Discursos dados por Sai Baba – 39. 20/11/79 Sirvan al niño

Discursos dados por Sai Baba

{SB 14} (47 de 60 discursos 1978 a 80)

39. 20/11/79 Sirvan al niño

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 10 cap. 49 )

Sirvan al niño

20 de Noviembre de 1979

LOS HOMBRES SON HÁBILES en varias artes, fabrican y operan varias máquinas y dominan muchos campos del conocimiento. Sin embargo, no han adquirido la paz que es su derecho. Son arrastrados por el torrente de la vida mundana. Aunque están dotados de capacidades humanas que pueden ejercer a través de su cuerpo, los hombres no eligen el camino recto de la verdad. Deambulan en placeres falsos y pasajeros y desperdician sus años, olvidando su innata realidad divina. Eso está lejos de la plenitud a la que deberían aspirar. La simple habilidad, el simple diseño y manipulación de máquinas, la ostentación vacía y las aseveraciones de que uno es un sabio no revelan el secreto de la naturaleza humana. ¿Ha resuelto el hombre este misterio que incluye todos los misterios?, ¿ha encontrado la respuesta que es la clave de todos los problemas?, ¿ha adquirido el conocimiento que puede hacer que conozca todo lo que tiene que conocer? La solución, la respuesta, el conocimiento, es uno y sólo uno. ¿Por qué arrancar las hojas, quebrar las ramas y cortar el tronco para destruir el árbol? Corten la raíz y ya está. Los profetas y sabios védicos se concentraron en el descubrimiento de este conocimiento clave, la ciencia del Alma. Los buscadores de ultramar también conocieron esta ciencia y las formas de sadhana que establecía, y lo aclamaron entusiastamente en todo el mundo.

Pero aunque esta ciencia del Alma saturó su hogar natural y lo iluminó por muchísimo tiempo, los indios estaban aglomerados dentro del oscuro campo que queda fuera del círculo de luz de la lámpara. Éste ha sido su triste destino. Nuestros tatarabuelos, abuelos y hasta padres leyeron detenidamente las páginas de libros que describían la cultura sagrada de nuestra tierra, asimilaron su mensaje, practicaron los sadhanas y enseñaron y recordaron sus enseñanzas con gratitud y, como resultado, disfrutaron de imperturbable paz. Estudiaron los grandes clásicos: el Mahabharata, el Ramayana, el Bhagavad Gita, e imprimieron indeleblemente en sus corazones las máximas morales propuestas allí. Fueron guiados a través de sus vidas por estos textos sagrados, los cuales colocaron en sus altares y les ofrecieron adoración reverencia¡. Sus corazones fueron purificados y santificados por estos actos de adoración y trabajo, y como consecuencia fueron motivados a prestar servicio a la sociedad.

Por algún golpe de mala fortuna, los tiempos cambiaron. La «era moderna» llegó y nuestra gente se inclinó servilmente ante ella. Descuidaron estos libros sagrados y hasta los hicieron a un lado por contener ideales «primitivos». Los eruditos y buscadores occidentales, por otro lado, los recuperaron, los estudiaron escrupulosamente, analizaron las proposiciones sobre temas tan diversos como medicina, armamentos, matemáticas y astronomía, y hablaron de ellos a las mismas personas que habían sido pioneros en esos campos. Los acogemos con júbilo, como un hombre prefiere comida rancia de otra casa y rechaza platillos frescos de su hogar.

Al admirar ciegamente los modos occidentales de vida, los estudiantes hindúes menosprecian la virtud y exaltan la árida erudición. Olvidan que son seres humanos en peregrinación hacia Dios. En su lugar, se absorben en la búsqueda de la pasajera alegría que puede dar el mundo material. Por lo tanto, la primera tarea de los maestros es cultivar la virtud en el corazón de sus alumnos. Esto es mucho más importante que promover el aprendizaje. El sistema de educación vigente no reconoce ni promueve los valores morales y espirituales, de ahí que la comunidad estudiantil haya degenerado en un elemento socialmente peligroso. No se preocupa en lo más mínimo por el bienestar de la sociedad, no hace nada por contribuir a él ni está consciente de sus obligaciones con ella. A menos que exista un firme deseo de hacer servicio y se cultive la habilidad para realizarlo, los estudiantes seguirán siendo una carga para la comunidad, comportándose como parásitos y explotadores.

