Discursos dados por Sai Baba – 08. 21/02/88 El karma y la Gracia Divina

Discursos dados por Sai Baba

{SB 21} (34 discursos 1988)

08. 21/02/88 El karma y la Gracia Divina

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 21 cap. 8 )

El karma y la Gracia Divina

21 de Febrero de 1988

El edificio de la vida humana consta de cuatro paredes: Janma, Karma, Dharma y Brahmán (Nacimiento, Acciones, Deberes y Realidad Suprema). Estas cuatro paredes son interdependientes y están conectadas inextricablemente entre sí. ¿Para qué nace uno?

Para realizar acciones. ¿Cómo han de realizarse las acciones? Las acciones debe estar saturadas del Dharma (la rectitud). Mediante las acciones rectas uno debería realizar a Brahmán.

El hombre ha olvidado este objetivo. Hoy las acciones están relacionadas con las necesidades físicas y el Dharma tiene que ver con progresar. No hay conciencia de lo Supremo. Sin cuatro paredes desnudas, ni siquiera puede erigirse una cabaña. La mansión de la vida tiene que estar sostenida por las cuatro paredes esenciales de Janma, Karma, Dharma y Brahmán. El Karma (la acción) es la causa del nacimiento. Es la fuerza que sustenta la vida. El cuerpo es el instrumento de esta fuerza vital. El Karma sostiene la vida en el cuerpo, a través del cuerpo. A cada acción que realiza el hombre se la llama Karma. El hombre realiza acciones por los frutos que obtiene de ellas. Vuelve a nacer para experimentar los resultados de sus acciones. Por eso el Gita declara: “Karma anubandhini manushyaloke” (“La vida del hombre en el mundo está ligada a sus acciones”). No es posible alejarse de la acción, pero es esencial realizar las acciones apropiadamente.

La condición del hombre depende de sus acciones. Sus hábitos están determinados por sus acciones. Los hábitos determinan la conducta, y la conducta determina el futuro. Por lo tanto, la forma en que el hombre actúa es de suma importancia. El bien y el mal en la vida están determinados por la naturaleza de las acciones.

Afirmar que: “Yo soy el hacedor, yo soy el que experimenta y disfruta” es un signo de egoísmo. El bien y el mal son causados por las acciones, sea uno consciente de sus consecuencias o no.

Krishna y Dharmaja Cuando finalizó la guerra de Mahabharata, Krishna se acercó a Dharmaja y le dijo: “¡Dharmaja! La batalla ha terminado. Has salido victorioso. Ahora debes ser coronado rey”. Dharmaja no aceptó el consejo de Krishna y le preguntó: “¿Acaso maté a tantos parientes y amigos sólo para obtener la corona? ¿Para el beneficio de quién he de convertirme en el gobernante? Maté a muchos de mis parientes y también fui responsable de la muerte de muchos otros.

¿Sobre quién he de gobernar? ¿Qué dicha puedo obtener de tal gobierno? No necesito este reino mezquino. No deseo ser coronado”.

Con estas palabras Dharmaja trató de convencer a Krishna y se opuso a ser coronado. Krishna se dio cuenta de que no tenía sentido discutir con Dharmaja.

Las formas en que obra el Señor son misteriosas. En todo lo que Él hace, ofrece un ejemplo para el mundo.Ninguna acción del Señor carece de propósito, aunque su significado pueda no ser obvio.

Cuando el Señor viene en forma humana, la proximidad con Él puede ocultar el significado completo de Sus palabras o acciones.

Bhisma le pide a Dharmaja que siga a Krishna Krishna pensó que Dharmaja estaría más dispuesto a aceptar un consejo si este provenía de un venerable anciano como Bhisma.

Entonces llevó a Dharmaja a ver al abuelo de los Pandavas, quien yacía sobre un lecho de flechas. Krishna sabía que Dharmaja escucharía el sabio consejo de Bhisma. Sentía que si Bhisma aconsejaba y alentaba a Dharmaja para que se dejara coronar y aceptara el peso del reino, Dharmaja no se negaría. Por lo tanto, después de dejar a Dharmaja con Bhisma, Krishna se retiró.

Bhisma miró a Dharmaja con lágrimas en los ojos y le dijo:

“¡Dharmaja! ¿Respetarás mis palabras de todo corazón?”.

