Discursos dados por Sai Baba – 15. 29/05/91 Las dieciséis potencias

Discursos dados por Sai Baba

{SB 24} (30 discursos 1991)

15. 29/05/91 Las dieciséis potencias

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 24 cap. 15 )

Las dieciséis potencias

29 de Mayo de 1991

La Paz ha desaparecido; la Verdad se ha vuelto poco común; la carrera armamentista se ha convertido en una terrible amenaza; el egoísmo es la causa de estos males.

Ésta es la declaración de la Verdad.

¡Encarnaciones del Atma Divina! Sathyam (la Verdad), Jñanam (el Conocimiento de lo Absoluto), Anantam (lo Infinito), Aksharam (lo Imperecedero), Paramatma (el Ser Omnímodo), Paratatvam (la Verdad Suprema), Brahma (lo Absoluto), Kshetrajña (el Conocedor del Campo): todos estos términos son sinónimos de Atma (el Espíritu). Ellos se pusieron en boga dependiendo del tiempo, el lugar y las circunstancias.

En el mundo, cada ser viviente aspira a la felicidad y procura disipar el pesar. Si el hombre anhela el placer, la paz y la bienaventuranza, ¿cuál es el significado interno de que lo persigan la preocupación y el pesar? El pesar, la ausencia de paz y el temor son la otra cara de la felicidad, la paz y la seguridad. Si no hay pesar, la felicidad no tiene valor. Si la paz no está ausente, nadie buscará la paz. Por lo tanto, estos opuestos están asociados entre sí y se siguen unos a otros constantemente.

Ayer, expliqué que Bhuloka, Bhuvarloka y Svargaloka son expresiones de los tres sonidos, A, U, M en el Pranava mantra, Om. Los tres Vedas –Rig, Yajur y Sama Veda– en sus diferentes versos rinden homenaje a las tres letras del Pranava. Para experimentar la verdad que subyace en el Pranava, cuyos aspectos trinos están manifestados en los tres Vedas y otras entidades triples, hay tres sendas. La primera es Nama-chintana (la meditación en el Nombre Divino). La segunda es Bhava (el éxtasis interno). La tercera es Sadhana (la disciplina espiritual).

De qué modo el hombre alcanza las regiones lunares y solares Meditando en el nombre del Señor, los placeres mundanos pueden ser disfrutados. Éstos son transitorios, irreales y momentáneos.

Se obtienen tales placeres efímeros en el mundo terrenal, recitando el nombre del Señor.

Bhavam se relaciona con la conciencia que surge al comprender que hay un poder supremo que gobierna toda la creación, los objetos móviles e inmóviles en el cosmos. Cuando esa conciencia se vuelve la base de la vida entera de un hombre, cuando él mora en esa conciencia, llega a Chandra-loka (la región de la diosa Luna). Tomar conciencia de que en la base del mundo fenoménico denso hay un poder sutil es, en sí mismo un gran progreso en Bhavam (conciencia). Alcanzando esta conciencia, el hombre disfruta de la soberanía de la mente en Chandra-loka.

Al recitar el nombre del Señor, los placeres mundanos son disfrutados en la tierra y, mediante la Conciencia de Bhava, el hombre disfruta de la bienaventuranza de reinar sobre el imperio de la mente. Desde estas experiencias, el hombre progresa, a través del Sadhana (los ejercicios espirituales) y llega a Suvarloka (la región del Sol). La región solar, formada por Vijñana y Prajñana (el conocimiento físico y espiritual) es la Conciencia Cósmica misma. Es el reino de Divya-drishti (la Visión Divina).

El hombre que alcanza esta región disfruta de la paz suprema de la conciencia cósmica unificada.

El estado de los tres Lokas Se dice que Bhuloka (el mundo físico) y Bhuvarloka (la región lunar) son Aparabrahma (regiones no relacionadas con el Ser Supremo, Parabrahma). Suvarloka se relaciona con Parabrahma (el Ser Supremo). Por lo tanto, Bhuloka y Bhuvarloka están relacionados sólo con el mundo fenoménico transitorio e irreal.

