Discursos dados por Sai Baba – 30. 04/10/89 Karma, Upasana y Jñana

Discursos dados por Sai Baba

{SB 22} (38 discursos 1989)

30. 04/10/89 Karma, Upasana y Jñana

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 22 cap. 30 )

Karma, Upasana y Jñana

4 de Octubre de 1989

¡Encarnaciones del Divino Atma! La mayor parte de la gente en el mundo no comprende el propósito de la vida, ni siquiera tratan de indagar por qué son incapaces de comprender el significado de la vida. Uno en un millón emprende tal investigación. Este es el primer paso en el proceso de descubrir la realidad básica de la vida.

La vasta mayoría está contenta con comer, ganar dinero, adquirir propiedades y criar una familia como la finalidad de la vida.

Esto no es así. Todo esto no es más que la rutina de la vida ordinaria.

Indudablemente, esto es necesario, pero, obsesionado con la persecución de los objetos externos, el ser humano no se esfuerza por explorar la vida interna del Atma.

Parados a la orilla de la playa pueden verse solamente las olas en la superficie pero no las perlas que yacen abajo, en lo profundo. Sólo los hombres valientes, que bucean profundo en el océano, pueden recoger las perlas y no los otros. De la misma manera, el conocimiento del Atma (Atma-Jñana) puede ser obtenido sólo por aquellos que se alejan de la exploración del mundo fenomenal para sondear internamente por la verdad del Espíritu. El conocimiento espiritual no es fácil de obtener.

De los mantras emanan vibraciones Divinas ¿Por qué, a despecho de que durante años muchos fueron los que recitaban los Vedas y ejecutaban prácticas védicas, no obtuvieron los resultados proporcionados? Es debido a que, aunque muchos eran eficientes en recitar los mantras védicos, pocos de ellos comprendieron bien su significado interno o su santidad y potencia. Podría ser que la santidad de los Vedas sea tal que, aun el mero pronunciar los mantras o meramente el escucharlos sin comprender su pleno significado, tenga algún efecto santificador. La potencia de las vibraciones Divinas emanadas de los mantras es tal que confieren una experiencia de bienaventuranza única a los oyentes. Entre las ocho potencias Divinas atribuidas a los mantras védicos, shravanam (el escuchar) es considerada la más importante.

De la misma manera, entre las nueve formas de devoción, a shravanam o escuchar las glorias de Dios, se le ha acordado el primer lugar. Es desafortunado que en Bharat sean tantos los que no quieren siquiera escuchar las glorias del Señor. Hay otros que, aun cuando tienen la oportunidad de escuchar, huyen de ella. Muchos otros escuchan con indiferencia el canto de los mantras, negándose a sí mismos el beneficio de su sagrado poder.

El cuerpo humano está sujeto a aflicciones de tres fuentes:

vata (el elemento aire en el cuerpo), pitta (bilis) y shleshma (flema).

Ciento dos tipos de dolencias surgen de vata. Cuarenta y dos clases de enfermedades son causadas por desórdenes biliares.

Los desórdenes por cuenta de la flema son tantos como 242 diferentes clases de dolencias. En conjunto, el cuerpo es un sumidero para cientos de dolencias. En su apego por el cuerpo y los efímeros placeres derivados de los sentidos, el hombre se olvida de la bienaventuranza duradera que puede obtenerse del Atma dentro de sí.

Al igual que el cuerpo está sujeto a enfermedades que surgen de vata, pitta y shieshma, la mente también está propensa a enfermedades de tres fuentes: mala, vikshepa y avarana. Es debido a estas enfermedades que el hombre es incapaz de desarrollar su naturaleza espiritual y adquirir el conocimiento del Atma. Debido a la ignorancia de su naturaleza espiritual, él mira su mundana existencia como la única realidad.

Los tres pasos establecidos por los Vedas Mala también es conocida como avidya, que significa ignorancia.

La ignorancia puede ser removida por acciones prescritas (karmas). Avarana puede ser removida por Upasana (adoración).

