Discursos dados por Sai Baba – 24. 25/12/01 Dios nunca abandona a sus devotos

Discursos dados por Sai Baba

{SB 34} (23 de 24 discursos 2001)

24. 25/12/01 Dios nunca abandona a sus devotos

DIOS NUNCA ABANDONA A SUS DEVOTOS

25 de Diciembre de 2001

Sai Kulwant Hall – Prasanthi Nilayam

Navidad

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“Sólo cuando las personas desechen el odio y la violencia,

y desarrollen amor dándose cuenta de que todos somos uno,

podrá la tierra ser transformada en un cielo.”

(Verso en Telugú)

¡Encarnaciones del Amor!

“Hablen la verdad,

hablen de manera agradable,

y no digan una verdad que pueda herir”

(Satyam Bruyat,

Priyam Bruyat,

Na Bruyat Satyamapriyam).

Estas tres cosas corresponden a valores morales, valores virtuosos y valores espirituales, respectivamente. El hombre es la combinación de estos tres tipos de valores. Sin olas no puede haber océano, sin rayos, no puede haber sol. De la misma forma, el que carece de amor no puede ser llamado un ser humano. Lo mismo que son las olas para el océano y los rayos para el sol, así también es el amor para el hombre. Por lo tanto, el hombre debe llenar su vida de amor, no debe odiar a nadie ni cometer ningún acto de violencia. Él debe llenar su corazón de compasión. El que tenga compasión (dayâ) tiene corazón (hridaya). El ego y los deseos ilimitados son responsables por las malvadas cualidades en el hombre. El que tiene ego no puede tener compasión en su corazón.

No deben llevar una vida de egoísmo y ocuparse sólo de sus propios intereses. Deben tener en mente la situación que prevalece en el país y actuar en consecuencia. El hombre no puede llevar una vida totalmente independiente, tiene que depender de la sociedad. La naturaleza (prakriti) es una combinación del individuo (vyashti), de la sociedad (samashti), de la creación (srushti), y de Dios (Parameshti). El individuo debe servir a la sociedad y tratar de visualizar a Dios en la creación. Jesús dijo que la vida de un individuo es inútil si no cumple con sus deberes con la sociedad.

Donde hay unidad hay pureza,

donde hay pureza hay divinidad,

donde hay divinidad hay bienaventuranza.

La gente debe reconocer la relación íntima e inseparable que existe entre la unidad, la pureza y la divinidad. Cuando Jesús nació, tres reyes árabes le visitaron para rendirle homenaje. Uno de ello sintió que el niño sería amante de dios. El segundo dijo que él sería el amado de Dios y el tercero pensó que él era realmente Dios. Las opiniones varían de persona a persona ya que cada uno es diferente del otro.

Nuestros ancestros visualizaron la unidad en la diversidad, mientras que el hombre moderno, debido al impacto de la Edad de Kali, fragmenta la unidad en diversidad. De acuerdo con el Vedanta, el hombre es una combinación de materia de la tierra (bhutakasha), de materia mental (chittakasha) y de espitualidad (chidakasha). Bhutakasha corresponde al cuerpo y todo lo que es visto por el ojo desnudo. Todo lo que se ve va a desaparecer, lo cual significa que bhutakasha es transitorio y efímero. El sol, las estrellas y la Vía Láctea que están a millones de kilómetros alejados de la tierra también caen bajo la definición de bhutakasha. Los ríos, mares, bosques y montes forman, también, parte de bhutakasha. Comprende todos los elementos (bhûtas) y seres vivientes. Este vasto bhutakasha es subsumido en chittakasha. Entonces pueden imaginar la vastedad del chittakasha. El bhutakasha que consiste en el sol, las estrellas, ríos, océanos, etcétera, forma una diminuta parte del chittakasha. Pueden preguntarse cómo es esto posible. Todo lo que ven, por ejemplo, el sol, las estrellas, los océanos, las montañas, etcétera, quedan impresas en su mente o conciencia. De la misma forma, el mundo aparente está contenido en ustedes como una pequeña entidad. Los bhutakasha y chittakasha se relacionan con el cuerpo y con la mente, respectivamente. Hay una base fundamental para estos dos que es llamada Chidakasha en el Vedanta. Ésta corresponde al Âtma. El ser humano es una combinación de estos tres: el cuerpo bhutakasha), la mente (chittakasha) y el Âtma (chidakasha). El primero se refiere al que creen que son, el segundo, al que otros piensan que son y el tercero, al que realmente son.

