Discursos dados por Sai Baba – 17. 24/07/83 Que Dios sea su gurú

Discursos dados por Sai Baba

{SB 16} (32 discursos 1983)

18. 24/07/83 A la Divinidad mediante el servicio

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 16 cap. 17 )

Que Dios sea su gurú

24 de Julio de 1983

El supremo significado del nacimiento humano es la realización de su verdadera naturaleza. La autorrealización es el camino a la inmortalidad. La vida del hombre es un puente entre este mundo y lo Divino. El lenguaje del Pranava (Om) es el único medio para conversar con el Atma (el Ser divino). Al vestir el atavío de este cuerpo, hecho de carne y huesos, que envuelve al Atma que es puro y eterno, el hombre imagina que su felicidad está en el entorno físico. Esto es una ilusión. Existen dos tipos de conocimiento que el hombre puede procurar en su búsqueda de la felicidad. Uno es Loka jñana (conocimiento mundano), que está relacionado con la música y las bellas artes, con el universo físico, la botánica, química, matemáticas, etcétera. Todo este conocimiento es válido únicamente para ganarse el sustento, ya que se refiere a asuntos siempre cambiantes y perecederos.

La otra clase de conocimiento es Brahma jñana (conocimiento del Ser Supremo). Este conocimiento revela que el origen, crecimiento y disolución del cosmos son obra de Brahman (Realidad Suprema). Los Upanishads (tratados védicos metafísicos) han descrito éste como Akshaya (imperecedero) Brahman. Actualmente el hombre necesita este supremo conocimiento. Hay tres etapas que conducen a él: una es bhavan (sentimiento del corazón), la segunda es sadhana (esfuerzo espiritual), la tercera es upasana (contemplación).

Consideren el universo etero como el templo de Dios

En la primera etapa se debe establecer firmemente en el corazón el pensamiento de Brahman. Cuando esto se ha logrado uno tiene que ver al universo en su totalidad como una manifestación de la Divinidad. El individuo tiene que darse cuenta de que los cinco elementos (espacio, aire, fuego, agua y tierra), los cinco pranas (alientos vitales, prana, vyana, apana, samana, udhana,) los cinco órganos de los sentidos, la mente y el habla, todos han emanado de Brahman. Todo lo que es bello y grandioso en la naturaleza, las elevadas montañas, los vastos océanos, las estrellas en el firmamento, todo debe considerarse como proclamación de la gloria y el poder divinos. La dulce fragancia de las flores y el delicioso jugo de las frutas deben verse como señales del amor y la compasión de Dios. El universo entero debe concebirse como el templo de Dios.

El mundo exterior refleja sus pensamientos. Si ven el mundo con amor, éste aparecerá lleno de amor. Si lo ven con odio, todo les parecerá antagónico a ustedes. Los ojos llenos de amor refulgen con brillo y alegría; los ojos llenos de odio se ven como sanguinarios y temerosos. Nuestros pensamientos determinan nuestras buenas o malas acciones.

Los Kauravas y los Pandavas eran primos, pero la actitud hostil de los primeros hacía que consideraran a sus primos sus enemigos, y puesto que veían a Karna con ojos amistosos, lo hicieron gobernante de Angadesha. La actitud del hombre hacia Dios depende de similares preferencias y antipatías. Hay algunos devotos que honran a Dios sólo por un tiempo y posteriormente se vuelven en su contra. Las razones de estos cambios de actitud se pueden encontrar en sus ideas acerca de Dios. Lo adoran cuando sienten que sus oraciones han sido escuchadas y sus deseos satisfechos, pero cuando sus anhelos no se cumplen, entonces a Dios con toda suerte de términos. Esta clase de devoción nace del interés personalista y no tiene nada de divina. La devoción pura no es afectada por cambios de circunstancias o de fortuna. El amor puro no se basa en condición alguna, es el mismo en la prosperidad y en la calamidad y no es afectado por las vicisitudes de la fortuna.

No se debe culpar a Dios de las dificultades

Los Upanishads se refieren a prema (amor) como una cualidad de lo eterno y al odio como asuratvam (cualidad demoniaca). Sabiendo que el amor a Dios es una cualidad sagrada, se debe cultivar y fortalecer. El individuo debe darse cuenta de que él es el único responsable de su felicidad o su desdicha; no debe culpar a Dios. Dios no tiene preferencias ni antipatías. Siendo que los pensamientos son el factor más importante de la actitud y el comportamiento en la vida, solamente se deben abrigar pensamientos buenos y sagrados.

El segundo paso es el sadhana. Éste no consiste simplemente en cantar bhajans (cantos devocionales en grupo), kirtans (composiciones espirituales), japa (recitación de nombres sagrados) o dhyana (meditación). Todos ellos son medios auxiliares. El requisito primario es la concentración en el Pranava (Om); todo sadhana debe basarse en el Om. Hay setenta millones de nombres de Dios, todos los cuales deben pronunciarse después del Pranava, que se pronuncia al principio: “Om Narayana Namah; Om Madhavaya Namah, Om Keshavaya Namah”. Ésta es la forma en que deben recitarse los nombres del Señor. Pronunciarlos sin el Pranava al principio es como utilizar una pistola sin cartuchos. De acuerdo con los Upanishads, al meditar en el Pranava se puede tener un atisbo de la naturaleza de la Realidad Suprema.

