Discursos dados por Sai Baba – 33. 23/11/88 Dejen que la Conciencia los guíe

Discursos dados por Sai Baba

{SB 21} (34 discursos 1988)

33. 23/11/88 Dejen que la Conciencia los guíe

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 21 cap. 33 )

Dejen que la Conciencia los guíe

23 de Noviembre de 1988

Más refulgente que el Sol, más blanco que la nieve más pura, más sutil que el éter más sutil, inmanente en todos los seres vivientes, no hay nada en el Cosmos sin Brahmán.

El Paramatma está presente en la partícula más diminuta.

Estando en todo, ESO permanece no afectado.

Esa Conciencia Universal ilumina y sostiene los tres mundos, saturándolo todo en la Creación.

Ustedes son ese Brahmán, y Brahmán está en ustedes, ustedes y Brahmán no son diferentes.

¿Qué mayor verdad puedo transmitirles, buenas personas, reunidas aquí?

Yo estoy en la Luz;Yo soy la Luz; la Luz está en mí; la Luz soy yo.

Aquel que es consciente de esto es Brahmán mismo y Brahmán es él.

¡Encarnaciones del Atma Divina! Sólo un ser humano puede comprender a Dios en la forma humana, no otros. Por lo tanto, la forma humana misma debería ser respetada. Se dice: “Daivam manusha Rupena” (“Dios se revela en la forma humana”). Dios asume la forma humana para hacer Su advenimiento en el mundo, para mostrar a la humanidad la senda hacia la Divinidad y para derramar su gracia sobre todos.

El hombre y la Divinidad en forma humana La Naturaleza entera es una bola de fuego ardiente (energía).

Este fuego está presente adentro y afuera. Del mismo modo, el principio del Atma Divina está presente en todas partes. La Divinidad mora en el Universo entero, en el átomo más diminuto y en la estrella más vasta. Este poder Divino está presente en toda la creación.

Sólo el hombre posee la capacidad de reconocer este poder. Sin embargo, al intentar reconocerlo, en su ilusión, es posible que cree alguna forma cruda y la considere la Divinidad.

Hoy uno puede dar un asombroso discurso científico acerca del mundo, la sociedad y muchas otras cosas. Uno puede parecer convincente desde el punto de vista lógico. Hasta puede interpretar de diferentes modos la naturaleza de la Divinidad en forma humana.

No obstante, todo esto es el producto de la imaginación y no la verdad.

Un pandit elocuente puede intentar describir a la Divinidad, pero nadie ha conocido o puede conocer la verdadera naturaleza de la Divinidad en su plenitud. Sólo el hombre puede conocer la Divinidad en forma humana. Nadie más puede verla o explicarla de ninguna otra manera. Todas las demás afirmaciones sobre la Divinidad son especulativas y fantasiosas.

Un elefante puede desear adorar a la Divinidad. Basándose en su propia naturaleza, sólo puede concebir a la Divinidad como un enorme elefante. No puede concebirla de ninguna otra forma.

Hasta un ratón, cuando piensa en la Divinidad, sólo puede imaginársela como la forma titánica de un ratón. Del mismo modo, el hombre sólo puede concebir a Dios con una forma humana. En tanto se considere a sí mismo únicamente desde el punto de vista humano, el hombre no podrá concebir a Dios —que trasciende lo humano— de un modo que no sea con forma humana.

La descripción de Dios que hacen los pandits sólo crea confusión Una persona versada y elocuente puede describir a Dios de muchos modos. Algunos eruditos se refieren a Dios como “Aprameya, Avangmanasa-gochara, Atita, Nirguna” “Aquel que es inescrutable, que está más allá del alcance de la palabra y la mente, trascendente y sin atributos”. Todos estos términos son alticompra en una tienda. Se trate de un potentado o de un hombre común, sólo florecerá el amor en él cuando abandone su orgullo egoísta y esté dispuesto a hacer sacrificios.

Emprendan el viaje hacia la realización de Dios No se dejen abrumar por la idea de que la condición humana es débil y está sujeta a las ilusiones y la ignorancia. No es fácil nacer como un ser humano. No obstante, si uno no toma conciencia de su verdadera naturaleza e imagina que Dios está en el mundo externo, demuestra una total ignorancia. Por lo tanto, sin perder tiempo, dedíquense a cumplir con sus deberes y emprendan el viaje hacia la realización de Dios.

Si quieren adorar a Dios, adórenlo sólo en la forma humana.

Todas las otras formas son artificiales, creaciones de la imaginación, producto de la ilusión. Mientras bhrama (la ilusión) permanezca, Brahmán no podrá experimentarse.

Muchas personas describen a Dios de innumerables formas.

Las escrituras también se refieren a Dios de diversas maneras.

Quienes las interpretan, se conforman con recitar esas descripciones, pero no tratan de experimentar la Divinidad. ¿Qué forma tiene la Divinidad? Si desean ver a la Divinidad, la forma que visualicen sólo será una caricatura. Piensen que su propia forma es una manifestación de la Divinidad. Considérense divinos. Respeten a los demás. Ámense a sí mismos y amen a otros. Eso es verdadera adoración.

Como esta idea amplia de la Divinidad no se ha fomentado, el hombre ha sido víctima de todas las formas de ignorancia. No existe algo así como que Dios “desciende” en la tierra o parte de ella.