La naturaleza del hombre es infinita e inmortal. Pero esa vida humana es mirada despectivamente como baja y vil. La gente niega la existencia del Âtma puesto que no puede percibirse. Chidakasha simboliza el Âtma. No tiene forma. Es incambiante y trasciende el tiempo y el espacio. El Vedanta describe esto como sin atributos (nirguna), puro (nirañjana), la morada final (sanatana niketanam), eterno (nitya), sin mácula (suddha), iluminado (buddha), libre (mukta) y la personificación de la santidad (nirmala svarûpinam). El bhutakasha corresponde al estado de vigilia (jagrat), chittakasha al estado de ensueño (svapna) y chidakasha al sueño profundo (sushupti). En el chidakasha uno experimenta sólo bienaventuranza. Esto puede entenderse por el hecho de que experimentan paz cuando han tenido una buena noche. Cuando dicen, es mi cuerpo y mi mente, significa que son diferentes de ellos, cuando, en verdad, son el amo (Âtma). Dominen la mente y sean su amo (master mind o mentes maestras). ¿Cómo puede el hombre que es el amo de todo, considerarse bajo y débil? Chidakasha es la verdadera forma del hombre. Los tres, bhutakasha, chittakasha y chidakasha corresponden a la experiencia directa (pratyaksham), indirecta (parosham) y sagrada (pavitram). Chidakasha trasciende nombre y forma. Dios es descrito como la personificación del sonido (Shabda Brahmamyi), de la movilidad y la inmovilidad (Characharamayi), de la luz (Jyotirmayi), del habla (Vangmayi), de la bienaventuranza eterna (Nityanandamayi), de la suprema majestad (Paratparamayi), de la ilusión (Mayamayi) y de la riqueza (Shrîmayi).

El Âtma trasciende las limitaciones de la forma. Buda y Jesús hicieron esfuerzos concertados para tener la visión del Âtma. Buda se dio cuenta de que los nombres, formas y relaciones físicas son transitorios. Él dijo que uno no debe dejarse engañar por ellos. “Todo lo que se ve va a perecer un día.” (Yad Drishyam Thannasyam). Estudió varios textos sagrados y tenía una audiencia de muchos estudiosos, pero no estaba satisfecho, sin embargo, finalmente, llegó a la conclusión de que uno podía alcanzar el nirvana sólo por medio del uso apropiado de los cinco sentidos. Ninguna práctica espiritual puede dar el resultado deseado si los sentidos son usados mal. El tener una visión sagrada. El hablar palabras buenas. El escuchar sólo lo que es bueno. El tener pensamientos nobles. No hay práctica espiritual más grande que ésta. Esa fue la enseñanza de Buda. Jesús enseñó lo mismo también. Los pescadores querían que Jesús les cumpliera sus deseos mundanos. Pedro quería más pescado. Finalmente, se dio cuenta de la futilidad de los deseos mundanos, quiso ir más allá del cuerpo y de la mente de acuerdo a las enseñanzas de Jesús. Jesús les dijo que desecharan el odio y amaran a todos y sirvieran a todos. Él los exhortó que desarrollaran fe en el principio de unidad. Muchos discípulos de Jesús interpretaron las enseñanzas de Jesús a su manera.

Cuando iba a ser crucificado, oyó una voz etérea que decía, “Todos son uno, mi amado hijo, se igual con todos”. Cuando la Madre María estaba llorando, Jesús le dijo, “La muerte es el vestido de la vida”. La muerte es como cambiar de vestido. ¿Encuentran a alguien que lleva el mismo vestido cada día? Lo mismo que ustedes cambian de vestido cada día, cambian de cuerpo de nacimiento en nacimiento. Es el cuerpo el que muere, no el principio vital. El espíritu es inmortal y no dual. ‘El realizar la naturaleza no dualista del espíritu es verdadera sabiduría”, dijo Jesús. La percepción del uno Sin Segundo es verd
adera sabiduría (Advaita Darshanam Jñânam). Dios es Uno Sin Segundo (Ekam Eva Advitîyam Brahma). El hombre atribuye nombres y formas a Dios debido a sus sentimientos mundanos y a sus tendencias externas (pravritti).

