Discursos dados por Sai Baba – 19. 28/03/65 Pandits tienen las llaves

Discursos dados por Sai Baba

{SB 05} (58 discursos 1965)

19. 28/03/65 Pandits tienen las llaves

28 de Marzo de 1965

Amalapuram

Esta región se llama Konasima, el delta, el fin de la tierra; es famosa como hogar de la enseñanza tradicional de los Vedas y los Shastras; tiene un gran número de escuelas de sánscrito aún hoy, y el número de pandits versados en la tradición védica que todavía siguen la rigurosa disciplina establecida en los Dharmashastras es suficientemente grande como para merecer el respeto de la gente de este país. Si la región ha ganado fama como depositaria de enseñanza espiritual, también debe considerarse como maestra del desapego a la persecución de los bienes (arta) y del deseo (kama), los cuales tienen que ser restringidos y regulados por la primera entre las actividades humanas (purushartas): el Dharma. Es en verdad un gran infortunio que en esta Era de Kali, la India, que sostuvo el ideal adhyátmico durante siglos y se adhirió a él a pesar de los vaivenes económicos y políticos, esté entrando en la lucha competitiva por la existencia sin tomar en cuenta el código moral establecido por los antiguos.

El Dharma es el propio carácter o swarupa de la India y Sathya, la verdad, es su propia condición o swabhava. Pero la mayoría de la gente hoy en día cree que la felicidad se debe buscar por cualquier medio. Esta doctrina maligna ha causado descontento entre todas las clases, y en el intento de aliviar ese descontento se está recurriendo a más injusticia (adharma). Esta es la situación que me ha inducido a crear la Gran Asamblea de Sabios de Prashanti (Prashanti Vidwanmahasabha), de la que muchos pandits de esta región forman parte. Ellos tienen ahora esta gran oportunidad de utilizar sus talentos al servicio de la humanidad y de vivir sus vidas en una actividad provechosa.

La actividad resulta ya sea en contento, ya sea en dolor, en razón del apego con que se hace. El «yo» y «lo mío» son los dos colmillos de la serpiente; arránquenlos, entonces podrán dominarla y jugar con ella sin peligro. No necesitan renunciar a la actividad. De hecho, tienen que estar intensamente activos. En este mundo de karma (karmabhumi), es solamente por medio de la actividad o karma que podrán trascender al karma. Los animales no están concientes de este secreto; sólo el hombre puede escoger y aceptar el karma que le puede resultar más beneficioso para la liberación de la cadena del karma. Si él busca la felicidad satisfaciendo las demandas de los sentidos, aprende que la felicidad lograda por esa búsqueda está inseparablemente mezclada con la desgracia.

Ustedes saben por experiencia que el sueño profundo les proporciona el máximo de felicidad. Piensen en éso por un momento; ¿han experimentado ustedes, en la etapa de vigilia, tal grado de calma, de quietud, de ecuanimidad, de felicidad? Es por ello, que se habla del sueño (nidra) como la aproximación más cercana a la liberación o samadhi. Si incluso desaparecen los impulsos y los instintos y las ondas de pensamientos latentes durante el sueño; entonces el contento se hace perfecto y pleno. Esto sucede cuando el sol del conocimiento los ilumina. Esto elimina hasta la más mínima partícula de oscuridad; de hecho, la oscuridad es sólo la ausencia de luz.

Hay tres principios que deben trascenderse antes de que pueda alborear el conocimiento: el dehatatva o principio de lo físico, el indriyatatva o principio de lo sensorio y el manastatva o principio de lo mental. Y hasta la mente debe ser trascendida antes de que se pueda conocer al Uno; porque la mente busca la variedad y el cambio; se deleita en los contactos con el mundo objetivo, lo que se llama vritis. Impedir la formación de estos vritis o agitaciones en la mente, de los círculos que se amplían sin cesar en el Manasa-sarovara, el lago de la mente, siempre que un deseo, pensamiento o resolución es dejado caer en ella, ésa es la función de la llamada ciencia del yoga o unión. ¿Unión de qué con qué? La unión de tat con twam, de ustedes con el resto, resultando en el Uno Sin Segundo.

Se han reunido aquí en una multitud tan enorme para poder oír de estos pandits y de mí que el «yoga es deseable y posible». El sendero se puede conocer con un poco de razonamiento y luego se puede recorrer paso a paso hasta alcanzar la meta. Han venido por cientos de miles de todas las aldeas y pueblos de kilómetros a la redonda, gastando tiempo, dinero y esfuerzo. Llévense esta lección de aquí, retengan al menos algo de este conocimiento de que el apego causa dolor y el desapego resulta en contento. Pero no pueden desprenderse fácilmente de la actividad; la mente se aferra a una cosa u otra. Hagan que se aferre a Dios, déjenla que haga todas las cosas por Dios y dejen a Dios el éxito o el fracaso de lo que han hecho, la pérdida y el beneficio, el alborozo o el abatimiento. Entonces tendrán el secreto de la paz y del contento.