Un corazón generoso contribuye al desarrollo de la paz y la alegría. Un conocimiento pobre estrecha la mente y limita el interés por los demás, envanece el ego y alimenta el egoísmo y hace que el hombre olvide el deleite que se deriva de la virtud. Tales estudiantes son incapaces de contribuir al desarrollo de la prosperidad de la nación y al progreso de la sociedad. El grueso velo del egoísmo nubla su vista y los vuelve insensibles a su propia dignidad y destino. Los estudiantes deben esforzarse por comprender su herencia. La mente libre del apego o el desapego extremo, la palabra carente de falsedad, el cuerpo libre de pecado; éstas son las acciones por las cuales tienen que esforzarse los estudiantes. Los maestros deben estar atentos y alentarlos a evitar todo rasgo de deshonestidad en sus acciones y falsedad en sus declaraciones. Egoísmo, falsedad y orgullo son tena encías y actitudes que no deben echar raíces en los corazones tiernos. Impúlsenlos a que participen en actos de servicio a los demás. ¡Qué vergüenza que un hombre se comporte egoístamente, mientras su vida depende del comportamiento generoso del resto de la creación! Toda información o inspiración que el hombre haya ganado, o cualquier riqueza, abundancia o posesiones materiales que haya obtenido, debe compartirlas con generosidad. Éste es su principal deber. Los maestros deben estar atentos a las oportunidades de inculcar estos ideales en los corazones de los alumnos.

En la India no hay escasez de personas ricas ni de grandes filósofos y eruditos. A pesar de esto, el país no tiene paz y la gente sufre de ansiedad y temor. ¿Cuál es la razón? La razón principal es la avidez por el autoengrandecimiento y la ausencia de virtudes como el servicio y la renunciación. El rico, el poderoso, el educado y hasta los líderes de las sectas religiosas se encuentran atrapados en las redes del egoísmo, y son incapaces de manifestar las virtudes divinas latentes en ellos. Ustedes deben llenar los corazones de los jóvenes estudiantes con aspiraciones nobles, de manera que puedan ser convertidos en instrumentos fuertes y resistentes para elevar la India del futuro a la gloria que es su derecho.

Los gurús deben ser ejemplos que puedan inspirar a los estudiantes. Deben practicar lo que predican. Como es el maestro, así es el alumno. Cuando se abre la llave, el agua fluye del tanque; la calidad del agua en la llave es la misma que la del agua en el tanque. Cuando el corazón del gurú está lleno de bondad, generosidad y amor, los alumnos expresan estas virtudes en cada uno de sus actos.

Se dice que hay más de cinco mil gurús Bal Vikas en el país. Si cada uno corrigiera y mejorara a cien niños, la nación realmente se transformaría. Deben examinar exactamente lo que se ha logrado durante los cuatro años que han transcurrido desde que se fundó Bal Vikas. Esta evaluación se debe hacer constantemente. Cuando el gurú cultiva una naturaleza pura, los estudiantes también crecen para ser encarnaciones de esa naturaleza.

El gurú debe estar alerta para que la cizaña del odio, la envidia y vicios similares no arraiguen en su corazón. Estas malas hierbas son abundantes en el campo político y en otros campos también. Los maestros no deben formar grupos rivales orgullosos de sus logros, envidiosos de la gloria ajena que los ata a ellos mismos en recriminaciones. Vean a los demás como sus propios hermanos y hermanas, pues todos son uno cuando son vistos como el Alma.

De alguna manera, en algún lugar, de vez en cuando, es posible que tengan que hacerle frente a rasgos equivocados. Pero recuerden: ustedes han entrado en el círculo de los gurús de Bal Vikas Sathya Sai. Tal vez no sea muy importante si estos rasgos hacen presa de los maestros en otros círculos, pero aquí su misión es mucho más im
portante, y la esperanza que despiertan, más grande. Estos rasgos estorbarán y contaminarán sus esfuerzos.

