El valor del Nombre y la Forma consiste en el adiestramiento que ellos dan a la mente. ¿Qué necesidad hay de adiestrar a un caballo que ya fue adiestrado? El caballo que no ha sido adiestrado es al que se enseña por medio de tantos métodos. De manera similar, tenemos la oración, los cantos devocionales, la repetición y el recuerdo del Nombre, para domesticar la mente indisciplinada. En las etapas iniciales, el caballo corre en todas direcciones pero el adiestrador no se preocupa; él debe sujetar las riendas con firmeza. Naturalmente, la mente también corre en todas direcciones cuando ustedes comienzan la práctica de la recordación y repetición del Nombre, pero no deben dar lugar a la desesperación, la ansiedad o la indecisión. ¡Aférrense a las riendas: el Nombre (nama)! En poco tiempo sus palabras y pensamientos estarán bajo su control. Solamente, no permitan que se acerque a ustedes nada que pueda hacerles olvidar el Nombre del Señor. Se darán cuenta de los beneficios del Nombre a su debido tiempo. – Sathya Sai. Dhyana Vahini, capítulo 8.