúmero de pecadores, pero no puedo soportar llevar la carga de aquellos que han traicionado la Verdad”.

La gloria de la Verdad ha sido proclamada por los Vedas, los Upanishads, los Puranas y las epopeyas. Los Upanishads han expuesto las características de Sathya (la Verdad). “Sathyaanna Pramadithavyam, Dharmaanna Pramadithavyam” (No hagan caso omiso de la Verdad. No sean indiferentes al Dharma). La enseñanza del Brihadaranyaka Upanishad y otros textos es:

“No renuncien a la Verdad bajo ninguna circunstancia. Superen todas las dificultades adhiriéndose a la Verdad”.

La vida de Harischandra como ejemplo Harischandra, que renunció a su reino, esposa e hijo y hasta eligió servir a un guardián en una escalinata crematoria, es el ejemplo supremo de alguien que defendió la Verdad. Vishwamitra, quien sometió a Harischandra a las pruebas más severas, declaró finalmente: “La tierra entera puede ser sostenida en la palma de una mano. El océano entero puede ser bebido de un sorbo. La tierra y el cielo pueden ser fusionados hasta volverlos uno. Pero es imposible hacer que Harischandra pronuncie una mentira”.

Mediante la Verdad, no sólo puede dominarse el mundo, sino que hasta es posible realizar al Señor del universo. Hoy, en Bharat, debido a que la gente ha renunciado a la Verdad y la Rectitud, no son capaces de alcanzar la unidad y se ha desarrollado todo tipo de divisiones y antagonismos. Ustedes tienen que consagrarse a la Verdad. Al ofrecer adoración a Rama y a Krishna, se ofrecen plegarias a sus manifestaciones como Verdad.

“Sathyam vachanaya namah”, “Sathyapriyaya namah”, “Sathyaswarupaya namah” (Salutaciones a Aquel cuya palabra es Verdad, a Aquel que ama a la Verdad, a Aquel que es la encarnación de la Verdad).

A causa de la defensa de la verdad, Sri Ramachandra tuvo que ir al exilio en la selva. Rama le dijo al sabio Jabali: “Para los gobernantes de la dinastía Ikshwaku, la calamidad más grande es faltar a la palabra dada”.

La fe de Potana en el Señor Rama Dios debe ser adorado como la encarnación de la Verdad.

Éste es el deber primario de cada Bharatiya. Srinata era un gran erudito y escritor que se desempeñaba como poeta de la corte del gobernante de Andhra, Singabhupala. Él fue a ver a su cuñado, Potana, que vivía en la pobreza, y le pidió que dedicara su Bhagavatam a Singabhupala. “Si tú dedicas tu Bhagavatam a ese gobernante, él te recompensará con todo tipo de riquezas”, dijo Srinata. Potana respondió: “Sri Ramachandra es el Señor de todos los reyes. Teniendo yo a Sri Ramachandra, el Rey de Reyes, ¿qué necesidad tengo de someterme a gobernantes terrenos? Es Dios quien ofrece beneficios espirituales, beneficios terrenales y otros beneficios a cada uno. ¿Acaso no puede cuidarme a mí el protector de tantos innumerables seres?”.

Potana se aferró firmemente a su creencia.

Sintiéndose provocado por la actitud obstinada de Potana y atribuyéndola a su engreimiento, Srinata le transmitió sus sentimientos a Singabhupala. El gobernante se enfureció. Envió a sus soldados a arrebatarle el Bhagavatam a Potana. Potana estaba dispuesto a entregar incluso su vida, pero no entregaría el Bhagavatam. Siguiendo órdenes del gobernante, los soldados incendiaron la casa de Potana. Éste oró así: “¡Oh, Sri Ramachandra! ¿No protegerás al menos tu propia historia de vida, además de proteger a tus devotos?”. Suplicándole a Sri Rama que protegiera el Bhagavatam, Potana cerró los ojos en meditación.

Las llamas lo consumieron todo, excepto el Bhagavatam.

Tomen conciencia del valor infinito del nombre del Señor Singabhupala se enteró de este fenómeno extraordinario.

Desde ese momento se volvió un devoto de Rama. Sólo cuando la devoción de uno es firme, pura y constante, el Señor está dispuesto a ofrecer todo tipo de protección. Desafortunadamente, en esta Era de Kali, la fe está cambiando continuamente debido a los deseos mundanos. El hombre está dispuesto a trocar la gema preciosa de su vida por un trozo de carbón. Si tomara conciencia del verdadero valor del nacimiento humano no lo trataría con tanta ligereza ni llegaría al extremo de descartar a Dios.

Tulsidas también dijo que el hombre que no sabe cuán precioso es el nombre del Señor, lo descarta como inútil. Por lo tanto, es esencial tomar conciencia del valor infinito del nombre del Señor. También Mira reconoció el carácter único y la grandeza del nombre de Dios. “Disfruten la dulzura nectarina del nombre del Señor”, dijo Mira. En lugar de café y té, ustedes deben beber la dulce esencia del nombre del Señor. Para el hombre que ha instalado al Señor en su corazón, no habrá dificultades de ninguna índole.

