Discursos dados por Sai Baba – 13. ??/04/73 Conozcan al Conocedor

Discursos dados por Sai Baba

{SB 12} (54 discursos 1973 a 1974)

13. ??/04/73 Conozcan al Conocedor

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 08 cap. 43 )

Conozcan al Conocedor

Abril de 1973

Hyderabad

Los hombres en todas partes están desperdiciando los preciosos años asignados a ellos sobre la Tierra, en tres vanas persecuciones:

el elogiarse a sí mismos, dándole importancia a sus propios intereses, agrandamiento a toda costa; la difamación de otros, manchando la reputación de otros, escandalizando lo bueno y adulando lo malo; el hablar frívolamente o irresponsablemente, echándole leña al fuego del odio o injuriando, atropelladamente, sin importar la injuria hecha.

¡Los hombres intentan saber todo sobre todos los demás, pero no intentan saber acerca de sí mismos! El empeño por saber sobre el conocedor se llama sadhana; el conocimiento sobre el conocedor es Atma Vidaza. Es sólo a través de ese conocimiento que el hombre puede vivir en paz en todas partes.

Pues, cuando ustedes saben que no son otra cosa que una chispa de lo Divino y que todos los demás son las mismas chipas Divinas, miran a todos con reverencia y verdadero Amor; vuestro corazón se llena con dicha suprema; y las afirmaciones del ego resultan inútiles. El hombre busca la dicha en lugares lejanos y paz en sitios tranquilos; pero la fuente de la dicha está en su corazón, el cielo de paz está dentro de él mismo. Incluso si camina sobre la luna, el hombre tiene que llevar con él sus temores, sus ansiedades, sus prejuicios y sus máximas pesadillas.

Tengan fe en Dios y en la corrección del vivir de forma moral. Entonces, pueden tener paz y dicha, cualquiera sea el precio que les ofrezca la fortuna.

Sólo el amor confiere felicidad y paz duraderas.

Bondad, compasión, tolerancia, a través de estos tres senderos se puede ver la Divinidad en uno mismo y en los demás.

Hoy, la dulzura del corazón está condenada por las personas como debilidad, cobardía y falta de inteligencia. El corazón tiene que ser endurecido, dicen ellos, contra la piedad y la caridad.

Pero, de esa manera radica la guerra, la destrucción, la perdición.

Sólo el amor confiere felicidad y paz duraderas. Únicamente el compartir puede reducir el pesar y multiplicar la dicha.

El hombre ha nacido para compartir, para servir, para dar y no para apropiarse. Cuando instalan la fe en Dios como una preciosa verdad en el altar de vuestro corazón, acogerán con igual entusiasmo los golpes y las flores de la fortuna.

El hombre puede tener la mayor dicha y puede compartir esa dicha con los demás; pero ahora está teniendo sólo pesar y está compartiendo ese pesar con los demás. Cierta vez, un rey le otorgó a un leñador una extensa plantación de sándalo en el bosque, como inaam (regalo), a cambio de un acto de hospitalidad que él había tenido la oportunidad de ofrecerle. El hombre no se dio cuenta del valor de la madera ni tampoco investigó el significado y la cualidad de la fragancia que emanaba de la madera; taló todos los árboles en poco tiempo y los quemó para venderlos como carbón vegetal. ¡La mayoría de los hombres desperdician sus vidas; hacen carbón vegetal de la madera de sándalo y son felices con las chauchas y palitos que obtienen a cambio! Ustedes pueden ganar la Gracia de Dios a través de la plegaria; la plegaria los salva de estar esclavizados por los sentidos; cuando alaban a Dios y sienten que son activados por Su Voluntad, se liberarán de la ira, de la ansiedad, del prejuicio y de la envidia; estas pasiones arruinan la salud física y mental.

Toda vez que sientan codicia o resentimiento, traten de controlar la emoción. Trátenla como si trataran una enfermedad; encuentren la cura y domínenla. Un monje estaba caminando por un sendero en la selva cuando fue seguido por una pandilla de tribales, quienes le arrojaron insultos. Él se sentó sobre una piedra antes de llegar a los límites de la selva, y los alentó a que hicieran lo que quisiesen pues, dijo, ahí se encontraría con un grupo de sus devotos quienes podrían repelerlos enfurecidos ante el comportamiento de ellos.

La disciplina es la marca de vivir inteligentemente.

El hombre es básicamente amor, paz, dicha y verdad. Es la encarnación de todos estos, es decir, de la Divinidad. Él debería comportarse únicamente de acuerdo con sus características básicas, pero superponer a ellos las características falsas de yo y mío empaña su propia personalidad. Cómo liberarse de este deslustre es el problema de la religión, en todas partes. Bhajan (canto grupal de cantos devocionales) y Namasmarana (el recordar el Nombre de Dios) son magníficos procesos de limpieza.

Sólo la mente debe morar en la dulzura de cada nombre y, como consecuencia, hacerse dulce. Deben llevarse a cabo como una disciplina regular, con la toma de conciencia de que producirán buenos resultados. No deberían degenerar en simples asuntos mecánicos de rutina de un programa repleto.

