Discursos dados por Sai Baba – 47. 18/11/80 Educación en la era Sai

Discursos dados por Sai Baba

{SB 14} (47 de 60 discursos 1978 a 80)

47. 18/11/80 Educación en la era Sai

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 10 cap. 53 )

Educación en la era Sai

18 de Noviembre de 1980

LA EDUCACIÓN DEBE CAPACITAR a la persona para que discierna entre la luz y la oscuridad, debe fomentar y promover la preciosa riqueza de fortaleza moral y victoria espiritual y purificar los impulsos internos del hombre. El simple dominio de los libros no le da derecho a un hombre a considerarse como «educado». Sin el dominio de los instrumentos internos de la emoción, ningún hombre puede ser considerado educado. Lo latente debe ser purificado para que lo patente pueda florecer. La experiencia es esencial para la confirmación y la consolidación de lo que se ha aprendido de los libros. Pero no vemos ninguna señal de esto en el sistema educativo actual, no hay ningún intento de despertar la divinidad en el hombre, no hay ninguna conciencia de la posibilidad de elevarse al plano síquico.

El ideal puesto ante los estudiantes en nuestras instituciones educativas es diferente. Están envueltos en un proceso mecánico de sacar hombres y mujeres jóvenes que detestan el trabajo que ensucia las manos y arruga sus vestidos. Inculcan en sus corazones la pasión por la ganancia; ignoran el impulso de compadecerse y servir. La educación debe proporcionar sabiduría y carácter moral. Puede ser adquirida solamente mediante un arduo vivir, pasando días de trabajo sin ningún respiro ni para dormir. Pero la educación actual convierte a los que están sometidos a ella en simples esclavos atados a sus sentidos. No saben cómo evitar esta esclavitud. Los educados se deleitan en la envidia, la codicia y el egoísmo. Sin embargo, lo que el país espera y exige de la persona educada es que ponga el ejemplo del trabajo honesto, encendiendo la lámpara del conocimiento en cada hogar.

Cuando realmente lo analicen, descubrirán confusión, incertidumbre e indecisión en todas las secciones del sistema educativo. El remedio para esta infeliz situación está en revivir los antiguos ideales y prácticas con pequeñas adaptaciones para amoldarse a los tiempos y circunstancias que han cambiado, porque estos ideales y prácticas encierran valores que son eternos y esenciales.

Por ejemplo, aunque los rusos y los americanos se jactan de que han logrado enormes avances en los campos de la ciencia y la tecnología, uno tiene que admitir que este país había hecho grandes progresos en ellos ya desde los tiempos védicos. El Atharva Veda expresa muchos secretos tecnológicos y leyes científicas que fueron utilizados directamente por los occidentales. Los eruditos occidentales están investigando las posibilidades de las leyes exploratorias mencionadas en este texto védico. Se hace mención de vehículos aéreos, de la gravitación y de varios otros principios e instrumentos científicos. Han inspirado a muchos inventores y técnicos de otros países a través del tiempo.

Los indios se han fascinado por los países extranjeros. Admiran los logros de otros pueblos pero ignoran los suyos propios. No tienen iniciativa; ésta ha sido dominada por la «imitativa». Como lo dice el proverbio: «Prefieren el plato rancio, insípido, disponible en la casa del vecino, al plato bien cocinado, sabroso, disponible en la propia». Como resultado no pueden identificar y promover el conocimiento y la habilidad que han dominado en su propio país.

Se ha dicho que los hermanos Wright fueron los primeros que volaron en un aparato más pesado que el aire. Su vuelo fue el 17 de diciembre de 1903. Pero en realidad un alemán se había anticipado a ellos el 13 de setiembre de 1896. Debemos señalar que aún antes que este alemán, el 14 de agosto de 1895, un indio de Bombay, Shivaram Bapuji Kadalekar, había realizado exitosamente una hazaña similar. Su nombre no atrajo la admiración del público y su proeza no fue aclamada debido a la envidia, el egoísmo y la naturaleza pendenciera de nuestra gente.

La unidad de mentes, el amor natural y la cooperación, hoy en día son las cualidades que tenemos que cultivar. La educación no es para obtener títulos universitarios. Renuncien a esta loca búsqueda de diplomas que propician el ego y aumentan la distancia entre ustedes y los otros. Incrementen el deseo de servir a los demás y provéanse, a través de la educación, de la habilidad necesaria para servir mejor. La educación debe motivar a la juventud para que comprenda la preciosa herencia de la cultura y la espiritualidad hindúes y para que manifieste el poder superior que éstas poseen. Aunque en ellos existen fuentes y manantiales perennes de fortaleza, se comportan con debilidad e ignorancia. La paciencia, tolerancia, tranquilidad y calma tienen que ser inculcadas en el corazón.