Vikshepa (engaño) es removido por el desarrollo del poder de discernimiento. De aquí que, para tratar con las enfermedades de mala, avarana y vikshepa, ustedes necesiten karma, upasana y jñana. Estos tres senderos han sido establecidos por los Vedas. A través del karma (deberes prescritos) se adquiere la pureza de mente. A través de upasana (adoración devocional) se promueve la concentración unidireccional de la mente, y a través de jñana (la sabiduría espiritual) se alcanza moksha (liberación).

La causa primordial del sufrimiento en el hombre es el nacimiento mismo. Las acciones pasadas (purva karma) son la causa del nacimiento. El deseo es la causa que impele todas las acciones; el deseo es accionado por el apego, que procede de la carencia de comprensión. El ego es la causa de la ignorancia; cuando la ignorancia se va, el ego se desploma. La ausencia de egoísmo conduce a la correcta comprensión. Los deseos se reducen y, con la declinación del deseo, las acciones se santifican; entonces la vida se vuelve significativa. Por eso la ignorancia es llamada avarana (aquello que cubre o envuelve un objeto).

Mala es una etapa anterior a avarana. Es un estado de la mente en el cual el cuerpo, hecho de los cinco elementos y los sentidos de percepción y acción, es mirado como el verdadero ser. Debido a esta condición mental, el hombre tiene engaños referentes al cuerpo que son falsos e irreales. Lo que “mala” significa en habla vedántico puede comprenderse del uso del término en la vida diaria. El paso de las excretas y de la orina se describen como “el librarse de las cosas sucias del cuerpo” (malavisarjanam). “Mala” significa aquello que es impuro. En cuanto al estado mental, “mala” se refiere a la condición en la cual uno mira lo impermamente, lo falso y lo no sagrado, como permanente, verdadero y santo.

Los satkarmas purifican la mente Los Vedas han mostrado los diferentes medios por los cuales puede cambiarse este estado mental. Ellos declaran: “Realicen satkarmas” o sea, “Hagan buenas y rectas acciones”.

¿Cuáles son estas acciones correctas? Ellas incluyen los yagas y los yajñas, así como las actividades caritativas. Todas las acciones hechas como un ofrecimiento a Dios, pueden ser miradas como satkarmas. A través de tales acciones, la mente es purificada. Esto significa la eliminación de las impurezas acumuladas en la mente, resultado de pensamientos impuros y acciones del pasado. El propósito del Karma Kanda de los Vedas es indicar la clase de acciones y rituales que servirán para purificar la mente.

Avarana significa envolver o cubrir algo. Los seis vicios de la lujuria, ira, codicia, orgullo, engaño y envidia, han envuelto al hombre. El apego y la aversión lo han atrapado. Debido a esto el hombre ha olvidado su verdadera naturaleza y se ha llenado de orgullo de toda clase. Habiendo perdido su poder de discernimiento (vichakshana-jñana), se dedica a toda clase de mal comportamiento hacia sus superiores. Los Vedas prescriben la adoración devocional (upasana) como un medio de librarse de estas malas cualidades. Como un palo de incienso remueve mediante su fragancia los malos olores de un lugar, la repetición devocional del nombre de Dios aleja las impurezas de la mente.

Las cualidades esenciales para desarrollar la devoción La devoción significa amistad con Dios. Significa establecer una relación cercana con Dios a través del amor. El servicio a Dios es la esencia de la devoción. De aquí que el sabio Narada declarara: “El servicio a Hrishikesa se llama devoción” (Hrishikesha sevanam bhakthiruchyathe). Cuando la devoción se desarrolla de esta manera, la compasión (karuna) surge espontáneamente; cuando crece la compasión, el hombre experimenta la bienaventuranza Divina, libre de mala voluntad o apego hacia nadie.

La compañía de los buenos es esencial para desarrollar la devoción. Sirve de alimento para la semilla del amor en el corazón.

La devoción (bhakti) alcanza su consumación en la concentración unidireccional en la Divinidad. La acción correcta (satkarma) resulta en pureza de mente y la devoción promueve la concentración.

El tercer nivel es el conocimiento (jñana). Existen diferentes clases de conocimiento. Uno es el conocimiento mundano, otro es el conocimiento general. Lo que se significa con el término védico jñana, es el conocimiento del Atma (Espíritu). No concierne al conocimiento físico, sensorio o mundano. El conocimiento del Atma (Atmajñana) puede adquirirse sólo inquiriendo en la naturaleza del Atma y de ninguna otra manera. No puede ser enseñado por preceptores ni aprendido estudiando textos.