Hablando en verdad, hay un solo Dios. Cantamos en nuestros bhajans “Ek Prabhu Ke Anek Nam” (El Dios uno tiene muchos nombres). Desechen el apego al cuerpo, sólo entonces podrán desarrollar apego por el Âtma. Puesto que están provistos de un cuerpo físico, deben descargar sus deberes diligentemente. Sin embargo, no se deben dejar engañar por el sentimiento de que esto es permanente. Todas las relaciones físicas son como nubes pasajeras y están sujetas a cambio. Sólo la Verdad es aquello no que sufre cambios. Es Chidakasha, el principio del Âtma.

Una madre tiene cuatro hijos. El primer hijo le pide jugo de color rojo, el segundo, jugo de color verde, el tercero, jugo de color negro y el cuarto, jugo de color blanco. Entonces ¿qué hace la madre? Siendo una madre inteligente, ella vierte el mismo jugo en vasos de vidrio de color rojo, verde, negro y blanco para satisfacer a sus hijos. Nuestros cuerpos son como esos vasos. No deberíamos ponerle atención a las diferencias en los cuerpos. Debemos tomar conciencia de la unicidad del espíritu que está dentro nuestro. Los vasos y colores pueden ser diferentes pero el dulce jugo (Âtma) es el mismo en todos. Es seguro que el cuerpo va a perecer un día u otro. Tendrán que enfrentarse a dificultades si se apegan al cuerpo. A fin de alcanzar la inmortalidad y experimentar la bienaventuranza, deben trascender nombre y forma. Mientras tienen un cuerpo, tienen que cuidar de él. Pero no deben apegarse ni preocuparse indebidamente por él. La ignorancia es la causa raíz de la preocupación. Lo que ha de suceder sucederá. Así que no dejen nunca campo a la preocupación. Desarrollen fe en el principio del Âtma. Ésta fue la principal enseñanza de Jesús.

Mateo era uno de los doce discípulos de Jesús. Él era por profesión cobrador de impuestos y solía encontrarse con los pescadores para cobrar los impuestos. Jesús solía impartir enseñanzas sagradas a los pescadores cada día. Mateo anotó todas sus enseñanzas y escribió el Evangelio. Luego, muchos otros escribieron el Nuevo Testamento basados en sus propios sentimientos. En ninguna parte afirmó Jesús que él era Dios o el Maestro. Él siempre se dirigía a Dios como su Padre. Él ha mostrado el camino para experimentar la unidad. Él nunca le dio lugar a la multiplicidad. Él siempre dijo que todos eran divinos.

Hace cientos de años, en el Norte de la India, vivía una persona que solía repetir constantemente “Yo soy Dios”. La gente solía asombrarse ante esta declaración y lo consideraban una persona demente. Pero, algunos eruditos desarrollaron odio contra él. Sentían que aun después de haber estudiado varios textos y adquirido conocimiento, ellos no se atrevían a hacer tal afirmación. Se acercaron al rey y le presentaron una querella en contra de él. ¿Quién es un verdadero sabio? Sólo aquel que tiene una mente ecuánime es un verdadero sabio. Pero aquellos estudiosos carecían de esto y amenazaron al rey que dejarían el país si esa persona no era castigada. El rey les preguntó a los eruditos qué se podía hacer. A petición de los pandits, el rey ordenó que sus piernas le fueran cortadas. Ni siquiera cuando se las estaban amputando sintió dolor. Él seguía diciendo, “Yo soy Dios, yo soy Dios”. Hasta la sangre que salía de sus torturadas piernas estaba proclamando “Yo soy Dios, yo soy Dios”. Entonces el rey se arrepintió de haberle hecho caso a las palabras de los tontos eruditos.

