Discursos dados por Sai Baba – 04. 30/01/65 Kare kankanam (referencia a los brazaletes de Krishna)

Discursos dados por Sai Baba

{SB 05} (58 discursos 1965)

04. 30/01/65 Kare kankanam (referencia a los brazaletes de Krishna)

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 04 cap. 41 )

LOS BRAZALETES

30 de Enero de 1965

Prashanti Nilayam

OYERON EL discurso sobre el Principio Divino de Krishna (Krishnatatva) basado en el texto del famoso diálogo entre Krishna y Rukmini. Este diálogo parece ser muy mundano, pero lo trascendente sólo puede entenderlo el hombre común mediante el lenguaje de lo trivial, lo transitorio. Lo incognoscible debe ser insinuado por medio de las señales burdas de lo conocido. Tomen como ejemplo la estrofa que describe a Krishna como Kasturi tílakam. Describe las características externas; su bella, forma y los ornamentos y pertenencias del Señor. Pero cada una de estas palabras tiene un significado más profundo que no debe pasarse por alto.

El tilakam O punto de kasturí o almizcle en la frente de Krishna es el símbolo del ojo de la sabiduría, del ojo interno, de la visión dirigida hacia adentro, como el tercer ojo en la frente de Shiva. Kasturi significa conocimiento. sabiduría suprasensorial o jñana. Luego, el verso menciona la gema Kousthuva en el pecho de Krishna. Ella indica la bienaventuranza en el corazón, la bienaventuranza sin tacha del Señor, que es la personificación de la misma. El poema describe después la perla que brilla en el anillo nasal de Krishna. El anillo en su nariz indica el éxito que acompaña a la concentración que se centra en su gloria, por lo que la punta de la nariz es considerada por los adeptos del yoga como un punto para la concentración. Y en la mitología hindú, la perla se produce a partir de la primera gota de lluvia, pura e incontaminada, que engulle el pez que ha estado esperando largo tiempo por el precioso regalo de los cielos. Indica el efecto transformador del anhelo y la sed natural por la pureza y la verdad que desasosiega el corazón humano.

Fíjense en el siguiente detalle de la descripción: la flauta en la mano. Eso les hace ver a todos la necesidad de volverse como una flauta hueca, sin ninguna huella de la médula de la codicia material. Vuélvanse rectos, vaciense de todos los deseos obstructores y el aliento del Señor fluirá a través de ustedes, produciendo la dulce música que despierta cada alma.

¿Y qué hay de los brazaletes que describe el poema? Esto no quiere decir «brazalete», tal como los conocemos. Kankana es la palabra que corresponde a un brazalete que se dedica, utilizado cuando una persona hace un voto. ¡Se preguntarán cuáles fueron los votos que Krishna se impuso a Sí mismo! Ellos se mencionan en el Bhagavad Gita para que toda la humanidad los lea, los conozca y crea en ellos. Son tres en total. El primero es Parítranaya sadhunam, vinashaya cha dushkrtam, dharma-samsthapanarthaya, sambhayami yuge yuge”. «Para protegar a los piadosos y aniquilar a los malvados, así como para restablecer el orden moral, yo encarno de edad en edad»; el segundo es: Ananyash chantayanto mam, ye janah paryupasate, tesham yabhiyuktanam, yoga-kshemam vahamy aham, o: «Quienquiera que esté totalmente inmerso en mi contemplación, sin otro pensamiento, yo estaré siempre con él y me encargaré de su bienestar»; y el tercero es: Sarvadharman parítyajya, mamekam sha- raman vraja, aham tvam sarva-papebhyo mokshayishyamí ma schuchah. «Renunciando a todos los demás deberes y obligaciones, rindete a mi; yo te libraré de todo pecado; no tè aflijas». Éstos son los tres votos de Krishna, y los brazaletes son los recordatorios de estas tareas que êl se había fijado.

