Discursos dados por Sai Baba – 35. 23/10/66 El poema ideal

Discursos dados por Sai Baba

{SB 06} (28 de 45 discursos 1966)

35. 23/10/66 El poema ideal

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 05 cap. 52 )

El poema ideal

23 de Octubre de 1966

Prashanti Nilayam

Dasara

Hoy, Vijayadasami, es un día triplemente sagrado para los residentes de la Morada de la Paz Suprema, de Prashanti Nilayam, tanto los de esta morada física como de los que moran en la paz en otras partes. Es tan sagrado como el triveni donde los tres ríos mezclan sus sagradas aguas. Hoy es el Samapti (festival de clausura) de Dásara; es también el día del término del Yajnasaptaha (sacri ficio de siete días) y de las recitaciones de los Vedas; es también la clausura del Purva Avatar, el día del samadhi(1) de la encarnación de Shirdi. Samapti también significa el logro de la Bienaventuranza Suprema y, así, este día ustedes tienen la oportunidad de embeberse en esa indescriptible felicidad.

La acción (karma) y la adoración (upasana), las dos etapas de la práctica espiritual dedicada a la realización de Dios, pueden verse y observarse, pero la etapa del conocimiento (jñana), la de la madurez, no se puede ver. La acción, simbolizada por el río Yamuna, y la devoción, simbolizada por el Ganges, se unen en el punto donde el conocimiento, el Sarasvati, fluye invisible. Pero hoy, la gente ha perdido el entusiasmo por la acción, el regocijo por la devoción y el anhelo por el conocimiento. La verdadera sabiduría (Vidya) es aquella que revela el Atma al hombre. Cuando se descuidan estas verdades, el avatar encarna para reenseñar al hombre su deber, su dharma. ¿Cuál es ese dharma que debe ser res tablecido hoy? Es la Eterna Sabiduría, el Sanathana Dharma, nada menos.

No es que no haya sabios aun hoy en la Tierra. Aún hoy tenemos grandes poetas (kavis), seres superiores (mahapurushas) y grandes sabios (mahapandits). Pero en la loca persecución de la pompa y el boato, la febril lucha por desafiar y vencer a otros, no hay tiempo para asimilar sus mensajes y probar la dulzura del sadhana que prescriben. Los poetas de la edad moderna no pueden com pararse con los de antaño, los kavis, aunque se use el mismo nombre para denominarlos. Los kavis habían purificado su con ciencia de tal modo que Dios estaba claramente reflejado en ella, pero los poetas de ahora retienen todas las manchas y fallas que complacen los bajos instintos. Exhiben más su ira que su devoción, no tienen dominio de sus sentidos y sus pasiones, son esclavos del odio y de la codicia, hacen profano el mensaje que divulgan, pues escriben acerca de bajos ideales y victorias baratas.

Esas personas no tienen ningún derecho de llamarse “poetas”.

No se debe permitir que los sentidos controlen al hombre; deben ser instrumentos bajo el dominio humano. Son meros sirvientes, ordenanzas, ayudantes. El cuchillo se usa mejor para cortar fru tas o verduras; no lo deben usar para cortarse la garganta. Los sentidos deben ser adiestrados para que se libren de la inercia (tamas) y de la pasión (rajas); no deben ser ni lerdos o aburridos, ni adormecidos o peligrosamente distraídos. Los gunas (características humanas) deben ser dominados.

Un estudiante se acercó a un gurú y le preguntó el camino hasta la paz. El maestro le contestó que debía desarrollar tolerancia hacia todos los hombres, cosas y hechos. Nada debería despertar una reacción interesada, disgusto o deseo. Sólo lo más alto debe bus carse; sólo Dios debe desearse.

