Discursos dados por Sai Baba – 43. 01/10/65 Descubran y decidan

Discursos dados por Sai Baba

{SB 05} (58 discursos 1965)

43. 01/10/65 Descubran y decidan

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 05 cap. 14 )

Descubran y decidan

1 de Octubre de 1965

Prashanti Nilayam

Dásara

A pesar de las advertencias, amonestaciones, consejos y llamados de que no debe sumergirse en lo trivial y transitorio, el hombre sigue siendo llevado a la miseria por las deficiencias en su entendimiento.

Todas las Escrituras que se reverencian en todos los países pro claman que sólo el amor prevalece, que sólo el desapego es la riqueza duradera, que sólo la unidad es la verdad, que sólo Dios es la meta. Pero a pesar de toda la reverencia y estudio que estas Escrituras han recibido y están recibiendo, el odio y la codicia están en aumento en todas partes; las facciones y luchas están en auge en cada comunidad humana; ¡y Dios es desechado como superfluo o como una superstición! Del mismo modo que cuando la luz de una lámpara de petróleo se vuelve débil se le puede avivar bombeando aire con vigor, así también es tiempo ahora de vigorizar los impulsos superiores del hombre para que pueda salvarse de la calamidad. El hombre debe liberarse de las ataduras que él mismo ha tejido a su alrededor.

Las Escrituras son los archivos de los pensamientos y experiencias de hombres puros, sin prejuicios, buscadores de la verdad y llenos de amor; pero los hombres no creen en ellos; ponen su fe en los aviesos caprichos de individuos jactanciosos. Claro está, cada quien obtiene el guía que merece, y la lamentable situación actual del mundo es prueba de que han sido descarriados por sus ciegos guías. El paciente está clamando por las medicinas que le gustan, no por la medicina que puede curarlo, de acuerdo con los doctores, que son los expertos. El paciente escoge la dieta y el régimen que le es agradable y no hace caso de las prescripciones del médico, ya que éstas lo restringen y regulan. El paciente tiene sus propias categorías de juicio, sus propias dudas y vacilaciones, creadas por sus propios temores y tontería. No acepta las conclusiones de aque llos que saben, pues padece de un pervertido egoísmo.

El hielo y el agua no son sino la misma sustancia con dos nombres y formas; la mantequilla dura y la derretida son una sola; así también, los aspectos Nirguna y Saguna son ambos la misma Divinidad.

Sin embargo, el hombre usa este sencillo problema para una interminable argumentación y disputa. Habla de la omnipresencia de Dios pero discute el valor de la adoración de imágenes.

Aun acerca de mí, hay algunos que han tenido un vislumbre de la verdad, y otros que no han logrado ni siquiera esto. Pero mi amor se derrama sobre todos por igual; yo no revelo ni escondo; les toca a ustedes descubrir y decidir si van a obtener la bienaventuranza, zambulléndose en las profundidades. ¿Cómo puede una hormiga medir la profundidad del océano? ¿Cómo puede un hombre en la tierra describir los rasgos faciales del piloto del avión que va en el cielo? A menos que se eleven a las alturas, siguiendo ciertas dis ciplinas, no podrán experimentar a la Divinidad. Una vez que hagan esto, todos los juicios, todas las discusiones, y hasta el sentido de victoria, desaparecerán.

Yo sé que muchos de ustedes se extrañan ante mi práctica de escuchar todas sus necesidades, deseos, etc., llamándolos individualmente y pasando largas horas con ustedes para satisfacerlos y hablarles de sus exigencias “terrenales”. Dicen que ningún avatar ha hecho esto antes; es como ocuparse de cosas mundanas; la gente viene con toda clase de deseos mundanos y a cada quien se le recibe con bondad y amor. Pero sólo yo conozco la sed básica que se expresa en estos deseos y necesidades, el descontento fundamental. Es siempre preferible recurrir a Dios para la satisfacción de las necesidades antes que humillarse ante hombres, ya que ellos mismos no son sino herramientas en las manos de Dios. A su propia manera silenciosa, Dios transformará la mente y la hará volverse hacia las prácticas y el peregrinaje espirituales. Él nunca deja que sus hijos se extravíen y sufran en la jungla. Al acercarse a Dios buscando su ayuda y guía, ya han dado el primer paso para salvarse. Luego serán llevados a aceptar su voluntad como la suya propia y de esa manera lograrán la Paz Suprema.

Saben que hay una regla aquí de que deben venir con las manos vacías, sin siquiera las tradicionales ofrendas de hojas, flores, frutas y agua. Vengan con las manos vacías, manos para anhelar y no para entregar, manos que proclamen que han renunciado a las riquezas, para que yo pueda llenarlas de gracia. Debo decir que tomo ciertas cosas antes de darles esa gracia: exijo y acepto las ofrendas de la verdad, la virtud, la paz y el amor. Los atraigo a mí y luego los reformo y rehago. Soy como una especie de herrero que repara piezas rotas y dañadas. Reparo corazones rotos, mentes debilitadas, intelectos torcidos, voluntades endebles y fes vacilantes.