Bhuloka es stula (denso), Bhuvarloka es sukshma (sutil). El cuerpo es denso. La mente es sutil. Bhuloka y Bhuvarloka están relacionados con el cuerpo y la mente. Suvarloka, no obstante, está relacionado con el estado Átmico. Mediante Nama chintana, Bhavam y Sadhana, el hombre puede alcanzar los tres mundos. Cuando el hombre combina las tres prácticas, puede lograr además Paramashanti (la Paz Suprema). La meta principal del hombre debería ser alcanzar tal estado de paz y bienaventuranza.

Cuando Pippalada le estaba explicando todo esto a Subi, Sathyakama se puso de pie y le preguntó al sabio: “¡Swami! Todas las escrituras han declarado que hay un Purushotama (el Ser más elevado) que posee las dieciséis kalas (potencias).

¿Quién es este Purushotama? ¿Cuáles son estas dieciséis kalas?

¿Dónde están presentes? Por favor, confiérenos paz respondiendo a estas preguntas”.

Las dieciséis potencias existen en los seres humanos Pippalada respondió sonriendo: “¡Querido Sathyakama! Este Purushotama que encarna las dieciséis potencias no habita en ningún lugar en particular. En cada ser humano, Él está experimentando la bienaventuranza en la forma de conciencia. Él es Sat (Ser), Chit (Conciencia) y Ananda (Bienaventuranza).

Sat significa que Él permanece como una entidad inmutable.

Chit se refiere a aquel que muestra Paripurnatvam (Conciencia total). Aquel que experimenta estos dos estados es el Bienaventurado.

La unidad de Sat y Chit es Ananda. Aunque Sat y Chit tienen nombres diferentes, su perspectiva es una y la misma.

Ellos son como el ojo derecho y el izquierdo en un ser. Aparentemente están separados el uno del otro. Sin embargo, los dos ojos no tienen una visión doble. Ellos ven sólo un objeto.

Sat, Chit y Ananda están presentes en cada ser humano”.

Con respecto a las dieciséis kalas, interpretaciones diferentes y engañosas de los sastras, puranas y epopeyas han causado confusión en las mentes de los hombres. Estas dieciséis kalas no están en un lugar separado donde haya que ir a obtenerlas.

Existe Akasa (el espacio o éter). De sabda (las vibraciones) en el espacio, se produce Vayu (el aire). Del aire, emerge Tejas (el fuego). De Tejas se produce el agua. La forma solidificada de agua es Pritvi (la tierra). Éstos son los Panchabhutas (los cinco elementos básicos). Están los Panchapranas (cinco aires vitales): Prana, Apana, Samana, Udana y Vyana. Los cinco elementos y los cinco aires vitales juntos suman diez. Los cinco Jñanendriyas (órganos de percepción) son: los ojos, los oídos, la nariz, la boca y la piel (ver, oír, oler, hablar y tocar son las facultades de estos órganos). Con estos cinco, el total se eleva a quince. Luego está la mente. Con ella, tenemos las dieciséis kalas. Estas dieciséis kalas están presentes en cada ser humano, realizando sus respectivas funciones extáticamente.

¿Quién es un Purusha y un Purushotama?

Sólo aquellos que disfrutan de estas kalas en toda su plenitud y pureza, que hacen uso de ellas apropiadamente y experimentan la bienaventuranza de esa plenitud, han sido descritos como Purusha o Purushotama.

¿Quién es un Purusha? No es aquel que viste de saco y pantalones. El cuerpo es llamado Pura (una ciudad). La conciencia divina que satura todo el cuerpo de la cabeza a los pies recibe el nombre de Purusha. El individuo que experimenta esta conciencia y manifiesta su individualidad también es llamado Purusha. El poder divino que satura el cosmos entero por igual, que brilla igualmente en todo y proclama Su omnipresencia es llamado Purushotama. Así, en el individuo, este poder se conoce como Purusha y en la manifestación cósmica es descrito como Purushotama.