No puede recibirse de nadie ni ofrecerse a nadie. Tiene que emerger de la conciencia interna. Los preceptores y los textos sólo pueden ayudar hasta cierto punto, pero el aspirante que busca el conocimiento del Atma tiene que embarcarse en una investigación dentro de sí mismo para experimentar esta autoconciencia.

Él debe explorar e investigar toda la gama de la experiencia espiritual y llegar a la última realidad. Así como un niño aprende a hablar observando las palabras de la madre, el aspirante espiritual tiene que hacer el esfuerzo él mismo mientras escucha al preceptor o estudia los textos de las escrituras.

¿Quién puede llamarse un jñani?

Jñana en palabras vedánticas ha sido definido como “Advaita Darshanam” o el reconocer al Uno sin segundo. Esto es, ver al Uno en los muchos, unidad en la diversidad. Aquí, en esta asamblea, están presentes muchos miles de personas; sus nombres y formas son múltiples. Pero ustedes tienen que reconocer que el Principio del Atma en todos ellos es uno y el mismo.

No es suficiente decir esto en palabras, deben hacerlo una experiencia de vida. Sólo entonces podrán experimentar bienaventuranza (ananda) duradera. Sólo a una persona tal puede llamársele un “conocedor del Supremo o jñani”.

Para alcanzar ese estado de jñani, el primer paso es la acción correcta y la adoración (karma y upasana). Sin seguir los pasos del karma y la adoración, y tener éxito en ellos, uno no puede nunca volverse un jñani, así como un estudiante no puede adquirir un título sin pasar por los exámenes finales e intermedios de la escuela. Para llegar a la edad adulta, uno tiene que pasar a través de la niñez y de la juventud; no puede haber frutos sin que antes haya brotes y fruta verde. Es inútil para alguien proclamar que es un jñani sin que haya pasado por las disciplinas previas. La marca de un jñani es la alegría perenne.

Es por esta razón que los Vedas han colocado el Karma Kanda, el Upasana Kanda y al Jñâna Kanda en este orden. Es para realizar la unidad de la Divinidad que estos tres pasos de acción, adoración y conocimiento han sido establecidos.

El primer paso para volverse un jñani El mundo de ahora abunda en los vedantinos que van por allí proclamando que son jñanis. Entre la miríada de tales pretendientes ni uno puede considerarse un verdadero jñani (una persona completamente realizada). Para volverse un jñani el primer paso es comenzar con el sendero de la acción (karma marga). Los deberes sagrados establecidos en esta disciplina tienen que ser practicados. Todas las accionas deben ser ejecutadas como ofrendas dedicadas a Dios. Sin hacer los ritos prescritos, el mero declarar que las acciones que uno ejecuta son como ofrendas a Dios, es fútil. Pongan a un lado sus gustos y aversiones. Ejecuten las acciones con discernimiento después de la debida indagación. Si son incapaces de acertar cuáles acciones prescriben los Vedas, actúen de acuerdo a los dictados de su conciencia. Con ello, sus acciones se santificarán. No es necesario estudiar los textos de las escrituras; cualquier acción hecha con un corazón puro se vuelve santa.

Mantra significa aquello que se establece en la mente (manas) por un proceso de rememorización (trana). Esto se aplica sólo a lo que es santo. El hombre es la personificación de un mantra, un tantra y un yantra. La forma humana es la base de estos tres. El cuerpo es un yantra, una máquina o instrumento.

El proceso del So-ham, el inhalar y exhalar, es el mantra. El corazón, que es la central desde la cual el cuerpo y el proceso de respiración reciben su energía, es el tantra. Ustedes pueden ver a través de esto cuánta santidad está encerrada en el hombre.

Los apegos son grilletes que atan al hombre Desafortunadamente, debido a mala, avarana y vikshepa, el hombre olvida su Divinidad inherente. Dándole soporte a estos tres rasgos indeseables hay tres tendencias predisponentes o vasanas. La una es la tendencia asociada con el mundo (loka vasana); la segunda es la tendencia asociada con el cuerpo (deha vasana) y la tercera, las tendencias surgidas del academismo relacionado con las escrituras sagradas (Shastra vasana).