Para lograr esta actitud de sumisión, de dedicación, deben tener fe en Dios. Este mundo es obra de él; no es un sueño vano, tiene propósito y utilidad. Es el medio por el cual se puede descubrir a Dios; véanlo en la belleza, en la grandeza, en el orden y la majestad de la naturaleza. Éstos no son sino las sombras de su gloria y de su esplendor; es por eso que los Vedas tienen tres secciones o kandas: las del karma o acción, de la upasana o adoración y del jñana o conocimiento. El karma conduce a la conciencia del siempre presente, inmanente, todopoderoso Dios. La adoración de ese Dios conduce al conocimiento de que él es todo, y cuando experimenten que no hay un segundo, ¡entonces es conocimiento! En el pasado, cuando la gente observaba las disciplinas que le proporcionaban paz o contento, era feliz; no podía ser arrastrada por el temor o la desilusión. Pero los licenciados y maestros en artes son hoy incapaces de conseguir trabajos adecuados a sus niveles; la ganancia es demasiado pobre para su propio sustento. Están indefensos e infelices; no ayudan ni dan felicidad a sus padres.

Los eruditos védicos mismos han sido víctimas de este apresuramiento por obtener puestos y grados, porque también sus hijos tienen que correr detrás de la brillante baratija de un grado, que no llena sus estómagos ni sus anhelos de paz y calma. Han perdido la fe en los propios Vedas; de otra forma, ¿por qué los descartarían tan rápido a cambio de unas pocas monedas? No obstante, los hay, en Andhra Pradesh también, que conservan su fe y se mantienen impasibles ante todo lo que se presenta. Ellos no son conocidos de los periodistas, ellos no son noticia; viven aislados y felices. Nadie se preocupa por ellos y no molestan a nadie.

Actualmente, casi todas las personas conocen la historia de las estrellas de cine, mientras que son profundamente ignorantes de su propia historia. Ellas conocen de cualquier estrella en el cielo. Pongan atención a su verdadera necesidad; cultiven virtudes que les darán contento a ustedes y a los demás, no hábitos que arruinan su salud, vacían sus bolsillos y los hacen descender en la estimación de los demás. Yo quiero que los devotos mejoren su comportamiento y su carácter. No es bueno asistir al templo y participar ruidosamente con címbalos en las manos en los cantos devocionales que se celebran allí. Estos son sólo signos externos de entusiasmo. Dios observa el sentimiento o bhava, no el exterior o bhaya; la fuerza interna, y no la pompa que se manifiesta en la superficie.

Los dos mandatos de los Vedas son: Sathyam vada, dharman chara, o «Digan la verdad, practiquen el Dharma». Los hechos virtuosos (satkarmas) son el árbol, la buena intención (sad-bhava) es la raíz; la buena intención en aquello que sirve sus mejores intereses, esto es, felicidad duradera, liberación final del ciclo de nacimientos y muertes. Alejen la mente de los placeres sensorios y fíjenla en Dios, entonces, el sentimiento o bhava se hace puro; cualquier cosa que digan o sientan será para el bien de sí mismos y de los demás.

Algunas personas se ríen de los aspirantes espirituales y los llaman visionarios ociosos que buscan algo que no e
s tangible y no puede pesarse ni valorarse. ¿Cómo puede alguien ignorar las bases y estar contento con el conocimiento de las paredes y de la terraza? Pueden estar libres del temor sólo cuando tengan confianza en la solidez de las bases. Ustedes no ven su aliento, ni lo pesan; pero el aliento es el sustento mismo de la vida. Lo invisible es la base de lo visible. Si están atrapados en las redes de lo visible no pueden conocer la importancia de lo invisible.

Esto es lo que debería ser conocido por cada uno, no las montañas de información con que se llenan la cabeza ahora. La llave para la liberación está contenida en los Vedas y estos pandits la tienen. Ésta es la razón por la cual la India o Bharata pretende ser el gurú de la humanidad. Si esta pretensión ha de ser respetada, los indios tendrán ellos mismos que vivir la vida de acuerdo con ella. Cada uno debe estar inmerso en la paz derivada de un trabajo dedicado, de un trabajo desinteresado, del trabajo ofrecido como adoración, del trabajo hecho sin deseo o apego por los beneficios del mismo. Pero, ¿qué vemos hoy en día? No hay paz en el hogar ni en la mente, no hay cordialidad entre hermanos, ni veneración por los padres ni amor entre socios. Deben lograr la victoria primero en el hogar; luego pueden acudir a otros para esforzarse por lograr la victoria. La sola devoción no es suficiente. Debe estar regulada por la razón y el discernimiento. De lo contrario, no fluirá por canales saludables. La razón hace de la devoción un instrumento afilado. Razonen sobre el propósito de su estadía en la tierra, el propósito de la inteligencia con la que han sido dotados. Entonces, la devoción los animará a llenar sus días con una actividad constante y controlada dirigida hacia la liberación.