Discursos dados por Sai Baba – 01. 01/01/03 Luchar por la unidad, la pureza y la divinidad

Discursos dados por Sai Baba

{SB 36} (21 discursos 2003)

01. 01/01/03 Luchar por la unidad, la pureza y la divinidad

«ESFUÉRCENSE POR LA UNIDAD, LA PUREZA Y LA DIVINIDAD»

1 de Enero de 2003

Sai Kulwant Hall – Prasanthi Nilayam

Año Nuevo

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“El intelecto, la educación, el saber prolífico,

la victoria en las batallas verbales,

el vencer al adversario en la lucha física,

el ejercer soberanía sobre vastos reinos,

el tener caridad profusa en ganado y oro,

una agudizada visión para contar las incontables estrellas,

el enumerar cada una del sin número de criaturas,

el obtener los óctuples místicos poderes,

o hasta el pisar el polvo lunar,

todos éstos son fáciles de alcanzar para el hombre fuerte.

Pero el restringir los impulsos del cuerpo y de sus partes,

el voltear los sentidos hacia dentro,

difícil en gran medida es alcanzar la visión y

detener la mente en la paz suprema”.

(Poema en telugú)

“Una hábil lengua seduce hasta a la diosa de la riqueza,

una dulce lengua gana familia y amigos,

la lengua es la que ata la vida en nudos,

una lengua viperina produce muerte instantánea”.

(Verso en Sánscrito)

¡Encarnaciones del amor!

Aunque fue provisto del sagrado poder del habla, el hombre es incapaz de hacer el uso apropiado de él. Ninguna otra forma de vida tiene el poderoso intelecto y la capacidad para la paz interna como el ser humano. En este mundo, todo objeto tiene cinco aspectos, a saber, ser, conciencia, bienaventuranza, forma y nombre (sat, chit, ananda, rupa y nama). El ser, la conciencia y la bienaventuranza son los tres atributos centrales de un hombre. Son naturales y eternos. El nombre y la forma son transitorios. La ilusión de que el nombre y la forma son permanentes conduce a la humanidad a desperdiciar su preciosa vida.

En este mundo, hay dos tipos de intelectuales. El primer tipo es el de los científicos que son totalmente materialistas en su visión. Tienen la mente enfocada sólo a metas y ganancias físicas y mundanas. Están fascinados por la apariencia externa de un árbol gigantesco con sus numerosas ramas y ramitas, pero no están interesados en encontrar sus ‘raíces’. Los vedantinos o filósofos son el segundo tipo de intelectuales que no están fascinados por la apariencia externa del árbol sino que muestran gran deleite en encontrar las ‘raíces’. La gente de mente mundana desperdicia su tiempo en regar las ‘ramas’, mientras que los vedantinos, riegan las ‘raíces’ y así disfrutan de los ‘frutos’.

Una vez, los demonios (asuras) y los semidioses (devas), batieron el océano de leche con la esperanza de adquirir la ambrosía divina, el amrita o néctar de la inmortalidad. Usaron la montaña Manthara como palo de batir. Pero, inicialmente, tuvieron que lidiar con la emergencia del mortal veneno. Los demonios se frustraron y desanimaron al ver emanar el veneno en vez del néctar. Querían abandonar el batido. Pero los semidioses continuaron con el batido con valor y determinación y sus sostenidos esfuerzos produjeron ricas recompensas en la forma de la diosa de la riqueza, Lakshmi, Devi, Airavata, el divino elefante blanco, Kamadhenu, la vaca colmadora de deseos, Kalpatharu, el árbol colmador de deseos y, por último, la misma ambrosía divina. De la misma manera, el hombre debe batir su mente y tratar de conocer su verdadera identidad. No debe dejarse detener o deprimir por los impedimentos y obstáculos iniciales que plagan su camino.