¿Cuáles son los deberes que este Purusha debe cumplir para santificar su vida? Los hombres deben desarrollar la conciencia de que los cinco elementos –el Éter, el Aire, el Fuego, el Agua y la Tierra– son entidades divinas y deben ser utilizadas apropiadamente con ese espíritu. La Divinidad ha equipado al hombre con cinco Jñanendriyas (órganos de percepción) para hacer uso de estos elementos.

El uso apropiado de los órganos sensoriales “Ver” (el poder de la vista) se basa en Tejas. Por lo tanto, el poder de Tejas debe ser usado apropiadamente. Jamás debe ser mal empleado. Vean lo que es bueno. Sólo entonces utilizarán a Tejas com
o una potencia divina.

Luego viene Sabda (oír). Los oídos tienen que ser usados sólo para escuchar palabras sagradas y así buscar lo Divino. La facultad de oír no debe ser usada para propósitos indignos.

Luego está la facultad del olfato. Cuando se perciben olores fragantes, no sólo mejora la salud, sino que además uno obtiene placer. Los malos olores causan enfermedad y perturbación.

La fragancia en el aire es una manifestación divina.

Después está la piel. Cuidar la piel significa que el contacto con todo tipo de personas ha de ser evitado. La facultad de Sparsa (el tacto) es un poder sagrado. Para evitar la contaminación debido al contacto con personas impuras, los sabios y sadhakas de la antigüedad dejaban las aldeas y las ciudades y habitaban en la soledad de bosques remotos.

Hay un poder divino en el cuerpo humano, llamado Chitshakti (la energía de la conciencia). Es como una corriente eléctrica. Cuando un cuerpo toca otro cuerpo, hay un intercambio de energía. En este proceso, es probable que salgan las buenas cualidades de uno y entren las malas cualidades de otro. La práctica de tocar los pies sagrados de los hombres buenos y piadosos fue recomendada para permitirle a la gente librarse de sus malas cualidades y adquirir virtudes. No debe haber contacto físico entre los devotos mientras están sentados en meditación. Cada uno debe sentarse separado y tratar de experimentar la presencia del Espíritu Morador Interno. La conciencia de la propia naturaleza divina se debilita como resultado de los contactos contaminantes con todo tipo de personas indeseables.

Los sabios de la antigüedad podían elevarse a alturas divinas haciendo uso de sus órganos sensoriales para propósitos sagrados.

Los cinco aires vitales Volviendo a los Panchapranas (los cinco aires vitales), hay 120.000.000 de nervios en el cuerpo humano (como se declaró en un discurso anterior). El aire vital Vyana satura todo el sistema nervioso. La salud del cuerpo se mantiene debido a la presencia de este aire vital divino en todos los nervios. También contribuye a la experiencia de la felicidad. La presencia del aire vital Vyana en el Sahasrara (la cabeza de mil pétalos de Kundalini asentada en el cerebro) da cuenta de la inteligencia en el hombre. Cuando la Kundalini-shakti se eleva desde el Muladhara (en la base de la columna vertebral) hasta el Sahastrara (en la parte superior del cerebro), florecen los poderes en el hombre. La Kundalini-shakti brilla con refulgencia. Como el hombre ha perdido este poder (de Kundalini), está expuesto a numerosas dificultades. Los antiguos sabios fueron capaces de utilizar el poder de Kundalini para grandes propósitos.

Por lo tanto, también es esencial hacer un uso apropiado de los Panchapranas (cinco aires vitales). Sólo entonces, el hombre se volverá un Purusha.

Aunque el hombre posee las dieciséis potencias, él no está logrando hacer un uso apropiado de ellas. Es incapaz de comprender su poder divino. Al no lograr utilizar este potencial divino, el hombre se comporta como una persona que no sabe que tiene a Kamadhenu (la vaca que cumple los deseos) en su casa, y quiere comprar una vaca ordinaria. Al no lograr reconocer las vastas potencialidades divinas en él, el hombre se ha expuesto al pesar y la preocupación. En vez de elevarse al nivel de lo Divino, el hombre está descendiendo al nivel de un demonio y de un animal. Aun si los hombres no son incapaces de vivir de acuerdo a los preceptos de las escrituras, no hay razón para que no observen la moralidad y la integridad en la vida cotidiana.

