Discursos dados por Sai Baba – 31, 30/12/83 Sean ejemplo de los ideales de Sai

Discursos dados por Sai Baba

{SB 16} (32 discursos 1983)

31, 30/12/83 Sean ejemplo de los ideales de Sai

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 16 cap. 31 )

Sean ejemplo de los ideales de Sai

30 de Diciembre de 1983

¡Hijos del Eterno!: ustedes no son montones de carne, son encarnaciones del Eterno, son depositarios de la bienaventuranza, sus corazones son altares de la Divinidad. La naturaleza entera es su jardín de juegos; todas las cosas que hay ahí son sus juguetes. Véanse a sí mismos como amos del universo y no como sus esclavos. Mientras permanezcan atados a sus deseos no podrán escapar y estarán sujetos al mundo material. Con todas sus habilidades, Ravana no se pudo salvar del desastre porque era esclavo de sus pasiones. Una vez que se rinden a la Divinidad, la naturaleza se convierte en servidora de ustedes.

Los niños y las niñas de hoy deben darse cuenta de esta verdad básica. Ellos son el futuro de la humanidad, son los guardianes de la cultura de la nación. La grandeza y prosperidad del país depende de ellos. El futuro de la nación será determinado por la manera en que se formen las vidas de los jóvenes. Hoy el mundo está hundido en el caos, la violencia y la maldad. Le corresponde a la gente joven ver que esas fuerzas demoniacas sean derrotadas.

Para lograr cualquier objetivo se necesitan dos cosas: krishi (esfuerzo individual) y kripa (gracia divina). Son como los polos negativo y positivo de un imán. Si sólo existe la gracia divina pero no hay el esfuerzo adecuado por parte del individuo, no se puede lograr el objetivo. La gracia divina siempre está ahí, tenemos que ir muy lejos para encontrarla. Los esfuerzos que se requieren para ganarla se llaman sadhana.

Los niños deben aprender a admitir sus errores

Toda persona debe poseer cuatro cualidades: shanti (paz), sathya (verdad), nirahamkara (ausencia de egoísmo) y ausencia de asuya (envidia). Estas cualidades son esenciales. Todas están bañadas por el amor. Estas cualidades no se adquieren mediante el estudio o de algún profesor, ni como un regalo obsequiado por alguna persona; sólo se pueden adquirir por el esfuerzo propio. Estas nobles cualidades se tienen que desarrollar desde la infancia. Sólo de esa manera serán firmes en los años posteriores.

La primera cualidad es Sathya. “Sathyameva Jayathe” dice el Upanishad (“Sólo la verdad triunfa”). ¿Qué es esta verdad? Es la adherencia a lo que es cierto en pensamiento, palabra y obra. Con frecuencia surgen numerosas situaciones adversas que hacen difícil esa adherencia. Por ejemplo, los niños, debido al temor al castigo o al regaño de los padres o maestros, caen en falsedades, evitando admitir la verdad. En su momento esta tendencia vicia su vida entera y los hace llevar una doble vida. Por consiguiente, teniendo en consideración su futuro deben aprender a admitir sus errores desde la infancia y a hablar con la verdad. No hay nada de malo si sus padres o maestros los castigan por sus travesuras. Gracias a estas medidas correctivas aprenderán a comportarse de manera conveniente en años posteriores.

Si ustedes aprenden a hablar con la verdad desde el principio, lo encontrarán muy fácil; pero una vez que empiezan a mentir es muy difícil regresar al hábito de la verdad. De ahí que cuando aún son jóvenes y sus mentes y corazones están puros y no contaminados deben cultivar el hábito de apegarse a la verdad. Hablando siempre con la verdad, sus mentes se llenarán de buenos pensamientos.

No deben renunciar a la verdad, no importa las dificultades que encuentren, no importa los problemas o pruebas con que tropiecen en el camino. Ésta es la lección que se debe aprender de la inspiradora historia de Harishchandra, quien alcanzó fama inmortal por su disposición a sacrificar todo por sostener la verdad. La prosperidad material o la posición de autoridad pueden ir y venir, pero la reputación que dan la honestidad y la integridad durarán siempre. Si instalan a la verdad y a la rectitud en sus corazones, sus vidas estarán plenas de significado y dignidad.

Libérense de la envidia

Después de la verdad, deben cultivar la paciencia. Ésta les otorga la fortaleza para enfrentar “las hondas y las flechas de la atroz fortuna”. Un hombre sin paciencia sucumbe fácilmente ante los reveses y las dificultades.

