Discursos dados por Sai Baba – 14. 12/07/83 Unidad y pureza, el mensaje de Ramzan

Discursos dados por Sai Baba

{SB 16} (32 discursos 1983)

14. 12/07/83 Unidad y pureza, el mensaje de Ramzan

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 16 cap. 14 )

Unidad y pureza, el mensaje de Ramzan

12 de Julio de 1983

Quienquiera que hable, la expresión que pronuncia comienza y gira en torno a la palabra “yo”: yo camino, yo me siento, yo como, yo escucho, yo voy, yo veo… el yo siempre va por delante. Es después cuando el hombre acierta a vivir. “Yo” es el actor, cualquiera que sea la acción, en todo momento y para todo.

¿Qué es exactamente este “yo”? ¿Es el agente? ¿El hacedor? Existen tres aspectos que el “yo” connota. El primero es “yo soy este cuerpo”; el segundo, “yo soy la fuerza vital en él”; el tercero, “yo soy el Atma” (Ser divino).

“Yo soy moreno, yo soy rubio, soy bajo, soy alto” son aseveraciones que generalmente se hacen. “Soy joven, soy viejo, yo soy un brahmán, no soy un brahmán” son expresiones que también se acostumbran. Estas cualidades conciernen únicamente al cuerpo. Cuando una persona está inconciente, en sueño profundo o muerta, no tiene conciencia de tales caracterizaciones relativas a su cuerpo, las cuales son extrañas al “yo” real, pues los atributos se adhieren o se desprenden cuando el tiempo ha transcurrido o las circunstancias cambian.

Después está el principio o fuerza vital del jiva (ser individual). La conciencia incesantemente activa siempre es inquieta y es caprichosa. Solemos decir: “mi inteligencia no es clara”, “mi mente está confundida”. Éstas expresiones se aplican únicamente a la segunda faceta del “yo”. Dicha faceta también está vinculada con el cuerpo por medio del complejo objetos sentidos mente razón.

El Atma es inmanente a todo el mundo

Ahora consideremos el tercer aspecto, el Atma (Alma divina): “Yo soy Sadhanandh, Nithyanandh, Sat-Chit-Ananda. Yo soy Nirmal, yo soy Nischal. Yo soy todo. Yo soy Brahman. “Aham Brahmasmi”. El cuerpo es mortal; el principio del jiva experimenta transformación, pero el Atma es inmortal. El Atma persiste con gloria inmutable en la vigilia, el sueño, el sueño profundo y más allá, en el cuarto nivel. En el estado de vigilia, está activo el cuerpo denso; en los sueños, está alerta la conciencia del yo sutil; en el sueño profundo, el “yo” es el Atma causal. El yo real, o Atma, no posee una afiliación exclusiva a un cuerpo, país, nación o sexo. Se encuentra en todo ser y en cualquier parte, así en el pájaro como en la bestia, en la planta como en el árbol, cada uno de los cuales revela su existencia. El Atma satura todo y es inmanente en Bharat (la India), Rusia, América e Inglaterra lo mismo que en todas partes del mundo.

Todos los fundadores de religiones han escuchado esta voz impersonal de Dios reveladora del Atma que activa a toda la creación. Así como los Vedas fueron escuchados y se los propagó como “escuchados” (shruthi), también el Corán fue igualmente “escuchado” por Mahoma. El Corán tiene Salat y Zakat como los dos ojos. Salat significa oración; Zakat significa caridad. Aquellos que consideran la caridad como un deber supremo y elevan su conciencia mediante las oraciones y la meditación continua en Dios son musulmanes. Islam es una palabra que no denota una religión en particular sino un estado de la mente, el estado de entrega total a la voluntad de Dios. Islam significa dedicación, entrega, paz y tranquilidad.

Islam denota a la comunidad social cuyos miembros han alcanzado la paz suprema mediante la entrega al Dios todo misericordioso y omnipotente y que han jurado vivir en paz con sus semejantes. Más tarde fue aplicado a todas las comunidades que se consideraban a sí mismas separadas, diferentes y, en consecuencia, hostiles a las demás. El Islam enseñó algo más elevado: dirigió la atención al Uno en los muchos, la unidad en la diversidad, condujo a las personas a la Realidad llamada Dios.

Al Atma no se le puede herir ni ofender

Todo ser humano tiene tres necesidades: alimentarse, vestirse y protegerse. Al tratar de satisfacerlas el hombre ha desarrollado una variedad de alimentos que llenan su pequeño estómago, pero ha ignorado el propósito de comerlos. La ropa tiene que ser usada para proteger al cuerpo del frío, pero le concedemos un valor enormemente exagerado. Por supuesto, el hombre debe tener una casa para vivir y en la que pueda reposar el cuerpo, el musulmán Gibran preguntaba para qué se construyen entonces esas casas enormes. Se erigen no para uno mismo sino para acumular tesoros y riquezas. Gibran dijo que esas mansiones son tumbas levantadas para que vivan los muertos.

Mahoma anunció a los ciudadanos de La Meca el mensaje de Dios que había escuchado. En aquella época las personas no prestaban atención a las declaraciones divinas, por lo que lo forzaron a abandonar el lugar, pero él sabía que la verdad gana siempre y que Dios acabará por prevalecer. Sabía que el insulto y las injurias eran sólo para el cuerpo, al Atma (Espíritu) nunca lo pueden herir.