El Ser, la Conciencia y la Bienaventuranza (Sat-Chit-Ananda) son la misma naturaleza del hombre, pero el hombre lo ha olvidado y está desperdiciando su tiempo en la vana persecución de placeres efímeros. No es capaz de darse cuenta del valor de su naturaleza innata, que es precisamente Sat-Chit-Ananda. Una vez que tome conciencia de su valor y lo experimente, él puede alcanzar cualquier estado de exaltación. De hecho, él puede volverse verdaderamente Dios. El hombre podrá realizar cualquier tarea por extraordinaria que sea cuando logre tomar conciencia de su naturaleza divina. El poder latente en el hombre no se encuentra en ninguna otra parte. Todo hombre ha sido provisto de los tres atributos de Sat-Chit-Ananda, pero al estar enmarañado en la telaraña de la ilusión, considera que el ‘nombre y la forma’ son reales, ignorando sus cualidades innatas de Sat-Chit-Ananda. Primero que todo, lo que el hombre tiene que reconocer es su propia naturaleza divina innata. Pero, él no está haciendo ningún esfuerzo en esta dirección. Se ha vuelto esclavo de sus sentidos y está desperdiciando su tiempo en cosas triviales. El deber primordial del hombre, por lo tanto, es comprender de manera apropiada su naturaleza humana innata y, luego, ponerla en práctica.

El valor y la significación de la naturaleza humana están más allá de toda estimación. Sólo cuando practiquen los valores humanos será redimida su vida. El hombre no es sino una chispa de Divinidad. Por esto el Señor Krishna dijo en el Bhagavad Gita “El eterno Atma en todos los seres es parte de Mi Ser” (Mamaivansho Jîvaloke Jîvabhutah Sanatana). De hecho, la voz interna (antarvani) sigue recordándole al hombre su naturaleza divina cada día. Sólo que él no está haciendo ningún esfuerzo por escuchar su voz interna. Él ansía objetos físicos y efímeros, olvidando su propia naturaleza divina y así, distanciándose de la meta última de la vida. Los nombres y formas son momentáneos como burbujas de agua. Él se deja engañar por los nombres y formas y está perdiendo la muy preciosa gema de su divinidad. El hombre está provisto de infinito poder divino. Un trozo de hierro candente puede ser puesto a mejor uso que el fuego mismo. El cuerpo puede compararse a un trozo de hierro y la divinidad dentro del mismo, al fuego. Por lo tanto, el hombre debe comprender esta verdad y hacer el uso apropiado de su cuerpo.

¡Encarnaciones del Amor!

Al iniciarse un nuevo año, la gente está llena de esperanzas y aspiraciones. En realidad, deberían considerar cada momento como el inicio de un Año Nuevo. Los nombres y formas no tienen valor sin las virtudes eternas. El hombre sufre de varios males, algunos internos y otros, externos. Un doctor puede curar los males externos. El sentimiento átmico es el único remedio para todos los males internos. Deben hacer esfuerzos por conocer el principio del Atma. El Atma es un sinónimo por Brahmán que no es otra cosa que la Conciencia (chaitanya) que permea cada ser humano. El hombre tiene un nombre y una forma, pero esa Conciencia (chaitanya) no tiene forma. La conciencia que está presente en el cuerpo humano es llamada ‘conciencia’, pero la chaitanya todopenetrante es llamada ‘estado de conciencia’. Cuando el hombre comprende el principio de la unidad en la diversidad, la ‘conciencia’ se transforma en ‘estado de conciencia’. A pesar de estar provisto de ese sagrado poder, el hombre se deja engañar por los caprichos del mundo. Él le da importancia al Año Nuevo que es pasajero, cuando él debería darle importancia al inmutable ‘Tiempo’ y santificarlo con un uso apropiado del mismo.

En este mundo, sólo la verdad y la bondad permanecerán con nosotros por siempre. Su valor no puede ser cuantificado. De modo que debemos esforzarnos por desarrollar la verdad y la bondad en nosotros. No debemos anhelar nombre y fama. Por ejemplo, no debemos estar bajo el engaño de que estamos proveyendo agua del Ganges telugú a Chennai (Madrás). El agua no es algo que uno da a otro. Es el don de la naturaleza para todos. Cada cual obtiene su parte basado en su merecimiento (prapti). Las actividades del hombre dan el resultado deseado sólo cuando el tiempo (kala), la acción (karma), la causa (karana) y el deber (kartavya), están en armonía los unos con los otros. Por ende, el hombre debe hacer sinceros es
fuerzos y esperar por el momento correcto. Cuando la acción fructifica, debe utilizarlo de acuerdo con el tiempo y las circunstancias.

Los muchachos (antiguos estudiantes de Swami) están haciendo muchas obras buenas. Van a varias aldeas y les dan felicidad a las gentes allí haciendo actividades de servicio y cantando bhajans. Deben emprender todas esas actividades con el espíritu de amor. No hay nada más grande que el amor. Deben llevar sus vidas llenándolas de amor altruista.

