Discursos dados por Sai Baba – 37. 06/12/63 Natural y artificial ( Sahaja y un sahaja )

Discursos dados por Sai Baba

{SB 03} (35 de 42 discursos 1963)

37. 06/12/63 Natural y artificial ( Sahaja y un sahaja )

6 de Diciembre de 1963

Srisailam

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La verdad, la rectitud, la paz y el amor son los cuatro pilares de la eterna religión, las cuatro caras de la enseñanza antigua. Claro; estas palabras andan en de boca de todos, pero el significado que generalmente se les da es muy superficial e inefectivo. Se dice que el describir un incidente, tal como lo vieron suceder, es «verdad», el dar agua al sediento y alimento al hambriento es dharma ( acción correcta ), el sufrir una calamidad en silencio es «paz» y el mantener a mujer e hijos es «amor»: ésa es la interpretación general.

Pero todo esto es totalmente incorrecto. La verdad es algo que no está modificado por el tiempo ni por el espacio ni por las cualidades. Debe ser la misma siempre, incambiable e inafectable: sólo entonces es verdad: no puede ser probada como falsa por algún hecho o conocimiento posterior. El dharma es un cuerpo de principios que son fundamentales para la estabilidad social y el progreso individual. Hay varias ramas: el dharma que debe cumplirse o karthavya dharma, el dharma de las castas o varna dharma, el dharma de los estados o ashrama dharma, etcétera. Pero la meta de todos es la de ayudar al hombre, etapa por etapa, a alcanzar la liberación del dolor y de la cadena de nacimientos y muertes.

Vean cuán grandioso es el concepto de la verdad y del dharma; compárenlo con el significado común que se les ha dado hasta ahora.

Luego, tomen la cualidad de la paz o ecuanimidad. La paz denota la capacidad de soportar con perfecta ecuanimidad el éxito y el fracaso, la alegría y la miseria, la derrota y la victoria. Y el amor es la cualidad que ve igualdad en todo y en todos, no tan sólo en la no-violencia, sino en la aceptación conciente del deber de amor, precisamente porque cada ser es una chispa de la divinidad, así como lo son ustedes.

El primer paso en el adiestramiento espiritual es dominar el poder del deseo que impulsa a los sentidos a perseguir objetos. Si el deseo es por Dios, está bien; si es por placer objetivo, daña al individuo. Si una casa es incendiada, es piromanía; si Hanuman incendia a Sri Lanka, es una retribución justificable y una buena lección. Si un ladrón callejero les corta la mano, es violencia; si el cirujano se la amputa, les salva la vida, los cura; no es violencia. Las impresiones de los sentidos (vishayavasanas) hacen que un acto sea bajo. El recuerdo de Dios lo hace santo.

El sacrificio de Daksha fue convertido en una batalla porque el Señor no estaba presente, la batalla de Kurukshetra fue transformada en un sacrificio porque el Señor sí estaba allí. Arjuna se entregó a los pies del Señor. Daksha desdeñó al Señor. Ésa fue la diferencia y ésa es la explicación. Todo está en el motivo, en la inspiración detrás del acto y la palabra.

La devoción no es como un remedio casero que se usa sólo cuando se tiene fiebre, es su sustancia diaria , la vitamina que se debe ingerir para su salud física y mental. La contemplación de Dios es el plato principal de arroz; el resto son sólo platos adicionados, aperitivos, rellenos. Tomen la medicina de la repetición del nombre y todas las experiencias de su vida diaria, las buenas y las malas, serán digeridas con facilidad. No se comen el arroz sin descascarar, ¿verdad?; tienen el buen sentido de quitar la cáscara y cocinar el arroz antes de comerlo. De igual manera, ¿aceptan la naturaleza tal como está? Ignoren la fascinación que ejerce sobre los sentidos, háganla sólo una expresión de la voluntad divina y entonces asimílenla.

Olvidan su naturaleza con el complejo embrollo de la artificialidad, pierden su derecho nato (sahaja) al dejarse enredar en la red de lo artificial (asahaja). Lo verdadero es amor, paz, verdad y bienaventuranza. Lo artificial es odio, falsedad, guerra, dolor y codicia. Deben descubrir la fuente de su propia verdad; no pueden escurrirse por más tiempo de ella; después de muchos nacimientos, aunque sean cien, tienen que llegar a la fuente de donde se desviaron. Su mente está firme cuando realiza otras actividades, pero si está enfocada en Dios empieza a vacilar. No quiere dejar sus caprichos, pero lo tendrá que hacer una vez que Dios entre en sus corazones. Dómenla con la repetición del nombre. Ése es el mensaje que he venido a anunciar. Tengan el nombre en sus labios, la forma en sus ojos y la gloria en su corazón; entonces todos los relámpagos cruzarán a su lado sin dañarlos.

Hagan la repetición del nombre de manera constante, con plena fe y un corazón puro. Si el país está en peligro, es tan grave como cuando el cuerpo está en peligro. El nombre les dará el valor de salvar a la Madre. Si todos ustedes fortalecen sus cualidades morales y desarrollan fe en Dios y en el eterno dharma, ninguna calamidad podrá jamás visitar a este país. Dejen que todos los creyentes proclamen el valor de la meditación en Dios. Bendeciré esta empresa; yo sé que esto los salvará y salvará al país. Es por esto que los estoy bendiciendo con esta nota de alegría.