Discursos dados por Sai Baba – 46. 20/12/67 La verdad y el amor

Discursos dados por Sai Baba

{SB 07} (41 de 48 discursos 1967)

46. 20/12/67 La verdad y el amor

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 06 cap. 28 )

La verdad y el amor

20 de Diciembre de 1967

Ernakulam, Kerala

ESTA CONFERENCIA DE Funcionarios de las Organizaciones Sathya Sai del Estado de Kerala ha sido convocada a fin de evaluar cómo están poniéndose en práctica en toda la India las resoluciones tomadas en la Conferencia de Madrás, y a fin de preparar a las Organizaciones para la Conferencia Mundial que se celebrará en mayo de 1968. He venido aquí entre ustedes porque ésta es una ocasión apropiada para darles la alegría del darshan. Ustedes saben que estas organizaciones, los comités de servicio y de cantos devocionales, son para despertar en el hombre la conciencia de la divinidad inherente en él y para alentarlo a cultivarla para que él pueda florecer en un verdadero practicante y luego en un desprendido, virtuoso y sabio devoto, y finalmente en una personalidad liberada fundida en lo Supremo. Son alrededor de ciento cincuenta; su presidente dijo que el número de organizaciones es todavía pequeño, pero yo no estoy enamorado de los números, pues ésta no es como cualquier otra organización. Ésta no busca establecer un nuevo culto o secta, un nuevo estilo para la repetición del Nombre (japa) o la meditación (dhyana), un nuevo ritual, una iniciación que separa a la gente en «discípulos iniciados» en el interior y «no iniciados» afuera. Lo que busca es controlar la cualidad de tamas, o sea la inercia, la ignorancia, y todos los males que surgen de ella, así como lo rajásico o sea la pasión, las emociones violentas, el deseo, el egoísmo y sus males consiguientes, e instilar en los hombres la verdad de que todos son hermanos en el Alma, que el extraño no es sino uno mismo

en otra vestimenta, y que el servicio a otro es el mejor servicio que uno pueda hacerse a uno mismo y eso es lo sátvico.

Todos son miembros de un solo cuerpo, alimentados por la misma sangre, impulsados por la misma voluntad, la voluntad de Dios; unidos por la misma ley divina. Ésta es la forma cósmica (Vishvarupa) que se debe ver y experimentar: Dios en todos, Dios en todas partes. Ésta los proveerá de bienaventuranza permanente.

Los sentimientos de odio, maldad, envidia y orgullo que crean la separación entre hombres que pertenecen a la misma familia, surgen de la identificación con el cuerpo. Ustedes sienten y creen que son el cuerpo; «saben» que su cuerpo está separado de los otros cuerpos; hablan de su propia hambre, sed, familia, comunidad, Estado, poniendo así límites a su amor y se engañan a sí mismos tratando a todos los que están fuera de estos limites como enemigos, extraños, competidores. Pero la fuente es una sola, el sustento es uno solo: Dios es el padre, la humanidad es los hijos. Pongan atención a la paternidad más que a la hermandad. Esto hará resaltar cada vez más la fraternidad en sus corazones y removerá el veneno de las distinciones que ha surgido debido a su ignorancia.

El hombre es un peregrino que ya ha recorrido un largo camino de nacimiento en nacimiento. El camino que ya ha transitado determina el que le queda por andar todavía. Si ha perdido su camino y vaga sin rumbo por los desiertos y selvas, le quedará una mayor distancia que recorrer todavía. Si ha avanzado rectamente, su peregrinar terminará pronto y con éxito. Cultiven el afecto por sus compañeros de peregrinaje, busquen conocer el camino correcto; aprendan a guiar y sean firmes en su empeño de llegar ala meta, seguros y rápidamente. Estas organizaciones son para ampliar su amor, para canalizar sus actividades por lineas de servicio constructivo realizado como adoración, no para dar a algunas personas más poder sobre otras o un mayor control sobre las actividades de otros miembros, o para el despliegue de la devoción de algunas personas. Todos deben estar conscientes de esto en todo momento. Ayuden siempre a los débiles y a los desvalidos en todo momento.

Ustedes tienen dos ojos en su conciencia: la verdad y la no violencia. Éstos son los guías que los llevarán a la meta, las dos luminarias el sol y la luna del firmamento interno. Si desean saber cómo deben observar la verdad en el habla, vean el Gita. Les dice que la mejor manera de hablar es la que no crea dolor, ira o aflicción a los demás. Los Shastras también dicen: «Digan la verdad, pero de manera agradable». Simplemente porque una afirmación sea bien recibida por el que la escucha, no la digan para ganarse su aprobación; si el decir la verdad va a causar dolor o aflicción, mantengan silencio. Éste es el voto de la Verdad en la vida diaria ordinaria. No sean hipócritas ni hablen con doblez. Ambas, la verdad desagradable y la falsedad agradable, deben ser evitadas. La verdad es Dios mismo, como dicen los Vedas. «Todo esto está asentado sobre la firme base de la verdad. Por eso, cuiden que ninguna traza de falsedad contamine sus actividades en estas organizaciones. La verdad es mi naturaleza, mi misión, mi mensaje. Las organizaciones que llevan mi nombre deben adherirse estrictamente a la verdad.

La no violencia es otro aspecto de la verdad. Una vez que tengan conciencia de la relación, de la unidad en Dios, de la unidad fundamental de las almas, nadie causará a sabiendas dolor o aflicción a otro. Hagan que sus organizaciones promuevan el amor, difundan amor, estén fragantes de amor y prediquen el evangelio del amor mediante el ejemplo.

Ernakulam, Kerala

20 XII 67