¡Encarnaciones del amor!

Las actividades de servicio y los bhajans que realizan por sí solos no son suficientes. Deben desechar el sentimiento de que están sirviendo a otros. Esto es muy importante. Están sirviendo a su propio ser cuando sirven a otros. Deben considerar a todos como suyos. De hecho, los otros no son otros, sino las formar mismas de Dios. Por ende, el servicio hecho a la humanidad es servicio hecho a Dios. Todas las actividades de servicio son con el fin de promover este sentimiento en ustedes. Deben dedicarse al campo del servicio con amor desinteresado. Sólo eso es verdadero servicio. Todas las demás actividades de servicio son mundanas y momentáneas.

¡Estudiantes!

Están bajo la noción errónea de que están rindiendo un servicio a los demás. Deben dejar este sentimiento a un lado. Sólo entonces se volverá el servicio que realicen un servicio real en el estricto sentido del término. El servicio no significa meramente el ayudar a otros. La mejor manera de amar a Dios es amar a todos y servir a todos. Sus actos de servicio deben estar bañados con el espíritu del amor. Sin el aspecto positivo del amor, todo servicio que rindan se volverá negativo.

Todos los cuerpos son como bombillos y el amor es el interruptor principal. Sólo cuando se presiona el interruptor principal es que los cuerpos irradian luz y felicidad para todos. Ustedes están apagando el interruptor principal y tratando de disfrutar de felicidad. Es imposible. Hrid + daya (compasión) = hridaya (corazón). Su corazón debe estar lleno de compasión. Todas actividades deben estar llenas de amor. No hay fuerza superior al amor. Nuestros antiguos sabios y visionarios solían vivir en densas selvas entre animales salvajes. No llevaban armas consigo, pero se podían mover por doquier sin ningún sentido de temor. ¿Cuál era la fuente de su valor? Poseían la única arma del amor que los protegía de los animales salvajes. La antigua cultura de Bharat es divina, de lo más preciosa, maravillosa y llena de bienaventuranza. Pero no están haciendo ningún esfuerzo por comprender su grandeza. De hecho, la están despreciando. Están engañados por las diferencias basadas en casta y cultura. De hecho, hay una sola casta, la casta de la humanidad. El amor que se origina en el corazón es la verdadera religión. La humanidad entera es una sola familia. Todos son hermanos y hermanas. El mundo entero es una sola mansión. Es imposible describir en palabras la felicidad que experimentarán cuando desarrollen esa amplitud de mente. Por esto, hagan todos los esfuerzos por visualizar la divinidad en la humanidad.

La creación de Dios es de lo más maravillosa y misteriosa. Hay innumerables estrellas en el cielo. La luz emitida por algunas de ellas no ha llegado a la tierra aún, a pesar del hecho de que la luz viaja a la velocidad de miles de millas por segundo. Siendo así, pueden imaginarse la distancia entre la tierra y las estrellas. ¡Si la creación misma es un fenómeno tan infinito e indescriptible, cuán extraordinario y poderoso debe ser el creador!

“Las historias del Señor son maravillosas y sagradas en todos

los tres mundos. Son como las hoces que cortan

las enredaderas de la esclavitud mundana.”

(Poema en Telugú)