Solamente el corazón purificado puede realizar a la Divinidad

El tercer escalón es upasana (adoración divina); esta palabra significa acercarse a la Divinidad. Con frecuencia se equipara con ayuno, lo que es incorrecto. Existe una felicidad más grande que la del alimento. Cuando se está inmerso en ella, la de Brahma ananda (bienaventuranza divina), se renuncia a la comida por propia iniciativa. Es esta renunciación a los alimentos la que constituye el verdadero upasana. Someterse al ayuno compulsivo como un régimen no es upasana, sino mera privación. Así, por ejemplo, mantenerse despierto toda la noche de Shivaratri viendo películas o jugando a los naipes es sólo una caricatura de la vigilia sagrada que se supone debe ser observada en esa fecha.

Los Upanishads hablan de siete grados de ananda (felicidad divina). La primera es la felicidad que consiste en el disfrute de las cosas materiales, la buena salud y las comodidades del cuerpo. Se denomina Manushya ananda (felicidad humana). Pithrudeva ananda (la felicidad que disfrutan los manes) es cien veces más grande que la humana. Deva ananda (la que disfrutan los dioses) es cien veces más grande que la de los manes. Cien veces mayor que esta última es Prajapathi ananda; y Virat Purusha ananda es igualmente más grande que esta última. Aun cien veces mayor es Hiranyagarba ananda, y Brahma ananda es cien veces más grande que ésta última. Ya podrán calcular entonces la enorme diferencia entre Brahma ananda y Manushya ananda.

La palabra Brahma ananda ha sido desvirtuada en la actualidad para describir cualquier clase de placer: “Estoy lleno de Brahma ananda porque me nació un hijo hoy”; “Saqué el primer lugar en la clase; me siento inmensamente feliz”. Tales expresiones están muy lejos de Brahma ananda, cuya experiencia es equivalente a moksha (liberación). La experiencia de Brahman no se logra dominando varios sadhanas. Solamente cuando el corazón ha sido purificado se puede realizar la Divinidad. No hay lugar para la Divinidad en un corazón lleno de egoísmo, orgullo y odio.

Cultiven el amor para alcanzar la plenitud

Aunque la Divinidad aparece en forma humana, se mueve libremente entre los hombres y está cerca de la gente de distintas maneras, muy pocos son capaces de reconocerla en la forma física. No es fácil reconocer la naturaleza divina en una forma meramente corporal. Se requiere de un verdadero gurú (guía espiritual) para revelar la naturaleza real. Se ha comparado a dicho gurú con la trinidad de Brahma, Vishnú y Shiva. El devoto que considera a Dios mismo como su gurú no tendrá ninguna dificultad. Hay muchos gurús que pronuncian mantras al oído y tienden su mano para el pago correspondiente; por todo lo que hacen esperan dinero. Tales gurús son badha (dañinos) y no bodha (ilumin
adores).

El verdadero gurú es como un cirujano oftalmólogo, que lentamente quita la catarata del ojo del enfermo y restaura su vista natural. Así, el gurú también elimina el velo de ignorancia y apego que nubla la visión del discípulo y le restaura su natural visión espiritual.

¿Cuál es la recompensa que debemos ofrecer a tal gurú? En el día de Guru Purnima los discípulos hacen padha puja (devoción a los pies del gurú) y ofrecen dakshina (ofrenda de gratitud). El significado que tiene la luna llena debe ser entendido como el día en que la luna brilla en toda plenitud, sin mancha. Es un día de pureza. La luna envía sus fríos rayos a la tierra. La luna es la deidad que controla la mente, el Guru Purnima es real para el hombre solamente el día que la mente brilla sin oscuridad ni ignorancia y logra la iluminación total. Observar simplemente a la luna llena en el cielo llamándola Guru Purnima es sólo reverenciar lo externo, mientras que internamente hay un sunna (vacío). Sólo cuando han limpiado su corazón quitando la ignorancia, el sufrimiento, la preocupación, la ira y la envidia podrán celebrar su propio Guru Purnima y realizar la plenitud de su realidad.

Lleven con ustedes la experiencia divina y amplíenla

Para lograr este purnathvam (plenitud) tienen que cultivar prema (amor). Deben pasar por las tres etapas de sravana, manana y nidhidhyasana (escuchar, meditar y practicar) a fin de alcanzar la meta de la existencia humana.

Todos deben darse cuenta de que la relación que hay entre ustedes y yo no se limita al cuerpo físico. No pasen su vida pensando exclusivamente en la relación física; el cuerpo es algo pasajero; concéntrense en el logro de lo que es permanente y está más allá de las limitaciones del tiempo y el espacio. Aquí han visto por ustedes mismos y experimentado la Divinidad, llévense esa experiencia y amplíenla mediante la contemplación interna.