El poema Sigue con el hurichandana o pasta de sándalo amarilla que Se aplicaba sobre todos sus miembros. Usaba túnieas amarillas y se untaba el fragante sándalo amarillo. Este color es el símbolo de prakríti, la naturaleza. Él lo usaba en sus vestiduras y adornos externos. De hecho le agradaba aparecer como Prakriti; El podía dotarse o deshacerse de ella a su voluntad. Ella era su vestidura o ilusión del Atma (Atmamaya). La estrofa termina con el bello nombre dado a Krishna: Gopalachudamani, la joya Suprema de los Pastores. ¿Qué son las vacas, las go? Go quiere decir Jíva O alma individual, de la cual él es el pala o protector; el Señor cuida a las vacas y las conduce a un lugar seguro y a la paz. Go también significa los indriyas o sentidos que rondan por el mundo externo, y Gopala es el Señor que refrena y guía los sentidos por senderos seguros. Esta significativa descripción es el producto de la experiencia de un yogui que tuvo esa visión en su éxtasis espiritual; así que no hay ninguna sugerencia de lo sensual en todo el poema. El poema épico el Bhagavata fue relatado al rey Parikshit por Suka, el más grande de los sabios, que era estrictamente célibe. Esto nos da la garantía de que no se ha infiltrado nada sensual en el poema. Este diálogo entre Krishna y Rukmini debe también considerarse con la misma actitud de adoración.

Deben cultivar una actitud de apego inseparable al Señor, quien es su propio ser. Si él es una flor; deben sentirse como una abeja que liba su miel; Si es un árbol, Sean como una enredadera que se aferra a él; si es un risco, entonces sientan que son la cascada que cae sobre él; si es el cielo, sean una pequeña estrella que brilla en él; sobre todo, estén concientes de la verdad de que están unidos a él por el amor supremo. Si sienten esto en forma intensa, no con la inteligencia burda, sino con la inteligencia sutil, entonces el viaje Será rápido y podrán alcanzar la meta. La inteligencia superficial los mantiene en marcha pero lo sutil hace que vuelen a su destino. Lo denso está demasiado agobiado por el cuerpo, lo sutil trasciende el cuerpo y aligera la carga. Lo primero se parece a intentar afeitarse con un hacha, lo segundo es como hacerlo con una navaja adecuada.

El shastri mencionó el axioma «Uno solo sin segundo». Si no es dos, puede ser tres, así que se define como Uno solo. Es el motivador interno de todos, el Sarvantaryamí, al igual que el hilo que pasa a través de las cuentas. Podrían. preguntar, si está dentro de todo, ¿por’quê no se observa en todo? Imaginen un rosario de varios tipos de cuentas: coral, perla, tulsi, rudrakSha, cristal o concha, etcétera. El hilo pasa a través de cada una y las mantiene juntas sin duda, pero es visible solamente en las cuentas tranSþarentes. También tienen que volverse transparentes, libres del deseo y de la voluntad que los esconde y nubla; sólo entonces podrá ser visto el motivador interno. No pueden argumentar que ya que no es visto, no está allí. Para lograr la transparencia, es esencial la pureza de intención y de instinto; esto se logra por medio del sadhana sistemático y sincero.

Una escalera tiene que ser tan alta como la altura que quieran alcanzar; su sadhana tiene que ser tan prolongada como el tiempo que les tome alcanzar la meta. Cuando las paredes están terminadas se quita el andamio; cuando se logra la visión de la realidad, Se puede prescindir de la repetición del nombre (japa), de las prácticas religiosas (vratas), de los cultos (pujas), de los homenajes, recordación y cantos (archana, sravana, kirtana), de todas las formas de disciplina espiritual. Deben vigilar cada oportunidad de tener pensamientos nobles, de efectuar tareas que los eleven, de dominar el ego que los arrastra.