Las historias de Dios no pueden ser descritas en meras palabras. El hombre lo imagina y describe basado en sus propios estimados. En verdad, Dios está más allá de toda definición. Hay varios tipos de experiencias (pramanas) en este mundo. Son la experiencia directa (pratyaksha pramana), la experiencia basada en la inferencia (anumana pramana), la experiencia basada en la dualidad (dvaita pramana), y la experiencia basada en la no-dualidad (advaita pramana). Puesto que Dios está más allá de todas estas experiencias, Él es conocido como inconmensurable e indefinible (aprameya). Dios está presente en el corazón de cada hombre con todos Sus poderes divinos. La belleza y grandiosidad de Dios no se puede describir en palabras. Él es alabado como “Hiranyagarbhâya namaha” lo que quiere decir “Salutaciones ante el del útero dorado”. Hiranya significa oro. Está presente en Su corazón. Lo mismo que la esencia del alimento que se coma es suministrada a todas las partes del cuerpo, el oro permea todo Su cuerpo. Por ende, Él es el más hermoso Uno. Él es la base primordial de todos los seres. Todo sucede de acuerdo a Su Voluntad. Como Él es el creador de todos los seres, se Le llama Prajapati. Como Él es el más inteligente, Él es llamado Dakshinamurti. A su manera, Dios tiene infinitos nombres. El hombre Le atribuye nombres y formas a Dios basado en su limitada comprensión y así Lo adora. “Dios carece de atributos, es puro, la morada final, eterno, inmaculado, iluminado, liberado y la personificación de lo sagrado”. (Nirguna, nirañjanam, sanatana niketanam, nitya, suddha, buddha, mukta, nirmala svarupinam) Teniendo ese principio divino presente dentro de su propio ser, ¿por qué se considera el hombre pequeño y débil? Deben desechar ese sentimiento de inferioridad. No hay ser más grande que el ser humano. De hecho, la divinidad es inmanente en toda la humanidad. Pero, desgraciadamente, consideran ese nacimiento humano sagrado como trivial. Así como lo piensan, así se volverá. Estos mezquinos pensamientos son el resultado de su mezquina mente.

Si ven que emerge humo de las colinas, es una indicación que hay fuego. Si ven el fuego directamente, esto se llama una experiencia directa (pratyaksha pramana). Si ven sólo el humo y no el fuego, presumen que hay un fuego detrás del humo. Es sólo una posibilidad. Esto es una experiencia presuntiva (anumana pramana). Es posible que a veces la niebla parezca ser humo, y que no haya realmente ningún fuego en las montañas. Por lo tanto, la experiencia inferida da lugar a duda.

El amor es la única experiencia directa (pratyaksha pramana) de la divinidad en un ser humano. Si surge una pregunta acerca de dónde está Dios, la respuesta inmediata es que Dios es amor y el amor es Dios. Similarmente, la verdad es Dios. No hay nada más grande que la verdad. No hay divinidad más alta que la verdad. La verdad es todopenetrante. Los países pueden ser diferentes, pero la verdad es una y única. No hay nada como una verdad americana, una verdad japonesa, una verdad alemana, etcétera. El hacer tal distinción es de la naturaleza de la gente de mente mezquina. No somos mezquinos y malos. Somos personificaciones de lo infinito. El hombre debe siempre acordarse de que él es la personificación de la verdad, la personificación del amor, la personificación de la bienaventuranza, etcétera. El hombre tiene una capacidad infinita de pensamientos espirituales y de emprender una búsqueda espiritual. Pero, ¿se da él cuenta de su verdadera naturaleza?

Tomen, por ejemplo, un puñado de arena del mar en un plato. Los científicos determinan que la arena pertenece a tal o cual país sobre la base del color y peso en la arena. Pero, los filósofos no piensan de esta manera en absoluto. Dicen que es la creación de Dios y la maya o ilusión de Dios. Así, hay un abismo de diferencia entre las percepciones de los científicos y las de los sabios. La ciencia es como un medio círculo. Empieza en algún lugar y termina en algún otro lugar. Pero, la espiritualidad se origina y termina en el mismo punto de origen. Es un círculo completo. Es verdaderamente la Divinidad. Por esto se dice:

“Purnamadah Purnamidam Purnat Purnamudachyate.

Purnasya Purnamadaya Purnameva Avashishyate.”

“Aquello e
stá pleno, esto está pleno.

Si se saca lo pleno de lo pleno, lo que queda es de nuevo lo pleno.”

Esa divinidad que es la incorporación de la plenitud está inmanente en cada ser humano, pero, desgraciadamente el hombre no está haciendo ningún esfuerzo por realizar la divinidad que tiene dentro de sí. ¿Quién está protegiendo su cuerpo cuando está profundamente dormido? ¿Cómo funciona el cuerpo perfectamente, aun sin que él lo sepa? Nadie sabe. Dios es el responsable por la creación, la protección y el mantenimiento – por todo. Ese poder divino está inmanente en cada ser humano. A pesar de esto, el hombre está deprimido en tiempos de dificultades y está animado en tiempos de alegría. Pero, esto no es la meta de su vida. Su verdadera meta es mantener un perfecto estado de ecuanimidad en todo momento y no dejarse atrapar en las ‘aflicciones y alegrías’. El placer es un intervalo entre dos dolores. Por lo tanto, no necesitan ir en busca del placer, pues está dentro de nosotros. De hecho, ustedes mismos son personificaciones de la bienaventuranza.