El mes de Ramzan tiene la singularidad de que se dedica a la tarea sagrada de traer a la memoria y practicar las enseñanzas que Mahoma comunicó y de alcanzar el estado de unidad y pureza genuinamente divino. El Islam da importancia a la luna que regula los meses. Los hindúes la consideran como la deidad que preside a la mente. El ayuno de Ramzan comienza cuando aparece la luna nueva y termina cuando se le ve nuevamente; comienza al amanecer y se lo rompe una vez que se ha puesto el sol. Su observancia es rigurosa.

Durante Ramzan se evita la rivalidad

El ayuno no consiste simplemente en dejar de comer y beber; el individuo se despierta a las tres o cuatro de la mañana, en el Brahma Muhurtha, y empieza a orar; durante todo el día se procura experimentar la presencia constante de Dios. Éste es el significado de upavasa (ayuno). Además, durante el mes de Ramzan se evita la rivalidad y se suspende el odio. Marido y mujer viven aparte, aunque en la misma casa; la madre y el hijo siguen el mismo régimen espiritual y se mantiene una atmósfera de hermandad. Se somete al cuerpo, los sentidos y la mente a una rigurosa disciplina.

En todas las religiones se prescriben periodos de ayuno que abarcan un mes. Los hindúes observan los meses de Magha y Shravana. Los zoroastrianos y los cristianos igualmente reserva meses para el mismo propósito.

El Corán establece que todos los hombres deben cultivar el sentido de unidad, de interdependencia, de amor desinteresado y de la inmanencia de la Divinidad. Por lo general, todos los individuos ingieren algún tipo de alimento para el cuerpo cinco veces al día: una taza de café a primera hora, el desayuno dos horas después, un almuerzo o comida a mediodía, té a las cuatro de la tarde y una cena a las nueve. El Islam prescribe el alimento para la naturaleza espiritual del hombre como forma de oración y ordena que se ingiera cinco veces al día. Establece la oración hasta cinco veces al día, desde que se tiene uso de razón hasta el momento de la muerte, para el surgimiento de la conciencia átmica, para la obtención de la dicha espiritual y para propiciar la manifestación de la iluminación átmica.

La unidad, enseñanza básica de todas las religiones

La oración es además, en el Islam, una actividad colectiva. La plegaria en grupo produce vibraciones benéficas. El Islam promete un flujo acrecentado de éxtasis cuando a Dios lo adora una enorme confluencia de corazones anhelantes. Todos ellos se postran a la vista del masjid. Se sientan en filas con las rodillas flexionadas y se inclinan hasta que sus palmas y frentes tocan el suelo en señal de humilde sumisión a la voluntad divina. Los malentendidos, el conflicto y la enemistad no perturban la serenidad de esta ocasión.

El Islam subraya el Uno en los muchos, el anhelo de Dios que se manifiesta en diversos grados en diversas mentes. La unidad es la enseñanza básica de todas las religiones. La fe en la unidad es cardinal, sin ella ningún sistema de creencias o de conduc
ta puede constituir una religión. Dios es uno y sus enseñanzas en todos los credos que lo exaltan son amor, compasión, tolerancia y comprensión. Es una tragedia que ni los musulmanes ni los hindúes ni los seguidores de otras religiones practiquen estas cualidades en la vida diaria.

El Islam enseña que la gracia de Dios puede ganarse mediante la justicia y la vida recta; en cambio, ni la riqueza ni la erudición ni el poder pueden obtenerla. Sólo el amor sagrado complace al Señor. Éste es el mensaje de toda religión; pero la humanidad ha ignorado este punto crucial. Ramzan une con los lazos del amor a parientes y amigos, al que está cerca con el que está lejos, al amigo y al adversario. Descuidar ésto es un género de negligencia que está sucediendo en todas las religiones. Los fieles adoptan las reglas que quieren y transgreden aquellas que encuentran exigentes. De tal manera se vuelven estrechos de mente y deshonestos; excusan sus defectos y justifican sus errores. Esta práctica de autoengaño se ha vuelto un hábito para ellos.

Muestren amor y tolerancia en las actividades cotidianas

Puesto que Islam significa entrega a Dios, todos los que viven en paz y armonía en la sociedad, con espíritu de entrega y dedicación, pertenecen a él. El Islam insiste en la plena armonía entre pensamiento, palabra y acción. Los santos y sabios musulmanes han subrayado la manera en que debemos inquirir acerca de la validez del yo que se identifica con la mente y llegan a la conclusión de que el yo real es el ser que anhela al Ser omnisciente, a Dios. En el mes de Razman, el ayuno y las oraciones tienen el propósito de despertar y manifestar esta comprensión. Cualquiera que sea la religión, el énfasis recae en la unidad, la armonía y la ecuanimidad. En consecuencia, cultiven amor, tolerancia y compasión y demuestren la verdad en todas las actividades del día. Éste es el mensaje que les doy junto con mis bendiciones.

Discurso de Ramzan, Prashanti Nilayam, 12-7-83.