El cuerpo es como una burbuja de agua, que surge, crece y desaparece en el agua. Esta es la verdad. El hombre nace de Brahmán, crece a causa de Brahmán y se funde en Brahmán.

Brahmán significa liberarse de bhrama (la ilusión). No se experimenta Brahmán debido a la ilusión. El hombre está dominado por las ilusiones de Ahamkara y Mamakara (el ego y el sentido de posesión).

¿En qué forma pueden adorar a la Divinidad, cuya forma es cósmica?

¿Qué pueden ofrecerle a Aquel que lo es todo? El mundo Lo ha adorado con diferentes nombres: Rama, Krishna, Alá, Zoroastro, Buda y Sai Baba. Sin embargo, todos estos nombres representan a la Única Atma. La verdadera adoración consiste en considerar a todas las formas el Uno y adorar a la Divinidad en la forma del Amor y la Verdad. Es más sutil que una partícula subatómica. Por eso se dice: “La Verdad es más fundamental que el átomo”.

Dejen que la conciencia guíe sus acciones No tiene sentido adorar a Dios como Sathyasvarupa (la encarnación de la Verdad), y no adherirse a la verdad en la vida diaria.

El Dharma (la Rectitud) nace de la verdad. Esta rectitud emana del corazón.

La rectitud promueve la satisfacción con uno mismo. Es una expresión de la conciencia del Ser. Tengan fe en la voz de esta conciencia divina. Nadie debería actuar contra los dictados de su conciencia.

Actuar en contra de la conciencia es maldad. Actuar de acuerdo con la conciencia es rectitud. La verdadera adoración consiste, por lo tanto, en hacer lo que es correcto según lo que dicte la conciencia.

Debe haber una armonía total entre pensamiento, palabra y acción.

Dios es Uno. Las formas de adoración, los rituales y las creencias que ustedes adoptan son puramente personales y no se relacionan con lo universal. “Divinidad” significa aquello que es completo, que lo abarca todo. El Uno Divino está presente en todos los seres. Cada ser está lleno de verdad y amor. No hay nadie que carezca de amor. El amor puede encontrar diferentes formas de expresión, pero esencialmente es Uno. Ese Amor es Dios. No vayan en contra de ese Amor.

Aunque Dios puede ser adorado de diferentes formas, es esencial reconocer la unidad que subsume a todas ellas. La adoración puede adoptar cualquier forma, pero la adoración en sí es una y la misma. Del mismo modo, las formas de la Divinidad pueden ser variadas, pero el principio Divino es sólo Un Atma.

Sólo el Amor inmutable es verdadera devoción Sólo hay una cosa importante que deben tener en cuenta:

abandonen la ilusión de que la Divinidad se halla en algún lugar remoto. Tengan fe en que “Yo soy Dios”. Cuando tengan fe en que son Divinos, difícilmente tomen por mal camino. Elegirán la senda correcta. Crean que Dios está en cada ser humano, como lo declaran los Vedas
y los Upanishads. La mera erudición no convierte a un hombre en un pandit (erudito). “Panditassamadarsinah” (“Pandits son aquellos que observan todo con ecuanimidad”). Los pandits deberían ser juzgados por lo que practican y no por su vestimenta o por lo que predican o escriben.

Considérense hijos de Dios. Realmente no hay diferencia entre los Avatares y ustedes excepto en cuanto a la cantidad de aspectos de la Divinidad presentes en cada uno. Estos aspectos pueden acrecentarse gracias a la conducta recta y al desarrollo del amor Divino.

No es amor verdadero el que se debilita o disminuye de un momento a otro. Sólo el amor inmutable que brilla siempre con refulgencia en el corazón es verdadero amor. Este amor no se ve afectado por la alegría o el pesar, la alabanza o la crítica. Es verdadera devoción. Un amor que crece o declina según las circunstancias cambiantes no es verdadero amor en absoluto.

Cuando alguien obtiene un gran beneficio o siente que sus plegarias son escuchadas, coloca más imágenes para adorarlas. Sin embargo, si sus deseos no se cumplen, quita las imágenes. ¿Es esto verdadera devoción?

Libérense del egoísmo adorando a Dios Todos los principios Divinos —Brahma, Isa y Vishnu— se encuentran en el hombre. Brahma representa el principio creativo.

Isa (Siva) está representado por el corazón. El Budhi (el intelecto) simboliza el principio de Vishnu que todo lo penetra.

Del mismo modo, los tres modos divinos —yantra, mantra y tantra— también se encuentran en el hombre. El cuerpo es yantra (una máquina). Todos los miembros del cuerpo son las partes de una máquina. El aliento es un mantra. Con cada aliento, se pronuncia el mantra So-ham (“Él es yo”). El corazón es tantra (el poder que dirige).

Tengan fe firme en que la Divinidad está presente en la forma humana. Realicen acciones correctas, dignas de la forma humana.

Abandonen el egoísmo, los apegos y el odio que surgen de él. Para librarse del egoísmo hay que adorar a Dios.

Discurso pronunciado el día del cumpleaños 63 de Bhagavan, en el Auditorio Purnachandra, el 23 de noviembre de 1988.