Discursos dados por Sai Baba – 43. 10/07/74 A las madres

Discursos dados por Sai Baba

{SB 12} (54 discursos 1973 a 1974)

43. 10/07/74 A las madres

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 09 cap. 21 )

A las madres

10 de Julio de 1974

Bangalore

Muchos de ustedes se sientan en Dhyana (meditación) y después de algún tiempo comienzan a quejarse: “Oh, ¿por qué será que no soy capaz de concentrarme? ¡Bhagavan! ¡Ayúdame a fijar mi mente en Ti!”. No se impacienten ni se lamenten.

Más bien sientan que deben hacer limpia y pura a la mente, así Dios Mismo estará tentado de poseerla. Él es el chora (ladrón) del corazón. Cuando entran ladrones en la casa, eligen cosas de valor; ¡no se molestarán por la leña o bolsas de carbón! Dios también, cuando viene en el papel de ladrón, busca la cosa más preciada, la cosa que Él más valora, la cosa que les llevó mucho esmero promover. Él se lleva los pensamientos puros, las acciones impregnadas de la dulzura de la misericordia y de la compasión, los sentimientos de Amor que no ansía recompensa.

¡Dios no es un ladrón común! ¡Este Ladrón hace a las personas más ricas mediante Su robo! Más ricas en felicidad, serenidad y auto-estima. ¡Este ladrón es más amado cuanto más roba! Él despierta a los dormidos y luego roba lo que la familia ha guardado para Él. Muchas veces las personas fingen dormir para que así Él pueda venir y robar las cosas que ellos han guardado para ese mismo propósito. Él llama:

¡Thasmaath Jaagratja, Jaagratha! (Por consiguiente, despierta), y después Él Se lleva el tesoro que busca y encuentra.

Lo que se enseña debe ser impreso en el corazón.

Ustedes tienen ese tesoro en ustedes pero no lo saben; por eso, no lo tienen listo para Él. Sienten que no tienen nada que darle a Él y que son pobres y están oprimidos. Una vez que le ofrecen el corazón a Dios, no hay más lamento o carencia.

Aquellos de ustedes que no son ricos tienen que pedir prestados a algún vecino o conocido algunos recipientes para cocinar para la fiesta de casamiento. O pueden alquilarlos en alguna entidad de esas que conservan grandes recipientes para ayudar a otros. El código de conducta, ya sea si piden prestado o alquilan, es: “limpiar los recipientes antes de devolverlos; deben ser regresados igual que como fueron traídos por el dueño.

Cocinen en ellos, después límpienlos antes de devolverlos intactos a la persona que los prestó”.

¡Los Seres Inmortales que se han asignado a sí mismos este papel, esta empresa de celebrar un “tiempo de vida en la Tierra”, es como si hubiesen pedido prestado un CORAZÓN a Dios!, el Supremo Dador, en una condición limpia. Cuando finalmente lo regresen, vean que esté tan limpio y puro como cuando Él lo dio.

¡Ese es el código de conducta, o si no Él no lo aceptará! ¡Incluso en la actualidad, maestros experimentados se deleitan en la mera inyección, en los cerebros de los niños bajo su cuidado, de los componentes de los libros de texto! Pues ellos se empeñan sólo en hacerles pasar los “exámenes”; de esta manera, ¡es sólo cuestión de adivinar correctamente las preguntas que pudiesen aparecer en la hoja de papel y atracar las respuestas tan sólo para esas! Una vez que los muchachos y muchachas hayan escrito las cosas con las cuales han sido rellenadas sus cabezas, regresan a casa con las cabezas vaciadas y huecas. Lo que tienen que enseñar, sin embargo, debe ser impreso en el corazón, no apilado en el cerebro. Eso moldeará su carácter y los hará útiles para sí mismos y la sociedad.

Tomen el ejemplo de Dhrura. ¡Su madrastra le dijo que él podía obtener el favor del Rey, su padre, sólo mediante la Gracia de Dios, la cual él tenía que ganar mediante la penitencia! ¡De esta manera, el niño de cinco años se fue al bosque y practicó austeridades que no tuvieron parangón en la historia! Como resultado de la penitencia, su deseo fue tan sublimado que finalmente declaró: “¡No me importa el favor real, ni siquiera el tro no mundano! Alcanzaré el Reino de Dios, me sentaré sobre el regazo de Dios”. Así rechazó el señorío sobre los humanos y prefirió la dicha de ser un hijo de Dios, de estar con Dios.

Reconozcan los grandes potenciales del niño.

En los tiernos corazones de los niños hay mucha potencialidad de devoción y apego a objetivos e ideales superiores; esto puede ser desarrollado y cultivado en ustedes. No piensen que ellos no saben nada, que ustedes pueden desviarlos de la manera que deseen; esto es un error. Reconozcan los grandes ideales del niño; adopten los métodos que el mismo niño pudiese sugerir o indicar.

Ayuden al niño a alcanzar la Divinidad y a hacerse consciente de su elevado destino. No supongan que el niño es una personalidad inferior o que es incapaz de alcanzar las alturas.

Los padres mismos no son competentes para guiar a los niños; ellos los idolatran y no saben cómo corregirlos; tienen reprensibles hábitos y formas de vida. Fuman, juegan a las cartas, apuestan, beben y pelean en el hogar; dicen falsedades, chismorrean, alardean y calumnian en presencia de los niños.

