Mensaje de la Pizarra de Prashanti Nilayam del día 7 de diciembre de 2023

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Las innumerables olas del vasto océano contienen la misma agua que el océano, sin importar su forma. De la misma manera, aunque los seres humanos tienen miríadas de nombres y formas, cada uno es una ola en el océano de Sat-Chit-Ananda (Ser-Consciencia-Bienaventuranza). Cada ser humano está investido de la inmortalidad. Es la encarnación del amor. Lamentablemente, no comparte este amor con los demás en la sociedad. La causa fundamental de esta condición es el hecho de que el hombre esté consumido por el egoísmo y el interés personal. Todas sus palabras, pensamientos y acciones están inspirados por el interés personal. Se ha convertido en un títere en manos del interés personal. Solo cuando este interés personal sea erradicado podrá el hombre manifestar su divinidad interior. Cada persona es una encarnación de la Divinidad. Sin embargo, pocos tratan de comprender esto. Desarrollando un apego al cuerpo y olvidando su esencia divina, el hombre lleva una existencia sin sentido. Para lilbrarse del egoísmo, el hombre tiene que dedicarse al servicio desinteresado, y cantar el nombre de Dios. (Divino Discurso, 14 de septiembre de 1997)