Discursos dados por Sai Baba – 42. 23/11/66 El Pranava y el Prana

Discursos dados por Sai Baba

{SB 06} (28 de 45 discursos 1966)

42. 23/11/66 El Pranava y el Prana

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 05 cap. 56 )

El Pranava y el Prana

23 de Noviembre de 1966

Prashanti Nilayam

Festival del Cumpleaños,

En la atmósfera de facciones y odios que prevalece ahora en el mundo, el logro de una paz interna inconmovible es muy deseable.

Siempre que el hombre sufre de alguna enfermedad, como un dolor de cabeza o de estómago, el médico investiga las causas, pues sólo entonces puede prescribir el remedio correcto. Él no puede des pachar al paciente con una dosis de sales o un ungüento; si lo hace, no merece la fe que la gente pone en él. La verdadera causa es involucrarse en el samsara, este proceso de vida que cambia y gira con el tiempo y el espacio. Son los altibajos de esta vida los que causan alegría y dolor. La declinación en el dolor es recibida como alegría; la declinación en la alegría es lamentada como dolor. No son sino el anverso y el reverso de la misma moneda que es la vida. Ese samsara sólo tiene algún sara, o sea, una pequeña realidad, una microscópica cantidad de verdad. En el Bhagavad Gita se dice que es igual a un árbol llamado aswata, palabra que significa “aquello que no existirá otro día”. Esta denominación destaca el hecho de la ilusión, que es confundida como duradera y real.

Pero siendo un árbol enorme, puede ser destruido sólo por el hacha del cono cimiento (jñana), o, como dice el Gita, por el fuego del conoci miento (jñana-agni).

Para generar ese fuego en la conciencia, es esencial la disciplina espiritual; es el único medio. Los pasos son muy difíciles, pues cada uno requiere que se sobrepongan a los impedimentos del ego que está enraizado en la conciencia. Los pasos son:

. Que cada acto sea dedicado al Señor, es decir, que debe ser verdadero, justo, virtuoso y saturado de amor, y hecho como una adoración a la fuente de verdad, justicia, virtud y amor que es el motivador interno del hombre, es decir, el Ser.

. No debe empañar la disciplina ninguna disputa facciosa. La Fuente, o el Señor, puede llamarse por cualquier nombre o representarse por cualquier forma. Ahora los seguidores de Vishnú y los de Shiva se boicotean mutuamente el agua y el fuego; no quieren pedirle prestado a la otra secta. Al cruzar las espadas entre sí, pierden la gema de la verdad. Cuando algunos miembros de las dos sectas empezaron a darse con los puños en su salón de audiencias, el rey le preguntó a cada uno si había “visto” al Señor en esa forma; ni uno de ellos lo había visto, sólo habían leído libros que les enseñaban a argumentar. La fe transforma el plomo en oro por su sublime alquimia. Sakubai, por su fe, transmutó la piedra en una esencia celestial; la estatua en la personificación del ideal divino.

Alimenten su fe y no perturben la fe de otros; ¿para qué discutir con otro si Sai es supremo, si es un hecho que la adoración del Señor en cualquier forma, con cualquier nombre, es adoración a Sai?

. Eviten la astucia y la erudición ostentosa en el proceso de la disciplina espiritual. Los malabarismos verbales son un pasatiempo poco provechoso. Una cigüeña se ufanaba de ser superior a la luna pues, como alegaba en su orgullo escolástico, «la luna es blanca sólo durante un paksha; yo soy blanca en ambas pakshas» (paksha sig nifica “quincena” a la vez que “ala”); la luna es el enemigo de los nirajas sólo durante un tiempo específico; yo soy el enemigo de los nirajas en todo momento (niraja es un loto que se cierra cuando sale la luna; también significa un pez, que la cigüeña engulle todo el tiempo siempre que lo puede agarrar). Pero esto es sólo una manera muy astuta de hacer retruécanos; no garantiza una supe rioridad innata.

Prema, el amor, es suficiente para realizar al Supremo. Amor es la ausencia de odio, ausencia de aversión y prejuicio; también significa las positivas virtudes de la compasión y el afecto, de modo que se aflijan cuando otros se afligen y se alegren cuando otros están felices. Dios tiene cuatro cualidades y sólo cuando las cultiven podrán ustedes comprenderlo. Son: amor, belleza, dulzura y esplendor.