Todos saben que deben decir la verdad, evitar las palabras duras, no herir a nadie con la palabra, hablar en forma suave y agradable, pero no se comportan de este modo. ¿Cuál es la razón? Únicamente el egoísmo. A pesar de saber qué es lo correcto, el hombre da un mal uso a sus dieciséis potencias, para alcanzar sus fines egoístas.

El hombre, en verdad, está dotado de dieciséis potencias.

Aquel que santifica estas potencias mediante su uso apropiado se vuelve Purushotama (la Persona Suprema). Aquel que las mancha mediante sus males acciones se condena.

Todos los Avatares son Purushotamas La respuesta a la pregunta de Sathyakama con respecto a Purushotama es que no hay una morada separada para el Supremo.

Dios reside en cada ser. El pecado no es algo ajeno. Se adhiere a las malas acciones que uno realiza. Es a través de las propias acciones que uno se vuelve un Purusha o un Purushadhama:

un ser Divino o un ser despreciable. Son las acciones del hombre las que lo llevan a grandes alturas o lo arrojan a las profundidades.

Las escrituras han declarado que aquel que posee las dieciséis potencias en plenitud es Purushotama (la Persona Suprema).

El término se aplica a los Avatares (encarnaciones Divinas), que utilizan las dieciséis potencias para el beneficio de otros. Cualquier cosa que ellos dicen o hacen está totalmente libre de interés personal. Ningún Avatar, ya sea en Bharat o en otra parte, ha usado jamás los cinco elementos, los cinco sentidos, los cinco aires vitales o la mente para algún propósito egoísta. Incluso cuando se mueven en la vida cotidiana como otros seres ordinarios, en cada una de sus acciones ellos demuestran su pureza y verdad inmutable. Las personas comunes no reconocen esta verdad. Por eso, no logran comprender la verdadera naturaleza de la condición humana.

Reconozcan la unidad de Kshara y Akshara Después de esta explicación, Pippalada continuó señalándole a Sathyakama la unidad básica de lo Eterno y lo transitorio. Dijo que la sustancia densa es Kshara (perecedera o destructible).

Akshara (lo Imperecedero) es sutil y Kshara es físico.

Akshara está relacionado con el Atma (el Espíritu). Aquello que concierne a la vida es Kshara. Akshara está relacionado con Dios.

Pippalada instó a Sathyakama a reconocer la unidad de éstos:

Kshara y Akshara. “Sólo cuando reconozcas su unidad serás capaz de hacer un uso adecuado de las dieciséis kalas”, le dijo.

El cosmos entero, consistente en objetos móviles e inmóviles, emanó de Akshara (el Supremo Imperecedero). Todo lo que ha surgido de Akshara posee los atributos de Akshara. Todo emerge de Akshara, es sostenido por Akshara y finalmente se funde en Akshara. Akshara es la expresión unificada del Cosmos.

Es la unidad de lo Eterno y lo efímero. Si desean hacer un uso sagrado de las dieciséis potencias, dirijan su visión hacia el Atma, sin depender de los ojos. Tengan la convicción de que son capaces de ver con los ojos y oír con los oídos debido al Espíritu interior. Sus órganos de percepción son capaces de funcionar debido a la existencia de Prajña (la Conciencia Interna).

Todo lo que se percibe en el mundo externo es la manifestación cósmica llamada Visvam. Todo lo que se experimenta en el estado de sueño y al dormir se debe a Prajña (la Conciencia Divina). Tienen que divinizar todo lo que ven o hacen a través de la espiritualidad. Entonces, todo adquiere plenitud y unidad.

Por ejemplo, hay muchos ríos con diferentes nombres y formas.