No es fácil para todas las personas reconocer la verdad acerca de Dios. Cuando Sócrates atrajo a la juventud de Atenas para interesarla en la búsqueda de la sabiduría, su misión fue mal entendida por las autoridades establecidas. El santo Thyagaraja se lamentó: “Oh, Rama, la gente no comprende la grandeza del Bhakti marga (el camino de la devoción). La gente prefiere el Bhukti marga (el camino del disfrute) antes que el Bhakti marga. Hoy los hombres prosiguen, con diligencia, estudios mundanos, pero pocos se interesan por la búsqueda de Mukti (la Liberación). ¿Cómo pueden tales personas realizar jamás a Dios, cualquiera que sea su educación? Todos los esfuerzos están dirigidos hacia fines mundanos y materiales, pero no se hace ningún esfuerzo por alcanzar la realización espiritual. Hoy la educación permite desarrollar capacidades intelectuales, mas no promueve las buenas cualidades. ¿Qué valor tiene tal educación?

El conocimiento libresco puede convertir a la cabeza en una biblioteca, pero no tiene ningún uso práctico.

Conviertan los deberes usuales en actos de adoración Sócrates fue condenado a muerte por alejar las mentes de los jóvenes de los asuntos mundanos y dirigirlas hacia cuestiones espirituales. Sócrates prefirió poner fin a su vida tomando veneno recibido de manos de sus discípulos antes que morir a manos de los carceleros. Esto significa que le asignaba más valor a la pureza espiritual que a la vida física.

Hoy sólo se valoran los placeres sensuales, que son transitorios e irreales. Quienes imaginan que están obteniendo placer a través de sus sentidos no comprenden que son los sentidos los que los están disfrutando a ellos y los están
debilitando.

¿Qué es la devoción? No es hacer Japa o sentarse en meditación o cantar bhajans. Esencialmente, consiste en dos cosas:

una, la falta de interés por las cosas mundanas, dos, el amor a Dios. Cualquier cosa que hagan por amor a Dios es devoción. Pueden dedicarse a los deberes usuales de la vida.

Sólo conviértanlos en actos de adoración ofreciéndoselos a la Divinidad.

Los Sadhakas son hijos de la inmortalidad Todos ustedes son devotos, pero por falta de consejo apropiado están confundidos y se sienten deprimidos. A causa de esta confusión y depresión desarrollan dudas. Sai no les pide que renuncien al mundo. Sin embargo, ¿de qué modo deberían vivir en el mundo? Deben disfrutar del mundo con una actitud espiritual. Deben tomar conciencia de que han descendido desde el Atma al reino de la Naturaleza. Hoy, entre los sadhakas, prevalece el punto de vista inverso. Piensan erróneamente que están procediendo desde la Naturaleza al Espíritu. Ustedes han emergido del Atma, no han evolucionado desde la Naturaleza.

Son los hijos de la inmortalidad. Son chispas de la Divinidad.

Deben reconocer la Divinidad presente en cada uno. Aprendan una lección de las aves y los insectos. Si un cuervo ve algo comestible, no comienza a comerlo él solo. Llama a otros cuervos y disfruta la comida en compañía de ellos. Miren a las hormigas. Si una hormiga encuentra un terrón de azúcar, no empezará a comerlo ella sola. Traerá a otras hormigas y disfrutarán juntas la comida. ¿Es el hombre peor que los cuervos y las hormigas? ¿No debería tener el sentido de unidad que tienen estas criaturas? Hasta las hormigas parecen poseer algún sentido de la Divinidad. Por eso, Thyagaraja cantó así: “¡Oh, Rama! ¡Que Brahmán, que está presente como amor en la hormiga y en lo Supremo, me proteja!”. Thyagaraja reconoció la omnipresencia de la Divinidad en todo, desde lo más pequeño hasta lo más vasto.

Las personas recitan la canción de Thyagaraja, pero en la práctica, si Brahma se apareciera frente a ellos lo adorarían, y si una hormiga trepara sobre ellos la matarían. ¿Esto demuestra su sentido de unidad? La presencia de una hormiga no les gusta.

Sin embargo, no se encuentra en el hombre el espíritu de sacrificio y el impulso de compartir que tiene la hormiga. Entre los animales y las aves no se halla ni la práctica de acumulación ni la de saqueo. Por el contrario, las tendencias adquisitivas y de explotación están creciendo entre los hombres, día a día.

¡Encarnaciones del Amor! Comprendiendo que la vida humana es preciosa, llenen sus corazones de pensamientos sagrados y lleven vidas nobles, dedicadas al servicio a la sociedad. Tal servicio es en verdad servicio a Dios. Si ofrecen adoración a un ídolo en su altar, estarán adorando a una sola forma. Sin embargo, cuando prestan servicio a la sociedad, le estarán ofreciendo adoración a innumerables formas de la Divinidad.

Discurso en el Dharmakshetra, Bombay, el 29 de abril de 1990.

Cada hombre es la causa de su propia fortuna, buena o mala. Él mismo es el constructor, el arquitecto, la suerte, el destino, la predeterminación, la Voluntad de Dios. Cada una de estas interpretaciones se ha superado por el principio del Karma.

Baba