Discursos dados por Sai Baba – 09. 08/04/83 Consejo a los aldeanos

Discursos dados por Sai Baba

{SB 16} (32 discursos 1983)

09. 08/04/83 Consejo a los aldeanos

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 16 cap. 9 )

Consejo a los aldeanos

8 de Abril de 1983

Más que el crecimiento económico o la adquisición de comodidades, lo importante en la reconstrucción de nuestras aldeas es la elevación de la calidad de vida de sus pobladores y el desarrollo de sus valores morales y espirituales.

Jñana (conocimiento espiritual) es considerado como el requisito primario para el hombre, pero lo realmente primordial es su conducta, la conducta recta. La conducta del individuo determina sus cualidades y éstas, a su vez, determinan sus acciones y reacciones en la sociedad. Todos ellos son criaturas de Dios y tienen el mismo derecho al amor del Señor.

¿Por qué entonces hay diferencias entre los hombres? ¿Por qué no existe la igualdad o similitud entre ellos? La causa estriba en las diferencias en la conformación mental de la gente. Si la mente es impura, nuestras acciones están destinadas a ser impuras. Cuando la mente y la conciencia están torcidas por el egoísmo, la conducta humana también se distorsiona; cuando son dirigidas a la Divinidad, las buenas acciones fluyen naturalmente. La mente es la causa de las buenas y malas acciones.

Por consiguiente, cualquier cosa que queramos lograr debemos tratar de obtenerla sin excitación o inquietud. Para el ser humano las cualidades importantes son sathya, dharma, shanti y prema (verdad, rectitud, paz y amor). En la actualidad, los habitantes de las aldeas están muy atrasados. Para salir de ese atraso, el primer requisito es la unidad. Los aldeanos deben ayudarse unos a otros. Si alguien está afligido o con alguna dificultad, todos los demás deben sentirse igualmente afectados. Si se considera a la villa como un cuerpo, todas las familias de ésta vendrán a ser sus diversos miembros. El daño a cualquiera de las partes debe verse como un daño hecho a todo el conjunto. Los aldeanos deben aprender a hablar con dulzura y de manera agradable. Una palabra áspera puede causar un daño perdurable; “si el pie resbala, sólo la pierna se lastima, pero si la lengua resbala uno puede caer hasta el infierno”, dice el refrán.

La unidad es la clave

Los aldeanos deben evitar el odio y la discordia. La aldea puede prosperar solamente cuando los habitantes desarrollen amor mutuo y cooperación. Puede haber diferencias entre los individuos, pero esto no debe afectar la acción comunitaria para el bien de la población como un todo. La unidad debe ser su lema. Con ella cualquier cosa puede lograrse.

Desafortunadamente la política ha invadido también la vida rural promoviendo conflictos y divisiones entre los campesinos. Esto no es bueno para ustedes; deben hacer que su aldea sea ideal erradicando las facciones y las diferencias. Supriman su ego y su orgullo. No hay base para éste cuando se dan cuenta de que la vida no es permanente y que todas las posesiones pueden perderse en un instante. Ravana hizo que Lanka fuera más grande que el mismo swarga (el cielo), pero su egoísta arrogancia provocó su caída. Y el destino de hombres arrogantes, como Kamsa y Sishupala, ha sido similar. Todos ellos cortejaron a la ruina; los Kauravas encontraron el desastre por su propia arrogancia. Las personas deben cultivar la humildad.

Los aldeanos deben evitar las charlas ociosas y emplear su tiempo en causas útiles. Mi deseo es que logren reconstruir su aldea y que ésta sea un ejemplo para el país por su unión, su cooperación mutua y su integridad.

Singanamuppavaram, 8-3-83 (8/4/83 en SSS02).