Discursos dados por Sai Baba -24. 03/06/90 El mensaje de los Vedas

Discursos dados por Sai Baba

{SB 23} (36 discursos 1990)

24. 03/06/90 El mensaje de los Vedas

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 23 cap. 24 )

El mensaje de los Vedas

3 de Junio de 1990

¡Queridos estudiantes! No hay peor enfermedad que la codicia. No hay mayor enemigo que la ira. No hay mayor pesar que la pobreza.
No hay mayor felicidad que la sabiduría.
El hombre está pasando por alto estas sagradas verdades.
La fe en Dios ha sido remplazada por la falta de respeto por la reverencia y la rectitud. El ateísmo se ha difundido por todas partes y los preceptores no son respetados.
La devoción ha disminuido y la antigua sabiduría está siendo abandonada en estos días. En la educación, el carácter ha llegado a su nadir.
“Yo estoy en la Luz. Yo soy la Luz. La Luz está en Mí.
La Luz soy Yo Mismo”. Cuando surja esta conciencia en el corazón, ella conducirá a la unidad con Brahmán.
Los Vedas son las escrituras más antiguas del mundo. Son una vasta mina de sabiduría. Ellos permitieron al hombre estudiar el universo. Históricamente, son el primer libro de sabiduría conocido; las raíces de la cultura y del quehacer humano. Manu declaró: “Todo proviene de los Vedas”. Todo el conocimiento, todos los principios acerca del recto vivir, todas las cualidades provienen de los Vedas. “Ananto Vai Vedah” (Los Vedas son infinitos). Los Vedas son inmensurables, incomparables y están llenos de bienaventuranza. Veda deriva del verbo Vid, conocer. El conocimiento de lo Supremo es Veda. Representa Atma Jnana (el conocimiento del Espíritu), Brahma Jnana (el conocimiento de la Conciencia Universal) y Advaita Jnana (el conocimiento del Uno que abarca a los muchos). Estos términos diferentes son sinónimos.
Los Vedas encarnan el sonido cósmico No es fácil para los legos comprender los Vedas. Sin embargo, se los comprenda o no, su verdad satura el universo.
Ellos encarnan el Sabda Brahmam (el Sonido Cósmico). No están limitados a un lugar, tiempo o persona en particular. Saturan el cosmos. Comprendiendo que no era fácil para la gente común entender los Vedas, Vyasa los codificó en cuatro grupos.
Ellos han sido propagados y practicados en tres secciones. Karma Kanda (trata sobre los rituales), Upasana Kanda (trata sobre las formas de adoración) y Jnana Kanda (trata sobre la senda del Conocimiento).
“Karmanyeva Adhikaraste” (Tú sólo tienes el derecho de realizar las acciones), declara el Gita. Estas acciones tienen que estar de acuerdo con el Dharma. Se debe comprender que el cuerpo ha sido otorgado sólo para practicar el Dharma. Cuando las acciones del hombre maduran, se vuelven Upasana (adoración).
Cuando la adoración es ofrecida con plena devoción y amor por lo Divino, se vuelve Jnana (Conocimiento Puro). Así, las tres etapas son realmente integrales. Del mismo modo que una flor atraviesa etapas y se convierte en un fruto maduro, a través del Karma, Upasana y Jnana se alcanza la etapa final de la realización del Ser. Para permitir al hombre común recorrer estas tres etapas, los puranas y epopeyas fueron producidos como ayudas para el crecimiento espiritual. Los Upanishads son la culminación de los Vedas. Por eso se los conoce como Vedanta.
Las tres clases de yoga ofrecidas por los Upanishads Los Upanishads han ofrecido tres clases de yoga a la humanidad.
Con respecto a las acciones, se recomienda dedicar cada acción a Dios. En cuanto al Upasana Yoga, lo que se requiere es sincera devoción por Dios, con pureza de pensamiento, palabra y acción. Amar para obtener alguna ganancia o beneficio mundano no es verdadero amor. Debe ser amor por el amor mismo. El tercero es Jnana Yoga. “Sarvam Vishnumayam Jagat” (El Señor satura el cosmos entero). Todo es una manifestación de Dios. Lo Divino está presente en cada ser. Este conocimiento es Jnana.
Los estudiantes quizás tengan dudas. ¿Es posible concebir este sentido de unidad cuando las formas, los nombres, los pensamientos y las acciones son tan variados entre los seres?
