Discursos dados por Sai Baba
{SB 02} (49 de 52 discursos 1961 a 62)
46. 07/10/62 Ofrenda de despedida
7 de Octubre de 1962
Prashanthi Nilayam
Poornaahuthi
El Bhagavatha fue el tema del discurso de Kalluri Virabhadra Sastri hoy, pero no deben pensar que está desvinculado del sacrificio del Vedapurusha Sapthaha jñana, pues el Bhagavatha contiene la esencia de los Vedas. Éstos, himno tras himno, hablan de la gloria de Dios, conocido de distintas maneras: Indra, Varuna; Mithra, etc. Todo es adoración llena de devoción por Dios, a quien los Vedas mismos proclaman como Uno, «aun cuando dotado de nombres diversos». El Bhagavatha es la esencia de los Vedas expuesta de una manera fácil de asimilar por todos. Es sólo una rama de la literatura védica y, como tal, parte inseparable de la tradición védica. La misma sangre fluye por este miembro; esto hace bellos y encantadores los Vedas.
Del mismo modo que a los jóvenes se les muestran imágenes y se les enseñan los nombres de los objetos que éstas representan, el Bhagavatha instruye acerca de lo imperecedero a través de lo perecedero. No pueden llegar a lo sutil sin experimentar lo denso, sin servirse de lo burdo como agente. Después de elevarse hasta las alturas de la conciencia mediante lo material, tienen también que saturar lo material de conciencia, de manera que se desvanezca toda diferencia. En la meditación, la imagen que se percibe primero debe ser transformada en la representación de la imaginación purificada, y ésta, a su vez, refinada hasta el único y sutil principio abstracto. Sólo entonces puede trascenderse la Forma sobre la cual se medita y obtenerse la más alta visión de la belleza, la sabiduría y la fuerza universales. El Bhagavatha ayuda a esta educación espiritual, llevando al estudiante a través de todas las lecciones desde la primaria hasta el posgrado.
La mayoría de ustedes soslaya siempre el significado verdadero de las leyendas, cuentos y descripciones de las antiguas escrituras. El loto de Brahma no es el tallo que crece en el lodo y se eleva por encima de las aguas para recibir los rayos del Sol y florecer, sino el loto de múltiples pétalos del corazón, cada uno de los cuales es la dirección en que una tendencia particular atrae al individuo. El toro sobre el cual se dice que cabalga Shiva no es el animal conocido por ese nombre, sino el símbolo del dharma, de la rectitud, que tiene las cuatro patas de la verdad, el dharma, la paz y el amor. Gopala no pastoreaba el ganado: protegía y alimentaba a los individuos, conocidos también como «go». En el estudio de los Vedas deben buscar el significado que complace al corazón, y no contentarse si el significado satisface a la cabeza. Una frase tal vez sea gramáticamente correcta, mas quizá sea un mero disparate.
Por ejemplo, mientras Ganapathi Sastri describía la razón por la cual se recomienda la tierra de los hormigueros para formar el montículo del sacrificio, dijo que las hormigas blancas son consideradas dueñas de una potente destreza latente que es puesta al servicio de los dioses, pues en una ocasión se comieron la cuerda del arco de Vishnú. Al perder la tensión, un extremo del arco de Vishnú golpeó el mentón de Éste y el impacto le cortó la cabeza y la lanzó al cielo. Ahora bien, si referimos esta historia aplicándola al Señor Vishnú que se conoce también como Narayana, luego es algo que empequeñece la gloria de Dios. Pero tómenla como aplicable a Narayana en su aspecto todopoderoso, todo envolvente de la divinidad. ¿Cómo aceptar la explicación de que las hormigas blancas se han comido la cuerda? La razón es que los dioses querían pinchar la burbuja del orgullo de Vishnú. Pero ¿es posible acusar de orgulloso a Narayana? ¿Pueden los dioses urdir el comisionar a las hormigas blancas para actuar en forma tan taimada para quitarle la cabeza? No. La narración se refiere obviamente a un dios, un devatha, uno entre los muchos que moran en el paraíso védico, que lleva el nombre de Vishnú, es todo. No hay necesidad alguna de reducir la grandeza de Narayana identificando al dios menor Vishnú con el jefe mismo de los dioses. Prefieran el significado que eleva y estarán siempre en lo cierto.