La educación tiene que cultivar la humildad y la disciplina, pero actualmente sólo cosecha orgullo y envidia. Vidya significa luz (vid) y aquello que da (ya). Así que vidya o educación tiene que iluminar la oscuridad de la mente y el intelecto. No indica un simple conocimiento de libros; tiene que aclarar el parentesco entre el hombre y su íntima relación con la naturaleza, debe armonizar las anteriores experiencias con las actuales, y guiarlo, en un futuro, a experiencias provechosas y beneficiosas, debe hacer válido el conocimiento adquirido de los libros y, mediante ese proceso, hacer al hombre más y más humano, hasta que se vuelva divino.

Las riquezas que exceden un límite razonable sólo pueden ocasionar desastres. Así también, la simple erudición más allá de un límite sólo propicia orgullo y lucha competitiva. Claro que la información de determinada calidad es deseable en cierta medida, pero sin moral y conocimiento de sí mismo, la erudición es sólo una carga peligrosa. Además es muy importante crear una conciencia social; no deben vivir como una gota de aceite en un charco de agua, que se esparce sobre la superficie y se niega a mezclarse con el agua. únanse a otros y realicen tareas comunes con fortaleza y habilidad. Un hilo delgado no puede atar ni siquiera a una hormiga, pero cientos de ellos entrelazados para formar una cuerda pueden detener a un elefante. Éste es el efecto del esfuerzo común. Es un rasgo deseable cooperar por una causa común, pero hoy, la gente sólo confía en operar aisladamente.

¿Qué pueden lograr las reuniones y sesiones de los cuerpos colegiados? No se ponen en práctica los resultados a los que se llega después de extensas discusiones. Se gastan grandes sumas de dinero así como grandes cantidades de papel. Las resoluciones deben ser puestas en práctica; es mejor que se invierta el dinero para elevar el nivel de vida del pueblo. Ustedes han formado un círculo de estudios. Busquen el mejor método para traer paz y aplíquenlo en algunos pueblos para demostrar su validez. También pueden enseñar estos métodos en otros países. Los miembros del círculo deben ayudar a los estudiantes minusválidos que por razones obvias no pueden estudiar con el mismo ritmo que los demás, dándoles atención extra y guía especial.

Las nubes que se tornan espesos nubarrones en el cielo, tienen también rayos; así, debe haber sabiduría iluminando las nubes del conocimiento. La vida del hombre educado debe brillar como si fuera un mensaje a la humanidad. Cada partícula de fortaleza, momento de vida, expresión de virtud y manifestación de inteligencia, debe dirigirse a la realización de este elevado propósito.

Cuando se repite el nombre del medicamento, ¿puede curarse la enfermedad?, ¿puede abatirse a la pobreza recitando la palabra «dólar» o «rupia»?, ¿puede la lectura del menú saciar el hambre? Pasar un examen no hace a una persona más útil o más sabia. Los conferencistas y los profesores de la facultad constituyen el tanque elevado y los estudiantes son los grifos. Cuando el tanque esté lleno de agua potable, los grifos surtirán agua para que la gente pueda apagar su sed. El deber de los maestros es corregir y aconsejar
a los estudiantes, llenándolos de entusiasmo y valentía, acabando con la pereza y la vacilación. Éste es el objetivo primordial de todo plan de estudios y la impartición de clases; eliminar la estrechez de miras y promover amplias formas de pensamiento, palabras y actos. La fe en la unidad debe estar fuertemente arraigada. Las Upanishads declaran: «Todo esto está cubierto por el Señor», y el Gita declara: «Todo esto es el Señor», y «El Señor está en todos los seres». Consideren a cada estudiante como un hijo que está ansioso por aprender y a cada materia que impartan como un medio para inculcar fe en Dios. Cuando enseñen física, conduzcan también a los estudiantes al magnífico misterio de la filosofía. Mientras enseñan botánica, guíenlos para que penetren en los secretos sublimes del árbol y del creador que los ha bendecido con él. La vida es un árbol y la relación mutua que cultivamos y apreciamos está simbolizada por las ramas y las hojas; los pensamientos son las flores; la bienaventuranza es el fruto y la virtud es el dulce jugo que contiene. El árbol se mantiene firme debido a las raíces que lo alimentan; estas raíces simbolizan fe y confianza en el Ser.

Actualmente, la disciplina casi ha desaparecido del campo educativo. Declarar una cosa y hacer otra se ha vuelto un vicio universal. La nación sólo puede prosperar y ser feliz cuando la educación se desarrolle en una atmósfera de verdad, amor y reverencia.

Círculo de Estudios Sathya Sai, 8angalore

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