El desarrollo del amor es suficiente para que las otras tres se añadan en ustedes. Cuando están tan llenos de amor por lo Divino en toda la creación, esa etapa es belleza; cuando están inmersos en el mar del amor universal, alcanzan la cumbre de la dulzura; cuando su mente pierde su identidad, fundiéndose en la mente universal, entonces hay un esplendor indescriptible.

Aquellos que son demasiados débiles o indecisos para emprender la disciplina espiritual prescripta aducen toda clase de excusas ton tas. El perro de un campesino era un animal muy fiero; una vez se lanzó contra un visitante y lo habría mordido si éste no hubiera descubierto a tiempo un pesado palo puntiagudo con el cual golpeó al perro en la cabeza. El animal huyó aullando de dolor y, al oírlo, su dueño salió y le reclamó airadamente al visitante por haber herido al perro en la cabeza, y llevó el caso hasta la corte real. El rey le preguntó al hombre por qué había golpeado al perro que, según el labriego, era un animal inofensivo. El visitante le explicó lo que había pasado, pero el campesino dijo que eso no justificaba que el hombre hubiera usado un garrote puntiagudo y que podría haber usado uno sin punta. El visitante replicó que cuando uno está ansioso por salvar su vida que está en peligro, no tiene tiempo para distinguir entre dos clases de objetos para defenderse y escoger entre ellos, que uno tiene que usar lo que tenga a la mano, y aña dió: «El perro podría haberme amenazado con la cola, pero iba a atacarme con sus afilados dientes, y por eso yo tuve que defender me con un objeto igualmente puntiagudo». El rajá consideró bueno este argumento y absolvió al hombre. Ya que se trataba de su perro, el campesino recurrió a todas estas tácticas y el acusado tuvo que usar todas las tácticas contrarias para defenderse.

Un buen trato pudo evitar mayores problemas.

Cualquier cosa que hagan en el campo espiritual deben hacerla como un ejercicio espiritual, con pleno conocimiento de la importancia que tiene para su progreso. Muchas personas no saben que el Om o Pranava es la unión de tres sonidos: a, u y m. Cuando escriben la palabra Dios, no la pronuncian de-i-o-ese, la pronun cian Dios. Así también, el Aum se pronuncia Om. El Om tiene una secuela, un sonido m que se va desvaneciendo hasta que finalmente se termina en silencio, un silencio que se debe sentir y experimentar. El Pranava era enseñado a cada niño como el primer sonido cuando se le iniciaba en el alfabeto. Decimos que las letras son akshara, o sea, eternas, sin cambio. El Om es el símbolo de Dios incambiante, supremo, eterno y universal, por lo cual era ésa la primera letra que se les enseñaba a los niños en la India. Ahora el Om ha sido remplazado por el abc. El Om es el sonido del movimiento de las estrellas en el firmamento; es el sonido que se manifestó cuando el despertar de la Voluntad Creadora despertó a Nirakara, El Prin cipio sin atributos, a la actividad. De hecho, cada pequeña per turbación del equilibrio produce un sonido, no importa lo diminuto.

El parpadeo produce un sonido, no importa lo tenue que sea.

Hay sonidos infinitesimalmente leves que ningún oído puede captar.

De este modo, pueden comprender que cuando se origi naron los elementos y se inició la creación, se produjo el sonido Om. Ese sonido es el primigenio y fundamental Uno. Estando en el mundo dual, tratando de superar la dualidad, ustedes identifican a “Él” con “ustedes” por medio de la repetición del Soham; cuando la conciencia de yo y Él desaparece, lo que repiten es el Om, es decir, Soham menos Sah (Él) y aham (yo).

Ésa es la experiencia que ustedes necesitan y que dicen anhelar; pero sus actividades y comportamiento, su rutina y su camino indican que no son sinceros. Dicen que van a Bangalore, pero han abordado el
tren que va en la dirección opuesta, hacia Guntakal.

