Mensaje de la Pizarra de Prashanti Nilayam del día 30 de agosto de 2023

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La flor que se ha de ofrecer a Dios es un corazón puro, libre de toda mancha y de malas tendencias como la lujuria, la ira y el orgullo. El fruto a ser ofrecido es una mente libre de todos los malos pensamientos y sentimientos. Debe estar llena del dulce jugo de la bondad. El agua que debe ofrecerse a Dios es el agua que brota de los ojos por la dicha de experimentar a Dios. Las lágrimas son de dos clases: lágrimas nacidas del pesar resultante de los apegos, y lágrimas que surgen espontáneamente de Ananda (experiencia de bienaventuranza de lo Divino). Hagan de Dios su aliento vital, la dulzura de su existencia. Con tan sagrados sentimientos el emperador Bali se ofreció al Señor, quien había aparecido como Vamana. Las personas hacen todo tipo de ofrendas a Dios. La más grande de todas ellas es ofrecerse a uno mismo. Eso es exactamente lo que hizo Bali. Él declaró: «¡Oh Señor! Te estoy ofreciendo el corazón que Tú me has dado. ¿Qué más puedo ofrecerte? Por favor, acepta mi ofrenda a Tus pies». Bali es un ejemplo de sacrificio supremo. ¡De esta manera complació a Dios! – Sathya Sai. Discurso, 5 de septiembre de 1995.