He aquí un ejemplo: en este salón Purnachandra se han reunido miles de personas. He estado conversando con ustedes. ¿Cuánto tiempo puede durar esto? Quizá dos o tres horas; mañana todos ustedes habrán regresado a sus respectivos lugares. Una vez que se hayan ido, el recuerdo de lo que han experimentado aquí, el discurso de Swami para ustedes y la presencia de miles de devotos en el salón estarán grabadas en sus mentes cuando traten de rememorar este día, será para ustedes una posesión duradera. Ello obedece a que me llevan en sus mentes.

Las pruebas tienen como propósito fortalecer su fe

Si consideramos las cosas desde un punto de vista exterior, el auditorio Purnachandra estará frente a ustedes durante un tiempo breve, pero deben retener permanentemente lo que han visto con sus ojos dirigidos hacia afuera. Lo que ven externamente es un fardo. Cuando lo han hecho parte de ustedes, cesa de serlo. Es como el alimento que el viajero lleva sobre su cabeza para consumirlo durante el trayecto. Mientras permanece afuera constituye una carga, pero una vez que lo ha comido, el viajante se fortalece y ya no hay peso sobre su cabeza.

En tanto estemos inmersos y ocupados en las apariencias externas, tendremos que cargar con el peso de las dudas y la debilidad de fe; no seremos capaces de no involucrarnos en cosas innecesarias. La fe es como un volcán vivo: ninguna semilla germina en él. Las dudas son como las semillas: si se multiplican, ello significa que su fe es débil e inestable; ésta es como un volcán extinto. Si su fe es fuerte, no surgirá ninguna duda. Donde hay dudas no puede haber fe.

Nosotros solos somos responsables de nuestras dudas. La Divinidad actúa simplemente como un testigo. Ella les muestra el camino de la autorrealización. Sus dudas surgen o desaparecen a causa de su karma pasado. Para realizar a la Divinidad primero tienen que liberarse de todas sus dudas. Dios los somete a varias pruebas cada cierto tiempo, pero no con la intención de castigarlos, como podrían creer esas pruebas tienen como propósito fortalecer su fe.

Vean sólo a Dios como su verdadero gurú

El mismo Arjuna enfrentó una prueba a que Krishna lo sometió la víspera de la batalla de Kurukshetra. Lo atormentaba el tener que contra sus parientes y no sabía qué estrategia adoptar. Al anochecer Krishna lo llevó a un bosque. El día languidecía en el crepúsculo; la luz del conocimiento declinaba y la ignorancia emergía. Krishna deseaba saber si Arjuna era apto para recibir el Githopadesha (iniciación espiritual en el Gita) al día siguiente. Entonces le señaló un pájaro que estaba posado sobre un árbol y le preguntó si era un pavo real. Arjuna respondió: “Sí, mi Señor”. “No, no; es una paloma”, observó Krishna. Arjuna dijo de inmediato: “Sí, es una paloma”. Entonces Krishna dijo: “¡Ah, compañero insensato! No es una paloma sino un cuervo”. “Sí, swami –exclamó Arjuna–, es un cuervo”. Ante ello Krishna se expresó con las siguientes palabras: “No tienes ningún poder de discernimiento. Eres incapaz de decidir si es un pavo real, una paloma o un cuervo y sólo dices sí a todo lo que yo digo. ¿Acaso no debieras tener un gran entendimiento?”

Arjuna replicó: “Krishna, si no se conoce tu verdadera naturaleza se puede intentar estar de acuerdo o discrepar contigo, pero yo he comprendido la verdad acerca de ti. Si digo que ese pájaro no es un pavo real, una paloma o un cuervo, tú tienes el poder de transformarlo en pavo real, paloma o cuervo. En consecuencia, no necesito investigar qué es. Todo lo que me importa es tu palabra, ella tiene autoridad suficiente para mí”. Cuando Arjuna demostró semejante fe absoluta en Krishna, sintió que Arjuna era apto para recibir el mensaje del Gita. Por ello le dijo: “Nimitha mathram Bhava ” (Sé tú mi instrumento).

Consecuentemente, el primer requisito consiste en profundizar la propia fe en las palabras del Señor. No es posible conocer al Señor mediante el conocimiento libresco o valiéndose de la inteligencia humana. Cuando el Señor viene en forma humana, sus poderes inconmensurables no pueden juzgarse considerando su edad, su estatura o su comportamiento inmaculada. Semejante juicio únicamente conducirá a una mayor incomprensión de la Divinidad.

Cuando el niño Krishna fue llevado ante su madre Yashoda y acusado de comer lodo, Krishna le aseguró que él no era un niño ni un muchacho desobediente y caprichoso como para ingerir lodo. Krishna le reveló entonces a su madre su divinidad. El avatar no puede ser juzgado a partir de su edad o sus acciones.

¡Encarnaciones del amor!: en este santo día de Guru Purnima, tomen la resolución de purificar sus mentes instalar al Señor Supremo en sus corazones. Vean sólo a Dios como su verdadero gurú.

Discurso de Guru Purnima, Prashanti Nilayam, 24-7-83.