Discursos dados por Sai Baba – 31. 24/10/63 El Gita como balanza

Discursos dados por Sai Baba

{SB 03} (35 de 42 discursos 1963)

31. 24/10/63 El Gita como balanza

24 de Octubre de 1963

Prashanti Nilayam

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Varios pandits y sabios les han explicado el Gita de muchas maneras todos estos días. Si me preguntan, les diré que el Gita es como una balanza, con sus platillos, su aguja y todo lo demás. El platillo de la izquierda es el séptimo sloka del segundo capítulo, que dice: «Mi naturaleza está abrumada por la lástima de mí mismo»; el punto de apoyo es el sloka vigesimosegundo del noveno capítulo, que comienza con: «Aquellos hombres que sólo me adoran a mí», y el platillo de la derecha es el sloka sexagesimosexto del decimoctavo capítulo, que dice: «Renuncia a todos los dharmas». Vean cuán apto es el sloka del soporte; habla de atención centrada en un solo punto, firme, como el fiel de una balanza. En realidad, el Gita comienza con dos platillos y un soporte, los ejércitos de la justicia y de la injusticia, con Krishna, el Maestro, en el medio. Tenemos los dos platillos de lo mundano y lo no-mundano que claman por atención y respeto; sólo el conocimiento puede remover la ignorancia de Arjuna; ésa es la voluntad divina.

El conocimiento debe ser puesto en práctica. De otro modo, es inútil. Una vez los venados de la selva se reunieron en una gran asamblea y discutieron acerca de su propia cobardía frente a los perros perseguidores. Arguyeron: «¿Por qué debemos nosotros, que estamos equipados con patas más veloces y afilados cuernos, tenerles miedo a estos perros insignificantes?». Finalmente, se propuso y se aprobó una resolución en la cual se decía que, en adelante, ningún venado huiría de los perros, pero todavía estaban aplaudiendo cuando oyeron los distantes ladridos de los perros y ni uno solo se quedó allí; todos huyeron a la máxima velocidad que les permitían sus patas. ¡La resolución no pudo ser puesta en práctica!

Ahora bien, estos pandits son muy versados en el arte de enseñar, y explicar a la gente las escrituras sagradas; lo que hace falta es el adiestramiento de esa gente en el arte de escucharlos y de seguir sus orientaciones para el adelanto espiritual. El arte de dedicarse al karma sin dejarse involucrar en él es lo que debe aprenderse. El karma debe hacerse por ser parte de la naturaleza propia de uno, no por una compulsión externa. Surya es alguien que cumple con su karma natural: eleva los vapores del agua muy alto para formar las nubes, que luego se derraman en lluvia; nadie le enseñó a hacerlo. Cuando el karma que realizan les sea natural, no será una carga. Cuando van en contra de ello y hacen algo que está fuera de lo natural, sienten infelicidad.

La vida del policía no es su vida natural, por eso se siente feliz cuando va a su casa y, quitándose el uniforme, se pone ropa ordinaria. Cuando el bebé llora todos corren a la cuna porque su karma natural es sonreír y estar contento. Así también, el karma hecho por el beneficio que resulta del mismo, acumula consecuencias que atan al hombre, aumenta como una bola de nieve; pero el karma hecho sin ningún pensamiento en su fruto continúa disminuyendo y los deja libres de todas las consecuencias.

Hay que cumplir con los karmas de acuerdo con el deber de cada quien; no hay escape. El huir a la selva no es una solución, pues sólo da a la situación un nuevo aspecto. Su cuerpo puede estar en la selva, pero su mente irá vagando por la plaza del mercado. Hubo una vez un aspirante que fue iniciado por un yogui en cierto mantra; él quería meditar sobre su mantra sin disturbio alguno y encontró que su casa estaba demasiado llena de distracciones. Huyó a la selva y descubrió un árbol a cuya sombra le pareció poder meditar. Al poco rato, los pájaros que anidaban en sus ramas empezaron a clamar con vigor y dejaron caer sus deyecciones sobre la cabeza del joven, que se exasperó. «¡No tengo ningún lugar donde pueda comulgar con Dios!», gritó. «Los niños en la casa, pájaros y murciélagos en la selva… Me voy a inmolar, naceré otra vez bajo mejores auspicios y, luego, empezaré mi práctica de nuevo».

Así, se puso a recolectar un montón de leña y, haciendo una pira, le prendió fuego y estaba a punto de montarse en ella cuando fue interrumpido por un anciano que se le acercó y le dijo: «Desde luego, lleva a cabo tu decisión; pero en este momento el viento sopla hacia aquellas cabañas donde vivimos, de manera que te rogamos que esperes hasta que el viento cambie de dirección, pues el olor de la carne humana ardiendo no nos es agradable. Pero, si tú estás muy apurado, te puedes ir a otro lugar y así evitar causarnos una molestia a nosotros, pobres gentes». El aspirante pensó que no tenía ni siquiera la libertad de morir. Así, regresó a su casa y decidió afrontarlo todo allí mismo. Comprendió que el karma debe llevarse a cabo dentro del mismo mundo objetivo y que de nada sirve tratar de sacudírselo y librarse de él en un arranque de decisión. De la intranquilidad, de la confusión y del afán del mundo hay que sacar armonía y paz.