Sin embargo, cuando ellos se funden en el océano, sus nombres y formas desaparecen. Ellos se vuelven uno con el océano. Del mismo modo, los cinco aires vitales y los cinco órganos de percepción son todos diferentes arroyos. La mente es un río poderoso. Cuando las aguas que fluyen en estos dieciséis ríos se funden en el Atma, ellos pierden sus nombres y formas separados y alcanzan el principio de prajña del Atma. Así, se vuelven puros, inmaculados, inmutables y eternos. El hombre se vuelve Purusha y Purushotama cuando santifica las dieciséis potencias presentes en él, realizando buenas acciones y abrigando buenos pensamientos.

Brahma Vidya es conocimiento espiritual “¿Qué es aquello que, al ser conocido, todo lo demás puede ser conocido?”. Ésta fue la pregunta que Saunaka le formuló al sabio Angirasa. Le preguntó al sabio: “¿Qué es aquello que, al ser visto, todo lo demás
puede ser visto? ¿Qué es aquello que, al ser experimentado, todo lo demás puede ser experimentado?

Por favor revélame la naturaleza de este principio divino y eterno”.

Angirasa respondió: “Esto puede obtenerse sólo a través de Brahmavidya (el Conocimiento de lo Supremo)”. Hoy todo el conocimiento está asociado con lo mundano: ya sea que esté relacionado con las artes, como la música y la pintura, o con las ciencias, como la botánica, la física y la química. En esencia, todo este conocimiento es para ganarse la vida. Se ha de reconocer que la verdadera educación tiene el propósito de adquirir la sabiduría suprema. Ése es el modo de obtener Brahmavidya (el Conocimiento de lo Divino).

Brahmavidya debe ser diferenciado del conocimiento mundano.

Este último se ocupa del conocimiento de lo que se observa externamente. Brahmavidya está más allá del poder de los ojos, los oídos y la mente. Se ocupa de revelar el Espíritu. Deben buscar este conocimiento espiritual. Lo obtendrán cuando lleguen al estado de utilizar plenamente sus dieciséis potencias.

El significado interno de “Angirasa” Dios es descrito como Sathyam (Verdad), Jñanam (Sabiduría), Anantam (Infinitud), Brahma (lo Absoluto). Sathyam significa aquello que es inmutable, que no se ve afectado por las variaciones del tiempo. Jñanam significa percibir al Uno sin segundo:

“Advaita darsanam jnanam”. Anantam significa Infinito, omnipresente, que satura todo el cosmos. Brahma significa aquello que lo impregna todo.

Esto es lo que Angirasa enseñó al sabio Saunaka. Este episodio no debería ser considerado una historia Upanishádica. El significado interno del nombre Angirasa es: aquel que representa las dieciséis potencias fluyendo como un dulce líquido en cada miembro del cuerpo humano y sosteniéndolo. El principio de Prajñana en cada persona es la forma de Angirasa. Este Prajñana satura la mente, el intelecto, la voluntad, el Antahkarana y cada parte del cuerpo. Por lo tanto, se ha declarado:

“Prajñanam es Brahmán”. Todas las verdades esenciales que el hombre procura aprender se encuentran dentro de él. No necesita dirigirse a las escrituras o a ninguna otra autoridad externa para este propósito. Olvidando que la fuente de lo que está buscando se halla dentro de él, el hombre va tras los objetos externos y experimenta frustración. Buscando dentro de sí, el hombre encontrará la sabiduría (prajñana) que busca.

Lo Divino y el Cosmos son inseparables El término Akshara lo abarca todo. Akshara contiene dos términos:

A + Kshara. “A” representa aquello que es Ananta (Infinito), Aprameya (Inconmensurable) y Anandamaya (lleno de bienaventuranza).

Es el Atma, el Ser Eterno. Kshara representa aquello que es transitorio, ilusorio y perecedero. Akshara es la combinación de lo eterno y lo evanescente, lo imperecedero y lo perecedero. Akshara posee un significado doble. Indica la presencia del cosmos temporal dentro del eterno Ser Omnímodo.

