Discursos dados por Sai Baba – 46. 17/11/80 Sean humanos

Discursos dados por Sai Baba

{SB 14} (47 de 60 discursos 1978 a 80)

46. 17/11/80 Sean humanos

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 10 cap. 52 )

Sean humanos

17 de Noviembre de 1980

Pueden dominar todo conocimiento y obtener un fuerte aplauso; pueden ser aclamados como reyes y gobernar; pueden acumular grandes riquezas, donar oro y tierras; pueden contar todas las estrellas que titilan en la noche; pueden nombrar sin ninguna duda cada cosa viviente sobre la Tierra; pueden enseñar el óctuple sendero a todos los que aspiran; pueden alcanzar la luna distante y orgullosamente caminar sobre ella. Pero no pueden ser el amo de los cinco sentidos de su cuerpo; no pueden volver su cara hacia adentro y aquietar su indócil mente.

Consideramos como un ser humano a la combinación de cuerpo, mente, intelecto y sentidos. Esto no es correcto.

La mente es algo que poseemos, el cuerpo es algo que llevamos con nosotros. El intelecto también es nuestro al igual que los sentidos. No somos el cuerpo, la mente, el intelecto ni los sentidos. Son nuestros; los poseemos. Son manipulados por nosotros. Somos distintos de todos éstos. El día que reconozcamos esta diferenciación y vivamos basándonos en ese conocimiento, nos volveremos conscientes de nuestra realidad y de nuestra meta.

¿Es este cuerpo inerte o consciente? Claro que crece, se debilita, actúa y experimenta destrucción. Cuando todos los días tiran la basura de sus hogares en un montón en el mismo lugar, se forma un montículo. Así también, cuando todos los días se le provee comida, el cuerpo crece, y cuando la comida cesa, decae. Así que el cuerpo es básicamente materia inerte. El cuerpo es consumido por el fuego cuando la vida sale de él y se convierte en cadáver, y también está siendo consumido por las llamas de la preocupación, el temor y la ansiedad cada día de su existencia, desde el momento de despertar al amanecer, hasta el momento de dormir en la noche. Al cuerpo también se le llama sarira; la palabra significa: «aquello que experimenta destrucción». También es alabado como un templo donde Dios está instalado. La palabra `kshetra» generalmente se aplica a lugares sagrados y también es usada para designar al cuerpo. Por lo tanto, el cuerpo tiene que ser usado para promover los propósitos divinos y demostrar la gloria de la Divinidad que está instalada en él.

El cuerpo se limpia con jabón y agua, pero la limpieza sagrada sólo se puede lograr mediante la limpieza interna. La limpieza del cuerpo puede mantener alejada a la enfermedad física, pero la inquietud de la mente requiere limpieza interna. El perfume aplicado al cuerpo puede agradar a los que están alrededor, pero los buenos pensamientos y la conversación dulce les agradarán más y por más tiempo. El jabón es para el cuerpo, la verdad es para las palabras; ambos tienen un fuerte efecto limpiador. La mente tiene que ser purificada por la adecuada educación en el crisol de la renunciación. El intelecto tiene que ser purificado por la visión universal que da la sabiduría. La educación no significa simplemente el estudio de libros ni la capacidad de escribir libros. Educación es la obtención de iluminación; es la luz que disipa la ignorancia y la duda y aleja la niebla del ego. Concede humildad y disciplina. La mente también debe estar sujeta al proceso de disciplina; la disciplina más elevada es lograr la unidad de pensamiento, palabra y acción. La disciplina ascética no requiere que se escapen al bosque y que mediten sobre Dios en la soledad.

Dios no es un extraño habitante de tierras lejanas, Dios está cerca de cada uno, Él brilla en el corazón; el pecado no es un acto o un hecho de tierras lejanas, el pecado está en su mente, contaminando las palabras y los actos.