Déjenme darles un ejemplo. Tomen su propio nombre; el nombre debe reflejar el propio ser, no una descripción del cuerpo, como Nallaiah O Kempiah o Kariyapa, él hombre negro, el hombre rubio o el hombre oscuro, respectivamente. Tengan nombres saturados de divinidad, como Rama, Krishna, Lakshmana o Bharata. Y conozcan y sigan lo que tales nombres implican. ¡Un hijo llamado Rama hoy en dia le exige a su padre su parte de la herencia! ¡Un hijo llamado Lakshmana encabeza una facción en contra de su hermano mayor! Vivan de acuerdo al nombre por el cual son conocidos. No los acorten ni dejen que queden descabezados como cadáveres sin vida, tales como V.D. Rao por Vasudeva. Rao, o V.A. Dani por Visvesvara Avadhani. Consérvenlos como son,
para que tanto ustedes como los demás tengan la preciosa oportunidad de pronunciar el nombre del Señor al menos cuando los saluden. Es un crimen en contra de sus padres y antepasados profanar el nombre que les han dado; vivan ustedes de acuerdo con él y pásenlo a sus hijos y a los hijos de sus hijos sin corromperlo.

En todos los tipos de práctica espiritual es muy necesario tener la compañía adecuada. El hombre es moldeado por las compañías que tiene; asi que vigilen siempre el aire que respiran; está contaminado con los pensamientos viciados de los hombres entre los cuales se mueven. El agua pura que cae como lluvia del cielo es cambiada en cientos de sabores y colores por el suelo sobre el cual cae. Pero incluso el más fangoso lodazal del arroyo tiene alguna esperanza de convertirse nuevamente en agua pura, porque cuando el sol brilla puede elevarse otra vez como vapor hacia las nubes y recuperar su prístina naturaleza. Para limpiar la mente, la oración es el agua y el arrepentimiento es el jabón. El agua O el jabón solos no pueden hacer el trabajo; al arrepentimiento debe seguir la resuelta determinación de no repetir el mal. Deben orar pidiendo ayuda en su Jadhana, por medio de la gracia.

Protejan la sabiduría que hayan logrado de las trampas del apego y de la aversión; éste debe ser el objetivo. Porque donde hay dualidad hay temor, hay declinación y muerte. La victoria en los comicios asegura el poder solamente por cinco años; cuando este periodo termina, el funcionario tiene que conseguir los votos de nuevo. Las buenas acciones hechas con apego les aseguran el cielo, de donde uno tiene que volver nuevamente a la tierra, cuando el depósito ha sido gastado. Un hombre que llega a Madrás con mil rupias en el bolsillo es amo y señor de todas las tiendas, espectáculos, hoteles y taxis hasta por el monto de dicha suma, pero cuando su bolsa queda vacía tiene que regresar a su pueblo, tal vez viajando sin boleto, amenazado por la policía en cada parada. No, ¡el cielo no es la solución para el hambre del alma! El río debe llegar al mar, no a las arenas del desierto; el agua tiene que fundirse en el agua. Ésta es la consumación llamada liberación (kaivalya). Para conservar esa meta siempre en la mira, mantengan a la inquieta mente Siempre bajo control. Cuando el sol está en el cenít, la luna, por el resplandor, no se ve. Budi, el intelecto agudizado, es el sol; el pálido satélite, la luna, que va creciendo y decreciendo es la mente. Así, den al intelecto toda la prominencia; dejen que la mente sirva a los dictados de la razón, no a los de la pasión.

Conviértanse en los gobernantes de sus sentidos, no en sus esclavos. Hrishikesha, nombre que se le da a Krishna, significa «dueño de los sentidoS”; Gudakesha, nombre que se le da a Arjuna, también tiene el mismo significado. Ésta es la razón por la cual los dos se hicieron camaradas. Los sentidos los arrastran a la jungla de la naturaleza; así, ¿de qué les sirve huir a la jungla, con los sentidos desenfrenados por el hambre? ¿Por que se fueron los sabios al bosque? Para hundir sus mentes en su silente calma; para morar en el pensamiento de Dios, cuya voz se oye cuando todas las demás cesan. Si cierran las ventanas que dejan entrar las demás voces, su hogar se puede transformar en un bosque de libertad, un monasterio de actos meritorios (tapas). “Donde está Rama, ahi está Ayodhya», dijo Sumitra a Lakshmana. Instalen a Rama en su corazón, y él se vuelve un Ayodhya, que quiere decir «invencible», «imposíble de ser capturado por los enemigos».

