Discursos dados por Sai Baba – 42. 30/09/65 Paguen el precio

Discursos dados por Sai Baba

{SB 05} (58 discursos 1965)

42. 30/09/65 Paguen el precio

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 05 cap. 13 )

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30 de Setiembre de 1965

Prashanti Nilayam

Dásara

La mente del hombre está constituida de manera tan peculiar que pone su fe en las noticias de los periódicos y en los rumores de los mercados, pero rehúsa creer que Sri Krishna le enseñó el Gita a Arjuna o que Vyasa escribió el Bhagavata. Esto es porque los periódicos halagan sus sentidos, su manía de sensacionalismo y su curiosidad acerca de otros hombres y sus asuntos. El sentido de los valores está tan degradado que el hombre reverencia y estudia el Gita menos de lo que valora y analiza las páginas del diario.

Esto debe atribuirse a su ignorancia y perversidad o al miserable destino.

La gente presta sus oídos e hipoteca su cerebro a hombres malvados y viciosos, regodeándose en el pecado. Obtienen los admiradores que merecen, los seguidores que contaminan el aire tanto como ellos.

El temor y la ansiedad que afectan a la humanidad hoy en día son resultado de esta degradación de los valores, esta ignorancia de lo que es importante y lo que no, esta falta de fe en lo que los mayores y sabios han estado transmitiendo como la sabiduría de las edades. La gente prefiere lo placentero a lo beneficioso. El paciente le ordena al médico e insiste en la medicina que le gusta tomar, en el régimen que él piensa que lo mantendrá contento.

Personas que no saben una sola cosa acerca de los valores más elevados plantean preguntas y dudas tontas; ustedes, que han he redado los más grandes textos de filosofía y disciplina espiritual, vacilan en ponerlos delante de esos escépticos; no saben ustedes lo que contienen, ni los han practicado ni han experimentado su eficacia. Los hay ahora que pretenden ser indios, pero no saben quién es Rama, que se refieren a su reina llamándola “La señora Rama”, pues ni siquiera conocen su nombre. Tales hombres pueden tener tantos títulos y diplomas como pelos tengo en la cabeza, pero no merecen ser llamados hijos de esta tierra. ¿De qué sirve que una persona esté llena de riquezas, pasee en varios automóviles y viva en una mansión de muchos pisos? ¿De qué les sirve llenarse de información acerca de estrellas de cine o de boxeadores?

Como solía decir Ramana Maharshi a todo el que se acercaba a él: «Cono ce quién eres». Cuando se les pregunta: «¿Quién eres?», invariable mente dan el nombre que alguien les ha puesto como etiqueta. Pero, ¿quiénes son realmente? ¿Han intentado saber esto correcta mente y bien?

Es el correr detrás de los impulsos de los sentidos lo que produce todo este descontento. Esa clase de deseo no tiene fin. Una vez que se hacen esclavos de los sentidos, ellos no los soltarán hasta la muerte. Es una sed inextinguible. Pero yo los llamo a mí y hasta les otorgo dones mundanos para que puedan volverse hacia Dios. Nin gún avatar ha hecho antes esto de ir entre la gente, las masas, por entre millones, y de aconsejar, guiar, consolar, elevar y dirigirlos por el sendero de la verdad, la rectitud, la paz y el amor.

Se habrán preguntado por qué les he prohibido traer flores y frutas y otras ofrendas; arguyen que el Gita ordena que se traiga por lo menos alguna de estas ofrendas cuando vienen al Señor; que cuando uno va a la presencia de personas mayores o de santos no debe ir con las manos vacías.