La disciplina es la marca de vivir inteligentemente. Los padres no deberían permitir que sus hijos se les vayan de control y deambulen sin rumbo. Muchos padres alimentan y acarician a sus hijos y, luego, en nombre de la libertad, les dejan encontrar sus propios amigos y placeres. Los llevan a ver películas sin importarles las impresiones que puedan crear en sus tiernas mentes.

Reciben a los amigos de sus hijos, pero no averiguan sobre sus antecedentes o hábitos. Hasta alientan a sus hijos a que fumen o beban sin saber que un día tendrán que lamentarse de sus acciones. De esta manera declaran a través de sus acciones que son los enemigos de su propia progenie.

El sendero de la vida tiene altibajos.

Me gustan los niños; me ocupo mucho de ellos; les presto gran atención. Les doy, y les aconsejo a los padres que les den, el consejo adecuado en el momento adecuado. Insisto en la disciplina, en la respetuosa obediencia a los padres, en la comida y juego regulados, en una asignación rigurosa del tiempo para estudiar, bhajans, meditación, etc. También recomiendo algunos temas de servicio como alimentar a los enfermos. Condeno la charla frívola, la forma de vida lujosa, los hábitos perjudiciales, la adicción a las películas, las historietas de terror, los amigos por correspondencia, la vestimenta exótica, los peinados extravagantes diseñados para llamar la atención, etc. Por estos medios, los chicos y las chicas son llevados lentamente a caminos indecentes e inmorales.

La disciplina los capacita para soportar las decepciones; sabrán que el sendero de la vida tiene altibajos, que cada rosa tiene su espina. Ahora, las personas quieren rosas sin espinas, la vida tiene que ser una única saga de placer sensual, un picnic todo el tiempo. Si esto no sucede, ustedes enloquecen y comienzan a echarles la culpa a otros. Si cada uno se ocupa de sus propios placeres, ¿cómo puede progresar la sociedad?

¿Cómo puede sobrevivir el débil? Mío, no tuyo, este sentimiento de avaricia es el origen de todo mal. ¡Esta distinción se aplica hasta con Dios! ¡Mi Dios, no tuyo! ¡Tu Dios, no mío! Estoy realmente muy feliz de haber podido pasar hoy algún tiempo con ustedes, los niños de la Cárcel Transitoria para Menores.

Pasar algún tiempo ante la Divina Presencia es una fortuna que es una recompensa de méritos pasados. Ahora están recibiendo sentencias de la corte por delincuencia. Permítanme decirles que todos los hombres están recibiendo sentencias durante períodos cortos o largo, con labores sencillas o pesadas, para reparar delitos menores y crímenes realizados por ellos en vidas pasadas.

Toda caída deja una marca; todo error debe ser corregido; todo pecado tiene que ser limpiado. Cada uno es un prisionero.

Aprendan la regla de oro de la vida.

Pues, adonde quiera que el prisionero vaya, dos policías lo acompañan y observan cada acción. Recién cuando puede ir solo, es que uno puede decir que está libre. Pero, ahora, “Yo” al igual que “Mío” no dejan al hombre solo; caminan uno de
cada lado ejerciendo su influencia sutil en cada paso. Insisto en que no son el cuerpo, la mente, los sentidos y la inteligencia. Esto los alienta para ocuparse del fortalecimiento del cuerpo y de su embellecimiento, para satisfacer los caprichos que atrae la mente; para seguir los fluctuantes placeres de la lengua y del ojo; les dice que la razón es el único instrumento para medir la verdad y desprecia a la intuición y a la experiencia. La mente les enseña a agarrar, adquirir y poseer, simplemente por la dicha de la posesión y la dicha de privarles a otros de cosas de valor. Pero la mente también puede ser utilizada para la liberación de estos dos grilletes:

Yo y Mío. Dejen que se fije en Dios; ambos desaparecerán.

Deben examinar cada acto para descubrir si le causará dolor a otros; si lo hace, retírense de él. No le hagan a otros lo que no quieren que les hagan a ustedes. A esto se lo llama la Regla de Oro. Sí, es la mejor prueba para distinguir lo correcto de lo incorrecto. Si otra persona tiene consigo lo que a ustedes les gustaría tener, no lo aflijan arrebatándoselo. ¿Les gustaría que otro les arrebatara algo que les gusta?

Aprendan a servir a las personas en la medida de vuestra capacidad. Aprendan a reverenciar a vuestros padres, maestros y mayores; siempre tienen presente vuestro progreso. Cuando regresen a vuestras aldeas, únanse a los Seva Samithis (organizaciones de servicio) de ahí y dedíquense a los bhajan, a los programas de servicio y al estudio con los miembros del lugar.

Hyderabad, Abril, 1973.

Este es el mensaje de Sai para todos ustedes. Que todos ustedes puedan desarrollar este Divino Amor y sobresalgan como los heraldos de una nueva era libre de egoísmo, avaricia, odio y violencia. Que cada uno de ustedes sea luz para sí mismo y así serán una para los demás.

No debería haber diferencias entre ustedes en la Organización Sai. No debería haber peleas por el poder o la posición.

Lo que importa es la pureza, la intensidad y la sinceridad de la devoción y del espíritu de sacrificio desinteresado en el cual cada devoto ofrece servicio al necesitado y al sufrimiento.

Sri Sathya Sai