¿Cómo entonces pueden conducir a sus hijos en forma correcta?

Ustedes tienen que persuadir a tales padres para que enmienden sus maneras y para que sean ejemplos inspiradores más que enemigos y obstáculos.

Pero, ¡antes de aconsejar a los padres vean que ustedes no tengan defectos a los cuales ellos puedan apuntar con sus dedos! Aprendan el derecho de aconsejar antes de aventurarse en la misión. Primero, compongan vuestros propios hogares; vean que la atmósfera del hogar esté libre del odio, del orgullo, de la calumnia y de la codicia; vean que el Amor sea el volante del hogar, que la fe en Dios sea el fundamento sobre el cual se construyan las relaciones entre los miembros.

La india se presenta como el maestro para la humanidad.

Las tradiciones de la India y los modos de vida de la India están ahora siendo desechados rápidamente; los están reemplazando costumbres groseras de vestir y de hablar, y la apariencia personal; a los niños se les debería enseñar a considerar esto con indignación, deberían distinguirlos por lo que son: ¡aberraciones y vulgaridades! Ahora las salas cinematográficas pegan carteles obscenos a lo largo de las calles para atraer a fanáticos; contaminan el carácter muy sutil y silenciosamente; ¡los niños deben hacer que los mayores se avergüencen cuando permiten que semejantes carteles degradantes y perjudiciales aparezcan ante la vista pública! Tienen que despertar a los mayores a un sentido de vergüenza ante la reducción de los valores humanos.

A menos que sembremos estos ideales en los niños, la India descenderá a las profundidades de la degradación.

¿Cómo pueden tolerar estas imágenes obscenas, estos carteles publicitando películas pornográficas, esta objetable clase de vestimenta, este comportamiento y apariencia descarados?

Hagan todo lo posible para erradicar este mal. Capaciten a los niños y a los jóvenes para eliminar esta monstruosidad de la faz Baratha Maatha (Madre India).

La India se presenta como el maestro para la humanidad gracias a la virtud, la tenacidad, la fortaleza moral de las mujeres del pasado y del presente. Ustedes tienen que mantener estas cualidades y fomentarlas para que así ella pueda sostener su cabeza en alto entre las naciones del mundo.

Los niños son las raíces del árbol Nacional.

Establezcan la condición de la madre en el hogar como la sostenedora de los ideales espirituales y, por consiguiente, el Gurú de los niños. Toda madre debe compartir en este esfuerzo la expansión y la firme manifestación de la conciencia de Dios latente en cada niño.

Los niños son los cultivos que crecen en los campos para producir la cosecha sobre la cual la nación tiene que apoyarse. Son los pilares sobre los cuales se construyen los cimientos del futuro de la nación. Son las raíces del árbol nacional, el cual tiene que dar los frutos del trabajo, de la veneración y de la sabiduría.

Los Sa
thya Sai Baala Vikas han estado evolucionando para nutrir estas raíces, fortalecer estos pilares del cimiento y fertili zar los cultivos en crecimiento. Ahora los niños se están desarrollando en una atmósfera contaminada por la corrupción, la ansiedad y la hueca ostentación, porque las personas están enamoradas de la superficial cultura material, principalmente importada del occidente. Los padres y los maestros, e incluso los líderes de la nación, están desprovistos de admiración y veneración, comprensión y práctica de los principios básicos de la cultura Barathiya; se les niega a los niños la preciosa herencia que merecen: son inducidos a ideales, pensamientos y hábitos extravagantes. ¡Son alabados por recitar Canciones de Cuna haciendo abandono de las rimas nativas! El niño educado se aparta del niño del pueblo o de los niños no instruidos.

Las personas mayores tienen una corta distancia que recorrer antes de desembarcar. Pero los niños, recuerden, tienen muchas millas por andar y llevan a la nación con ellos, ¡hacia la perdición o el progreso! Los rishis (sabios) de antaño conocían el valor de nuestra cultura, y la profunda paz y seguridad que la herencia de esa cultura puede dar en momentos de agitación y estupor. Ellos prescribieron tres disciplinas para todos, jóvenes o viejos. Declararon: Maatha dhevo bhava (consideren a la Madre como Divina), Pithru dhevo bhava (consideren al Padre como Divino), Aachaarya dhevo bhava (deja que tu maestro sea Dios). Mientras que una nación crezca con estos tres nobles ideales, nunca podrá ser arrancada de raíces y secarse. Pues la adoración de la madre como Divina, del padre como Dios y del Preceptor como Dios, hará que la generación en desarrollo aprecie la herencia, la cual es transmitida por ellos y a través de ellos. La brecha generacional no será un abismo insalvable.

Bangalore, 10/7/1974.

Uno de ustedes puede estar trabajando en una oficina, otro en una tienda, un tercero en la prensa, pero cada uno debe abordar el sadhana con devoción, disciplina y sentido del deber. No sientan que vuestro papel es pequeño y el de otra persona grande.

No se depriman cuando descubren que vuestro papel es menor, no se enorgullezcan cundo descubren que vuestro papel es uno mayor. Den lo mejor en cualquier papel que les sea asignado. Esa es la manera de obtener la Gracia.

Sri Sathya Sai