Mensaje de la pizarra de Prashanti Nilayam del día 05 de octubre de 2020

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Cada cosa tiene su Dharma. El agua tiene como su Dharma la naturaleza y la obligación de moverse. El fuego, el Dharma de quemar y consumir, y el imán, el de atraer hacia sí. Cada uno de ellos mantiene su Dharma sin cambios, incluyendo al sistema solar y las estrellas en el firmamento. Entre las cosas dotadas de conciencia o Chaitanya —las plantas y los árboles, los insectos, las aves, que nacen de huevos, o los mamíferos— todos han logrado atesorar sus Dharmas específicos sin que los afectara el paso del tiempo. Sin embargo, el ser humano, cuya inteligencia abarca desde lo inerte y lo infinitesimal hasta la supraconciencia y lo universal, es la única cosa viviente que ha resbalado y se desliza cuesta abajo. Se desdeña la experiencia de muchas generaciones de buscadores que exploraron los medios para el contento y la alegría, encarnada en los preceptos para la vida práctica llamados colectivamente Shaastras, mientras que novedosas panaceas se recomiendan y prueban en una vasta escala. (Discurso, 15 de abril de 1964)