No tengan la impresión de que todas estas personas vienen a mí buscando favores mundanos o bendiciones para progresar mate rialmente. Por lo menos el noventa por ciento de ellos me piden sólo guía espiritual, no dádivas mundanas. Están deseosos de que los dirija por el sendero de la repetición del nombre, de la medita ción, de la recordación o alguna otra práctica espiritual.

Están llenos de amor por el Principio Divino y lo Divino está lleno de amor por ellos. Es el amor respondiendo al amor; un amor saturado de verdad, como Vivekananda estaba saturado de viveka (discernimiento).

Nadie tiene la autoridad de odiar o condenar a otro; tienen la oportunidad de amarlo y servirlo o de alejarse de él; eso es todo.

Si son atraídos cuando la gente los alaba o rechazados cuando los difama, se vuelven muñecos en sus manos. Yo me he mantenido firme en esta línea de conducta durante veintiséis años y ninguna cantidad de calumnias o alabanzas me hará desviarme del sendero. No estoy de acuerdo con que los harapos o la cabeza rapada o votos de castidad o de silencio confieran derechos superiores de liderazgo espiritual. La gente puede hablar de la túnica de seda o de una corona de cabello, pero yo sé por qué he venido y no voy a ceder. Acérquense a mí con amor y corresponderé con amor.

Ésa ha sido mi naturaleza aun en edades pasadas. En la Edad de Dwapara un hombre jactancioso se pavoneaba como el “doble” de Krishna, con las mismas pertenencias y apariencia y lo retaba con calumnias y difamaciones. Pero, ¿puede una estrella de cine que desempeña un papel volverse la persona misma? Sarupyam (absorción en la forma de Dios) y sayujyam (la fusión con Dios) se logran por medio del amor, de la devoción, de la fe, la humildad y la sabiduría.

Rama es descripto como más tierno que el pétalo de una rosa pero a la vez más duro que el diamante. Él se consumía de ternura por Sita pero la envió desterrada a la selva, con una dureza de corazón que asombró hasta a Laskhmana. La naturaleza de cada avatar es así. Vasishta y otros que estaban muy afligidos por el destino de Sita pensaron en una estratagema para hacer que volviera a Ayodhya; persuadieron a Rama para que consintiera en la realización de un Ashvamedha, Sacrificio del Caballo. El principal participante en este sacrificio debe tener una esposa legal como activa participante y colaboradora, pues de otra manera no puede reclamar el derecho al ritual. Así, puesto que Rama no tomaría nunca otra esposa, ellos esperaban que éste llamaría a Sita de vuelta para poder realizar el sacrificio convenido. Pero Rama era demasiado listo para ellos; él observó la regla de los Shastras con toda corrección, haciendo una imagen de oro de Sita y poniéndola en el lugar de su esposa durante la ceremonia.

Con el deseo de juzgar, tasar o evaluar no podrán descubrir el misterio de Dios, pero por medio de la devoción y la fe pueden lograr su gracia, la cual hará que él se revele para que
puedan comprenderlo.

Sólo una fe firme puede lograr la victoria. No pue den estar cambiando su lealtad a cada rato. Deben mantenerse firmes hasta que logren la autorrealización.

Cuando un hombre está sufriendo los efectos de la mordedura de una cobra, le dan ajos para que los mastique, con la idea de que no le sabrán picantes si el veneno está todavía en su organismo.

Así también, mientras el veneno de la sensualidad esté presente, la adoración, la repetición del Nombre o la meditación tendrán un sabor soso y deprimente. La gente puede reírse de ustedes por hacer peregrinaciones o venir a Putaparti, especialmente si son jóvenes y no tienen problemas de enfermedades o de fortuna. No pueden apreciar el anhelo por la liberación o por la felicidad eterna; no pueden simpatizar con aquellos que desean responder al llamado de la vasta magnificencia que los rodea. Tratan de apagar el brote del anhelo espiritual en los niños, sin saber que se va a desarrollar como una fuerte armadura para ellos en años futuros. Tienen miedo de que sus hijos se vuelvan monjes más adelante y dejen sus casas, por eso tratan de encauzarlos más hacia los pla ceres, ¡para que al desarrollar el mismo tipo de locura que ellos, puedan curarse de la locura divina! Por encima de todo, obliguen a sus sentidos a obedecerlos cuando ustedes les ordenan que dejen de arrastrarlos hacia abajo.

De otra forma, ustedes son como un caballo o un auto sin frenos.

Con los sentidos bajo control, su inteligencia se clarificará para reflejar la gloria de Dios que satura todo el universo. Ésa es la enseñanza de los Vedas y del Vedanta.

Prashanti Nilayam, Dásara, l-X-65