Dharmaja tomó las manos de su abuelo y le prometió reverentemente que, así como nunca había desobedecido sus órdenes en el pasado, tampoco lo haría jamás en el futuro.

Entonces Bhisma dijo: “¡Dharmaja! Antes de la guerra tú confiabas en Krishna. Lo considerabas tu mentor. Él, a quien tú venerabas como tu mentor antes de cumplir con tus objetivos, es digno de la misma consideración aun después de que tus propósitos han sido alcanzados. Es indigno de ti no hacer caso al consejo de Krishna ahora. Lo consideras sólo un pariente. Krishna es Dios encarnado. Sin duda, es tu pariente y amigo, pero tú no tienes idea de Sus poderes. Si miras el mundo por fuera, pierdes el tiempo.

Mira hacia adentro y ve la Verdad”.

Dharmaja respondió: “¡Abuelo! Sé muy bien con cuánto amor nos criaste cuando quedamos huérfanos de padre. Tú nos cuidaste con más dedicación que un padre. Sin embargo, nosotros luchamos contra ti en la guerra y te vencimos. Recurrimos a una estratagema engañosa para hacer que nuestro gurú, Dronacharya, depusiera sus armas. Matamos a muchos de nuestros queridos parientes y amigos en la guerra. Después de todo esto, ¿qué alegría puedo obtener ascendiendo al trono? Por favor, ahórrame la ignominia de la coronación”. Con estas palabras Dharmaja le suplicó lastimeramente a Bhisma.

Los lazos del Karma y el Tiempo Sonriéndole a Dharmaja, Bhisma dijo: “El mundo está atado por el Karma. ¡Dharmaja! Tú eres bien versado en las escrituras. Sin embargo, hablas de haber matado a tanta gente. ¿Quiénes son los muertos? ¿Y quiénes, los homicidas? Tú no tienes el poder de matar o de hacer que otros maten. Matar y ser muerto son consecuencias de karmas pasados. El Karma es responsable de todo lo que ocurre. Permíteme que ilustre esto con una historia”.

Entonces Bhisma relató lo siguiente: “Una mujer que tenía un solo hijo perdió a su esposo. Cuando atravesaba un bosque para dirigirse a otro pueblo, llevando a su hijo consigo, se detuvo en el camino a descansar bajo un árbol. El niño dormía en su regazo.

Repentinamente el niño se despertó dando un grito y comenzó a llorar. La madre también despertó y advirtió que una cobra había mordido a su hijo y se deslizaba serpenteando hacia un montículo.

En pocos minutos, el niño murió. Mientras la madre se lamentaba con gran pesar por la muerte de su hijo, un asaltante de caminos que pasaba por el lugar oyó sus sollozos y le preguntó cuál era la causa de su llanto. Al enterarse de la muerte del niño debido a la mordedura de la serpiente, el ladrón decidió excavar el montículo y matar a la cobra.

En ese momento, la mujer tomó las manos del ladrón y le suplicó:

‘¡Querido señor! Por favor, no mate a la cobra. ¿Acaso mi hijo volverá a la vida si usted la mata? Yo no puedo escapar de mi destino’.

El ladrón dijo: ‘Esa serpiente venenosa puede causarle la muerte a otros que vengan aquí. Tengo el deber de destruir a las criaturas venenosas’. Entonces la madre respondió: ‘¡Hijo! A causa de los dictados de Kala (el Tiempo o Destino) esta cobra venenosa mordió a mi hijo. Su muerte es el resultado de su propio Karma pasado’.

El Karma es responsable de todo “Nosotros no somos conscientes de las consecuencias de nuestras acciones cuando las realizamos. Nos lamentamos por nuestras calamidades cuando ocurren. Tras cada hecho bueno o malo hay una causa. ¡Dharmaja! La gente habla acerca de Yama, el Dios de la Muerte. Él viene en innumerables formas para llevarse la vida en el momento señalado. ¡Yama es el Tiempo o Destino, Dharmaja! El Karma es responsable de todo. ¿Cómo fue que no pudiste ver lo que una mujer sencilla comprendió con tanta claridad? Tú eres bien versado en los sastras y conoces lo que está mal. Sabiendo que jugar por dinero es uno de los cinco grandes pecados, tú sucumbiste al juego de dados y, como resultado, tuviste que padecer innumerables dificultades, entre ellas el exilio en el bosque con tu familia.