Vishnú se describe como el que duerme sobre la serpiente, y también como el que produce paz; la serpiente que tiene veneno representa al mundo y si ustedes descansan en el mundo en vez de permitirle que los envuelva, entonces pueden tener paz. Dejen que su barca flote sobre las aguas, pero no permitan que las aguas entren a la misma. Estén en el mundo, pero no sean del mundo. Ése es el secreto de una vida exitosa.

El deseo lleva a la ruina final. Su satisfacción jamás lo destruye. Crece a cada satisfacción y se vuelve un monstruo que devora a la víctima; su mismo amo; así, traten de reducir sus deseos y sigan limitándolos. Hubo una vez un peregrino que accidentalmente se sentó debajo de un árbol-colmador-de-deseos (kalpatharu). Sentía una gran sed y se dijo: «¡Cómo deseo que alguien me dé un vaso de agua fresca!» e inmediatamente apareció delante de él un vaso del delicioso líquido.

Se sorprendió, pero la bebió de todos modos. Luego, deseó una comida de sabrosos platillos y en un instante la tuvo. Esto lo llevó a querer también una cama y cuando deseó que su esposa estuviera allí para ver todas esas maravillas, ella apareció en un instante. El pobre peregrino creyó equivocadamente que se trataba de una aparición y cuando exclamó: «¡Oh, ella es una ogresa!», su mujer se volvió ogresa en un instante y él tembló de terror, gritando: «¡Ahora me va a comer!», lo cual ella hizo con toda prontitud.

La cadena de deseos lo ata a uno hasta el punto de la sofocación. Controlen, dominen su tendencia de desear esto o aquello. Díganle al Señor: «Tú eres suficiente para mí. No deseo nada más». ¿Por qué anhelar joyas de oro? Anhelen el oro. El Gita enseña la lección del autorrenunciamiento: deseen que prevalezca la voluntad del Señor, no la de ustedes. Esto es lo que Krishna expresó cuando dijo a Arjuna que renunciara a todo karma.

La muerte no es sino el paso de esta vida a la próxima, es el cambio de ropa vieja a ropa nueva, como dice el Gita. Algunos cínicos se ríen de la comparación y preguntan: ¿qué hay de la muerte de los recién nacidos, de los niños, de los jóvenes y de las personas de edad madura? Sus cuerpos no puede decirse que están desgastados. Bien. Las ropas pueden no ser viejas, pero la tela de la cual están hechos debe haber sido muy vieja para que, a pesar de haberse preparado ropas nuevas con ella, tuvieran que ser abandonadas pronto. También hay personas que rehúsan creer en una vida anterior porque no pueden recordar los hechos de ella. Estas personas tampoco pueden recordar los sucesos en cualquier día de marzo, digamos cinco o diez años atrás, aun cuando estén seguros de haber estado vivos ese día. El olvidar los sucesos de ese día no significa que no estuvieran vivos; sólo significa que no pusieron ninguna atención especial en ellos, que no tenían ninguna razón particular para reco
rdarlos.

La entrega incondicional es la puerta principal para entrar a la mansión de la liberación. Tiene cuatro pisos: la meditación, el karma, la devoción y el conocimiento. Cada piso descansa sobre el de abajo y el más alto no puede ser alcanzado sin ascender los tres primeros. Recuerden esto cuando oigan a la gente argüir acerca de la relativa superioridad de los yogas o llamarse «esto» o «lo otro» en el campo espiritual.

El Gita no se refiere a ningún problema familiar o de la vida social. Enseña al aspirante espiritual el camino que lleva a la perfecta comunión con la divinidad inherente en él. La razón por la cual Bulusu Appanna Shastri alabó esta vida humana como superior a la vida no sólo de las bestias sino aun a la de los dioses, es que sólo el hombre puede aprovecharse de su experiencia de este mundo objetivo y responder a las preguntas acerca de su propio origen, significado y meta. Ramachandra Shastri indicó las medidas a tomarse a fin de limpiar la mente de los obstáculos que la enredan, de manera que aquellas respuestas puedan ser reflejadas en ella. Y el tercer pandit que habló hoy, Maddulapalli Sathyanarayana Shastri, aclaró que según los Shastras el mundo tiene a la paz, la bienaventuranza y a la sabiduría como su base fundamental, su verdadera realidad. Lo que se necesita es eliminar la sombra que está escondiendo la refulgencia, la pantalla que aparta a la verdad de la vista. Esta Gran Asamblea de Sabios en Prashanti Nilayam ha sido promovida por mí para este mismo fin.