Sean conscientes del significado sagrado del nombre gurú, por el cual se les conoce. Gu significa «oscuridad», ru significa «quitar». Así que el gurú tiene que iluminar la inteligencia del niño y disipar la ignorancia que obstruye su desarrollo. Yendo más a fondo, encontramos que gurú también tiene otro significado. Gu significa «no estar limitado por atributos» y ru significa «no afectado por las apariencias». Es decir, el gurú debe estar libre de preferencias y prejuicios y tratar a todos los alumnos con el mismo amor.

Prodiguen todo su amor a los niños e instrúyanlos gustosa y sinceramente. Esta actitud por sí sola justifica su labor en los Bal Vikas de Sathya Sai. Por supuesto, Sai no ignora que los gurús Bal Vikas están ahora sinceramente comprometidos con su tarea sagrada y que contribuyen al progreso del movimiento. Pero al igual que una batería tiene que ser ocasionalmente recargada, debo señalar algunos defectos y peligros que pueden restarle brillo. Es imperativo que descubran el camino correcto y que lo sigan con fe. Por ejemplo, tomemos la lámpara de petróleo. Requiere que se bombee de vez en cuando. Debemos usar un alfiler para quitar las obstrucciones, y también debe tener algo de combustible. El petróleo es la fe, el alfiler es el amor que les impulsa a cumplir con su deber, y el bombeo es la voluntad que los sostiene en su tarea. Además, la lámpara necesita mecha. La mecha es el Nombre de Dios, que es su constante inspiración. A la luz de la unidad átmica de todos, esfuércense por alejar la ignorancia de ustedes y de sus alumnos.

Durante esta conferencia, discutan y descubran hasta qué grado han tenido éxito en esta misión sagrada, y como resultado de ese descubrimiento, establezcan las formas y medios por los cuales se puede lograr un éxito mayor. Comuniquen sus experiencias y sus ideas a los demás, para mejorar el plan de estudio, el método de enseñanza y los medios para evaluar el progreso que se ha hecho. Les aconsejo que dediquen especial atención a los métodos que contribuyan, a través de Bal Vikas, al florecimiento de los talentos latentes en los niños, a la expansión de la prosperidad de la nación y a la seguridad y bienestar de la sociedad. Un mal alumno causa daño sólo a sí mismo, pero un mal maestro arruina la carrera de cientos de alumnos. Sean firmes y constantes en sus esfuerzos. Un poste indicador que cambia de dirección con cada ráfaga de viento sólo confunde más a un viajero desorientado. Ustedes también tienen que cultivar el amor y expandir su deseo de hacer servicio.

Sobre todo, llenen su mente con Dios y transmitan Dios a los niños. No esperen remuneración o recompensa, excepto la alegría reflejada en la cara de los niños. Actualmente, los maestros están más apegados a sus salarios que a su deber. Están más centrados en sus vidas que en su tarea sagrada. Renuncien a la loca carrera de obtener títulos. Más bien busquen oportunidades para servir a los demás y para promover la prosperidad de la nación. La cultura bharatiya ha decaído tanto porque los maestros, que son sus guardianes y promotores, se contentan con alimentarse ellos mismos y sus familias, cultivando fama y fortuna. Los Vedas nos dicen: «No por las acciones, no por progenie o por riquezas, sólo por renunciación se puede lograr la bienaventuranza inmortal». Así que renuncien, ¡renuncien! Sirvan, amen e impartan su conocimiento, alegría y amor gustosamente a los niños. Sirvan así a la sociedad y a la gente.

Los gurús Bal Vikas están haciendo este servicio con entusiasmo. Creo que continuarán sus esfuerzos aún con más sinceridad y alegría. Las resoluciones a las que ustedes llegarán en esta conferencia, no sólo deben ser anotadas sobre un papel, sino acatarse y ponerse en práctica en la enseñanza. Estoy seguro de que cada uno de ustedes está resuelto a dar lo mejor de sí en el servicio a los niños, la sociedad y la herencia preciosa de la cultura india.

Cuarta Conferencia de Gurús Bal Vikas de la India Prashanti Nilayam

20 XI 79