¡Encarnaciones del amor!

Estén siempre felices y alegres, pues su naturaleza innata es la bienaventuranza. No necesitan ir en busca de la felicidad. La bienaventuranza emerge del Atma. Cuando quiera que la deseen, la obtendrán. La felicidad es unión con Dios. Por lo tanto, estén siempre en la compañía de Dios. Una vez que estén en la compañía de Dios, la felicidad los seguirá como una esclava. Hoy en día, el hombre está buscando la felicidad, y, en el proceso, se vuelve esclavo de la felicidad. Esto no es correcto. De hecho, la felicidad debe volverse esclava de ustedes, pues ustedes, son en verdad personificaciones del divino Atma. Créanlo o no, Swami esta siempre lleno de bienaventuranza. Ustedes también pueden experimentar tal estado de bienaventuranza. No deben ir en busca de la felicidad. En lugar de ello, la felicidad debe seguirles adondequiera que vayan. Hanuman era un gran héroe en el episodio del Ramayana. Él era valiente, poderoso e invencible. Él poseía buenas cualidades de carácter y paz. Él estaba siempre feliz y alegra, cantando el divino nombre de Rama. Ustedes también deben desarrollar tales nobles cualidades. Primero que todo, deben volverse seres humanos en el verdadero sentido. Deben desarrollar bondad hacia todos. Sólo entonces merecerán ser identificados como pertenecientes a la humanidad.

¡Encarnaciones del amor!

Están adquiriendo un alto nivel de educación mundana. Están leyendo varios grandes libros. Están adquiriendo grandes poderes. Pero todos éstos son efímeros y evanescentes. Por lo tanto, mantengan siempre sus pensamientos firmemente fijados en el divino poder que llena sus corazones de bienaventuranza. El poder divino es infinito. Cuanto más contemplen lo divino, tanto más y más se multiplicará la bienaventuranza. Si tienen dentro de sí este infinito poder divino, ¿por qué han de ser expuestos a dificultades?

Hoy nuestros antiguos estudiantes se han reunido aquí. Están emprendiendo varios tipos de actividades de servicio en varias partes del país y hasta en el exterior. Derivan gran placer de esta actividad de servicio. Swami opina que deberían confinarse a sus propias áreas y rendir servicio a la sociedad, dentro del alcance de sus medios. No es ni bueno y ni necesario asociar a otros a su actividad de servicio, lo cual la volverá un negocio. En lo posible, deben emprender tales actividades en sus respectivas aldeas y darles felicidad a ellos. En las áreas rurales hay un vasto campo para diferentes actividades de servicio. Hace algunas décadas, algunas personas invitaron a Swami para que se mudara a ciudades más grandes como Misore, diciendo que le proveerían un gran palacio. Pero, en lo que a El respecta, Swami no necesito palacios. Debe quedarse en esta pequeña aldea. No ha abandonado Su lugar de nacimiento. Sólo en un lugar tal es que pueden emprenderse grandes tareas. Así que rehusó moverse de Puttaparthi, que entonces era una remota aldea sin facilidades modernas. En aquellos días, si uno visitaba Puttaparthi, uno tenía que bajar del tren en Penukonda, que era el punto más cercano del ferrocarril y entonces viajar a este lugar en una carreta de bueyes. Así eran los transportes en aquellos días. Pero ahora uno puede llegar directo a Puttaparhi cómodamente por aire. En aquellos días uno tenía que ir a Anantapur en autobús para obtener servicios médicos. Ahora tenemos un hospital de Superespecialidades a nuestra puerta. Así, todas las facilidades modernas están ahora disponibles en esta aldea de Puttaparthi. Por lo tanto, no hay mejor lugar que una aldea para vivir. Las aldeas son los más valiosos activos de una nación. Si sirven a los aldeanos de manera apropiada, nada puede ser un mayor servicio que ése. Grama Seva es Rama Seva (El servicio a la aldea es servicio a Rama.) No hay satisfacción en el servicio emprendido en las villas y ciudades. La gente urbana es indiferente y autocentrista. Si un ladrón entra a una casa vecina, ni se molestarán. Por el contrario, en las aldeas, aun para una pequeña conmoción, todos los aldeanos se reúnen. Este tipo de unidad y camaradería existe todavía en las aldeas. Donde hay unidad, allí hay divinidad. Donde hay divinidad, allí hay bienaventuranza. Por ende, trabajen sinceramente por el desarrollo de la aldea en la cual estén colocados. Así, todos ustedes deben trabajar por el desarrollo de sus respectivas aldeas. Sus actividades no deben ser como actividades políticas. Al asociarse varios tipos de personas, esto se vuelve una actividad política. Swami no esta feliz con esto. Júntense para cantar bhajans dondequiera que se encuentren. Pero no permitan el separatismo. Todos deben estar unidos. Dondequiera que estén, emprendan actividades de servicio con un espíritu de cooperación y unidad. No den notas discordantes. Desde tiempos antiguos, la India ha sido un país apacible y todos los indios eran unidos como una gran familia. Pero, ¿cuál es la posición ahora? En días pasados, si alguien visitaba una aldea, todos los aldeanos solían reunirse a su alrededor y preguntaban amorosamente por su bienestar. Ahora, ese espíritu de amor y de unicidad está totalmente perdido. Dondequiera que van, encontrarán diferencias y tensiones hasta por asuntos triviales. Especialmente, después de la independencia, hay motines y perturbaciones en casi cada parte del país. La santidad de la vida humana parece haberse perdido totalmente. La vida humana no tiene valor. Las gentes se matan como hormigas y mosquitos. Éstos son actos inhumanos y demoníacos. Esto no es lo que se espera de unser humano. Deben transformar el poder divino latente en ustedes en destreza para emprender el servicio a la sociedad. Cuando el conocimiento es convertido a destreza, adquieren equilibrio en la vida. En ese estado de ecuanimidad, desarrollarán la percepción divina. Con tal percepción y poder divino al emprender alguna actividad de servicio, será de lo más fructífera y benéfica para la sociedad.

