Mensaje de la pizarra de Prashanti Nilayam del día 29 de diciembre de 2020

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Encarnaciones del amor: todos nacen en este mundo por voluntad de Dios. Habiendo nacido como seres humanos, tenemos que percatarnos de la Divinidad en nuestro interior. Cada ser humano es un mensajero de Dios. El principal deber de cada individuo, como mensajero de Dios, es practicar y propagar los principios de la verdad, el amor y la paz, experimentar la bienaventuranza y compartirla con los demás. Quien propaga lo mundano, pasajero y efímero no puede llamarse mensajero de Dios. No debemos desperdiciar la vida solo en comer, beber y dormir. De hecho, una vida así es una mancha en la naturaleza humana misma. Tenemos que superar dificultades para tener éxito en la vida. Cada actividad debe reflejar el mensaje divino. Ven a muchas personas que sufren. ¿De qué modo los están ayudando? Den felicidad a aquellos que sufren. Consideren como trabajo de Dios toda actividad que realicen. (Discurso, 25 de diciembre de 1998)