Discursos dados por Sai Baba – 14. 21/06/89 El Uno y los muchos

Discursos dados por Sai Baba

{SB 22} (38 discursos 1989)

14. 21/06/89 El Uno y los muchos

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 22 cap. 14 )

El Uno y los muchos

21 de Junio de 1989

La música, que es invisible, es una, pero las ragas (melodías) son muchas. Cada raga tiene una forma única propia.

De la misma manera, rasa (el gusto) es uno, pero tiene una variedad de formas. En la musicología de la India, se han listado 64 diferentes ragas; se llaman Chatusshashti (64). Por grande que un músico sea, aun si es Narada o Tumburu, los cantantes celestiales, si fuera a cantar una sola tonada en toda la sesión, aburriría a la audiencia; de ahí que se requiera una variedad de ragas.

Dios, que es la encarnación de la dulzura, se manifiesta a Sí mismo en muchas formas. Los Upanishads han declarado: “Él es la dulzura misma” (Rasovai Sah). Él reviste esa dulzura de infinita variedad. La naturaleza (prakriti), que tiene las tres gunas o cualidades: Sattva, Rajas y Tamas, es una sola. Toda la miríada de colores, sonidos, olores y gustos de los que somos testigos, emanan de la sola naturaleza.

¿Cómo puede Dios, cuyas manifestaciones son infinitas, describirse? Los Vedas han declarado: “Aquello de quien la palabra y la mente retrocedieron al ser incapaces de captarlo (al Supremo)”. Para realizar a la Divinidad, el único método (fácil) es cantar el nombre. Hay, por supuesto, muchas grandes personas que cantan el nombre del Señor incesantemente, y hay muchos otros que recitan el nombre durante días, meses, pero esto no efectúa ningún cambio en ellos. ¿Cuál es la razón de esto? Todos sus órganos sensorios funcionan con el sentimiento de “Yo soy el cuerpo”. Los que pronuncian el nombre del Señor mientras están inmersos en la conciencia corporal, no pueden realizar a la Divinidad, no importa cuánto duren sus penitencias.

Un actor, muchos roles La gente que pertenece a diferentes fes, religiones y culturas, prosigue varias prácticas espirituales de acuerdo a sus diferentes antecedentes. Cuando encuentran que éstas no han producido los resultados que esperaban, frustrados o descontentos, se van detrás de una forma diferente de adoración o a otra fe. El cambio espiritual no puede venir con el mero cantar un nombre diferente o aun adoptar un credo diferente. La Gracia Divina no se asegura mediante un cambio de fe. Es la mente (mati) de uno la que tiene que sufrir un cambio, no la religión (matam). Por solamente cambiarse las vestiduras que usan, no pueden adquirir cualidades Divinas. Tienen que cultivar las virtudes.

Sólo personas que transforman su carácter pueden sublimarse a sí mismas.

He aquí un ejemplo sencillo: En una obra de teatro un actor aparece en la primera escena como mendigo con ropas raídas; en otra escena aparece con ropas de rey, más tarde aparece como ministro. La gente en la audiencia puede pensar que el mendigo era una persona diferente de la que sale en el papel del rey y el del ministro. ¿Cuál es la razón? Ellos se basan en las ropas que usan los actores. A una persona se le juzga por sus vestidos y sus acciones, pero fíjense cómo actúa un perro en relación a su amo. El perro reconoce a su amo independientemente de las ropas que use. Actúa sobre la base de la voz de su amo. Parecería que un perro tiene un mejor sentido de reconocimiento que los seres humanos, que juzgan a los hombres por apariencias externas.

Los nombres y las formas son artificiales Los hombres ahora actúan sobre la base de nombres y formas.

Estos nombres y formas son artificiales. El sonido tiene la cualidad de permanencia. Si se canta el nombre del Señor con el debido respeto por el sonido, el nombre adquiere poder espiritual.

La conciencia superior (chinmaya) puede ser experimentada al pronunciar el Nombre Divino.

El hombre es la encarnación de la Conciencia Divina. Sólo cuando es puro puede él experimentar esa conciencia. Por el apego a los placeres mundanos el hombre queda atado a lo físico y se olvida de su Divinidad esencial.

El hombre sabe que Dios es la verdadera encarnación del amor. Sólo a través del lazo del amor puede uno atarse a Dios, pero es sólo cuando el amor es por el amor mismo, que este lazo puede atar a Dios al hombre. Si el amor es motivado por el deseo de objetos mundanos, Dios estará muy lejos de nuestro alcance. Ustedes deben volverse encarnaciones del amor. Si ustedes son sólo amables, este amor estará confinado a unos pocos. Sólo cuando ustedes se vuelvan personificaciones del amor, puede su amor abarcar a todos. Sólo entonces se darán cuenta de que el mismo Dios es el morador interno en todos los seres.

