Discursos dados por Sai Baba – 07. 06/03/70 El satélite muerto

Discursos dados por Sai Baba

{SB 10} (19 de 39 discursos 1970)

07. 06/03/70 El satélite muerto

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 08 cap. 2 )

El satélite muerto

6 de Marzo de 1970

Prashanti Nilayam

YO NO SOY HOMBRE ni Dios ni un espíritu etéreo; tampoco soy un brahmin ni un kshatriya, tampoco un vaisya ni un sudra. No pueden describirme como brahmachan» o como un padre de familia o un recluso o un monje; descríbanme como un Maestro de la Verdad, como Sathyam (verdad), Shivam (bondad) y Sundaram (belleza). Su realidad también es Sathyam Shivam Sundaram (Verdad, Bondad y Belleza); sin verdad no puede haber bondad, sin bondad, ¿de qué serviría la belleza? El efecto de la verdad en la mente es la bondad; la alegría que fluye de la bondad es la belleza genuina, esa que los artistas buscan. Las tres son una e indivisible. Experimenten esta verdad como bondad y la bondad como belleza. Esto da la suprema bienaventuranza. No permitan que las alegrías inferiores los distraigan, no desperdicien su energía jugando el tonto juego de ganar y perder, acumular y gastar, de ganar fama, fortuna y felicidad temporal. Vayan por el camino real que lleva al autoconocimiento y no se extravíen por las veredas de la falsa felicidad.

Esto no significa que tienen que abandonar a sus amigos y parientes y caminar solos. La comunidad en donde se encuentran es la arena en la cual pueden ganar la victoria, el gimnasio donde desarrollan su habilidad para ganar. El viaje espiritual nos lleva a la compasión, la fraternidad, la ayuda mutua y el servicio, y es la sociedad la que les da impulso y para bien de la sociedad se deben usar.

Ravana fue el potentado más opulento de su época, según lo describe Valmiki en el Ramayana. Su ciudad capital era una fortaleza inconquistable, llena de raros tesoros; era el maestro de los cuatro Vedas y de las seis ciencias espirituales. Duryodhana, el mayor de los Kauravas era, según Vyasa, insuperable respecto al número y poder de su ejército y armamento y también en cuanto a su habilidad diplomática. Sin embargo, tanto Ravana como Duryodhana han sido detestados por jóvenes y ancianos de todas las épocas. ¿Por qué? Porque descendieron del nivel humano al nivel de las bestias, en vez de elevarse del nivel humano al divino. Ambos tuvieron la misma falta: avaricia. Ninguno de ellos conoció Brahmin, kshatriya, vaisya y sudra son los nombres de las cuatro castas tradicionales. Brahmachari el estudiante célibe es la primera de las cuatro etapas de la vida el secreto de la conformidad y el contento. Ambos padecían de kama, el deseo incesante. Rama y Kama no pueden coexistir. El altar interno del hombre sólo puede alojar a una deidad: Rama o Kama.

Si ustedes aman a alguien, no desearán ejercer dominio sobre esa persona; no sentirán envidia por lo que posee, o por su prosperidad, ni se alegrarán de que sufra. El amor es el antídoto más fuerte contra la codicia. Ésta es, pues, la disciplina espiritual básica: den amor y reciban amor. Tal vez hayan oído acerca de bhota ball, una palabra que se interpreta como ofrenda para propiciar a los espíritus. Bali también significa «impuesto». Bhutabali significa que cada uno debe pagar un impuesto a los elementos por haber tenido esta espléndida oportunidad de nacer como humano. Por todas las buenas palabras que han llegado a nosotros, las buenas acciones que nos han beneficiado y los buenos pensamientos que esparcen paz en nuestro corazón y luz en nuestro camino, por todo esto debemos pagar un impuesto.

El amor los induce a considerar la aflicción de los demás cuando ustedes también la han tenido que pasar, se sienten atraídos por los que han tenido los mismos motivos de pesar; se interesan tanto en las penas de los demás, que olvidan las propias. Draupadi se lamentó de su suerte ante Krishna diciendo: «Krishna, cuando una madre pierde a su hijo, cuando la muerte lo arrebata de su regazo, la tristeza la invade. ¡Aswatama sacrificó sin piedad a todos mis hijos en lo profundo de la noche, mientras dormían! Ahora los he perdido a todos, ¡todos! ¿Cómo podría consolarme?, ¿cómo podría recuperarlos?» Krishna le dijo: «Hermana: tú soportaste las ofensas que los malvados Kauravas te infligieron en el salón real; resiste este golpe con el mismo valor. Mira a Gandhari, la madre de los Kauravas; se ha impuesto como propia la ceguera que sufre su esposo, ha perdido a sus cien hijos, ¡ninguno le queda!» Krishna la consoló presentando ante ella una imagen de mayor fortaleza de parte de otra madre. Consideren la agonía de los demás y los modos de compartir esa pena. Sientan por ellos más de lo que sienten ustedes por sus desdichas.

