Discursos dados por Sai Baba – 37. 21/08/96 Jnana y Bhakti

Discursos dados por Sai Baba

{SB 29} (53 discursos 1996)

37. 21/08/96 Jnana y Bhakti

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 29 cap. 37 )

Jnana y Bhakti

21 de Agosto de 1996

Todo en el cosmos está formado por los cinco elementos básicos, que son manifestaciones de lo Divino. Lo Divino no tiene una forma separada. La humanidad no comprende esta verdad. Los Avatares vienen para disipar la ignorancia de la humanidad.

Los Avatares no vienen con una forma única. La razón es que todas las criaturas del mundo llevan a cabo sus funciones específicas.

Los animales, las aves, los insectos, las hormigas y los mosquitos no se desvían de sus papeles específicos al vivir sus vidas.

No obstante, sólo el hombre ha olvidado sus deberes. Las aves obedecen a “una razón y una estación”. Sólo el hombre se comporta sin respetar “una razón y una estación”. Por lo tanto, el Avatar ha venido en forma humana para reformar al hombre, que ha errado el camino. Por eso se declara que “Dhaivam mannusharupena” (Dios viene en forma humana). Si Dios viniera en cualquier otra forma, digamos, un pájaro, se lo alejaría. El hombre no le prestaría atención. Si el Avatar viniera en la forma de un búfalo, se lo echaría utilizando un palo.

No hay nada más grande que la devoción En este contexto, hay que advertir dos puntos.

Había dos hermanos, Jnanadheva y Bhaktidheva. Ambos estaban realizando un viaje. En el camino, sintieron sed. Bhaktidheva le dijo a Jnanadheva: “Tengo sed, pero no veo agua por ningún lado”. Jnanadheva respondió: “Veamos si hay algún pozo cerca”.

Luego de recorrer cierta distancia, advirtieron un viejo pozo con agua en lo más profundo.

Jnanadheva declaró: “Jnanath-eva-thukaivalyam” (Mediante la Sabiduría cualquier cosa puede lograrse).

Inmediatamente adoptó la forma de un pájaro, voló hasta el fondo del pozo, sació su sed y se elevó. Jnanadheva tenía la habilidad de adoptar cualquier forma, debido al supremo conocimiento del Ser.

Bhaktidheva no podía descender al pozo. Se sentó junto a él y le oró a Dios con intenso amor. Luego de un rato, el agua del pozo ascendió hasta el nivel de sus pies. Advirtiendo la humedad en los pies, abrió los ojos y vio que el agua del pozo se había desbordado.

Jnana requiere de un cambio en la propia forma. Bhakti no necesita tal cambio. La devoción intensa y amorosa será suficiente.

Lo que el devoto necesita vendrá rápidamente hacia él. No hay nada más grande que la devoción.

Bhaktidheva le escribió una carta a Jnanadheva. Era una hoja en blanco dentro de un sobre. Cuando Jnanadheva abrió la carta, descubrió que no había nada escrito en ella. Entonces Jnanadheva empezó a escribir su respuesta, hoja tras hoja. No podía terminar de escribir. Había dedicado toda su vida a la indagación y la investigación.

No había tenido tiempo para hacer algo práctico. La vida de la mayoría de los científicos transcurre de este modo: experimentación continua, sin experiencia. Esta clase de preocupación incesante por la indagación es inútil. La devoción es más fácil que Jnana Marga (la senda del Conocimiento). Mediante la devoción, la recitación constante del nombre y la recordación amorosa de Dios, puede lograrse cualquier cosa.

Jamás olviden a Dios ¡Estudiantes! Asegúrense de que el amor inherente en ustedes no se desvíe en direcciones equivocadas, en actividades antisociales o en comportamientos opuestos a los deseos de sus padres.

En lo que se refiere al amor por Dios, no necesitan someterse ante nadie.

Cuando aman a Dios con todo el corazón, la bienaventuranza que experimentan es insuperable. Ésta fue la experiencia de las Gopikas. Se la ha descripto como el quinto Purushartha, la experiencia de unión con Dios –Parama Bhakti la devoción Suprema.

¡Estudiantes! Hagan lo que hicieren en la vida, jamás olviden a Dios. Cualquiera que sea la posición que uno alcance, ya sea Presidente o Primer Ministro, si uno olvida a Dios no es nada. El héroe se convierte en un cero, si olvida a Dios. Estos cargos vienen y van. Jamás deben renunciar a su fe en lo supremo. Ése es el modo de redimir la vida humana.

Discurso pronunciado el 21-8-1996.