El cosmos no puede existir separado de lo Divino. Lo Divino no puede divorciarse del cosmos. El devoto crea a Dios (su propia imagen de Dios). Dios crea al devoto. La creencia común es que todos los seres, incluyendo a los devotos, son creados por Dios. Sin embargo, ésta no es la verdad completa. Mediante su sadhana espiritual, el devoto también crea a Dios. Ése es el significado del término Sakshatkara (la experiencia directa de la forma Divina).

¿De dónde proviene esta Forma Divina? Proviene del intenso sentimiento del devoto de tener una visión directa de Dios.

Es una insensatez que alguien vaya en busca de Dios. Siendo Dios omnipresente, ¿qué necesidad hay de una búsqueda? Es una ilusión imaginar que el hombre está en busca de Dios. Es Dios quien está en busca de un verdadero devoto.

El hombre debe reconocer que Dios es uno, aunque Él puede ser adorado con muchos nombres. Hay una ilustración práctica para esto. Un devoto coloca una imagen de Krishna ante él y lleva a cabo Sahasranama Archana, la recitación de los mil nombres del Señor. Los nombres son muchos, pero el Dios que es adorado es uno.

El conocimiento trino de este mundo Sathyakama se acercó nuevamente a Pippalada y le preguntó al sabio: “¡Swami! Hay tres clases de conocimiento en este mundo. Uno es el conocimiento ordinario. El segundo recibe el nombre de Sujñana (el conocimiento de lo que es correcto e incorrecto). El tercero recibe el nombre de Vijñana (el conocimiento superior). ¿Cuál es la diferencia entre estos tres?” Pippalada dijo: “Hay una diferencia considerable entre Jñana (conocimiento ordinario), Sujñana y Vijñana. Jñana es conocimiento obtenido a través del cuerpo. Sujñana es lo que se obtiene a través de la mente. Vijñana es el conocimiento obtenido del corazón. Ustedes ven diversos objetos como una mesa, un vaso, etcétera. El conocimiento obtenido al percibir objetos es conocimiento ordinario. Se relaciona con lo físico y es útil en la vida diaria. Sujñana se relaciona con la mente. Cuando, al realizar cualquier acción, uno considera si lo que está haciendo ayuda otros, el conocimiento sobre el que se basa tal acción es Sujñana.

Sobre la base de estos dos tipos de conocimiento, las acciones que están de acuerdo con los dictados de la propia conciencia y que se realizan para propiciar a Dios constituyen acciones basadas en Vijñana (el conocimiento más elevado). Si Dios está complacido con las acciones de uno, el mundo entero estará complacido. No se necesita un esfuerzo separado para agradar a otros.

La Gracia Divina gana la buena voluntad del mundo Aquel que ha obtenido la gracia Divina será capaz de ganar la buena voluntad del mundo. Pero aquel que ha perdido la gracia de Dios no será digno de la buena voluntad de otros. Una vez que uno comprende a Dios, todo lo demás en el universo puede ser comprendido. Desafortunadamente hoy la visión del hombre está dirigida únicamente hacia Prakriti (el mundo fenoménico), pasando por alto lo Divino. Sólo cuando el hombre comprenda y experimente lo Divino será capaz de comprender plenamente todo lo demás.

El misterioso modo en que obra la Divinidad no puede ser comprendido fácilmente. Las personas se forman impresiones equivocadas a partir de lo que declaran los libros sobre Krishna o Rama. Deben tratar de captar las verdades internas acerca de Sus acciones.

Los hombres tienen que aspirar a la paz: paz para el cuerpo, la mente y el corazón. Para alcanzar la paz del cuerpo, es esencial cantar el nombre del Señor. Para alcanzar la paz mental tienen que cultivar Brahma-Bhava (la meditación en lo Supremo).

La paz en el corazón requiere de Sadhana (disciplina espiritual). Tienen que progresar desde el cuerpo hasta la mente y desde la mente hasta el Atma.

Discurso durante el Curso de Verano en Brindavan, el 29 de mayo de 1991.