Observen las olas del océano. Cada ola parece diferente y no relacionada con la otra. No obstante, el agua en todas ellas es la misma. Las olas no son diferentes del océano. Del mismo modo, aunque los nombres, las formas, los pensamientos y las acciones pueden ser diferentes, todos ellos son como las olas del océano de Sat-Chit-Ananda (Ser-Conciencia-Bienaventuranza), que está presente en todos de manera sutil.
El Gita emergió de los Upanishads. Explica el Karma, Upasana y Jnana (la triple senda) en tres secciones de seis cantos cada una. Así, desde los Vedas a los Upanishads y luego al Gita, las enseñanzas eternas han llegado para divinizar al hombre.
El Gita no pertenece a una sola nación o pueblo. Es para toda la humanidad. Es la Voz de Dios.
Dios es uno para toda la gente aunque Él pueda ser adorado bajo diferentes nombres y formas. Ya sean hindúes o musulmanes, cristianos o parsis, budistas o sikhs, Dios es uno para todos. Cualquiera que sea la forma de adoración, ésta llega al Dios único. El sol es uno y no varía según la nación sobre la que derrama su luz.
Los gurúes y los sishyas de la antigüedad Los Vedas son infinitos e ilimitados. Debido a su profundo significado, aquellos que estudiaron los Vedas tuvieron que realizar un arduo ejercicio. Los preceptores eran hombres de severa austeridad.
Debido a su gran disciplina y devoción, los Vedas pudieron sobrevivir hasta el presente. No han sido registrados en un libro; han pasado mediante tradición oral a través de una sucesión de gurúes y sishyas (preceptores y discípulos). Se ha de poner gran cuidado en la recitación de los himnos Védicos, observando las reglas de acentuación, pausa y ritmo. Los gurúes de aquellos días eran absolutamente desinteresados, puros de corazón y entregados a lo Divino. Estaban llenos de amor por los discípulos y dedicaban sus vidas a impartir el conocimiento Védico a los estudiantes.
Los estudiantes eran también altamente disciplinados y aceptaban a todas las reglas prescritas. Aquellos que violaban los mandatos del preceptor eran expulsados de las clases. No había lugar para quienes exhibían los cinco defectos: indiferencia, falta de humildad, egoísmo, envidia y malos modales.
Vaisampayana y Yajnavalkya Vyasa tenía muchos discípulos que estaban aprendiendo los Vedas con el sabio. Primero entre ellos se hallaba Vaisampayana.
Era un discípulo ideal, que cumplía implícitamente con los preceptos del gurú y estudiaba los Vedas diligentemente. Después de completar sus estudios con Vyasa, Vaisampayana estableció un gurukula (el ashram de un preceptor) para impartir conocimiento Védico. Se considera al gurukula una clase especial de establecimiento educativo. Esto no es así. El gurukula era la residencia del gurú y también la morada de los sishyas (los estudiantes).
El gurú, luego de haber probado el alimento, solía distribuirlo como prasadam entre los estudiantes, quienes pasaban todo su tiempo con el gurú. El gurú y los discípulos disfrutaban de todo en común y tenían los mismos ideales. El preceptor los iniciaba en la búsqueda espiritual.
Un día, el sabio Yajnavalkya llegó al gurukula de Vaisampayana.
Yajnavalkya era un brillante intelectual de aguda inteligencia.
Él se sentía orgulloso de sus logros intelectuales y ésta fue la causa de su caída. El orgullo siempre precede a una caída.
Yajnavalkya desarrolló indiferencia por sus estudios y comenzó a comportarse de un modo impropio. Vaisampayana notó todo esto. Los preceptores de aquellos días solían dar hasta sus vidas por los discípulos meritorios, pero no tenían clemencia con aquellos que mostraban orgullo y mal comportamiento.
Molesto con la conducta de Yajnavalkya, Vaisampayana lo llamó a su presencia un día y le dijo: “¡Yajnavalkya! Ya no tienes derecho a estudiar en este gurukula. Debes abandonarlo de inmediato.
Y antes de irte, tienes que devolver todo lo que has aprendido aquí”. Yajnavalkya, que comprendió su error, vomitó todo lo que había aprendido. El vómito fue comido por los pájaros Tittiri. Entonces, ellos comenzaron a recitar los himnos Védicos, que fueron conocidos como Taittiriya Samhita.