Aquí, en este Prashanti Nilayam, los devotos no deben traer ni hojas ni flores ni frutas ni agua. Desde luego que acepto sus ofrendas, siempre que sean otras cuatro cosas, a saber: la verdad, la rectitud, la paz y el amor. Tráiganme todas éstas, o cualquiera de ellas, y con el mayor gusto se las aceptaré. Si ustedes piden una cosa, deben estar dispuestos a pagar un precio que sea igual a su valor. No pueden regatear un costoso sari de Benares por un paisa (céntimo de rupia). Den algo divino si desean recibir lo divino. El amor, la paz, la rectitud y la verdad son divinos. No intenten obtenerlos con una flor que se marchita, una fruta que se pudre, una hoja que se seca o agua que se evapora. Los hay que hablan y escriben como si me hubieran conocido, como si supieran todo lo que hay que saber de mí. Bien. Sólo puedo decir que nunca podrán conocerme a mí o a mi naturaleza, aunque nazcan y vuelvan a nacer mil veces. Para conocerme deben ser iguales a mí, deben elevarse a esta altura. ¿Pueden las hormigas descubrir la profun didad del océano?

Mis actividades y movimientos nunca serán modificados, no importa la opinión que puedan merecer. La maldad puede inducir a las personas a hacer observaciones sobre mi vestido, esta túnica de color, o pueden hablar cínicamente de mi pelo, pero esto no me afecta en absoluto. Ni mis discursos, ni mis planes para el restablecimiento del Dharma ni mis movimientos serán modificados en lo más mínimo. Me he adherido a esta determinación durante 26 años y estoy dedicado a la tarea para la cual he venido, que es la de guiar al hombre por el sendero de la paz suprema. No me detendré ni desandaré un solo paso. ¿Se vuelve una persona más santa por llevar harapos? Claro que estas calumnias de hombres malvados que no pueden soportar el brillo del sol me han acompañado en todas las Edades (yugas). Un impertinente, inflado de orgullo y envidia, se vistió igual que Krishna y se adhirió manos de madera para sostener el mazo (gada) y la rueda (chakra); tuvo la desfacha tez de retar a Krishna y finalmente pagó muy cara su insolencia.

¿Cómo puede la oscuridad vencer o simplemente oponerse a la luz?

Krishna es la propia personificación del amor y puede ser conquis tado únicamente por medio del amor. La audacia no puede acer carse a él. Los personajes de cine, no importa lo correcto que puedan ser el maquillaje y la entonación de los actores, nunca pueden ser reales. Ni siquiera el mayor científico puede comprenderme valiéndose de los métodos a los cuales está acostumbrado.

Yo siempre sonrío a aquellos que se mofan de mí, y aun a aquellos que me alaban. Estoy siempre lleno de contento, no importa lo que suceda. Nada puede interponerse en el camino de mi sonrisa; la burla y la calumnia sólo tienden a hacerla mayor y más feliz.

Es por esto que puedo impartirles felicidad a ustedes y hacer que su carga sea más ligera. Sambhashana, la conversación con Dios, se dice, resulta en sankata-vimochana, la liberación de las garras de la aflicción. Tengan en mente el alivio que experimentan después de haber conversado conmigo y piensen en esa alegría; eso es suficien te para darles paz. Es porque estoy deseoso de darles esta alegría que durante este festival me muevo tanto entre ustedes y me ocupo de cada detalle de los programas, de los arreglos para el alojamien to de ustedes y de todo los demás. No significa que no haya quien lo haga de buena gana y bien.

Pero, obsérvenme ahora. Parece que no tuviera ninguna preocupación, sin cuidado, como si la responsabilidad fuera muy liviana o inexistente para mí. El Señor es como el loto, no lo afecta el ambiente en el cual se encuentra; ésa es la razón por la cual sus ojos, su faz, sus pies, todos se comparan con el loto. No desechen la forma y el nombre de Dios que han seleccionado cuando alguien empieza a menear la cabeza. Quédense firmes y se salvarán. No comparen ni murmuren sobre la forma de la Divinidad que otros han escogido para adorar. Es una maldad minar la fe de otro y alterar la propia. La fe es una planta de lento crecimiento; sus raíces van creciendo en lo profundo del corazón. El silencio es el mejor sadhana para sustentar la fe; de ahí que guardar silencio sea el primer paso que deben dar en su práctica espiritual.

Yo les estoy diciendo todo esto no para darles alguna información acerca de mí, sino para fortalecerlos y hacer firme su fe.

Prashanti Nilayam, Dásara, 30-IX-65