Ustedes mismos guarden silencio; ello inducirá el silencio en los demás. No caigan en el hábito de gritar, de hablar largo y tendido. Reduzcan las relaciones al mínimo. Lleven consigo una atmósfera de contemplación tranquila, en cualquier lugar que se encuentren. Los hay que viven en una perpetua algarabía, en un torbellino de ruido, moviendo la lengua sin cesar ya sea que se encuentren en una exhibición, en una feria, en un hotel, un templo o en Prashanti Nilayam. Ésos no irán lejos en el camino hacia Dios.

Hay otros que se deleitan en disputas y argumentos; nunca están contentos con los hechos obvios; tienen que crear dudas donde no las hay y hacer vacilar la fe. ¡DiSputan acerca de si Rama es superior a Krishna o si Krishna es una encarnación mayor o menor del Dios principal! ¡Gente que no ha pasado los suburbios de la capital se atreve disputar sobre la apariencia y la gloria del emperador que reside en el palacio en el corazón de la ciudad! Éste es el estado lamentable de la erudición hoy en día.

El maharaja de Burdvan celebró una vez una conferencia donde se consideraron las excelencias de Shiva y de Vishnú. Los Pandit: rivales expusieron y alabaron los mantras de cinco palabras o Panchakshari de Shiva y el de ocho palabras o Ashtakshari de Vishnú. El maharaja rechazó ofrecer lealtad exclusiva a Shiva O a Vishnú; él quiso que el sacerdote principal de su palacio, que era un gran sabio y practicante espiritual, emitiera su juicio. Éste dijo que ninguno de los pandit había visto a Shiva ni a Vishnú, aunque todos estaban bien preparados para argumentar sobre sus nombres. El declaró que cualquiera que hubíera visto a alguno de los dos guardaría silencio no sólo sobre lo que había visto, sino incluso sobre lo que no había visto. Esta declaración puso fin a las discusiones, ¡y cada quien regresó a su casa bastante avergonzado ante su propia inexperiencia!

Distingan lo real de lo aparente. Busquen en el acontecimiento el significado. Moren siempre en la realidad átmica: ustedes son puros, indestructibles; no los afectan los altibajos de la vida; son el verdadero, el eterno, el inmutable Brahman, la entidad que es todo esto. Una simple indagación de cinco minutos los convencerá de que no son el cuerpo, los sentidos, la mente, la inteligencia, el nombre ni la forma, sino que son el propio Atma, el Atma mismo, que aparece como toda esta variedad. Una vez que tengan un vislumbre de esta verdad, aférrense a ella; no permitan que se les escape. Hagan de ella una posesión pemmanente.

Como primer paso hacia la adquisición de esta sabiduría O discernimiento y de este desapego, comiencen ahora mismo la disciplina de la recordación incesante del nombre del Señor. Una excusa habitual que esgrimen aquellos que no les agrada esta disciplina es la «falta de tiempo». Pero no se necesita de un momento especial ni de ningún tiempo extraordinario. Puede hacerse siempre, durante el dia, ya estén bañándose, comiendo, caminando o sentados. Todas las horas que pasan criticando, viendo juegos deportivos o películas, en conversación superficial, pueden utilizarse mejor en la contemplación silenciosa del nombre, la forma y el esplendor del Señor.

Ahora se quejan de falta de deseo, de apetito por Dios. Han perdido el apetito porque han comido alimento desvitalizado, antinatural, no porque hayan tenido un exceso de buen alimento. No tienen conocimiento de cuál alimento es saludable, cuáles son sus componentes, etcétera. ¡Creen que el alimento poco nutritivo que reciben por las puertas de los sentidos los mantendrá saludables! Aprendan esta lección aquí y regresen a sus lugares mejor preparados. Si fallan en aprender esto, entonces han malgastado su dinero y su tiempo al venir y permanecer aqui.