¿Acaso no fueron tus penurias las consecuencias de tu acción?

Nadie puede escapar de las consecuencias de las acci
ones propias.

Con la gracia de Dios, los resultados pueden ser superados.

Sin embargo, si uno desobedece el mandato del Señor, nadie puede salvarlo. Si vas contra el mandato de Krishna, no te salvarás de las consecuencias de tus acciones”, concluyó Bhisma.

Sométanse a la Voluntad Divina Finalmente Bhisma exhortó a Dharmaja con estas palabras: “La Voluntad Divina es la base de toda acción. La Divinidad puede anular las consecuencias de estas acciones o proporcionar los medios para expiarlas. Por lo tanto, tu deber es cumplir fielmente con el mandato Divino. Si haces lo contrario, arruinarás tu vida. Inclínate ante la orden de Krishna y deja que te coronen”.

No obstante, Dharmaja siguió atormentado por las dudas acerca de cómo operaba la ley del Karma. ¿Fue la muerte del niño a causa de la mordedura de serpiente un decreto del Destino?

Bhisma tranquilizó a Dharmaja diciéndole que el Señor otorga los frutos de cada acción, de acuerdo con los merecimientos de la persona, en cualquier forma, en cualquier situación y por cualquier medio. Todos los resultados siguen a las acciones. Los malvados Kauravas, aunque conocían los principios de la moralidad y la justicia, sometieron a los nobles Pandavas a tales dificultades y penurias que finalmente todo su clan fue destruido. Como la Divinidad estaba de su lado, los Pandavas obtuvieron la victoria. Por lo tanto, Bhisma sugirió a los Pandavas escuchar el consejo de Krishna en la hora triunfal.

No es fácil explicar de qué modo el Karma sigue a una persona.

Una vaca, que se siente orgullosa de sus cuernos y su tamaño, es controlada con una soga pasada por sus ollares debido a su karma. Por eso uno tiene que soportar las dificultades que puedan llegar y tomarlas como consecuencias de acciones pasadas. Sin embargo, los efectos pueden ser mitigados o eliminados si se gana la gracia de la Divinidad.

Cosecharán lo que siembren Hoy los hombres no ven las cosas de este modo. Consideran que otra persona es la causante de sus desgracias y tienden a maltratarla, sin pensar en sus propias acciones. Deberían comprender la Verdad del dicho: “Cosecharás lo que siembres”. La situación en la que ustedes se encuentran hoy es el resultado de sus acciones pasadas. Por lo tanto, si realizan buenas acciones en el presente, se asegurarán resultados beneficiosos en el futuro. Todos deben comprender que sus propias acciones son responsables de la alegría o el pesar, de la ganancia o la pérdida.

Entre todas las acciones, nada es tan censurable como violar o ignorar los mandatos de la Divinidad. Los Vedas han destacado el importante papel que cumple el Karma y han instado a prestar la debida atención al modo en que opera.

Los estudiantes deben tratar de comprender el significado interno de todas las enseñanzas. No tendrían que preocuparse por las acciones o las palabras de los individuos. Deben concentrarse en sus respectivos deberes. Las personas inteligentes pueden tratar cuestiones de importancia. Los de miras estrechas pueden discutir acerca de las personalidades. Ambos tipos de discusiones probablemente sean ejercicios inútiles. Lo que deberían comprender es que nada ocurre sin una causa y que todo es el resultado de una acción en particular. Una vez comprendida la causa, uno debería actuar según lo que ha entendido, evitando las acciones que están destinadas a acarrear consecuencias indeseables y realizando acciones que darán resultados beneficiosos. No importa si alguien está observando sus acciones o no. Dios sí está observando lo que hacen. Por lo tanto, deben tener cuidado de actuar rectamente en todo momento y en toda situación.

Hoy las personas afirman que trabajan para la paz mundial.

¿Cómo esperan alcanzar la paz mundial aquellos que no han logrado la paz interior? Aquellos que no han aprendido a mirarse por dentro y a cultivar una visión espiritual amplia no cumplen con lo necesario para trabajar por la paz del mundo.

El objetivo de la educación es adquirir sabiduría ¡Estudiantes! Sus acciones son responsables de lo bueno o lo malo, la fama o la desgracia, la dicha o el pesar que experimentan.