Krishna define el papel de un líder Durante la juventud de Krishna, él quería ir al bosque con los otros muchachos vaqueros para llevar las vacas y terneros a pastar. Su madre le dijo que necesitaba sandalias para ir al bosque, donde tendría que caminar entre espinas y piedras; Krishna contestó que el ganado no necesitaba zapatos y que él, su protector, no los usaría. Señaló que las vacas no eran egoístas al dar su leche a otros y que el amor de las vacas y terneros por él no tenía igual, ni siquiera el amor de Yashoda por él. Krishna dio el ejemplo sobre cómo tenía que comportarse un líder en relación a aquellos bajo su cuidado.

Krishna se consideraba el líder y protector de las vacas. Ustedes pueden ser un líder en su clase, líder en su partido o un líder social, pero un líder, de la clase que fuere, debe dar el ejemplo a sus seguidores y servidores y ser un ideal para ellos.

De hecho, cada individuo debe anhelar ser una persona ideal. Sólo entonces su vida tendrá un propósito y será satisfactoria para él. Tomen el ejemplo de un granjero; antes de poner un cultivo en la tierra, tiene que prepararla, ararla, poner el abono, sembrar las semillas; cuando las semillas germinan, tiene que remover la cizaña y proteger la cosecha de los pájaros y otros depredadores; sólo entonces podrá recoger la cosecha.

Un ejercicio similar tiene que hacerse en el cultivo del corazón por cada uno. El corazón es como un campo. Tiene que ser cultivado apropiadamente. Debe regarse con el agua del amor.

Debe labrarse con el proceso de la indagación (vichara). Luego, la semilla del Nombre Divino tiene que plantarse en él. Deben erigir la valla de la vigilancia para protegerlo, deben proteger la cosecha con devoción, arrancando el egoísmo. Sólo entonces cosecharán el fruto del amor por la Divinidad.

En el árbol de cada vida humana existe el fruto del amor; para gozar de este fruto, tienen que remover la corteza externa de manera que puedan obtener el jugo interior. Tomen, por ejemplo, la naranja; para disfrutar de la fruta, tienen primero que remover la cáscara externa, luego tienen que quitar las semillas de la fruta y las partes fibrosas y entonces podrán tomar sólo el jugo. Deben darse cuenta de que la vida les ha sido dada por lo Divino para que puedan gozar de este fruto del amor. Líbrense de la ostentación y del orgullo, remuevan las semillas de los malos pensamientos y malos sentimientos, desechen el impulso adquisitivo (mamakara). Entonces podrán saborear al jugo del amor.

Realicen su verdadero potencial Este es el tipo de práctica (sadhana) que cada cual debe emprender. Cada uno es una especia de cultivador; cada corazón es un campo. Este regalo Divino no debe ser desperdiciado.

¿De que sirve poseer tierras si no pueden cultivarlas apropiadamente?

Esta es una tierra sagrada, pero si la dejan abandonada se vuelve estéril y nada puede crecer allí. Aquí tenemos un campo ilimitado, pero ustedes no están cultivando la clase de cosecha que debería crecer allí en ella.

El deber más importante hoy en día es cultivar apropiadamente la preciosa e ilimitada tierra que les ha sido dada. Ustedes tienen las habilidades requeridas para ese propósito. Algunos estudiantes le oran a Swami que les dé la fuerza para vivir de acuerdo a los ideales de Swami. Cuando le oran así es porque se imaginan que no tienen esa fuerza en el
presente. No hay necesidad de darles esta fuerza, ya la tienen. No están haciendo buen uso de ella porque no concentran su atención en ella. Si se dieran cuenta de su potencial, sabrían cómo hacer un uso correcto de esta fuerza.

Discurso pronunciado en el Mandir de Prashanti el 21 de junio de 1989.

La gracia de Dios no puede ganarse por medio de la gimnasia de la razón, las contorsiones del yoga o las negaciones del ascetismo. Sólo el amor puede ganarla, el amor que no necesita retribución, el amor que no conoce regateos, el amor que se da alegremente, como tributo al que es todo amor, el amor que es inconmovible. Sólo el amor puede remover obstáculos sin importar cuántos sean o cuán poderosos.

No hay fuerza más efectiva que la pureza, ni bienaventuranza más satisfactoria que el amor, ni alegría más restauradora que la devoción (bhakti), ni triunfo más laudable que la rendición.

Baba