Averigüen claramente si el tren es el correcto y entonces súbanse a él. Hay charlatanes y chiflados y hasta estafadores que preten den conocer el camino, pero el mejor medio es orar al Dios interno por su iluminación y guía. Entonces ustedes obtendrán la guía sin falta.

Habrán leído que cuando Dios se aparece ante los ascetas que están haciendo austeridades en la selva durante años, les dice:

«Pídeme lo que quieres de mí», como si él no estuviera consciente del objeto de las austeridades; especialmente cuando las ha apreciado y ha venido a propósito al lugar mismo en que se ha llan para recompensarlos por ellas. Sin embargo, Dios pregunta la razón de ello, pues la lengua es el vocero de la mente y puede en el último momento pedir algo que ha quedado dormido a pesar de la concentración de la conciencia en su deseo principal. Dhruva se fue a la selva para hacer austeridades con el fin de que Dios se presentara ante él para que le otorgara una posición para su madre y para él igual a la de la reina y su hijo, pero se dio cuenta de que ése era un don demasiado mezquino para pedírselo al Todopoderoso; por lo tanto, pidió la liberación del nacimiento y la muerte y la eterna compañía del Señor. Otros erraron y pidieron en el momento crucial cosas totalmente fuera de lugar con respecto al deseo prin cipal con el cual habían emprendido la aventura. El habla (vak) tiene que ser rigurosamente adiestrada para evitar la palabrería vana y sin sentido.

Mantengan a la lengua bajo control; no ex presen todo lo que se les antoje; reduzcan al mínimo esta incli nación. El silencio cargará la batería y así obtendrán un período más largo de meditación. Estén llenos de amor y entonces sus palabras derramarán amor, serán dulces y suaves, como bálsamo para aquellos que sufren.

El método más efectivo de cultivar el amor es practicar la recordación del nombre del Señor; o, mejor todavía, pasen su tiempo en la repetición del Om. El Om es el origen de la creación; es la fuente, el sostén y la fuerza. Es el aliento vital en cada ser. Del mismo modo que el aire insuflado en el fuelle de un armonio pro duce los siete sonidos, sa-ri-ga-ma-pa-dha-ni, así el Om está en la raíz de todos los sonidos en todos los mundos. Conozcan su significado y pónganlo en práctica en la recitación.

En el Gita, el Señor aseguró que la persona que muere con el sonido Om en su último aliento está segura de ser liberada. Claro está, el simple recordarlo no sirve de nada. El sonido Om no ayudará si la mente está volando de un deseo a otro y llorando por la inminente salida del mundo y temblando ante el mundo por venir; así, ¿cómo puede ayudar el sonido sagrado? La gloria del Om debe ser aprehendida durante toda la vida si ha de estar en la mente en el momento de la salida.

Hay algunos que niegan a las mujeres el derecho de repetir el Pranava. Esto es sólo un prejuicio; no está establecido en los Shastras. Si las mujeres tienen derecho a la suprema sabiduría divina (por ejemplo, Yajnavalkya se la enseñó a Maitreyi, su esposa), como lo probó la gran erudita Gargi en la corte de Janaka, ¿cómo se puede mantener el Om alejado de ellas? El Pranava es Brahman: “La sola palabra Om es Brahman”. Los Shastras fueron compues tos por personas que conocieron y experimentaron que ese Brah man único, simbolizado por el Pranava Om, está inherente en esta multiplicidad de la creación; personas que buscaban el progreso y la liberación de hombres y mujeres y de todo lo animado e in animado en la creación.

¿Cómo pueden entonces tales santos ex cluir a las mujeres de este gran instrumento de conocimiento y realización? Krishna tampoco dice:

«Cualquiera entre los hom bres que pronuncien el Pranava en el momento de la muerte», etc. La palabra que él usa es “ cualquiera”, sin determinación alguna de sexo. Él no dice: «Quienquiera que esté autorizado» o «quienquiera entre los que lo merezcan».

La clara intención del Señor es alentar a las mujeres tanto como a los hombres a que practiquen la adoración por medio del Pranava. Habrán visto que yo no desaliento a nadie de la adoración.

Es el camino real hacia la victoria espiritual, que todos tienen derecho a seguir.

Festival del Cumpleaños, 23-XI-66