No se dejen alterar por demandas y deseos mezquinos. Concéntrense en ideales permanentes. La disciplina que observan no debería limitarse a los años en la universidad. Cuando Bhisma le preguntó a Yudhistira si su fe en Krishna se había mantenido sólo el tiempo que duró la guerra, Yudhistira quedó herido en lo más hondo. Comprendió su error y sintió arrepentimiento en lo más profundo del corazón.

Sin embargo, hoy los estudiantes parecen inmunes a tales peticiones.

¿Necesitan a Sai Baba sólo para obtener un lugar en el Instituto? ¿No precisan la ayuda de Sai después de haber terminado sus estudios? Ustedes necesitarán a Sai siempre. No deben olvidar cómo completaron sus estudios y qué ha hecho el Instituto Sathya Sai por ustedes. Si se olvidan, estarán expuestos a todo tipo de dificultades. Recuerden el compromiso que han asumido con el Instituto, sin importar los problemas que puedan enfrentar.

Tengan presente el ejemplo del emperador Harishchandra, quien atravesó toda clase de penurias para cumplir con la palabra dada.

Consideren la palabra dada como una expresión sagrada de lo Divino. No hablen mal de los demás. No den cabida al apego y al odio en sus corazones. La educación es para adquirir sabiduría, no para obtener riquezas materiales.

Tengan en cuenta el mensaje de los sabios No traten con ligereza su nacimiento humano. Muestren respeto por las palabras de los mayores, de sus padres y maestros. El clan Yadava, en el que Krishna nació, fue totalmente destruido debido a la falta de respeto a un sabio. La historia de Bharat está repleta de vidas de grandes almas. Tengan en cuenta su mensaje, que les será de utilidad en un momento u otro. Sus enseñanzas son una medicina saludable para el espíritu.

La existencia mundana está expuesta a una variedad de enfermedades.

Para todas ellas la recordación del nombre del Señor es la panacea. Cuando instalen el nombre del Señor en sus corazones, veneren a sus padres y respeten a la Divinidad presente en todos los seres, serán capaces de llevar vidas ideales. Sigan sus estudios hasta completarlos. Cultiven buenos hábitos. Gracias a sus buenos karmas de vidas pasadas, ustedes tienen la buena fortuna de estudiar aquí. Aprovechen de la mejor forma esta preciosa oportunidad.

Krishna opera el “cáncer” en el poder político Dharmaja una vez le preguntó a Krishna: ¿Por qué causaste esta guerra desastrosa para que yo obtuviera este despreciable reinado? Cuatro millones de guerreros murieron en esta batalla.

Sólo los Pandavas han sobrevivido. ¿Acaso es justo sacrificar la vida de cuatro millones de hombres por el bien de los cinco Pandavas?”. Krishna respondió: “¡Dharmaja! Tú piensas en las cifras. Yo tomo en cuenta los principios en discusión. ¿Pueden millones de insectos igualar a un león?”.

“El Kurukshetra puede compararse con el cuerpo. Kuru significa ‘trabajo’. El cuerpo es el campo donde se desarrolla la acción; se lo llama Kshetra (campo). Supongamos que hay una gangrena en la espalda. Si se deja crecer, se extenderá a todo el cuerpo. Si la gangrena está en el brazo o la pierna, pueden extirparla amputando la extremidad en cuestión. Sin embargo, ¿cómo tratarla si está en la espalda? Habrá que hacer una cirugía mayor. Del mismo modo, las malas cualidades de los Kauravas eran como un cáncer en el poder político. Si no se les hubiera prestado atención, la nación entera se habría infectado. Por lo tanto, tal como lo haría un cirujano, Yo llevé a cabo la operación de la guerra del Mahabharata, con Arjuna como Mi asistente. En el proceso, cuatro millones de ‘microbios’ murieron.

¿Deberíamos dejar morir al paciente para salvar a estos microbios?

Para salvar al individuo hay que eliminar los microbios cancerosos.

Las personas con malas cualidades son como células cancerosas.

Yo salv
é a la nación al destruir a estas bacterias. Eso no es pecado”, declaró Krishna.

Cómo actúa la Divinidad Si para realizar una buena acción tienen que causar un pequeño daño, esa acción igual debe considerarse una ayuda. Sin embargo, en ningún caso debe haber un interés personal. Cualquier ayuda que se preste con una motivación egoísta no es ayuda en absoluto.