Dios y el diablo, lo bueno y lo malo, son habitantes del propio corazón de uno. Donde Dios está, no puede estar el diablo. Es como el juego de «sillas musicales»; sólo una persona puede ocupar una silla. Sienten a Dios para siempre en su corazón, después de haber sacado a los otros ocupantes. Hagan que este cuerpo inerte sea activado por la Conciencia Divina. El plan de estudios secular que aprenden en estos colegios es importante para que tengan confianza en sí mismos. Pero esta educación no puede ser la meta final; al residente de¡ corazón se le debe dar la reverencia y el homenaje que se merece.

Después, los sentidos. Sirven para proveer la conciencia del sonido, la textura, la forma, el sabor y olor. No se les debe permitir que contribuyan a la mala salud de¡ cuerpo y la mente. Cada uno tiene un legítimo propósito, un área limitada de operación que debe ser respetada. La lengua sabe la medida de sal que puede hacer sabroso al «dal». En las Upanishads, a los sentidos se les llama medidas. Cada uno es un instrumento de medida que sólo puede operar hasta cierto límite. La lengua tiene que hablar suave y dulcemente; el ojo tiene que buscar y ver simetría, armonía y belleza, el brillo de¡ éxtasis y el esplendor de¡ encanto divino. La lengua incontrolada se recrea en cuatro pecados: mentir, difamar, chismear inútilmente y criticar con desenfreno. Dios reside en todos. El Señor ha declarado: todos los seres humanos son una parte de mí. Todos son parte de su Ser eterno. Así, cada uno es una encarnación de la Divinidad. Cuando una persona es maltratada o dañada, el blanco del sacrilegio es Dios. Declaramos que la verdad es Dios y en el mismo aliento adoramos a la falsedad. Recurrir a la falsedad es un demonio que posee y subyuga al débil. Permitirse conversaciones innecesarias sólo por conversar, es un hábito morboso y un desperdicio de energía. Aleja a las buenas compañías porque a nadie le gusta escuchar a una persona que aburre. Si la toleran por un minuto, los seguirá por varios días. Hay otros que esparcen rumores y chismes y echan a perder su paz mental al envenenar las fuentes del amor. Ustedes deben estar ocupados en desarrollar lo bueno en ustedes, arrancando las malas cualidades y aumentando su pureza y santidad. ¿Cómo puede el conocimiento de lo bueno y lo malo en los demás ayudarlos en esta tarea? Las personas locuaces fácilmente caen en el chisme. El hablar demasiado y la lengua adicta al escándalo son mellizos; trabajan al unísono. Un poeta se dirigía a su lengua de esta manera: «¡Oh lengua, conocedora de sabores, que gustas de la dulzura, prefiere siempre la verdad y a Dios!». Aun cuando uno está diciendo la verdad, no debe inflamar las pasiones, disminuir el entusiasmo o infligir daño. «Digan la verdad, hablen amablemente»; si es desagradable, no digan la verdad. Aunque sean complacientes, no digan falsedades.

El Señor ha dicho en el Gita: «Se deben pronunciar las palabras que no ofenden, que son verdaderas, agradables y beneficiosas. Esas palabras santifican la lengua, conocen y respetan los límites. El oído no puede tolerar una nota falsa o disonante. Cada uno de los sentidos responde dentro de sus propios límites de tolerancia y protesta cuando se excede ese límite o cuando es desatendido. Deben estar alertas para que sean usados dentro de esos límites. Cuando se alejan de¡ camino o exceden sus límites, la razón desaparece y ustedes se vuelven menos humanos».

Pueden dominar todo conocimiento y obtener un fuerte aplauso.

La muchedumbre que se reúne puede alabar y proclamar: «¡Ah, qué magnífica conferencia dio!»

Pueden ser aclamados como reyes y gobernar el reino; pueden acumular grandes riquezas, donar oro y tierras.

Pero, ¿qué beneficio se obtiene? Karna dio sus aretes y hasta cercenó su armadura divina y la dio en caridad. ¿Dónde está la clave de la grandeza? ¿Adónde lleva la renunciación? La pregunta es: ¿purifica el corazón?, ¿ayuda a que la divinidad que está adentro se manifieste?