Loka vasana (el apego al mundo) lo impulsa a uno a adquirir nombre y fama, buscar poder sobre los demás y aspirar a honores y distinciones. Como resultado, uno desarrolla una visión estrecha y no se da cuenta de la impermanencia y naturaleza transitoria de todos los placeres y posesiones mundanas.

Deha vasana (el apego al cuerpo) lo impele a uno a buscar fuerza física, salud y atractivo físico. Todos los esfuerzos para maquillar la cara no servirán para alterar los rasgos naturales de una persona. Sólo lo que ha sido dado por el Señor será duradero, ustedes deben contentarse con eso. Mientras se tomen todos los cuidados esenciales para el cuerpo no debe tenerse excesivo apego a eso que es inherentemente perecedero y temporal. El cuerpo debe cuidarse sólo para realizar a la Divinidad interior. El tiempo gastado en ropas y maquillaje es puro desperdicio. No hay duda de que es necesario mantener buena salud mientras se viva, pero ocuparse obsesivamente del cuerpo es un concepto errado.

Shastra vasana (el apego a la erudición libresca y al academismo sobre textos escriturales) puede ser una fuente de sufrimiento aun para un gran académico. Él se siente miserable cuando olvida algo o cuando encuentra a alguien más grande que él en conocimiento escritural. El verdadero significado de “shastra” es actuar de acuerdo con lo que ha sido establecido, de aquí que si no se actúa en concordancia con los mandamientos de los textos, el conocimiento verbal de los libros no tiene valor.

Mediante la combinación de mala, avarana y vikshepa con los tres vasanas el hombre se ha degradado a sí mismo mucho más. ¿De qué sirven los apegos a las cosas del mundo, cuando el hombre sabe que vino sin nada y se irá con las manos vacías?

¿Cuál es el destino del hombre? Los apegos son grilletes que atan al hombre. Debe librarse de ellos para descubrir la Divinidad.

El mensaje de los Vedas y del Vedanta Los Vedas han enseñado los medios para hacer la vida en el mundo pura y significativa. Ellos han declarado: “No es a través de rituales, progenie o riqueza sino solamente a través del sacrificio que puede alcanzarse la inmortalidad” (Na kamanana prajaya dhanena, tyagenaike amritattvamanasush). Aparte de enfatizar la importancia del sacrificio (tyaga), los Vedas no han ido más allá. Han indicado los medios para experimentar muchos placeres temporales, por ejemplo, para aplacar el hambre a ustedes se les manda consumir alimento. La satisfacción derivada del consumir alimentos dura escasamente unas dos horas.

Los Vedas establecen qué clase de alimentos deben ingerirse y de qué manera.

El Vedanta ha mostrado cómo, mediante un proceso de eliminación, “Eso no” (neti), llegan a lo que queda, a saber, el Atma.

Encuentran entonces que lo que llaman el “Yo” es diferente de lo que describen como su cuerpo, su mente, etcétera, y lo que queda es el “Yo” que es el Ser. Deben esforzarse por reconocer el principio del Atma en ustedes. Este es el mensaje del Vedanta.

Para comenzar, dedíquense a cuantas buenas acciones (satkarmas) les sean posibles. Hagan todo el servicio a otros que puedan. Involúcrense en el servicio social. Y tengan el nombre de Dios en sus labios. Lo que hagan, háganlo con amor y no como una rutina mecánica. No rindan servicio con un sentido de compulsión hacia otros
. El servicio debe hacerse con un sentimiento espontáneo desde el corazón. No la fuerza sino la Fuente (lo Divino) debe inspirarles.

Discurso pronunciado en el Auditorio Purnachandra el 4 de octubre de 1989.

Un renunciante (tyagi) no vacila ni siquiera en abandonar su cuerpo, considerándolo como inútil paja.

El sacrificio significa algo más que abandonar la riqueza, el oro y los objetos materiales. Las malas cualidades como el odio, los celos, la ira y la malicia que se han enraizado en el hombre en el curso de muchas vidas, deben ser descartados.

Baba