Discursos dados por Sai Baba – 31. 20/11/90 El devoto muy amado por el Señor

Discursos dados por Sai Baba

{SB 23} (36 discursos 1990)

31. 20/11/90 El devoto muy amado por el Señor

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 23 cap. 31 )

El devoto muy amado por el Señor

20 de Noviembre de 1990

Proclamen con manos elevadas que las divisiones de casta y credo deben desaparecer; repitan a viva voz que el servicio a los débiles es Divino.

La meditación en el nombre del Señor conducirá al hombre a la morada del Señor y le conferirá inmortalidad.

Declaren que todos los hombres con devoción y fe son sus parientes.

Aquellos que enseñan a la gente esta sabiduría son los más amados por el Señor.

Sólo causará deleite a Sai que ustedes se libren de las diferencias y vivan en amor y armonía.

¿Qué más puedo decirles, oh, buenas personas reunidas aquí?

Anapeksha Suchir-daksha Udasino gatavyatah Sarvarambha Parityagi Yo madbhaktah sa me priyah “Aquel devoto Mío que no espera nada, es puro, hábil, desapegado, está libre de aflicción y realiza todo emprendimiento con compromiso, es muy amado por Mí”. (Bhagavan comenzó Su discurso con este sloka del duodécimo canto del Bhagavad Gita).

La primera cualidad mencionada en este sloka es Anapeksha.

Este término significa “estar libre de todo tipo de Apeksha (expectativa o deseo)”. ¿Puede un hombre que posee un cuerpo, una mente y un intelecto estar completamente libre de deseos?

Es imposible. Sin embargo, tal estado puede alcanzarse mediante el esfuerzo o la voluntad.

Preya y sreya margas Hay muchos en el mundo que, a cada instante, buscan placeres sensuales. La mayoría de las personas anhela tales placeres.

Este método se describe en el Gita como Preyo-Marga (la senda hacia los placeres). En oposición a ella, hay otra senda que confiere la experiencia de la realización del Ser y que trasciende los sentidos. Se llama Sreyo-Marga (la senda superior de la rectitud). No todos pueden comprender con claridad esta senda. Tampoco es accesible a todos. En consecuencia, la gente común no la prefiere.

En el mundo, por un lado está la atracción de Preyo-Marga y, por el otro, la de Sreyo-Marga. Sin embargo, aquellos que buscan los placeres sensuales toman la senda de Preyas. Sólo los Jnanis (las personas espiritualmente sabias), que sienten indiferencia por los efímeros placeres mundanos obtenidos a través de los sentidos, que son austeros y de corazón puro, siguen la senda de Sreyas.

Hay otra senda, que trasciende la senda de Preyas (el placer) y de Sreyas (la virtud). Estas dos sendas abarcan todos los deseos posibles de los seres humanos. Anapeksha va más allá de ambas. Anapeksha es descrita como libre de deseos. Sin embargo, esto no es del todo correcto. La verdadera Anapeksha emerge cuando el hombre, al realizar cada acción, abandona el sentimiento de que “yo soy el hacedor” (el sentido del ego) y “yo soy el que experimenta” (el sentido de satisfacción de los deseos). Esto significa que se ha de renunciar totalmente al orgullo de ser el hacedor y al sentido de disfrute de las cosas deseadas.

Éste es el verdadero estado de Anapeksha (ausencia de deseos).

Sólo cuando todas las acciones son realizadas como ofrendas a Dios, Anapeksha prevalece. Cuando tal sentimiento llena el corazón del devoto, la Divinidad le confiere beatitud. Este devoto es muy amado por el Señor. Si desean ganarse el amor del Señor, tienen que prestar servicio a cualquiera, en cualquier lugar, como una ofrenda al Señor.

Un buen devoto necesita poseer pureza de corazón La segunda cualidad es Suchi (Pureza). Debe haber tanto pureza interna como externa. La pureza corporal se relaciona con lo físico. Abarca acciones de limpieza como bañarse, vestir ropas limpias, comer alimentos puros y demás. Incluso en los estudios, los libros deben ser saludables y ennoblecedores. Sin embargo, la mera limpieza externa carece de valor si no hay pureza interna. Todos, desde un erudito hasta un hombre común, se preocupan sólo por la limpieza externa y no por la pureza del corazón en su interior. Sin importar lo puros que puedan ser los ingredientes, si el recipiente en que son cocinados no está limpio, la comida se echará a perder. Para el hombre, su corazón es el recipiente, y él debe asegurarse de mantenerlo puro y sin mancha. Para purificar el corazón, todos deben realizar servicio desinteresado. Los apegos y las aversiones, que contaminan la mente, deben ser eliminados concentrándose en el Seva. Sólo cuando el corazón es puro puede realizarse servicio desinteresado.

En consecuencia, tanto la pureza corporal como la mental son esenciales para un buen devoto.

La tercera cualidad es Daksha. Esto significa que todos deberían considerar que su vida es una forma de penitencia.

Todos deben tener la Daksha (firme resolución) de dedicarse al servicio de sus semejantes mientras dure su vida. Así tomarán conciencia de su unidad con la humanidad. Tal sentimiento de unidad conducirá a la realización de Dios. El servicio es el único modo de librarse del egoísmo y el egocentrismo. Un devoto que ha resuelto hacer tal servicio es muy amado por el Señor.