La mente es conocida como el órgano del sentido interno. La mente siempre está implicada en volver a captar, recordar, traer a la memoria. Como resultado, recibe y rechaza queriendo, deseando, planeando hacer o no hac
er. Y mantiene a la lengua ocupada hasta que el sueño la silencia. No hay normas que se mantienen en la mente mientras buscan cosas, hablan o actúan. Como esto sucede tan pronto el pensamiento surge o la voluntad ordena, el poder de discernimiento se debilita. Uno debe tratar de detenerse por un momento para examinar y juzgar. Desarrollen la cualidad de la fortaleza para no ceder ante las opiniones de los demás a menos que encuentren que son correctas, la valentía para resistir la crítica y para hacerle frente a la calumnia.

En lo que se refiere a tapas (ascetismo), hay tres clases: el de la mente, el de¡ cuerpo y el de la palabra. Déjenme recordarles que el tapas del cuerpo implica algunas disciplinas: la primera es el proceso mediante el cual veneran y adoran a los mayores, a los maestros y a Dios, les sirven y respetan sus órdenes, ponen esas órdenes en práctica y se hacen acreedores a su gracia. La segunda disciplina es limpieza interna y externa. La limpieza externa incluye la limpieza del área a su alrededor. La tercera es brahmacharya. Esto no significa simplemente negarse a casarse. Significa empaparse en amor sagrado por la Divinidad, a través de sinceridad transparente, voluntad libre de egoísmo, conciencia pura y pensamientos santos. Todos ustedes saben que a Hanumán se le describe como el brahmachari eterno. Él estaba casado con Sri Vatsala y sin embargo merecía esa descripción. ¿Cómo? 8rahmachari significa «el que se mueve en Brahman». Hanumán no tenía otro pensamiento que Rama (quien es Brahman), así que se le conoce moviéndose en Brahman y viviendo en Brahman. Sus pensamientos, sus sentimientos, sus deseos y sus actividades, todos deben girar alrededor de Brahman, el Absoluto Universal. Es decir, todo lo que se hable, todo lo que se vea debe ser captado como Brahman. Ésa es la verdadera etapa de brahmacharya, no simplemente observar ciertas restricciones para controlar los sentidos y la mente. La siguiente disciplina es la ausencia de violencia. Esto quita todas las oportunidades de causar dolor a los demás. Esto se llama paciencia, considerar como irreal el mal que otros les hacen. Estimen el valor de todo lo que otros dicen acerca de ustedes y les hacen a ustedes, y cultiven la fortaleza y la comprensión para apreciar su comportamiento y perdonar sus faltas. Esta capacidad es tan invaluable como la verdad, la rectitud, la sabiduría, la no violencia, la renunciación, el deleite, la compasión. Es todo lo que uno necesita poseer para el progreso espiritual.

El vivir se vuelve una experiencia gloriosa solamente cuando es endulzado por la tolerancia y el amor. Lo que hace que la vida sea feliz y productiva es adaptarnos de forma positiva a nuestras formas de vida y la cooperación en tareas comunes. Siglos de práctica han establecido los modos de comportamiento y han probado ser beneficiosos. Éstos deben experimentar modificaciones para adaptarse a las condiciones actuales. Nos estamos desarrollando en cada campo de la vida, pero es una lástima que no estemos desarrollando las cualidades específicas de los seres humanos. Desarrollen la conciencia átmica, la conciencia de la Divinidad, la adquisición de atributos divinos, expandan el amor y la comprensión. Cuando los estudiantes se esfuercen consciente y firmemente por desarrollar estas cualidades humanas, la educación les dará valiosa experiencia, y ellos estarán capacitados para transformar a la sociedad. De todo esto, la nación y la humanidad obtendrán beneficio.

Colegio Sri Sathya Sai para Mujeres, Anantapur

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