El amor firme, incambiable, indisminuido, sólo puede ser el amor hacia el Señor de todos los mundos. El amor cambiante es el amor por el mundo cambiante. Cuando un devoto colocó dos granos de arroz sobre una imagen divina sin motivo o deseo por la recompensa, sino con un puro espíritu de devoción, se volvieron dos granos de oro. Si hubiera tenido algún motivo, bien habrían podi do volverse piedras. Ahora la gente le ora a Dios para que la alivie del dolor, la aflicción y la pérdida, para que le dé salud, fuerza y riqueza, pero si sólo desarrollara un íntimo apego a él y lo hiciera suyo, él le daría todo lo que necesita. No rebajen la relación a un regateo: dame esto y entonces te daré aquello a cambio. Si insisten en un salario, entonces se vuelven como un peón. Vuélvanse él mismo. Él provee al vago, al loco, al irresponsable, ¿no podrá velar por ustedes?

El padre alimenta a sus hijos, así sean vagos o cumpli dos trabajadores en el campo o la fábrica. Si ofrecen a Dios una fracción de su riqueza, lo hacen con la idea de que la riqueza es suya, que la mano de ustedes es superior y la del receptor, inferior. En uno de los poemas leídos hoy, se pregunta para qué da Dios ojos que miran hacia fuera y luego los culpa cuando vagan por el mundo externo. No, los ojos no van vagando; los ojos van hacia afuera como mensajeros de la mente. Si la mente les ordena no mirar, los ojos deben obedecer.

El poeta también le reclamó a Dios por dotarlo con una mente insana; no, la mente no es insana, puede ser usada para apretar los lazos así como para aflojarlos. Tanto el atarse como el liberarse pueden efectuarse por medio de la mente. Tienen la opción. Es un instrumento para ambas cosas. Condenen el uso, no la herramienta.

El poeta no debe dedicarse a la publicidad; no debe inventar líneas sólo para rellenar o redondear, con el fin de hacer el poema largo y denso. No debe haber ningún aumento artificial de la emo ción o de la pasión. Éstas deben ser naturales, deben surgir natural mente del contexto y del carácter. De otra forma, el poema resultará desequilibrado y de lo sublime bajará a lo ridículo.

Un brahmín estaba recitando los Vedas de una manera escrupulosamente correcta, con los acentos en los lugares apropiados; oyéndolo, un policía le pidió que cantara una canción, y cuando el brahmín protestó, porque no tenía aptitudes musicales, el policía lo amenazó con terribles consecuencias si no lo complacía, de modo que por miedo, para escapar al castigo, cantó una canción, mascullando las palabras: «No puedo cantar, no cantaré, pero este pillo quiere que lo intente».

El temor, la codicia, la duda o la negación no deben ser los que impulsen al poeta a expresarse. Culpar a la sociedad de las deficien cias propias es como culpar a la almohada por el dolor de cabeza que uno sufre.

Durante el aventamiento, la cáscara cae lejos y el grano, que tiene peso, se amontona cerca. Las malvadas tácticas de las viciosas plumas que aparecen en los pasquines sirven para separar la cás cara del grano. Nadie puede alterar la verdad, nadie puede instalar la falsedad. Yo estoy establecido en la verdad y he venido para darle el lugar que le corresponde. La envidia y la codicia hacen que el hombre recurra a trucos y venda el honor y el propio carácter por unos centavos. Cuando ven esta vasta reunión de gente atraí da por el amor y sólo por el amor, algunos, los que no tienen amor en sus corazones sino sólo odio, no pueden quedarse quietos; deben eyectar el veneno del odio.

Claro está, en todas las eras ha habido tales calumnias para aquellos que han bajado a ayudar a la humanidad, como Rama, Krishna, Shankara. No desarrollen odio contra ellos, pues tarde o temprano se van a arrepentir y tendrán que corregirse. La leche mezclada con agua se vende como leche. Las mentiras acerca de mí también se venden y producen algún dinero para ellos. Las sanguijuelas se caen por sí solas cuando se han llenado de sangre hasta casi estallar. Oren por su transformación en almas sátvicas, porque su ceguera sea curada y por que se apeguen a la verdad más bien que a la falsedad. El odio lleva al pecado, el amor lleva a la comprensión y compasión mutuas. Tengan amor aun por esas descarriadas personas; pronto se unirán al sendero de la pere grinación.

Dásara, 23-X-66 (1) Fusión final con Dios; por extensión, muerte.