Mensaje de Prashanti Nilayam 23-03-2019

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    Para recorrer el sendero de la devoción, uno no necesita erudición, ni riquezas o bienes, ni rigores ascéticos. Díganme, ¿cuál era el linaje de Valmiki, la riqueza de Kuchela, la erudición de Sabari, la edad de Prahlada, la condición de Gajaraja y los logros de Vidura? Amor puro (Prema): eso era todo lo que tenían y eso era todo lo que precisaban. La gracia del Señor es como el océano: vasta e ilimitada. Por medio de sus disciplinas espirituales, su repetición de un nombre de Dios, la meditación y el cultivo sistemático de la virtud, esta gracia es convertida en nubes de verdad. Estas nubes se derraman sobre la humanidad como lluvia de prema, que se acumula y fluye como corriente de bienaventuranza (ananda) de regreso al océano de la gracia del Señor. Cuando prema abraza a la humanidad, lo llamamos compasión, la cualidad no de lástima sino de simpatía, simpatía que nos hace felices cuando los demás son felices y miserables cuando los demás son infelices. Discurso de 24 de marzo de 1958.