La mente desea, ansía, insiste e impulsa al esfuerzo y a la acción. Este proceso es llamado “sankalpa”; son como “sasanas” (órdenes). Todos tienen que ser conscientes de la variedad y validez de las acciones inducidas por estos impulsos. ¡La mente es huésped de cincuenta millones de tales impulsos! De los pensamientos que aparecen y desaparecen como nubes que pasan silenciosamente, muchos se quedan y agitan a la mente hacia la actividad. Estos son“sankalpas”. Hasta que sean comprendidos en su vasto trasfondo, el hombre no puede vivir feliz y en paz. Los buenos “sankalpas” suscitan lo mejor del hombre y lo ayudan a usar toda su fuerza para su elevación. Una persona debe reconocer los malos “sankalpas” o impulsos tan pronto como surgen y hacerlos ineficaces por el sistemático cultivo de “sankalpas” beneficiosos. Solo estos pueden salvar a una persona del desastre y mantenerla cerca de “Prashanti” (la Paz suprema). Los barcos en el mar son guiados por una brújula en la dirección deseada; sin ella, corren el riesgo de naufragar. El hombre tiene que navegar a salvo a través del océano del “samsara» (existencia mundana). (Discurso del 10 de julio de 1986)