El nacimiento del Sukla Yajur-Veda Hay dos tradiciones relacionadas con los Vedas. Una se conoce como Brahma-sampradayam (la tradición brahmánica). La otra es Aditya-sampradayam (la tradición solar). Lo que Yajnavalkya devolvió se conoce como Brahma-sampradaya y también como Krishna Yajur-Veda. Con posterioridad, sintiéndose arrepentido de su mala conducta, Yajnavalkya realizó penitencia en la forma de Suryopasana (adoración al Sol), renunciando a la comida y la bebida. De este modo, expió su mala conducta.
El Dios-Sol apareció ante él en la forma de Vaji (un caballo sagrado) y le dijo: “¡Hijo! Lo pasado, es pasado. Recuerda que es un grave crimen ser desleal con tu preceptor o desagradecido con la Divinidad. No debes caer en esta clase de conducta.
Ten cuidado en el futuro”. Diciendo esto, el Dios-Sol mismo le enseñó los Vedas a Yajnavalkya. ¿Por qué Surya apareció ante él en la forma de Vaji? Los antepasados de Yajnavalkya eran conocidos por su vajasanam (ofrenda de alimento) a los hambrientos.
Por eso recibieron el nombre de Vajasam. Por esta razón, el Dios-Sol adoptó la forma de Vaji y enseñó los Vedas a Yajnavalkya. Este Veda es conocido como Sukla Yajur-Veda.
También se lo llama Vajanaskanda. Así, el Yajur-Veda quedó dividido en dos partes: Krishna Yajur-Veda y Sukla Yajur-Veda.
La grandeza de donar alimento a los hambrientos Debería tenerse en cuenta que fue a causa de la dádiva de alimento que hicieron los antepasados de Yajnavalkya que el Dios-Sol mismo descendió para enseñar los Vedas a Yajnavalkya. Esto muestra la suprema eficacia de anna-dana (la dádiva de alimento) a los hambrientos y famélicos.
No hay mayor dádiva que la del alimento.
No hay Dios más alto que los propios padres.
No hay japa o tapa más elevado que la rectitud.
No hay mayor Dharma que la compasión.
Nada es más provechoso que la compañía de los buenos.
No hay peor enemigo que el odio.
No hay peor enfermedad que el endeudamiento.
La muerte es preferible a la infamia.
No hay riqueza más preciosa que un buen nombre.
No hay ornamento superior al nombre del Señor.
Comprendiendo estas verdades, Yajnavalkya enseñó a sus discípulos el valor del servicio a los padres, la reverencia por el gurú y la eficacia de la dádiva del alimento.
¡Queridos estudiantes! El Curso de Verano comenzó un día de Ekadasi y está concluyendo en un Ekadasi. Consideren estas clases como una observancia sagrada de Ekadasi. En este ejercicio sagrado, muchos veteranos y eruditos experimentados les han hablado sobre numerosos temas vitales. No es fácil lograr que tales personas eminentes se dirijan a ustedes. Ustedes tienen mayor acceso a Swami que estos disertantes. No basta con escucharlos. Deben tratar de poner en práctica al menos algo de lo que ellos les han enseñado.
Lo que les ha sido enseñado durante estos quince días es la esencia de los Vedas. Han recibido también el néctar extraído de los sastras, los puranas y las epopeyas. Ustedes serán los líderes futuros de Bharat. Tienen que practicar el Dharma y llevar vidas ideales. Jamás abandonen la Verdad y la Rectitud.
Los Vedas han indicado qué se ha de seguir y qué se ha de evitar.
Desafortunadamente, hoy las personas siguen lo que está prohibido y han abandonado aquello que se ha de seguir.
Ustedes, estudiantes, deberían considerarse extremadamente afortunados por haber tenido una oportunidad como ésta. Cualquiera que sea el trabajo que emprendan, no olviden su deber y su fe en lo Divino. Lleven a cabo buenas acciones. Así purificarán sus mentes. Cuando adoren a Dios con una mente pura, alcanzarán la realización del Ser.
El Señor no busca de ustedes ofrendas materiales. Cuando lo amen con todo su corazón, Él derramará Su gracia sobre ustedes.
Esto es evidente a partir de los ejemplos de Valmiki, Kuchela y muchos otros devotos. Cualquier cosa que hagan, háganla como una ofrenda dedicada a Dios. Tengan presente el ejemplo de Sabari, cuya devoción por Rama está más allá de toda descripción.
Tengan presentes las cosas sagradas que han escuchado, actúen de acuerdo con las enseñanzas, purifiquen sus corazones y sean ciudadanos ejemplares de Bharat. Ésta es Mi bendición para todos ustedes.
Discurso de despedida del Curso de Verano en el Campus de Brindavan, el 3 de junio de 1990.