Cada aldea en el país tiene que ser desarrollada en todos los respectos. Han venido de Hyderabad, Madrás, América, etcétera, para participar en la actividad de servicio. ¿Cuál es la necesidad de esto? No es una feria donde diferentes personas de diferentes partes se reúnen para vender sus productos. Dondequiera que estén, desarrollen su área con su servicio. La gente de un lugar puede hasta ir a otro lugar para desarrollar ese lugar. Pero esta clase de mezcla de gentes de diferentes áreas adultera el propósito mismo. Termina en confusión, se vuelve contaminación. No den lugar para la confusión y la contaminación de su mente con diferencias innecesarias. Deben siempre emprender las actividades de servicio con una mente pura. La unidad trae pureza y la pureza, a su vez, lleva a la divinidad. Por lo tanto, recuerden siempre la relación inseparable entre unidad, pureza y divinidad y esfuércense por lograrla. Pueden reunirse y trabajar juntos en el espíritu de sacrificio. Pero si gentes de
varios lugares se reúnen de esta manera para el Servicio a las Aldeas, no se logra ningún bien para las aldeas. Cada una tiene sus propios pensamientos y al mezclarlos se contaminan. Entonces el lugar se vuelve un centro de negocios. La espiritualidad no es una actividad de negocio. La espiritualidad es una mansión divina. Está asociada con la unidad. Esta unidad en la diversidad es la única que les traerá felicidad. Swami les desea que cultiven ese principio de unidad. Sólo entonces, el servicio emprendido por ustedes adquirirá valor y santidad. De nada sirve contaminar la sagrada actividad de servicio con toda clase de diferencias. He aquí un pequeño ejemplo: El oro está en forma de depósito en las minas de oro. Cuando lo sacan y lo purifican, se vuelve oro de 24 quilates. Adquiere gran valor. Sin embargo, cuandole añaden otros metales como el cobre, su valor baja. No sólo esto, su brillantez también disminuye. Si añaden algunos otros metales, pierde su valor totalmente. Nuestro corazón es como un templo de oro. Es Hiranyagarbha. Nunca deben manchar ese Hiranyagarbha. Debe estar siempre limpio y brillante.

¡Encarnaciones del amor!

Compartan el amor con todos. Mantengan siempre la unidad y la pureza. Como lo han planeado antes, pueden comenzar ahora con su programa musical.

Traduccion Arlette Meyer