Discursos dados por Sai Baba – 20. 17/07/88 ¿Riqueza o gracia?

Discursos dados por Sai Baba

{SB 21} (34 discursos 1988)

20. 17/07/88 ¿Riqueza o gracia?

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 21 cap. 20 )

Riqueza o gracia?

17 de Julio de 1988

¡Encarnaciones del Amor Divino! La vida del hombre está determinada por sus cualidades. La transformación del mundo se relaciona con la transformación del individuo. El mundo cambiará sólo cuando el individuo cambie. Si las personas son buenas, la sociedad también lo será.

Se tiende a dar importancia sólo a las formas externas de las instituciones sociales. Se pone énfasis en las condiciones que prevalecen en las esferas políticas, económicas, sociales y ambientales.

Si los cambios se producen únicamente en estos ámbitos, no son suficientes. La transformación mental y espiritual es más importante.

Lo que el hombre debería buscar no es la longevidad, sino la divinización de la vida. Debe desarrollar sus buenas cualidades. El lapso de vida está determinado por el Tiempo. Lo que ha de nutrirse es la virtud. El carácter y la conducta de una persona se basan en sus cualidades. Las personas olvidan esta verdad y buscan los cambios en los aspectos externos de la vida. Cuando el Yaksha le preguntó a Dharmaja (en el Mahabharata) “¿Quién es el guía y protector del mundo?”, este último respondió: “Sólo el hombre bueno es el protector del mundo”. Si no hubiera gente buena, este sería un mundo desventurado.

Los estudiantes sólo buscan ganancias materiales Por eso, en la actualidad, son los estudiantes, incluso más que los maestros, quienes tienen que ser personas ejemplares y nobles.

Los maestros y los estudiantes de hoy no viven de acuerdo con este ideal. Los estudiantes son egoístas y egocéntricos. También los maestros actúan con egoísmo y se interesan sólo por sí mismos.

Los estudiantes se acercan a los maestros sólo para satisfacer sus propios deseos. Si lo logran, se alegran. Si no, se decepcionan. Incluso están dispuestos a golpear a los maestros. Como resultado, no se forjan relaciones armoniosas entre maestros y estudiantes.

Hoy lo más deplorable es la indiferencia de los estudiantes con respecto a su desarrollo mental, porque sólo les preocupan sus intereses personales. Sólo buscan ganancias materiales.

Vairagyam (la renunciación a los deseos) no es una virtud que pueda obtenerse de un mensaje de otros o porque alguien los estimule en ese sentido. No importa la cantidad de libros que lean, los discursos que escuchen o los consejos que reciban, el espíritu de renunciación tiene que emanar de su corazón. No puede venir de afuera. El padre de Buda, Suddhodana, intentó por todos los medios imaginables impedir que su hijo desarrollara desapego. Sin embargo, no pudo evitar que Buda renunciara al reino y a su familia y viviera la vida de un renunciante.

Sus vidas no se apoyan totalmente en annam (el alimento).

Están basadas en el Atma (el Espíritu). Quien considera al alimento la base de la vida es un Ajñani (ignorante de la verdad). Quien comprende que sólo el Espíritu lo es todo en la vida es un Vijñani (el hombre de Conocimiento Superior). Rantideva expresó: “¡Oh, Señor! El hombre que considera al alimento el summum bonum de la vida es un papi (pecador). El que busca una vida espiritual es un gopi (un devoto de Dios puro)”.

Sólo el poder del amor puede infundir verdadera fuerza Krishna Chaitanya se encaminó una vez al templo de Jagannat, en Puri. En ese entonces, él era un joven apuesto. Se dirigió al Señor Jagannat en estos términos: “¡Oh, Señor! Tú no eres meramente Jagannat (el Señor del mundo). Tú eres el Señor de todo, de los mundos, del Cosmos, el Señor de la Vida, el Señor del Espíritu, el Señor de todos los seres encarnados. Tú puedes lograrlo todo.

No busco de Ti el poder del yoga o la fuerza física. Sólo busco el poder de Tu Amor. Tu amor me dará toda la fuerza que necesito.

Será mi verdadera fuerza”.

Sólo el poder del amor infunde verdadera fuerza. Todos los demás poderes son vanos. Por eso, la única fuerza que deben pedirle a Dios es la fuerza del amor. Con ella se pueden adquirir todos los poderes. No es Siri (riqueza) lo que deben desear. Deben anhelar a Hari. Un maharajá (un verdadero gobernante) no es un hombre rico. Se considera maharajá sólo a aquel que ha renunciado a todo. Lo que proporciona disfrute no es estar lleno de riquezas.

Estar inmerso en el amor de Dios y en pensamientos de Dios es el mayor disfrute y el verdadero yoga.

Chaitanya declaró que “el Señor es el Morador Interno de mi corazón” porque, de acuerdo con la propia declaración del Señor, “mi Atma mora en el interior de todos los seres como el Atma que habita en ellos”. No crean que el Señor es sólo este cuerpo humano.

Él está presente en todas partes en el Cosmos. Él es eterno, sin comienzo ni final. Traten de desarrollar la conciencia de esta Divinidad omnipresente en sus corazones.

Toda la riqueza es transitoria e irreal Hoy ustedes quieren acumular todo tipo de riquezas con diversas actividades. Si estas actividades son transitorias y efímeras, ¿cómo puede la riqueza adquirida a través de ellas ser perdurable?

