Mensaje de la pizarra de Prashanti Nilayam del día 18 de enero de 2020

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Las personas desarrollan en ellas una abundante variedad de hábitos y actitudes egoístas que les causan gran descontento. El impulso para todo esto proviene de la codicia por acumular autoridad, dominación y poder. La codicia de cosas nunca puede ser eterna y completa. De hecho, es imposible alcanzar el nivel de saciedad. Una persona puede sentirse exultante por convertirse en maestro de todas las artes, dueño de todas las riquezas, poseedor de todo el conocimiento o depositario de todas las escrituras, pero ¿de quién obtuvo la persona todo esto? Debe haber alguien más grande. Incluso pueden afirmar que ganaron todo esto a través de sus propios esfuerzos, de su trabajo y su afán. Pero seguramente alguien se los dio de una forma u otra. Esto no puede negarse. La fuente de la cual se origina toda autoridad y todo poder es el Señor de todo. Ignorar esa omnipotencia y engañarse a sí mismo de que el poco poder que uno ha adquirido es propio es, en realidad, egoísmo, vanidad y orgullo (ahamkara). (Prema Vahini, capítulo 15 de la edición en inglés)