No se dejen dominar por los temores o las amenazas La cuarta cualidad es Udasinah. Esto significa indiferencia ante el pesar y la alegría, la pérdida o la ganancia, el honor o el deshonor. Sólo deben preocuparse por ver que sus acciones sean puras y desinteresadas de acuerdo con su conciencia. Nada más importa, ni la alabanza ni la censura de otras personas.

Cuando su conciencia les dice que lo que están haciendo está bien, pueden seguir adelante sin considerar las opiniones de los demás, sean parientes, amigos u otros. Éste es el verdadero sentido de Udasina (indiferencia).

No se dejen dominar por los temores o las amenazas. En este contexto, es aconsejable que los sevaks se mantengan alejados de la política. A veces, debido a un deseo de reconocimiento o publicidad, uno puede verse tentado a asociarse con hombres que están en el poder. Esta tentación les corrompe la mente. Desarrollando Udasinata (espíritu de indiferencia) en su mejor sentido, deben procurar servir a todos con un sentimiento de amor. La “indiferencia” no debe adoptar la forma de la arrogancia o la condescendencia ostentosa. Adhiéranse a lo que es correcto y aléjense de lo que es malo. Ése es el más elevado Udasinata.

El pasado y el futuro están en el presente La siguiente cualidad es Gatavyatah (ausencia de preocupación).

Esto significa que no debe haber ninguna preocupación con respecto al pasado. Un hombre con preocupaciones jamás podrá lograr nada. Uno no debería inquietarse por lo pasado ni por lo que se encuentra en la matriz del futuro. Tal desasosiego es la causa de todas las dificultades del hombre. No tiene sentido preocuparse por el futuro desconocido. Manteniendo el presente a la vista, los hombres deberían dedicarse a realizar acciones correctas. El pasado y el futuro están en el presente. Los devotos que cumplen con su deber en el presente son muy amados por el Señor.

La sexta cualidad es Sarvarambha Parityagi (el renunciamiento en todos los emprendimientos). Esto significa que no debe hacerse ostentación ni alarde de ningún compromiso asumido por un devoto. A menos que se elimine la ostentación, el egoísmo no desaparecerá. Para purificar el corazón, el ego debe ser desechado. No puede realizarse ninguna obra buena sin pureza de corazón. El corazón se purifica mediante las acciones sagradas.

La ostentación es una cualidad demoníaca. Alienta el egoísmo y la megalomanía. Uno debería tratar de obtener un buen nombre únicamente a través del servicio desinteresado. Éste debe ser realizado con humildad y sinceridad. Quien aspira a convertirse en un líder nacional primero debe saber cómo prestar servicio. No ha de buscar cargos o posición. Las Organizaciones Sai se han establecido para prestar servicio y no para instaurar posiciones de autoridad. El Seva ha de realizarse por un sentido del deber.

Los hombres nacen para servir, no para dominar El Seva saca a relucir todo lo que es grande en el hombre.

Expande el corazón y amplía la visión. Lo colma a uno de alegría.

Promueve la unidad. Proclama la verdad del Espíritu. Elimina todas las malas cualidades en un hombre. Se lo debe considerar una gran disciplina espiritual. Ustedes nacen para servir, no para dominar. Todos en el mundo son sirvientes y no amos.

Todas las relaciones –esposo y esposa, madre e hijo, empleador y empleado– se basan en el servicio mutuo. El mundo está progresando debido a tal servicio mutuo. Si el principio del servicio no operara, el mundo se detendría.

¿Ustedes consideran a un “funcionario” como un superior? No es así. Incluso él es un sirviente. Sólo cuando el hombre esté lleno del espíritu de servicio se revelará su naturaleza divina. Entonces experimentará la paz que va más allá de toda comprensión.

¿Cuál es la razón de la ausencia de paz en el mundo de hoy? Se debe a que no hay armonía entre pensamiento, palabra y acción en las vidas de las personas. La paz debe comenzar en la familia, en el hogar. Cuando haya comprensión y armonía en la familia, la paz se extenderá a la comunidad y desde allí a la nación y al mundo. Por lo tanto, hoy la unidad es una necesidad primordial. La unidad confiere dicha y paz.

La transformación debe comenzar en el individuo. Cuando el individuo cambie, el mundo cambiará. Esta transformación debe tener lugar en las mentes de los hombres. Los pensamientos correctos conducirán a las acciones correctas. Por eso las escrituras han declarado que la mente es la causa de la esclavitud o de la liberación del hombre.

Discurso durante la Quinta Conferencia Mundial de las Organizaciones de Servicio Sathya Sai, el 20 de noviembre de 1990 en el Estadio Hill View.

Los templos son para instruir a los hombres en el arte de quitar el velo del apego que cubre sus corazones.

Ésa es la razón por la que Thyagaraja exclamó en el templo de Tirupati: “Quita el velo dentro de mí, el velo del orgullo y el odio”. La bruma de Maya se desvaneció frente a los rayos de la Gracia y así él pudo discernir y describir la imagen de la Gracia Divina en la canción “Sivudano Madhavudano” y beber profundamente de la dulzura de esa Forma. El batido de su corazón mediante la Fórmula Divina produjo la chispa de Jnana y creció hasta convertirse en la Llama de la Realización.

Baba