Todas son transitorias e irreales, como lo declara el Gita. Sólo hay una realidad permanente e inmutable, que es Dios. Las personas se olvidan de esta verdad. Pueden parecer grandes devotos y afirmar que hacen muchas cosas para agradar a Dios. Sin embargo, no se le puede ocultar la verdad a Dios. Consulten a su conciencia y averigüen si su devoción es genuina.

Annamacharya, el compositor, solía entonar muchas canciones en las que aclamaba a Dios como su único refugio y sostén.

Más adelante, comprendió que había estado tratando de engañar a Dios con sus palabras. Entonces se produjo un gran cambio en él. Comprendan que no pueden agradar a Dios mediante sus libros, sus canciones, su saber y erudición. Tampoco es posible agradar a Dios con la eminencia intelectual o con ardides ingeniosos.

Annamacharya declaró: “El grado de realización espiritual de cada uno depende de la naturaleza de sus pensamientos.

¡Oh, Señor! Cualquiera sea el sentimiento con que alguien te concibe, Tú apareces ante él en esa forma”. La Gracia Divina es proporcional a la medida de su devoción. Ustedes pueden tomar del vasto océano sólo la cantidad de agua que su vasija puede contener.

Los frutos que obtengan dependerán de la pureza de sus acciones.

Su precioso nacimiento humano sólo puede ser redimido si desarrollan cualidades humanas y llevan una vida virtuosa.

Ustedes (los estudiantes) deben aprovechar la maravillosa oportunidad que tienen ahora. Además de la educación mundana, cultiven la meditación en Dios y desarrollen la visión interna.

Conviértanse en Rajayogis. Rajayoga implica cumplir con el deber sin preocuparse por los resultados, dedicándose al servicio de la sociedad y al bienestar de la humanidad. Esta fue la penitencia que cumplió el emperador Janaka.

Traten de experimentar la Divinidad internamente El principal deber de los estudiantes es concentrarse en sus estudios, portarse de manera ejemplar en todas sus relaciones con el mundo externo y tratar de experimentar la Divinidad internamente como disciplina espiritual.

El primer sutra (aforismo) en los Brahma Sutras afirma: “Atato Brahma Jignasa” (“De aquí en más, traten de conocer a Brahmán”).

En las palabras de este sutra está contenido el sentido de la vida.

Primero, hay que comprender la naturaleza de la creación.Tienen que contemplar la creación en relación con su vilakshana (extraordinaria magnificencia). Luego, su conducta tiene que ser salakshana (armoniosa) y ordenada. Deben comprender que el universo entero está saturado del Vishnusvarupa (la Divinidad). Pórtense de tal modo que nadie pueda señalarlos con el dedo o criticarlos.Tengan una conducta pura e intachable. Si el corazón también es puro, uno no quedará inmerso en la conciencia corporal. El cuerpo es sin duda un instrumento
esencial para llevar una vida recta, y hay que proteger la salud y el bienestar. Sin embargo, lo más importante para ustedes debe ser experimentar lo Divino en toda la creación. Si no se presta atención a esto último, la existencia física por sí sola no tendrá sentido.

El Karma, el Dharma y Brahmán En este contexto, ¿cómo se ha de buscar el conocimiento de Brahmán? Esta búsqueda puede comenzar después de que uno ha adquirido el conocimiento del Dharma, es decir, después de haber completado la etapa de Dharma Jijnasa. ¿Cuándo se alcanza Dharma Jijnasa? Cuando se ha dominado el Karma Jijnasa, el conocimiento del Karma. Así, hay tres etapas: Karma Jijnasa (Conocimiento del Karma), Dharma Jijnasa (Conocimiento del Dharma) y Brahma Jijnasa (Conocimiento de Brahmán). Esto significa que el progreso es desde el Karma hasta el Dharma y desde el Dharma hasta Brahmán. Por lo tanto, hay que tener plena fe en el Karma (los deberes prescritos) y en el Dharma (el principio de la conducta recta). Para observar el Dharma, uno tiene que asegurarse la pureza de pensamiento, palabra y acción. El Dharma es el objetivo básico de la vida. Sri Rama ha sido descrito como la misma encarnación del Dharma (Ramo Vigrahavan Dharmah).

Entréguense a la Voluntad de lo Divino Los estudiantes deben recordar las reglas de la conducta recta que debe regir sus vidas. Están pasando por el período más valioso y sagrado de sus vidas. Deben aprovecharlo bien. Dediquen todos sus pensamientos y aspiraciones a Dios y entréguense a la Voluntad de lo Divino. La entrega puede parecer difícil, pero no lo es. De hecho, es como guardar dinero en el banco. Podrán extraerlo cada vez que lo necesiten. Del mismo modo, cuando le hayan confiado todas sus preocupaciones a Bhagavan, podrán obtener de Él cualquier cosa que necesiten. ¿Qué es lo que se interpone en el camino de la entrega? Es su ego y su sentido de posesión. No tienen suficiente confianza en el Señor.

Las personas se aferran desesperadamente a sus posesiones diciendo: “Mi dinero, mi casa”, y olvidan que, cuando se entregan a la Divinidad, obtienen Su gracia. En un momento u otro la riqueza desaparecerá. Sin embargo, una vez que han ganado la gracia de Dios, pueden sentirse seguros y satisfechos. Bhagavan no necesita de sus riquezas. Él es siempre un Chittachora (el que roba el corazón), no un Vitachora (el que roba las riquezas). Son ustedes quienes tienen que cambiar de Vitachoras a Chittachoras.

Discurso pronunciado en el Mandir de Prasanthi el 17 de julio de 1988.