Desde el comienzo, Jesús nunca dijo que él era Dios. Él sólo dijo que Dios era su padre. Él le enseñó a la gente que había un solo Dios y que todos eran sus hijos. Sus críticos se quejaron con el primer sacerdote en su contra. El sacerdote sabía que Jesús estaba hablando la verdad, pero no apoyaron a Jesús a fin de salvaguardar su propia posición. Se decidió que Jesús debía ser crucificado. El gobernador emitió las órdenes, pero luego se arrepintió. Cuando Jesús se levantó de la cruz, él andaba propagando la gloria de Jesús.

Los romanos se dirigieron a Jesús como ‘persona’ significando una persona santa. La palabra persona ha sido derivada de esto. Significa que hay divinidad en cada cual. Por esto Yo me dirijo a ustedes como personificaciones de la divinidad. Tú y Yo somos uno. Hay espíritu divino en cada cual. El mismo Ser es llamado ‘persona’. No hay principio vital sin divinidad. “Con las manos, pies, ojos, cabezas, bocas y orejas permeándolo todo, Él permea el universo entero.” (Sarvataha Panipadam Tat Sarvathokshi Shromukham, Sarvata Shrutimal Loke Sarvam âvritya Tishthati). La divinidad permea todas las formas. La Biblia y el Corán contienen muchas enseñanzas sagradas. Pero la gente tonta que no entiende sus enseñanzas se está desviando por malos caminos.

Aquel que es conocido como Alá por los musulmanes,

Jehová por los aspirantes cristianos.

Como el Señor de los Ojos de Loto por los adoradores de Vishnu,

Como Shambhu, por aquellos que reverencian a Shiva

No importa cómo se Le llame, Él responde gustoso,

Otorgando la gracia de fama y fortuna,

derramando felicidad y alegría. Él es el Uno,

El Supremo Ser. Conózcanlo como el Paramatma.

(Verso en Telugú)

Ustedes le atribuyen varios nombres y formas a Dios para su propia satisfacción, pero Dios es esencialmente uno. Sea Rama, Krishna, Alá o Jesús, todas sus enseñanzas son para la emancipación del hombre. Ninguna religión predica la violencia o el hacerle daño a nadie. Algunas personas malvadas están interpretando mal las sagradas enseñanzas y cometiendo actos malvados. Todas las nobles almas han enseñado cosas sagradas. Ellos dijeron, “Amen todo”. No predicaban el odio. Dios nunca le dice a nadie que mate a otros. Nadie tiene derecho alguno de matar a otro porque el mismo Âtma está presente en todos. En el nombre de Dios, la gente comete crímenes odiosos. No es bueno para nadie.

Amen a todos, Sirvan a Todos. No siempre pueden complacer, pero siempre pueden hablar de manera amable. No hay Dios más grande que el amor.

El Amor es Dios, Dios es Amor, Vivan en el Amor.

Destruyan las cualidades malvadas. La gente con mente retorcida trata de atribuir su maldad a Dios. Es una señal de ignorancia, no le hagan caso a tales personas. Tengan fe en su propio Ser. De otra forma no podrán tener amor por Dios. Debido a defectos en el sistema de educación moderno, el amor está disminuyendo en el hombre día a día y el odio está en aumento. El hombre está olvidando la Verdad y así exponiéndose a peligros. Él ha olvidado su humanidad (manavatva) desarrollando tendencias animales (pashutva). La verdadera espiritualidad está en destruir esas tendencias animales y transformar a la humanidad (manavatva) en divinidad (daivatva). No es posible alcanzar la divinidad sin librarse de la animalidad. Hoy en día el hombre se está comportando como un animal debido a su amor egoísta. Esas personas nunca podrán disfrutar de felicidad. siempre estarán inmersas en la miseria. Entre más amen a otros, mayor será la alegría que experimenten. Entre más desarrollen odio, más miserable será su vida.

¡Encarnaciones del Amor!

Comprendan que Dios es la personificación del amor y que así también lo es el hombre. “Dios toma la forma del hombre” (Daivam Manusha Rupena) De modo que son Dios. Hay divinidad hasta en los animales. Uno oye a las vacas y a los búfalos mugiendo, ‘Amba’ (la Divina Madre). Ello sólo prueba la existencia de la divinidad en ellos. Cuando Jesús era pequeño, sus padres le llevaron a Jerusalén. Después de un tiempo, la Madre María no encontrando a su hijo Jesús a su lado pensó que se había extraviado entre la masa de gente y le buscó frenéticamente. Finalmente, le encontró escuchando con atención el sermón de un sacerdote e
n una sinagoga, le abrazó y derramó lágrimas de alegría. Entonces, Jesús dijo, “Madre, ¿por qué te preocupas cuando yo estoy en la compañía de Dios, mi Padre.”