Como Dios está totalmente libre de interés personal, todo lo que Él hace es intachable y su único fin es el bienestar del mundo. Resulta tonto preguntarse si las acciones de Dios son correctas. No hay nada que supere Sus poderes. Él es el creador, el protector y el destructor.

Cuando Él protege, nadie pregunta por qué lo hace. Sin embargo, cuando Él no protege, muchos se cuestionan acerca de Su inacción. Cuando el Señor castiga, surge la pregunta: “¿Por qué Dios impone un castigo? ¿No está mal de Su parte hacerlo?”. Esas preguntas son motivadas por el egoísmo y el interés personal. Dios carece totalmente de cualquier rasgo de interés personal. No tiene sentido entrar en controversias acerca de las acciones Divinas.

Existe una razón válida tras cada acción de la Divinidad. Por lo tanto, el deber de ustedes es orarle a Dios y asegurarse Su gracia.

Tomen como ejemplo el caso de Sakkubai. Cuando Sakkubai quiso unirse a los peregrinos que se dirigían a Pandharpur, Krishna podría haber hecho arreglos para que ella se uniera al grupo. Sin embargo, no los hizo. Si ella hubiera ido en contra de la voluntad de su marido, se habría ganado una mala reputación. Para mantener su buen nombre y mostrarla como ejemplo al mundo, Krishna adoptó la forma de Sakkubai y se sometió a Sí mismo a todo tipo de malos tratos por parte de la suegra, mientras la verdadera Sakkubai era enviada a Pandharpur. ¿Por qué hizo esto Krishna? El Señor está preparado para adoptar cualquier forma y someterse a todas las penurias para sostener el Dharma. Por un lado, la opinión pública ha de ser respetada. Por otro, los devotos no deberían tomar por mal camino. Sólo la Divinidad sabe cómo conciliar estos opuestos.

En general los hombres sólo miran las cosas desde su propio punto de vista. No pueden tener una visión integral. Los estudiantes deben recordar que, por un lado, deben dar el ejemplo con su conducta. Al mismo tiempo, tienen que acatar la Voluntad Divina.

Deben complacer a sus padres, que han hecho tanto por ellos.

Tienen que traerle buena reputación al Instituto, que ha sido su Alma Máter. Aquí o en otro lugar, la conducta de ustedes debe ser la misma. Es indigno de un ser humano variar la conducta según el lugar y el momento.

Santifiquen todas sus acciones Reconozcan la supremacía de la acción y asegúrense de que todo lo que hagan sea puro y sagrado. La acción no se limita a lo que hacen con las manos. Lo que oyen, lo que ven, lo que hablan y hasta lo que piensan, todo ello constituye acción. Esto significa que las cosas que ven, las palabras que oyen, los pensamientos que albergan y la conversación que mantienen deben ser todos puros. Todo lo que perciben por sus cinco sentidos debería ser sano y puro, y no únicamente la comida que ingieren. Sólo entonces todo podrá ser Sátvico. La devoción no se trata sólo de los bhajans y de mostrar anhelo por Swami. Cada una de sus acciones debería estar llena de devoción.

Cada uno es el arquitecto de su destino. Y como Bhisma le señaló a Dharmaja, nadie puede evitar las consecuencias de sus acciones. Lo que pueden hacer es orarle al Señor para que Él les muestre cómo reparar sus malas acciones.

Es esencial saturar de Dharma todas las acciones. Ese Dharma debería estar dedicado a la Divinidad. Cuando eso ocurre, la vida se santifica. Tal vez no haya un nuevo nacimiento. Por lo tanto, construyan sus vidas sobre los cuatro pilares de Janma, Karma, Dharma y Brahmán. Esta es Mi bendición para todos ustedes.

Discurso pronunciado para los estudiantes del Instituto Sri Sathya Sai,en el albergue estudiantil, el 21 de febrero de 1988.

El sacrificio es más dulce que el disfrute. El sacrificio tendría que ser el objetivo de la vida. Sólo mediante el sacrificio puede lograrse la paz. Las penas no se alejan si la mente no está en paz consigo misma. Las agonías permanecen para siempre dentro de uno. Sin la tranquilidad del alma, ni la mayor riqueza será de utilidad.

Entregar los frutos de la acción con una mente desapasionada es lo que puede llamarse sacrificio.

—Baba