Junto con la verdad y la paciencia, deben cultivar estar libres de asuya (envidia). La envidia es como la plaga que ataca a la raíz del árbol: puede destruir la vida entera. Podemos disfrutar de muchas cosas en la vida –conocimiento, riqueza, posición, poder y cosas similares– pero si el virus de la envidia entra en nuestras mentes, puede contaminar todo. No debemos dar cabida a la envidia ni en los asuntos más pequeños. Si un compañero de escuela tiene mejores calificaciones, no deben sentir envidia. Si otros hacen las cosas mejor, se deben sentir felices en vez de permitir que la envidia los consuma; si alguien se viste mejor o es más rico, deben sentir que está disfrutando lo que posee y ustedes sentirse contentos y felices con lo que tienen. Estar libre de envidia es una cualidad divina. Los hace sentirse felices por la felicidad o el éxito de otros.

Hagan sacrificios por los que están necesitados

Después tenemos la disciplina. Sin ella, sus vidas se verán acosadas por los peligros. Los niños de las instituciones educativas Sathya Sai deben dar ejemplo de disciplina; en grandes reuniones deben observar orden y silencio y contener su entusiasmo. Si los menores que han pasado el curso de Educación Espiritual Sai se dejan llevar por el chismorreo y aplauden con frecuencia, desacreditan ese programa educativo. Cualquiera que sea la situación, ustedes deben observar una disciplina estricta y obedecer las órdenes de sus maestros y mayores. También deben aprender a hacer sacrificios por el bien de los que están necesitados. El sacrificio significa ayudar a otros en la medida de sus propias capacidades. Si no están en posición de ayudar a otros, cuando menos deben evitar hacerles daño. Desechar la tendencia a lastimar a otros también es una forma de sacrificio.

Los que están en el poder actualmente se empeñan en muchas actividades con las que imponen cargas y ocasionan injusticias a la gente; pero hacen muy poco para proporcionar ayuda para el mejoramiento de los niños. Hasta los así llamados países desarrollados están gastando millones de dólares en todo tipo de proyectos, pero no les dan suficiente atención a la salud y bienestar de las generaciones más jóvenes. Tratan de explotar a los jóvenes de una u otra forma para satisfacer sus propios fines egoístas sin importarles el futuro a largo plazo de estos niños. Lo que gastan estas grandes potencias en armamento en una semana sería suficiente para dar bienestar a cientos de miles de niños en un año.

Los niños tienen corazones tiernos

Es extremadamente importante cuidar la salud de los niños. La buena salud es la base para cualquier cosa en la vida. Las condiciones de los niños en los países atrasados son deplorables: la mayoría carecen de alimento, ropa apropiada y un techo bajo el cual vivir, están mal nutridos y débiles y sufren muchas enfermedades. En los países del tercer mundo mueren mil niños todos los días a causa de la desnutrición. Deseo que la gente acomodada haga algo para ayudar a estos niños infortunados; no debe estar satisfecha con su propia prosperidad y bienestar. Los ricos tienen una obligación hacia los menos afortunados; deben acudir en ayuda de los pobres y los débiles, mas no con un espíritu de condescendencia o de estarles haciendo un favor; deben ofrecer su ayuda con simpatía y camaradería genuina, considerando esa simpatía y compasión como un objetivo fundamental para una vida llena de sentido.

¡Queridos maestros!: cuando enseñen a los niños recuerden que están comprometidos en una noble tarea para el bienestar de los pequeños que les han sido confiados. Deben sentir que se están educando ustedes
mismos cuando educan a los niños. Por ejemplo, cuando les imparten algún conocimiento su propia comprensión de la materia mejora. Incluso cuando estudian libros para la enseñanza de los niños obtienen gozo de ese estudio, de ahí que ustedes siempre deben tener el sentimiento de que cualquier cosa que hagan por los demás en realidad es un servicio hecho a la Divinidad que reside en todos. Cuando los maestros cumplen su obligación con este espíritu infunden en los niños el espíritu de amor universal. Recuerden que los niños tienen mentes y corazones inocentes; sólo si llenan sus corazones con amor el mundo tendrá una paz genuina.

Prashanti Nilayam es el hogar natural de los niños

Han traído a estos niños de lugares distantes, lejos de sus padres, gracias a su devoción por Bhagavan. Esto da testimonio de su devoción. Los niños han pasado por muchas dificultades e incomodidades por devoción a Bhagavan. Han venido a Prashanti Nilayam por su amor a Bhagavan, Prashanti Nilayam es su hogar natural: aquí experimentan una bienaventuranza que no pueden encontrar en ningún otro lado. Bhagavan es más que una madre para todos ellos. Quiero que regresen todos con alegría y con el sentimiento de que han pasado un periodo de bienaventuranza en la casa materna. Todos los gastos de su estancia serán cargados al Fideicomiso Sai. Pueden utilizar el dinero que trajeron para las actividades de Educación Espiritual Sai.

Bendigo con una larga vida llena de salud y felicidad a todos los que han contribuido al éxito de esta gran conferencia: los organizadores Sai, los voluntarios de los comités de servicio y los maestros y estudiantes.

Prashanti Nilayam, 30-12-83.