Ésta es la señal de un genuino devoto de Sai: debe tener compasión, tolerancia y simpatía. Si no posee esto, será blanco de la burla, y con sobrada razón.

La gente pregunta despectivamente: ¿dónde está tu Dios, cómo es, qué hace?, etcétera. Se burlan porque son muy pocos los que han experimentado la majestuosidad y la gloria de Dios.

Dios es verdad, bondad y belleza, pero sólo quienes han experimentado su presencia pueden asevergirlo y convencer, pues podrían tener una olla llena de néctar, pero sólo si derraman una gota de ella en su lengua pueden afirmar que es fragante y dulce. Por medio de ustedes, devotos de Sai, se llevará a cabo una transformación en la mente de la gente, así que su responsabilidad es grande.

Cuando la guerra del Mahabharata era inminente, se decía entre quienes conocían la maldad de esa época que sólo una nutrida lluvia de flechas podría apagar las llamas del odio. Ahora la sentencia es la siguiente: sólo una intensa lluvia de Amor podría apagar las llamas de la ira, el temor y la ansiedad que envuelven al mundo.

Un grupo de eruditos que vinieron recientemente a verme preguntaron: «Swami, tú hablas de llamas de ansiedad y temor, pero seguramente reconoces el gran avance que el hombre ha logrado al llegar a la luna». Yo respondí que fue un error gastar billones de dólares y rublos en tal empresa, y alegaron que aunque no sería de inmediato, había grandes posibilidades de obtener buenos beneficios. Yo les dije: «Es cuestión de prioridades. Cuando tanta gente de muchas naciones está desnutrida, sin educación o sin un lugar digno donde vivir, es una total ausencia de discernimiento gastar el tiempo, la habilidad y el dinero en esta espectacular competencia. Más adelante cuando la Tierra se haya vuelto el hogar de felices familias, se podrán planear tales aventuras».

La Tierra es el hábitat natural del hombre. ¿Por qué tiene él que aventurarse fuera del ámbito de los elementos de los cuales está formado su cuerpo, para ir a otros lugares adonde tiene que llevar su aire, su agua y otros elementos esenciales para su vida? Cuando va a la luna, no deja detrás su ansiedad, su miedo y su falsedad. La luna a la que tendría que viajar el hombre es la mente, no a ese satélite muerto, sin capacidad para iluminarse a sí mismo. El Ramayana menciona que Ravana preparó hábilmente una cabeza de cera similar a la de Rama y mandó que fuera llevada frente a Sita como la cabeza de su señor, para que ella abandonara todo pensamiento de volver a vivir con él y se rindiera a los ardides de su raptor. La luna es como esa imitación sin vida de la cabeza de Rama. El verdadero Rama está, vibrante y activo, en alguna otra parte. La verdadera luna para el hombre está en el firmamento de su corazón, donde giran la mente y la inteligencia (el verdadero sol).

Cuando se domina a la luna, shivam ilumina la noche y la transmuta en Shivaratri, o bien es shavaratri, la noche de la muerte. Cuando el hombre duerme, inconsciente de sí mismo y de su divinidad, es un cadáver.

Los sabios de la India establecieron varios ritos, ceremonias, disciplinas, normas de conducta y festivales para ayudara purificar las emociones y reafirmar la fe. Hoy hablaré acerca de la importancia de una de ésas: las disciplinas que establecieron para la comida. Tomen sólo comida sencilla, pura y limpia, la que los sabios llaman com
ida sátvica, es decir, comida pura, que no despierte los impulsos y las emociones, que no agudice las pasiones, altere la ecuanimidad o entorpezca la salud. La comida que se ofrece a Dios está libre de malas vibraciones que dañan al individuo en forma sutil. El alimento que se ofrece al hambriento y luego se come tiene las mismas cualidades benéficas. Deben ser muy cuidadosos en este sentido, ya que la comida tiene un efecto sutil en los sentimientos y pensamientos del hombre.

Prashanti Nilayam

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