Tienen que rastrear su linaje y estar orgullosos de él. Del Paramatma descendió la raíz de la naturaleza (mula prakrithi) con la aparición de la maya; del material de esa ilusión se originó el éter (akasha)„ del cual surgió el fuego (agni) y de éste el aire (vayu), que trajo el agua (jala), de la cual resultó la tierra. En ésta, mediante una combinación de los cinco elementos, se produjo este tabernáculo del Paramatma que son ustedes. Esta misma escalera debe ser ahora ascendida a fin de alcanzar al Paramatma, el origen de todo. Hay, pues, un programa de estudios metódico para la promoción del aspirante espiritual dado en esta forma en los Vedas y a modo de un elaborado relato en el Bhagavatha.
No admito que Me digan que son ateos, que no tienen fe en el Señor. Pues, ¿cuál es el motivo de esa fe en ustedes mismos? ¿Quiénes son para que deban creer en ustedes mismos? No. Hacen esto porque su ser mismo es Dios y tienen, muy en el fondo, una inquebrantable fe en Dios. La fe en ustedes mismos y la fe en Dios son idénticas. Cuando se oponen a un enemigo externo ustedes hacen uso de la fuerza del Dios que llevan dentro. Por eso hay un persistente murmullo interior que los conmina a usar esa fuerza en el camino de la misericordia, de la caridad, del espíritu de servicio.
Cada quien se irá de aquí cuando haya gastado las provisiones que ha traído u obtenido. Mas para entonces logren el propósito de toda esta molestia de la llegada, del viaje, del acumulamiento y del gasto: o sea la realización de la felicidad suprema, terminando con este círculo vicioso de nacimientos y muertes.
En este instante cambien sus hábitos y su conducta para mejorar. Esta es la medida de su sinceridad. Tengan fe y constancia. No pueden embaucarme nada más con fingir. El cruzar los brazos y el derramar lágrimas no harán que los acepte como devotos. Si tratan de emprender caminos tortuosos pretendiendo ser lo que no son realmente, el castigo será mayor a fin de curarles también de ese defecto.
Mañana entre las ocho y las nueve tendrá lugar la ofrenda de despedida (purnaahuthi) en el fuego sagrado. Es un momento precioso en todo sacrificio; la ofrenda final es considerada la culminación del ritual. Pero deben tener una cosa en mente: no soy Yo el que ha mandado hacer este sacrificio: soy quien está recibiendo las ofrendas de él.
Veo a muchos de ustedes afanándose por obtener artículos de Bangalore o de Anantapur, como madera de sándalo, oro, piedras preciosas, etc., para ser puestos en el fuego sacrificial al hacer la ofrenda final. No permito que nadie haga esto. Es fácil botar unas cuantas rupias y comprar algunos objetos materiales en alguna tienda y traerlos aquí, lanzarlos al fuego y salir diciendo que han hecho un gran acto de sacrificio. Les pondré una tarea más difícil; no van a poder salir del paso haciendo algo fácil.
Quiero que en el momento en que se haga la ofrenda final en el fuego, todos ustedes se levanten y ofrezcan reverentemente al mismo fuego cada una de las cualidades malas que tienen: sus errores, sus defectos, las tentaciones, las transgresiones… búsquenlas hoy, sáquenlas de sus escondrijos, tráiganlas aquí mañana bien empacadas, y con una sola exhalación final de esfuerzo mental tírenlas al fuego en el instante en que se eleven las llamas de la ofrenda final. Esto es lo que deben aportar a este sacrificio. Eso y nada más, pero nada menos.
Los pandits que han hablado les han hecho un gran servicio. Agradézcanselo. Les han dado una imagen clara de la gloria y del esplendor de la Madre Veda que es la forma verdadera de la Madre India. Sólo les diré una cosa: puesto que ellos Me han dado alegría, también a ustedes se las han dado, pues estoy en cada uno de ustedes.