En aquellos días, la gente solía sacrificar palomas en el templo de Jerusalén pensando que Dios se complacería. Jesús buscó poner fin a estas crueles prácticas. Al igual que Buda, él predicó la no violencia. Él fue al lugar donde se vendían las palomas y las soltó todas. Las personas afectadas se pusieron en su contra, pero Jesús siguió adelante sin importarle su hostilidad. Él no le daba ninguna importancia a la alabanza o a la censura ya que pertenecían al cuerpo, no al Ser.

Lo mismo se afirma en el Mahabharata también. Cuando Krishna recibió la principal ofrenda (el agratambulan) de los Pandavas, el malvado Shishupala empezó a proferir insultos en contra de Krishna. Él le dijo a Krishna:

Piensas que mereces este honor porque les robaste los saris a las

Gopikas cuando se estaban bañando? ¡No te pongas a autoengrandecerte!

(Verso en telugú)

Oyendo a Shishupala insultar a Krishna de esta manera, Dharmaraja derramó lágrimas. Krishna tiró el mismo plato en el cual se Le estaba haciendo el ofrecimiento a la cabeza de Shishupala. El mismo se transformó en disco y le cortó la cabeza. En ese momento la sangre de Shishupala salpicó a los pies de Krishna. Viendo esto, Dharmaraja se asombró y dijo, “Krishna, Shishupala te insultó sin cesar. ¿Cómo es que su sangre cayó a Tus pies?” Sonriendo, Krishna respondió, “Dharmaraja, la alabanza o la calumnia se relacionan con el cuerpo y no con el Âtma. Además, Shishupala estaba pensando en Mí y repitiendo Mi Nombre todo el tiempo. Quizás lo hiciera con odio, pero no Me preocupo por esto.”

“En la Edad de Kali, el repetir el nombre del Señor es la única

manera de alcanzar la liberación.”

(Verso en Sánscrito)

Cualquier tarea por grande que sea puede lograrse repitiendo el Divino Nombre. Para las prácticas espirituales como la meditación y las austeridades, se requiere de un momento y de un lugar específicos. Pero para repetir el Divino Nombre, no hace falta tal restricción. Dondequiera que se encuentren, sea lo que sea que estén haciendo, pueden repetir el Divino Nombre. “En todo momento, en todas partes, bajo todas las circunstancias contemplen a Hari (Dios)” (Sarvada Sarva Kaleshu Sarvatra Hari Chintanam).

Una de las oradoras que antecedieron, miembro de las Mensajeras de Sathya Sai, le rogaron a Swami que nunca las olvidara. El pensar que Dios olvida a alguien es sólo imaginación suya, el reflejo, la reacción y resonancia de sus sentimientos internos. Dios nunca olvida a nadie. Son los devotos los que recuerdan u olvidan a Dios. Dios ama a todos por igual. De modo que desarrollen amor. Desechen todas las malas tendencias.

El sistema educativo moderno está dando lugar a que surjan malas cualidades en los estudiantes. Uno con malas cualidades no puede ser llamado un estudiante en absoluto. Como dijo Srinivasan, los estudiantes Sai no son así. Algunas personas pretenden ser estudiantes Sai y se dedican a malas acciones, pero nuestros estudiantes son altamente sagrados y virtuosos. Nadie puede señalarlos con el dedo. Hoy en día muchas personas están usando mal el nombre de Sai para sus propias ganancias egoístas. Yo estoy feliz hasta con tales personas porque a pesar de todo, ellos cantan el Divino nombre. Sólo la repetición del nombre de Dios los liberará. No le den cabida a las malas cualidades. Nunca den oportunidad para que los acusen. Lleven sus vidas llenas de amor. Consideren el amor como Dios. No hay nada más grande que el amor.

(Bhagavan concluyó Su Discurso con el bhajan, Prema Mudita

Manase Kaho…)

Traduccion Arlette Meyer 
Revision Roberto Pinzón